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Rep. Dominicana La gran familia española
31.132
Comedia. Drama. Romance
Durante la final del mundial de fútbol de Sudáfrica se celebra una boda. Ese día, mientras España entera se paraliza, una familia con cinco hijos de nombres bíblicos (Adán, Benjamín, Caleb, Daniel y Efraín) se enfrenta también al partido más importante de su vida. (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2016
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Al contrario que con todas y cada una de las anteriores cintas de Daniel Sánchez Arévalo, esta nueva entrega me parece excesivamente cargante, demasiado marcada por los clichés, sin demostrar una intencionalidad crítica hasta los últimos ciez minutos.
Partimos de un contexto en mi opinión especialmente vomitivo: señor conoce a su esposa que pronto se vuelve una incubadora de hijos varones (¿Que si no?) creando una vida idílica basada en una película a todas luces simplona. Personajes tremedamente simples: niño de 18 años que se quiere casar con su novia desde hace 8 años, ambos totalmente infantilizados, basados en falsos estereotipos; la prima tonta que se ha puesto tetas y solo quiere mandanga; la hija que tiene normalizado practicamente que su padre es un difunto andante...
En general, presenta la familia como cúspide de la escala de valores, nucleada sobre el poder del patriarca ("un hombre, un voto"); que poco a poco se irá descolocando, pero poco a poco y en una espiral de absurdeces y lógicas muy superficiales.
Como telón de fondo tenemos el mundial de futbol, símbolo patriótico donde los halla. Como no, todos los machos de la familia están más atentos del partido que de lo demás, sea lo que sea. Sinceramente, no sé a que vino, supongo que para reforzar el sentimiento de familia patria, pero me sobra totalmente.
La película tiene sus detalles, sus cosas graciosas, pero que son muy cargantes desde el inicio, sin entender la psicología (si es que la tienen) de sus protagonistas.
A parte tenemos un excelente final. Un final que desgarra la película dende dentro. Un final que deconstruye totalmente los mitos creados en torno a nuestros personajes: la idílica gran familia española, formada sobre el macho ibérico tan macho que era capaz de tener sólo hijos varones, se cae. Esto me ha gustado muchísimo, la verdad, y me genera contradicciones a la hora de valorar globalmente la cinta. Sin embargo, se pierde la efectividad de la crítica si se no se ha entrado en cuestionamiento previamente todo el escenario. En lo sustancial, de poco sirve marcar el gol en la próroga, si te has pasado todo el partido en tu área. Por lo menos en el cine.
Partimos de un contexto en mi opinión especialmente vomitivo: señor conoce a su esposa que pronto se vuelve una incubadora de hijos varones (¿Que si no?) creando una vida idílica basada en una película a todas luces simplona. Personajes tremedamente simples: niño de 18 años que se quiere casar con su novia desde hace 8 años, ambos totalmente infantilizados, basados en falsos estereotipos; la prima tonta que se ha puesto tetas y solo quiere mandanga; la hija que tiene normalizado practicamente que su padre es un difunto andante...
En general, presenta la familia como cúspide de la escala de valores, nucleada sobre el poder del patriarca ("un hombre, un voto"); que poco a poco se irá descolocando, pero poco a poco y en una espiral de absurdeces y lógicas muy superficiales.
Como telón de fondo tenemos el mundial de futbol, símbolo patriótico donde los halla. Como no, todos los machos de la familia están más atentos del partido que de lo demás, sea lo que sea. Sinceramente, no sé a que vino, supongo que para reforzar el sentimiento de familia patria, pero me sobra totalmente.
La película tiene sus detalles, sus cosas graciosas, pero que son muy cargantes desde el inicio, sin entender la psicología (si es que la tienen) de sus protagonistas.
A parte tenemos un excelente final. Un final que desgarra la película dende dentro. Un final que deconstruye totalmente los mitos creados en torno a nuestros personajes: la idílica gran familia española, formada sobre el macho ibérico tan macho que era capaz de tener sólo hijos varones, se cae. Esto me ha gustado muchísimo, la verdad, y me genera contradicciones a la hora de valorar globalmente la cinta. Sin embargo, se pierde la efectividad de la crítica si se no se ha entrado en cuestionamiento previamente todo el escenario. En lo sustancial, de poco sirve marcar el gol en la próroga, si te has pasado todo el partido en tu área. Por lo menos en el cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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4 de febrero de 2018
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El cine de Daniel Sánchez Arévalo provoca al que esto suscribe irritación y sonrojo a partes iguales, pero en grandes cantidades. Con historias de escaso interés, pero llenas de trampas emotivas y un sentido del humor a la altura de un chiste de Arévalo, el director suele conseguir, lo siento, el cariño de buena parte del público. Para los que desde la atalaya de nuestra compleja intelectualidad (supongo) no nos dejamos engañar, esta película -como todas las suyas- solo nos ofrece sentimentalismo barato en torno a unas relaciones familiares, se supone que originales, pero realmente ordinarias.
Obra maestra de la estupidez.
Obra maestra de la estupidez.
Saltburn
24 de junio de 2018
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Me entretuvo, me hizo reír y me emocionó.
Con eso me doy más que satisfecho, y eso que la razón de verla fue la referencia a la final del mundial de Sudáfrica, lugar de culto y peregrinaje para todos los que vivimos ese momento mágico en nuestras vidas.
Se agradece de la película la frescura de las escenas -algunas antológicas- y los personajes, las historias paralelas que se tejen alrededor del partido, y el manejo de tiempos, para llegar a un final apoteósico, tal cual fue el evento deportivo.
Mucho se ha vertido en las críticas, que no voy a redundar, pero sí como español, destacar el misterio que se descubre al final de la película: que esa gran familia estaba formada por hijos de diferentes padres (un puntazo tragicómico a favor del guionista), y que ello no es obstáculo para que formen un gran equipo y estén al lado del padre hasta el final. ¿No es esa una perfecta metáfora de la selección campeona del mundo formada por catalanes, valencianos, canarios, madrileños, etc.?
Otro guiño: que el padre muera, no sin antes haberse proclamado España campeona del mundo. Así da gusto morir.
En síntesis, un homenaje cinematográfico al máximo hito del fútbol español, decente y a ratos hilarante y brillante.
Con eso me doy más que satisfecho, y eso que la razón de verla fue la referencia a la final del mundial de Sudáfrica, lugar de culto y peregrinaje para todos los que vivimos ese momento mágico en nuestras vidas.
Se agradece de la película la frescura de las escenas -algunas antológicas- y los personajes, las historias paralelas que se tejen alrededor del partido, y el manejo de tiempos, para llegar a un final apoteósico, tal cual fue el evento deportivo.
Mucho se ha vertido en las críticas, que no voy a redundar, pero sí como español, destacar el misterio que se descubre al final de la película: que esa gran familia estaba formada por hijos de diferentes padres (un puntazo tragicómico a favor del guionista), y que ello no es obstáculo para que formen un gran equipo y estén al lado del padre hasta el final. ¿No es esa una perfecta metáfora de la selección campeona del mundo formada por catalanes, valencianos, canarios, madrileños, etc.?
Otro guiño: que el padre muera, no sin antes haberse proclamado España campeona del mundo. Así da gusto morir.
En síntesis, un homenaje cinematográfico al máximo hito del fútbol español, decente y a ratos hilarante y brillante.
19 de diciembre de 2018
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Una película tremendamente irregular en todo, desde actuaciones, hasta argumento y guión, pasando por los propios valores de producción. Cuesta mucho entender cómo pueden existir tantas idas y venidas y cada uno de los aspectos de una película.
Daniel Sánchez Arévalo monta un drama dentro de una comedia y le mete dosis de suspense en una coctelera que, por desgracia, no mezcla del todo bien. El montaje por ejemplo clama al cielo, y a pesar de que existen algunas escenas bien planteadas la sensación es que se podría haber hecho muchísimo mejor.
La película tiene muchas subtramas, de hecho no hay un gran hilo que lleve todo, y desde luego hay algunas de ellas que interesan bien poco. Todo acaba traduciéndose en un buen ritmo general, debido a la diversidad de hilos argumentales, pero también queda algo sobrada en minutos.
Es entretenida a su manera, pero sus peros me acabaron pesando demasiado. Pronto y mal dicho: es el típico lío de faldas de producción nacional, solo que con mayor presupuesto.
Daniel Sánchez Arévalo monta un drama dentro de una comedia y le mete dosis de suspense en una coctelera que, por desgracia, no mezcla del todo bien. El montaje por ejemplo clama al cielo, y a pesar de que existen algunas escenas bien planteadas la sensación es que se podría haber hecho muchísimo mejor.
La película tiene muchas subtramas, de hecho no hay un gran hilo que lleve todo, y desde luego hay algunas de ellas que interesan bien poco. Todo acaba traduciéndose en un buen ritmo general, debido a la diversidad de hilos argumentales, pero también queda algo sobrada en minutos.
Es entretenida a su manera, pero sus peros me acabaron pesando demasiado. Pronto y mal dicho: es el típico lío de faldas de producción nacional, solo que con mayor presupuesto.
21 de enero de 2020
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La boda del benjamín (nunca mejor dicho) de una peculiar familia española durante la final del Mundial de fútbol de 2010 sirve como excusa para reunir a todos los hermanos en torno a un padre con un delicado estado de salud: el mayor (Antonio de la Torre), en estado depresivo, al cuidado de una hija nacida de un matrimonio frustrado, y dispuesto a todo (incluso lo más inconfesable) por demostrar su status dentro de la familia e intentar salir de esa situación; el siguiente (Roberto Álamo), discapacitado psíquico, guardián involuntario de los secretos más profundos de la familia; el mediano (Quim Gutiérrez), un cirujano que decide huir a África, para poner tierra de por medio ante una realidad frente a la que nada puede hacer, pero que le ha sido relevada sin pretenderlo; el penúltimo de ellos (Miquel Fernández), hechizado por todo lo que representa el hermano ausente, hasta el punto de querer emularlo en todo y perseguir buena parte de sus anhelos; y el menor de todos (Patrick Criado), un chico de 18 años, con las dudas propias de su edad, que va a dar un paso importante casándose con la chica a la que pidió matrimonio con siete años y con la que espera un bebé.
'La gran familia española' reúne un gran elenco de actores, pero del que destacan dos sobre todos los demás: Roberto Álamo y Antonio de la Torre, y a un poco más de distancia, Quim Gutiérrez y Verónica Echegui.
La propuesta de Daniel Sánchez Arévalo, con la concentración de la acción (a excepción de las escenas de la carretera y del aeropuerto) en la finca de campo familiar, lejos de hacer descarrilar la película, la afianza, porque la historia que nos cuenta merece ser tratada con sosiego, y cambios bruscos en la acción, sin duda, habrían actuado en perjuicio de aquélla.
Sin lugar a dudas, no estamos ante una de las mejores películas del cine español, como algunos se empeñaron en hacer creer en el año 2013, pero la originalidad del planteamiento y de la historia, con el inesperado final, hacen de 'La gran familia española' una película entretenida y disfrutable, aunque su poso no dure más que hasta el inicio de la siguiente película que decidamos ver.
'La gran familia española' reúne un gran elenco de actores, pero del que destacan dos sobre todos los demás: Roberto Álamo y Antonio de la Torre, y a un poco más de distancia, Quim Gutiérrez y Verónica Echegui.
La propuesta de Daniel Sánchez Arévalo, con la concentración de la acción (a excepción de las escenas de la carretera y del aeropuerto) en la finca de campo familiar, lejos de hacer descarrilar la película, la afianza, porque la historia que nos cuenta merece ser tratada con sosiego, y cambios bruscos en la acción, sin duda, habrían actuado en perjuicio de aquélla.
Sin lugar a dudas, no estamos ante una de las mejores películas del cine español, como algunos se empeñaron en hacer creer en el año 2013, pero la originalidad del planteamiento y de la historia, con el inesperado final, hacen de 'La gran familia española' una película entretenida y disfrutable, aunque su poso no dure más que hasta el inicio de la siguiente película que decidamos ver.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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