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El increíble hombre menguante

Ciencia ficción. Fantástico Scott Carey (Grant Williams) navega con su mujer en una lancha motora y, mientras ella va a buscar una cerveza, se ve envuelto en una extraña nube. Unos meses después, empieza a notar extraños cambios en su cuerpo: poco a poco va perdiendo peso y altura hasta hacerse casi invisible. A partir de entonces, su vida será una pesadilla, una lucha constante por la supervivencia, en la que lo cotidiano (un gato, una araña) representa para él ... [+]
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Críticas 98
Críticas ordenadas por utilidad
23 de enero de 2006
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El infortunado Scott Carey (Grant Williams) padece una extraña enfermedad, que poco a poco va reduciendo su tamaño, hasta convertirle en un liliputiense que nos hace evocar la simpática historia de "Gulliver en el país de los gigantes", del maestro de novelas de aventuras que fue Jonathan Swift, aunque esta historia es muy distinta y se basa en una novela del propio guionista (Richard Matheson). Podemos imaginarnos la impresión que produce un fenómeno como éste, pero seguramente no igualaríamos la rica imaginativa que se desarrolla en esta película de aventuras y ciencia ficción que dirige magistralmente Jack Arnold. Multitud de efectos especiales y trucajes cuya perfección aún puede admirarse si se tiene en cuenta la época en que se produjo la película, con muchas escenas impactantes (de las que destacaría, como más espectaculares, las contiendas del diminuto héroe contra un gato y contra una araña, que, a su lado, parecen imponentes y feroces gigantes). Una auténtica delicia.
ANTOINE
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21 de abril de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de esas historias de lo que se dió en llamar Serie B. Denominación que el tiempo ha convertido en más que discutible; porque parece indicar que las películas marcadas con este sello tendrían menor categoría, y en absoluto es el caso de este Increíble Hombre Menguante y tantas otras que se resisten a envejecer y saltan de esa segunda división a la inmortalidad. Demuestra, por enésima vez, Jack Arnold que para hacer buen cine el presupuesto es algo secundario; otra cosa es que la propia industria se encargue de inflar cachés para dar más bombo al producto.

Cierto es que corría el año 1957 y que los guionistas escribían mejor cuanto más hambre pasaban y que los profesionales (actores, carpinteros, cámaras, sastres...) iban al trabajo como usted a la oficina, él al taller o yo al bar donde sirvo copas, como artesanos. El número de divos aún no excedía del que convierte el séptimo arte en un negocio especulativo, donde el arte en sí es solo una circunstancia más del marketing, y no precisamente la más importante.

Y de ahí nace este film, ya clásico: del ingenio, las limitaciones, los problemas, la imaginación y el amor por el trabajo bien hecho. Aquí coincidieron todos estos factores cómplices, y alguno más, para redondear esta obra fantástica y metafísica en la que un ser humano se enfrenta a una circunstancia única, con la obligación de seguir viviendo y comprendiendo que, pase lo que pase, la vida hay que ganársela y merece la pena.
Sinhué
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20 de abril de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que esta película es una gran reflexión acerca del sentido de la vida y de las luchas internas y externas que exige el sobrevivir. Más allá de éso y de la visión panteísta del mundo que nos ofrece, me quedo con la idea de que al crecer llegamos a un tope y que la evolución se convierte en involución una vez que nuestro desarrollo toca techo. Es triste pensar que la mente no va acorde con el cuerpo y que cuanto más mayores nos hacemos, la vida, lejos de ser más enriquecedora a veces se torna en una lucha por sobrevivir. A lo mejor no se trata de matar arañas, sino solo al tiempo: quizá todos seamos hombres y mujeres menguantes
lena
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4 de julio de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corría la década de los 50 y EEUU vivía una revolución industrial, un nuevo tipo de fuente de energía que alcanzaba unos niveles energéticos jamás creados en toda la historia de la Humanidad. Y que a la larga crearía el arma de mayor destrucción sobre la faz de la Tierra, marcando una nueva época: la Era Atómica.

Para la inmensa mayoría del público norteamericano, la energía atómica y uno de sus principales características (la radioactividad) era un elemento totalmente desconocido y exótico, convirtiéndose en la nueva Piedra Filosofal capaz de transmutar la materia a niveles atómicos. El mundo cinematográfico no se quedó indiferente frente a ello y las pantallas de los cines se vieron invadidas por películas de dudosa calidad, en las que gracias a la radiación y a la imprudencia del ser humano en su enésimo intento de jugar a ser dios, se creaban monstruos (hormigas gigantescas en "Them!", desde Japón dinosaurios con mal humor en "Godzilla") o bien superhombres (como ocurriría muy posteriormente en films como "Spider-man" o Hulk). Eran películas que debido a su escaso presupuesto y a su irrisoria trama, dirigidas para un masivo público juvenil, provocaron que la mayoría de estas cintas cayeran en el olvido o en alguna estantería de algún mitómano; muy pocas de ellas se convertirían en pioneras perdurando su espíritu con el paso de los años.

En este caso "El increíble hombre menguante" se encuentra dentro de esta categoría. Nos encontramos a un hombre que debido al contacto con una nube de origen desconocido contempla con estupor cómo su cuerpo va reduciéndose de tamaño con el transcurso de los días y no hay ningún remedio para invertir o parar este proceso. Los efectos más que especiales son "efectos de ingenio", ya que para dar un mayor realismo de cómo el personaje vería "agrandar" su entorno se hace uso de decorados que van agrandando hasta cotas insospechables, unido esto a la utilización de dobles pantallas e inmensas maquetas que consiguen recrear un universo sorprendente.

******* Continua la crítica en el "spolier" por falta de espacio *******
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
D_Karasu
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25 de septiembre de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El increíble hombre menguante de Jack Arnold es un film fantástico de ciencia ficción de serie B considerado una película de culto por muchos seguidores del género. Dirigida con un ritmo acelerado y con un estilo intrépido y temerario por llevar a cabo una historia difícil de conseguir en el plano técnico, y más aún, tratándose de una cinta de bajo presupuesto, es una obra de lo más entretenida e interesante por la cantidad de situaciones que tiene que solventar el protagonista para sobrevivir ante cosas normales para cualquier persona. Realizada de manera curiosamente ingeniosa para la época tiene un resultado lúcido que merece la pena ser visto.
La fotografía en blanco y negro es fantástica y está repleta de matices que son estéticamente evocadores, desconcertando al público con una labor espectacular en la comparativa de los distintos tamaños del protagonista. La música es intrigante en una adecuada labor repleta de melodías estimulantes que añaden enigma al film, inquietando en los momentos oportunos gracias a unos sonidos turbadores que enardecen la trama. Los planos y movimientos de cámara completan un asombroso trabajo técnico no desprovisto de mérito a través del uso del seguimiento, reconocimiento, subjetivos y generales que incrementan la sensación de que el protagonista no para de menguar.
Las actuaciones son creíbles y apropiadas. Cuenta con las certeras intervenciones de Grant Williams, Randy Stuart, April Kent, Paul Langton, Raymond Bailey, William Schallert y Billy Curtis que interpretan sin brillo pero de manera eficaz para el tipo de film que es. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones elegantes e impolutos al principio al igual que los decorados pero que se van volviendo más carentes a medida que avanza la trama en una correcta labor. Destacan también unos efectos visuales sorprendentes para la época y el bajo presupuesto con el que contaban.
El guion, escrito por Richard Matheson y adaptado de su propia novela, es curioso por tener en su interior una trama atractiva que atrapa al público dentro de su sencillez, y también, por mostrar como los detalles comunes para el resto de la población son una odisea para nuestro menguado protagonista. Además, el enigma que envuelve la desesperada situación no queda esclarecido y deja la sensación en el público de haber visto una película inaudita. Esto se lleva a cabo con una narrativa con voz en off misteriosa y explicativa por parte del principal en la que comparte sus inquietudes y pensamientos, mostrando la desesperanza que su situación le crea a lo largo del tiempo al aumentar el problema.
Para finalizar, la considero una de las mejores obras de serie B, por ser imprescindible en el género al sacar el máximo jugo con un bajo presupuesto a un film enigmático, intrigante e inquietante, todo en uno para culminar una obra merecedora de elogio que gustará a todos los públicos. Recomendable por su dirección, guion, fotografía, música, efectos, planos, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que hacen de El increíble hombre menguante, uno de esos films que quedan en la memoria del público por su originalidad y trabajada trama que no dejará a nadie indiferente.
Elcinederamon
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