Llévame a la luna

La verdad es que fui a verla con un amigo sólo por Diane Kruger (que guapa es). Me imaginaba la película como un típico pastelón romántico lleno de besos, achuchones y palabras bonitas, pero me sorprendió gratamente, con unos momentos de humor muy buenos y una historia curiosa, ayudada también por los 2 actores principales. En resumen, no es una gran película, pero si quieres pasar un rato entretenido y olvidarte de todo un poco la recomiendo.

Hace cuatro años que Boon alcanzó la fama internacional con la notable "Bienvenidos al Norte", e intentó repetir éxito con su tercer largo hasta la fecha "Nada que declarar", y aunque en este caso no obtuvo los resultados deseados, Boon continúa haciendo de protagonista y productor y buscando realizadores para películas en las que él es la estrella, o pretende serlo.

Este empeño le lleva a protagonizar películas como este Plan imperfecto, de libre traducción en nuestras carteleras, en la que pretende ser la estrella graciosa, pero en la que Kruger le roba todos los planos por pequeños que sean. Y no es casualidad que esto ocurra, puesto que Boon no tiene ni la calidad ni los recursos como para ser protagonista, y mucho menos galán de ningún proyecto, a pesar de que ponga el dinero y todo su esfuerzo y comicidad.

Esfuerzo en vano porque sus chistes, gags y posturas no son para nada graciosas, y incluso en ocasiones parecen forzadas, y más si te rodeas de actrices como Kruger, dispuesta a hacer todo tipo de payasadas en la que es su primera comedia, y con una ventaja enorme sobre Boon: tiene mucho más carisma.

El guión es aceptable, aunque se le podría haber sacado mucho más provecho a viajes en lugares tan dispares como Kenia o Rusia, en los que los chistes de Boon son lo único reseñable y que lo más meritorio que consiguen es sacar al espectador alguna sonrisa, pero nunca una carcajada. Forzando situaciones supuestamente graciosas (ese león en plena selva) hasta la incredulidad, se olvida de exprimir los chistes de la familia que cuenta la historia, a veces mas ocurrentes que los del propio Boon.

Comedia romántica solvente que sigue al pie de la letra el desarrollo de cualquier otra que hayamos visto ya, pero que soporta el handicap de que la química entre actores brilla por su ausencia, con lo que el espectador podrá ponerse de parte de alguno de ellos, y a estas alturas todos sabemos de parte de quién estamos...

Típica comedia francesa que sabe perfectamente que teclas tocar para llevar al espectador a un terreno donde todo el mundo se sienta cómodo. No es una maravilla, suple las carencias de su guión gracias a la química entre Diane Kruger (la reina de la función) y Danny Boon (adorablemente insoportable) pero eso no evita que rápidamente le veamos las costuras al producto: “Llévame a la Luna” no toma ningún riesgo y se asienta en la firmeza de sus actores y en la belleza de sus escenarios para ofrecernos un entretenimiento de lo mas ligero que funciona si uno no es demasiado exigente (o está demasiado aburrido). ¿Recomendable? Por supuesto, a pesar de la previsibilidad de la propuesta, “Llévame a la luna” es adorablemente simpática, tiene buenos gags y se deja ver con la facilidad de quien conduce un confortable automóvil con un buen Gps. Que la comercialidad y la previsibilidad de la propuesta no os aleje de esta película. “Llévame a la Luna” no es una maravilla pero es entretenida y deja un buen sabor de boca. Al fin y al cabo eso es también lo que pedimos de una película ¿no?

Una aventura de Pascal Chaumeil adecuadamente llevada, con sus dos protagonistas Diane Kruger correcta y un Dany Boon que le da su toque personal, una comedia con un tono diferente, que se pasa generalmente un rato agradable, que sonríe y entretiene, un romance con PERIPECIA

Reconozco que no soy muy amante del género comedio-romántico-dulzón. Por norma general acostumbro a divorciarme de estos títulos pasados los primeros treinta minutos... siendo generoso.

Pero esta comedia francesa me pareció resultona y deliciosa. Probablemente gracias a una pareja protagonista que cuesta un mundo fusionar.
Una Diane Kruger que es la mujer que todos los hombres desearíamos llevar a nuestro lado en un avión (y en un bar, en una delegación de hacienda, en una convención de estomatólogos... o dentro de una olla de caníbales) y un Dany Boon molesto, puntilloso y antiestético, pero tan tierno y entrañable como Bob Esponja.

El argumento no es para tirar cohetes, pero se presta a extraordinarias secuencias a ritmo de gag. Sin ir más lejos, el infartante cambio de vestidos es digno de cualquier trending-topic.

Y si somos aficionados a leer entre líneas, reconoceremos la advertencia que dirige a todos aquellos que intentan comenzar la aventura de la seducción. No parece sencillo exprimir una media naranja sin que la otra media se quede sin zumo.