Noé

Darren Aronofsky es un director muy surrealista y en ocasiones poco comercial, incluso aunque utilice ideas a priori comerciales (véase "Réquiem por un sueño" o "Cisne negro"). Partiendo de esta base, adaptar el relato bíblico en sus manos podría haber dado lugar a cualquier cosa.
Pero se ve que el elevado presupuesto del proyecto ha hecho que la producción sea puramente comercial y al director solamente se le va la pinza en momentos muy concretos.
Su surrealismo aparece principalmente en las visiones de Noé, en la recreación de la creación y poco más.
Aparte de esto, no deja de ser una película capaz de crear polémica. Y es que toma la idea básica de la historia del arca de Noé mezclándola con aventuras, muchos efectos especiales, dilemas morales y sobre todo unos extrañísimos gigantes llamados los vigilantes. Estas criaturas son más propias de "El señor de los anillos" o algo así que de una adaptación de "la palabra de Dios". Los más ortodoxos se pueden sentir ofendidos por mezclar tantas cosas con un relato revelado.
Pero pienso que si uno se deja llevar, está bastante bien. La película es entretenida y muy vistosa como espectáculo.
En cuanto a los actores, tenemos a la misma pareja protagonista de "Una mente maravillosa", geniales los dos, sobre todo Connelly en los momentos más dramáticos.
También me ha gustado la interpretación de Emma Watson. Esta joven actriz va madurando poco a poco y tiene un gran potencial.
El vestuario, muy raro y anacrónico. Pero ¿quién sabe cómo vestía esta gente en esa época?
El diseño del arca también es extraño. No creo que una caja rectangular pudiera flotar, pero bueno, tampoco creo que cupieran todos los animales, ¿verdad?
La historia es fantástica en su esencia, así que tampoco hay que darle muchas vueltas a sus incongruencias.
En su contra, el tramo final se hace muy pesado. Creo que la parte que transcurre en pleno diluvio no está llevada bien del todo y llega a cansar. La película es demasiado larga.
Como nota, le daría un 6,5. Pero la página no me deja y le planto un 7.

Es habitual que haya polémica cada vez que se estrena una película de tipo religioso y es que, cuando se trata estos temas, es imposible agradar a todo el mundo. Por eso no es de extrañar que la nueva película de Darren Aranosfky, Noah, haya levantado ampollas entre ciertos sectores religiosos hasta el punto de que ha sido prohibida en varios países.

El argumento es el ya por todos conocido. En un mundo asolado y corrompido, Noé (Russell Crowe), un hombre sencillo que vive ajeno a todo junto a su familia, será el encargado de construir un arca en el que proteger a los animales del diluvio que Dios va a enviar para purificar la Tierra del pecado de los hombres.

Habitualmente, el cine religioso suele resultar dogmático e incluso aburrido pero en este caso hay una serie de aspectos que le dan a la película un toque innovador y moderno, muy lejano a la rigidez usual en este género. En primer lugar, es muy llamativo el aspecto que presenta la Tierra, ya que nos remite inmediatamente a cualquier cinta futurista de corte post-apocalíptico en la que vemos un planeta desolado por la mano del hombre. No menos llamativa es la representación de Noé y su familia, vegetarianos y muy respetuosos con el medio ambiente.

Sobre la figura de Noé, magistralmente interpretado por Russell Crowe, se podrían decir muchas cosas porque es un personaje bastante controvertido. Por un lado tenemos al Noé recto, amante de su familia y temeroso de Dios y por otro al hombre en que se convierte en el momento en que asume su tarea, un hombre implacable y cegado totalmente por conseguir su objetivo hasta el punto que podemos llegar a cuestionarnos si Noé hablaba con Dios o todo son las alucinaciones de un demente. El resto del reparto está a la altura, destacando Jennifer Connelly (Naameh) y Emma Watson (Ila), quienes protagonizan algunos de los momentos más emotivos de la película.

Especial interés, por su espectacularidad, tiene la parte central de la película con la construcción del arca y el diluvio. Es en esos momentos en los que se nota que detrás de este proyecto está la industria de cine más grande del planeta.
A pesar de que a la película le sobra algo de metraje en su parte final, es bastante recomendable. Visualmente es muy potente y la trama es consistente y engancha aunque ya sabemos cómo se va a desarrollar. Es destacable que Aronofsky nos haga ver con otros ojos una historia que es bien conocida y es que, en estos tiempos que corren en los que parece que los guionistas están faltos de ideas, es de agradecer que alguien se atreva a hacer algo distinto.

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La película no está mal en si, en cuanto a producción y dirección está a un nivel aceptable.
La cinta en si es muy lenta, demasiado larga, la sobra media hora y a ratos se hace pesada y aburrida.
En cuanto al reparto de la película, Russell Crowe hace una gran interpretación de Noé, unos de los mejores papeles que ha interpretado desde Gladiator.
Jenniffer Conelly y Emma Watson no se quedan atrás haciendo de esposa e hija adoptiva de Noé respectivamente.
Anthony Hopkins, en un pequeño pero no menos importante papel, inmenso como casi siempre.
El resto del reparto, bien, sin pegas.
Lo único malo de esta película es que es demasiado larga, para mi gusto le sobra algo así como media hora, llega a aburrir en ciertos momentos porque se hace monotona.
La banda sonora es muy buena, excelente.

Darren Aronofsky (Pi, Fe en el Caos; el Luchador, Cisne Negro) nos ha ofrecido con “Noé” su particular visión o punto de vista de éste corto episodio de las Sagradas Escrituras en que los descnedientes de Adán, separados por los bondadosos hijos de Set contra los de Caín acaban separados, mientras los primeros arrasan todo lo que encuentran mientras se expanden creyéndose estar a la altura y semejanza de Dios Mientras unos pocos desarraigados como Noé (Russell Crowe), su esposa Naameh (Jennifer Connelly), sus hijos Jafet (Leo McHugh Carroll), Cam (Logan Lerman) y Sem (Douglas Booth) y la ahijada Ila (Emma Watson)viven en las áridas montadas intentando sobrevivir al egoísmo y barbarie del resto de los hombres, liderados por el brutal Tubal-cain (Ray Winstone).

En éste contexto es cuando el film de Aronofsky nos deleita con una increíble historia en que mezcla misticismo y curiosamente poca ecología (los animales quedan en un segundo plano) y vale más las aguerridas luchas sobrehumanas que se llevan a cabo antes, durante y después del diluvio que el universal mensaje que se ha trasmitido acerca de éste episodio del Génesis del Antiguo Testamento. No faltan curiosas atribuciones al “Jardín de las Delicias” del Bosco o a “La Embriaguez de Noé” de Miguel Ángel, así como las turbulentas secuencias previas al horrible apocalipsis pasado por agua en que se verán sometidos los ojos del espectador.

Será por las creencias judías del director que se añaden unos ángeles caídos y petrificados a modo de Golem, cuya voz de su líder (en la versión original por supuesto) es de Nick Nolte. Por otro lado, Anthony Hopkins interpreta al anciano y sabio Matusalén, una versión humana del Amo del Calabozo, el simpático personaje de la serie de animación de los 80 “Dragones y Mazmorras”.

Lo Mejor: los efectos especiales aunque en su exagerada presencia excedan el metraje.
Lo Peor: se nota un escaso esfuerzo del director para aportar nuevas ideas en un producto cuya premisa comercial se huele a quilómetros.

Darren Aronofsky, especialista en personajes obsesivos y atormentados, pinta un Noé alejado de meapilismos santurrones, proporcionándole al "único hombre justo" una personalidad compleja, contradictoria, intransigente y cuasi genocida. Pero claro, si "El Elegido" es sombrío, los "seculares" son mucho peores… porque no nos engañemos; al final esto es cine religioso puro y duro.

Para estirar una historia que no da para tanto metraje, Aronofsky echa mano de Abraham (colocando a Noé al borde del infanticidio).

Olvidándonos de la religión y tomándolo como producto meramente mitológico, cumple con su función de ofrecer espectáculo medianamente entretenido, recibiendo el influjo de "El señor de los anillos", "Conan el Bárbaro" (la antigua), e incluso los "Transformers". Por citar un precedente más gafapasta, su puesta en imágenes sofisticada a la vez que primitiva me recordó a la "Medea" de Pasolini (por cierto otro megalómano que también se arriesgó con la religión en "El evangelio según San Mateo").