Prisioneros

El tema es "tomarse la justicia por su mano" en toda su amplitud. A dos familias en el día de acción de gracias les secuestran a dos niñas pequeñas, una de cada pareja. Desaparecen sin dejar rastro y cada progenitor reacciona de una forma distinta. La historia es narrada desde la persona del más extremo de los cuatro padres, el padre de Ana, de profundas convicciones religiosas pero a su vez firme posible candidato a miembro de la asociación nacional del rifle.

Al cargo de la investigación está un único policía, que esta desarraigado familiarmente, que siempre actúa sólo (ahondando en el sentimiento de desamparo de los padres), que no tiene auxilio por parte de sus mandos ni de sus compañeros si no es rogado y que se ve desbordado por el caso.
La inmensidad de lo que es el paisaje de los Estados Unidos contribuye a generar la sensación de que no es posible abarcarlo y hunde a los padres en la más absoluta desesperación. Quiero decir que todo esta orquestado para que la situación vaya extremándose por momentos a modo de puesta de escena para que luego es resto quede justificado
En ese contexto se aborda el tema en cuestión, reflejando el sufrimiento de las partes y las reacciones que produce este hecho, las consecuencias para la convivencia etc...

El desenlace y final son accesorios y secundarios y no están bien terminados porque en el fondo son lo de menos y además los creadores no tienen la más mínimo intención de subsanarlo. Esta hecho a propósito y sin pudor alguno.

Como también esta hecho aposta el que el protagonista pueda recriminar sistemáticamente al policía la falta de medios y de interés y que esto haga que se justifica que el detective "se despiste" y "no vea nada extraño" cuando por casualidad el principal sospechoso y el padre de Ana desaparecen a la par. Pudiera entonces tener esta lectura última entrecomillada o bien entenderse que la escasez de medios lleva al detective a omitir el llevar cuidado y por eso da por bueno todo lo que pueda pasar entre el principal sospechoso y el padre de Ana

Soy de la opinión que el género cinematográfico tiene ese espacio mágico en donde jugar con lo políticamente correcto y lo incorrecto. En ese margen se puede dejar constancia de las distintas formas de ver los mismos hechos de los países a los que va destinada la cinta. Los americanos son muy puritanos y siempre exigen que el infractor pague por sus pecados . En Europa se vive de forma distinta. Aquí se criticaría la gran escasez de medios porque lo público ocupa un lugar mucho más importante en la vida de la comunidad y si que existe la justicia para esto pero en primer lugar los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado tendrían que poder justificar su absoluta dejadez del tema. La actuación del padre quedaría eclipsada por eso y pasaría a un segundo término juzgar si estuvo o no correcto. Es la consecuencia de distintas maneras de vivir.

La escena memorable a la que me refiero es en la que el padre de Ana ya lo ha probado todo, ha rezado, se ha drogado, ha bebido, ha amenazado, ha horrorizado... En fin ya no le queda nada por probar y sabe que tiene que insistir. Y el sospechoso sabe que al padre no le queda nada por probar y que va a insistir. Y derrotados los dos y llorando (y ninguno de los dos de pena) adivinan que se van a tener que avenir. Eso no soluciona nada pero nunca lo había visto cinematográficamente expresado tan bien.

Con respecto a lo lúgubre y oscuro de todo el film decir que es verdad pero que al no ser una tarantinada se puede llevar muy bien, a pesar de los planos de larga duración.

...Este final pudo haber sido diferente, mucho más complaciente con el espectador común. Menos mal que no. Para mí, los finales incómodos (tipo Mystic River) me parecen que le dan mayor valor y credibilidad a las películas. Aunque en este caso es un final incómodo pero abierto.

...llegando a la mitad de la peli vi que el cura tenía a un tío tieso en su sótano y pensé: "Vaya, ha sido el cura (porque es un puto pedófilo) así que sí que es un soplo de aire fresco este guión en la moral del cine".

Pero, cómo no, al final resulta que la persona que las secuestra no solo no vive en la fe cristiana si no que para colmo lo hace, y cito textualmente, porque: "Hacer desaparecer niños es la guerra que le declaramos a Dios. Hace que la gente pierda la fe convirtiéndola en demonios".

Y, lo mejor, sigue diciendo: "He tenido que bajar el ritmo desde que desapareció mi marido", ¿y adivináis quien es el marido? Pues quién va a ser, el tío que tiene el cura en su sótano al que mató después de que éste le confesara lo que hacía. Con lo que el cura ya no solo no es malo, sino que es el héroe de la historia, FIN.

Creo que me voy a hacer cristiano. Católico, que es el mejor tipo de cristiano (todo el mundo lo sabe).