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Matar a un ruiseñor

Drama Adaptación de la novela homónima de Harper Lee. En la época de la Gran Depresión, en una población sureña, Atticus Finch (Gregory Peck) es un abogado que defiende a un hombre negro acusado de haber violado a una mujer blanca. Aunque la inocencia del hombre resulta evidente, el veredicto del jurado es tan previsible que ningún abogado aceptaría el caso, excepto Atticus Finch, el ciudadano más respetable de la ciudad. Su compasiva y ... [+]
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Críticas 199
Críticas ordenadas por utilidad
26 de julio de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Harper Lee es la autora de la novela en la que se basa este maravilloso drama social de ambiente sureño con aspectos judiciales y familiares.

La película, narrada en flashback desde el punto de vista de la hija del protagonista masculino, recoge a través de recuerdos poéticos un período iniciático y clave en la vida de la joven que nos conduce a situaciones que exponen una crítica al racismo, a los prejuicios y al menosprecio hacia el diferente.

Una auténtica joya de Robert Mulligan que se significa por su enfoque sensato, sensible y sin estridencias, además de por una exquisita recreación de escenarios y una adecuada banda sonora de Elmer Bernstein que sirve para magnificar las emociones vividas.

Las interpretaciones son de primerísimo nivel, en especial la de un debutante en pantalla grande como Robert Duvall haciendo del alienado y recluido Boo Radley, y por supuesto la de un memorable Gregory Peck en el papel de Atticus Finch, símbolo del hombre honesto, justo y tolerante.
BartonKeyes
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16 de agosto de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran adaptación de la obra de Harper Lee.
Adorada por muchos y criticada por otros, teniendo en cuenta que no hay que hacer presentismo de obras antiguas y que hay que valorarlas en su contexto, creo que la sensibilidad, la humanidad y la sencillez de las interpretaciones que esta película nos muestra, son puro disfrute.

Desde sus títulos de crédito, (fantásticos) y hasta su final, nos muestra que a pesar de que como especie, no tenemos remedio y estamos condenados a desaparecer por nuestra "humanidad", también hay individuos que hacen que esa humanidad sea maravillosa y aún pueda haber alguna esperanza de redención.

Lástima que sólo sean unos pocos.
Totalmente recomendable.
JuanYCine
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11 de noviembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es otra de esas raras películas que, rotundamente, merecen la calificación de obra maestra y a la que el paso del tiempo jamás le afectará pues sus virtudes pueden ser trasladables a cualquier época, situación social y contexto cultural y en la que cualquiera puede ver reflejadas y respondidas sus dudas, sus miserias, sus miedos y vivencias, también sus descubrimientos ya que su lenguaje, interpelando directamente al corazón del espectador, es el lenguaje universal y humano que todos hemos conocido.

Adaptada de una novela, premio Pulitzer, de Harper Lee, la acción se sitúa en un pueblecito de Alabama en 1932.
La película está principalmente relatada desde el punto de vista de una niña y nos cuenta los acontecimientos que vivió su familia, un verano de su infancia.
Así pues, tenemos principalmente una mirada al pasado nostálgico, algo idealizado, pasado por el tamiz de la impresión y la imaginación de los recuerdos de una niña pero no por eso menos crudo, ni menos certero de lo que acontecía allí.
Un film iniciático, de exploración y descubrimiento, de enfrentamiento con la realidad de la vida en sus cosas buenas y en las malas, una indagación en los secretos y mentiras del complejo mundo de los adultos y el afianzamiento de los valores que su padre (Gregory Peck gigantesco) le supo transmitir.
También es un drama judicial y un film de denuncia contundente, sin complejos, del entramado judicial y del sistema del jurado que, está claro, a su autora le parece realmente vomitivo y expone con rotunda claridad. En ese aspecto éste podría considerarse algo así como el reverso de "Doce hombres sin piedad", otra obra maestra, que si bien en las dos se defiende el raciocinio del individuo por encima del grupo y de los prejuicios que lo asolan, en la primera no deja lugar a la esperanza. Sólo fuera de este incompetente sistema hay lugar para la justicia.
Y también es una denuncia contra el racismo o contra cualquier forma de marginación social. Nos va a conmover profundamente el retrato de esa mísera población sureña, pobre e ignorante, víctima de sus ideas preconcebidas y victimaria, a su vez, de quienes son más débiles que ellos.
Me parece increíble el gran trabajo que se ha hecho en este film donde no hay escena que no adquiera un significado enorme y donde te sumergen en esa vida con tal profundidad que sientes que estás allí.
Las interpretaciones son mágicas, grandiosas, no sólo de Peck, ese padre y ese hombre que a todos nos gustaría ser, sino de todo el equipo.
Quiero señalar a Brock Peters y a Colin Wilcox que se verán enfrentados en ese juicio y componen unos personajes memorables y a los que tan sólo con unas cuantas escenas les bastan para que comprendamos a sus personajes muy bien y la situación en la que se encontraban cada uno de ellos.-"Nunca sabes por lo que está pasando un hombre hasta que no te pones en sus zapatos"-. Esta es sólo una de las grandes frases con las que cuenta este film. A mi me ponen la piel de gallina.
Siguiendo con el juicio, ese tribunal sureño, los blancos en los asientos abajo, los negros en el gallinero, el jurado, doce blancos y el juez...dando el portazo.
Atención a una de las escenas más conmovedoras (aunque tiene tropecientas), cuando se vacía la sala y Atticus se queda sólo abajo con los negros arriba...Dan ganas de llorar.
El personaje de Robert Duvall. Otro de los grandes personajes del film. ¿Se puede aplicar justicia matando un ruiseñor?
La ambientación, la atmósfera, las vivencias de la infancia, la ruptura de la inocencia...-"Me gustaría apartaros de las cosas feas de la vida, pero no puedo"- dice Atticus a sus hijos. El respeto hacia uno mismo, la paternidad, el deber..."Hay personas que han nacido para hacerse cargo de las tareas desagradables de los demás. Vuestro padre es uno de ellos". La valentía, el bien y el mal, la honradez y la culpa, la mesura y la templanza...

Hay películas, pocas en realidad, que te hacen querer ser mejor de lo que eres. Pues bien. Esta es una de ellas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Izeta
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2 de diciembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magistral e inolvidable. Una lección de vida inspirada en el único libro que escribió Harper Lee (supongo que incluyendo reminiscencias autobiográficas).
Ambientada en los años 30 (después de la Gran Depresión americana), es un drama sureño adelantado a su época, desde todas las ópticas posibles, planteando una nueva concepción de la educación y los principios éticos (encarnado por el emblemático abogado tranquilo, Aticus): comprensión, empatía, tolerancia, indulgencia, solidaridad, anti beligerancia, ecuanimidad, reflexión, racionalidad, etc.
Dividida en dos actos:
- En el primero, nos encontramos un marco vitalista y nostálgico de la infancia, a través de las vivencias, miedos y juegos de los dos hijos de Aticus, de 6 y 10 años, y la familia (en ausencia de la madre, aunque se introduce en su lugar la respetable y eficiente criada negra).
- En el segundo acto, tenemos un drama judicial en el que se pone de manifiesto el racismo social y bajeza moral en los pueblos rurales sureños norteamericanos de la época, los abusos de la raza blanca sobre la negra y la tremenda situación de abandono de las personas con discapacidad cognitiva (metáfora del ruiseñor).
En suma, un film muy adelantado que sigue hoy más vigente que nunca en los tiempos de crisis moral y bélica que vivimos.
Recomendable y de obligado visionado, es una obra maestra de incuestionable valor.
Búhofilm
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25 de febrero de 2009
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para ser una película de 1962 es indiscutible que debe ser considerada de gran factura, con un gran mensaje y muchas situaciones inolvidables. Pero la acabo de ver en el 2009 y por lo tanto han pasado 47 años. Hace esa cantidad de tiempo la gente que se dedicaba a la actuación era limitada y no como ahora que para un casting se pueden presentar millares, muchos de los cuales podrían reemplazar con suficiencia a artistas consagrados. Haciendo una analogía, en ese tiempo Rod Laver ganaba torneos de tenis con una competitividad limitada, en cambio ahora el mérito de Nadal lo considero mucho mayor pues existen millones que juegan a un altísimo nivel.
Debo remarcar, aunque hiera los sentimientos de los que veneran la historia y los hitos del cine, que el Oscar ganado por Gregory Peck no fue para nada justo, habiendo en ese año un señor actor con un papel que deja estupefactos incluso a los críticos modernos, que cuenta con una característica de la que carecía el ya fallecido Peck y que es requisito indispensable para ser considerado un "actorazo". Este actor al que me refiero es Peter O'Toole en la película Lawrence de Arabia y la característica es la VERSATILIDAD.
Si bien Gregory Peck es un actor que se ganó el respeto de todo el mundo, no sólo por su porte, solidez y gran personalidad en las películas, sino en su vida privada por sus obras de altruismo y defensa de derechos, gran corrección en su comportamiento tanto social como conyugal (apenas tuvo 2 esposas -raro en Hollywood-). Pero hay que reconocer que la versatilidad que quiere decir la capacidad para interpretar papeles disímiles con la mayor credibilidad posible era muy limitada por no decir nula en Peck, sin llegar al extremo de Humphrey Bogart quien siempre interpretaba en las películas a Humphrey Bogart, misma forma de actuar, misma entonación, misma forma de mover la cara, la boca, de caminar, de todo, etc.

En cambio el cine actual cuenta con monstruos que hacen palidecer a los "antiguos monstuos" como Peck o Bogart. Me refiero a algunos como Dustin Hoffman quien si no se le vería la cara, parecería alguien diferente en todos los aspectos en cada película, si no, recuerden Kramer contra Kramer, Tootsie, Rainman, Midnight cowboy o Meet the parents. Igual aplauso se merecen otros camaleones actuales que se merecen llevar con mayúsculas el título de actor como son Johnny Depp, Sean Penn, Daniel Day Lewis o el fallecido Heath Ledger. Y puedo enumerar muchísimos más en el presente como el semi inactivo DeNiro, Pacino, etc. En cambio en el cine antiguo, los camaleones se cuentan con los dedos, y Peck no es precisamente uno de ellos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fadaser
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