Pretty Woman

Comedia sin complejos, ajena a pretensiones de intelectualidad, divertida, con excelentes toques de humor y ritmo impecable.
Su magnífica factura cinematográfica, una interpretación irreprochable y la excelente capacidad de narración permiten a G. Marshall presentar una historia muy buen contada, elocuente, dinámica y directa.

Se trata de una admirable película de fabulación inscrita en el ámbito de esa fantasía controlada que permite despegar los pies del mundo real durante el tiempo que dura la proyección.

Un éxito de taquilla y con razones, Julia y Richard hicieron una pareja memorable hasta el día de hoy, una de esas película que se recordarán a pesar de que no tengan la calidad artística que exige el cine para considerarlo como buena pero partimos de la idea de que estamos ante un nuevo género, la comedia romántica.
El cuento de hadas, tal como se habla en la película, se traslada al cuerpo de una prostituta, una mezcla entre la realidad y el ensueño, una realidad bastante ficticia, pero una bonita historia de amor que cautivó al público consiguiendo ser una película realmente taquillera.
A parte de lo taquillera de la película estamos ante una película que podremos seguir viéndola años y años y nos encantará ver algunas escenas que son míticas en la película junto con una banda sonora igualmente inolvidable.
El género de comedia romántica es aquí formidable y sin embargo en su género es una película muy buena, posee escenas románticas, escenas de ensueño para toda mujer e incluso hombre, escenas de humor, además de poseer unas buenas interpretaciones sobre todo a cargo de Julia Roberts que debe de dar las gracias a esta película que le abriría las puertas del éxito y convirtiéndose en la cara para el nuevo género romántico.
A pesar de los años sigue siendo una película muy fresca y entretenida que se sigue viendo como el primer día.
Un punto muy negativo y bastante problemático incluso polémico, es el tema de la prostitución y tratarlo todo como un sueño o un cuento de hadas, al leer las críticas he podido ver que es una película odiosa para muchos y bastante...pero creo que exageran, se trata de una comedia romántica y una de las películas novedosas en su género, arriesgada en tratar a una prostituta como una hada pero en este género no podemos tratarlo como algo real, este género esta dirigido a mujeres del día a día, como también protitutas que sueñan con algo mejor de lo que tienen y lloran al ver estas historias que ellas también tendrían y que saben que son irreales, creo que no hay que sacar las cosas de lugar y saber con que intenciones está hecha esta película la cual considero buena en su género.

Hay películas que pueden gustar por cuestiones que poco tienen que ver con lo bien dirigidas o mejor interpretadas que estén. Es más, incluso me atrevería a decir que a veces las razones extracinematográficas (que las viésemos siendo niños, por ejemplo) tienen más peso del que debieran. Algo más o menos parecido me ocurre a mí con Pretty Woman.

Recuerdo que la primera vez que la vi tendría unos once o doce años, que cuando la emitieron por televisión la grabé y la cinta se acabó rallando de tantas veces que la llegué a poner, que la volví a grabar y se volvió a rallar. Así varias veces hasta que siendo un poco más mayor la acabé comprando. No me cabe la menor duda de que ésta es, con diferencia, la película que más veces he visto. Aunque no debo de ser el único, ya que sigue arrasando cada vez que vuelve a ser programada en televisión. Y eso que a estas alturas seguro que todo el mundo ya la ha visto.

Será porque lo que podría haber sido sórdido, la historia de una prostituta de buen corazón (Julia Roberts) que se enamora de su último cliente (Richard Gere), deriva en un bellísimo cuento de hadas moderno. O tal vez por el carisma que desprende Roberts, por sus expresivos ojos (véase cuando se emociona en la ópera), por su rizada melena pelirroja, por lo adorable que resulta su personaje o por lo maravillosa que está la actriz (desde entonces no me he perdido ninguno de sus trabajos y he de confesar que casi ninguno me ha decepcionado). Incluso Gere, un actor un tanto limitado, está perfecto en su papel de galán. Tan sólo confirmar que estamos ante un clásico del género, una película a reivindicar y que no tiene nada que envidiar a otros títulos tan queridos y populares como Desayuno con diamantes (Breakfast at Tiffany's) o Irma la dulce (Irma la Douce), por citar dos trabajos muy bien considerados y con los que guarda ciertos paralelismos.

Los detractores de la cinta de Garry Marshall dirán que "Pretty Woman" no es más que un cuento de hadas moderno, el sueño de cualquier persona de clase humilde que conoce al súper millonario perfecto y le hace triunfar en la vida. Y parte de esas críticas quizás tengan razón: "Pretty Woman" no cuenta la realidad de las mujeres que se dedican a la prostitución callejera y, es bastante poco probable, que un empresario multimillonario pase por uno de sus barrios y quede prendado por alguna de esas mujeres.

Sin embargo, el objetivo del director no era contar la situación real de las prostitutas en Hollywood, tan sólo pretendía contar una historia de amor. Si bien es cierto que lo que llama la atención del espectador en sus primeros minutos es cómo conseguirá la entrañable Vivian (Julia Roberts) adaptarse al refinado ambiente en el que se encuentra su príncipe azul (Richard Gere), con el inevitable proceso de tranformación de una mujer chabacana y vulgar a una mujer elegante y con clase, poco a poco los protagonistas consiguen sumergirnos en el enamoramiento que va surgiendo entre ambos. La relación entre ellos es simplemente preciosa, con momentos que han pasado a la historia del cine (pese a que a muchos les moleste), y la capacidad del director para ilusionarnos con la propia Vivian es brillante. También hay algún momento de malestar y crueldad con la protagonista, escenas que no hacen más que potenciar el deseo del espectador por que Vivian consiga llevarse al multimillonario tan deseado para siempre.

En definitiva, "Pretty Woman" no nos cuenta la realidad social, ni siquiera una historia de amor creíble, pero tampoco lo pretende. Tan sólo busca remover los sentimientos y las emociones de los espectadores, objetivo de cualquier comedia romántica, y vaya si lo consigue. La cinta de Marshall sigue estando muy por encima de cualquier película actual de este género. Magnífica la interpretación de Julia Roberts; correcto Richard Gere en su papel.

Hacía muchísimos años que no veía esta película. Antes no la vi con tanto detalle. La verdad es que es una película que me encanta. Una comedia romántica un pelín subida de tono --aunque nada comparado con lo de hoy en día--, pero de 1990 que está muy bien. Julia Roberts encantadora, y ese aire de los 80 que transmite la película me encanta.