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El legado de Bourne

Acción El agente Aaron Cross (Jeremy Renner) es un producto del eficiente programa Outcome. Este programa diseña y entrena agentes cuya función consiste en actuar en solitario en misiones de alto riesgo. Sin embargo, en el momento en que la historia del agente Bourne está a punto de salir a la luz, los altos mandos de la agencia deciden tomar una solución drástica al respecto. (FILMAFFINITY)
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Críticas 135
Críticas ordenadas por utilidad
20 de febrero de 2014
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Largometraje irregular pero que aún así consigue mantener la atención del espectador durante el largo metraje a pesar de sus puntos muertos.
Las escenas de acción están realizadas con soltura y espectacularidad.
Podría funcionar perfectamente de manera individual si no nos la hubiesen vendido como una continuación de la saga Bourne, pues es ahí, en los intentos de relacionarlo con el Bourne de Matt Damon donde flojea la película. Si se tratase de hablar del personaje de Aaron Cross como único eje de la historia no tendría tantos detractores.
La idea del superprototipo de hombre ya surge en los tebeos de superhéroes, lo de convertir soldados que causaron baja en supersoldados ya lo vimos en "Soldado Universal", la del superagente ya la tenemos en James Bond o Jack Ryan. Así que centrándonos en Aaron Cross y sus adicciones, tenemos una película que entretiene, persecuciones, explosiones, tiroteos, suficientes escenas de acción y un corre que te pillo por las calles de Manila, que bien podría ser el comienzo de una de las películas de la saga de James Bond.
ajacast
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26 de enero de 2015
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La primera de Matt Damon me gustó, no está mal, las demás me parecen absurdas ni siquiera esta se salva de la quema de brujas. Ni siquiera Rachel Weisz o Edward Norton salvan la película. Muy aburrida para mi gusto, se repite lo mismo que en las anteriores, vamos, un Indiana Jones de nuestro días, todo el día corriendo, todo el día huyendo.

Entiendo que le pueda gustar a un público determinado al que le guste el cine de espías y de acción, pero a la gente que les gusta otro tipo de cine no creo que les pueda gustar. Ojo, mi crítica no ostenta una verdad categórica, un crítico dijo una vez de Miguel Bosé que el disco «Velvetina» era un disco bueno pero que no iba a hacer nuevos fans del cantante. Pues a mí me pasó justamente eso, yo empecé a hacerme fan y a comprarme discos a partir de «Velvetina».

Pues con esta película pasa lo mismo, puede que haya alguien al que le guste aunque no sea su estilo, pero a mí personalmente me gusta otro tipo de cine. En cuanto al reparto y a las escenas de acción no hay quejas, solo al género; no llegué ni al final, me quedaron diez minutos o así.
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tipar
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6 de agosto de 2016
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[...] Tristemente, Greengrass no estaba por la labor de perpetuar una entrega más y sin él tras la cámara Damon tampoco puso el camino fácil para regresar. Es lo que sucede con el fatídico lema de “o todos o ninguno”. Así que sin el creador de un estilo consagrado y sin el actor que daba vida al titular de un personaje (ya icono por derecho propio), Gilroy decidió tomar las riendas del asunto como director de un spin-off a modo de secuela paralela y con un guión que se centrara más aún en los entresijos de cómo crear agentes letales, la biología aplicada a la medicina y cómo esta juega con los comportamientos de conducta, el cine de despachos (una vez más) e intentando crear una nueva franquicia apoyada en un nuevo héroe de acción, deudor del estilo y maneras de Bourne pero más acorde o cercano a otros agentes secretos como por ejemplo Ethan Hunt de la saga Misión Imposible, creado por otra estrella mediática fundamental en el género de acción como es Tom Cruise. De ahí que se decidiera dar salida a otro agente letal, Aaron Cross, inteligente, letal, eficaz y experto en defensa personal. Lógicamente, las intenciones hacia “El legado de Bourne” es no jugar tanto con el género de espías aunque se siga recurriendo al estilo de la trilogía original conjuntamente con el cine de despachos, ordenadores, persecuciones, tecnología y demás para enfocarlo todo hacia un punto de vista más médico, profundizando un poco más en el thriller pero de forma mucho más liviana y siendo por momentos un cine más intimista que de costumbre pero sin dejar de lado el cine de acción más contundente. La pena es que el resultado es cuanto menos tosco, indefinido y sin tanta adrenalina como uno pudiera pensar.

La película comienza siendo más contemplativa de lo que uno pueda esperar. Incluso la cámara es mucho más pausada que la de sus hermanas mayores. En los primeros minutos vemos los dos contrastes que se verán enfrentados en la historia y que por desgracia no acaban de cuajar o fusionarse. Por un lado vemos a Alex Cross en plena naturaleza salvaje. En medio de Alaska, con un clima inhóspito y situaciones extremas podemos ver que el agente se desenvuelve perfectamente entre montañas, aguas heladas y lobos. El perfecto soldado. Más tarde, descubriremos que se encuentra en un ejercicio de entrenamiento para ver cuál es su nivel de supervivencia. Pero también descubrimos que debe tomar dos pastillas para seguir manteniendo su nivel de resistencia. Por el otro lado, como si estuviéramos en otra película completamente distinta, vemos a los líderes encargados de los distintos programas clave encubiertos de esta nueva generación de súper soldados y operaciones ocultas de la CIA donde descubrimos con un ritmo pausado pero muy mal montado y narrado que todo lo que vimos con Jason Bourne era tan sólo la punta de un iceberg inabarcable y que aquí se intenta ir un poco más allá dándole un tono mucho más serio y amoral aunque por desgracia no acaba de cuajar tanto como debiera. Tristemente, Gilroy funcionó muy bien como guionista en la trilogía original, logrando convertir un galimatías de nombres, nomenclaturas, operaciones, situaciones y demás jerga en algo más o menos aceptable aunque haya según qué escenas de patente confusión [...].

En cambio, para este legado, Gilroy demuestra no tener la madera necesaria para director y en el guión patina demasiado. Su película hace aguas por todos lados pues parte de un libreto extremadamente confuso, muy mal rematado y que no contiene los matices necesarios para ser fluido y creíble. Pero tras la cámara resulta demasiado acomodado, como si confiara demasiado en que al portar el apellido Bourne en el título se le perdonará todos los errores que vayamos contemplando siendo magnánimos con todo lo que salga porque “todo vale”. Y ese es, para mi gusto y opinión, el peor de los males que puede sufrir la película [...], “El legado de Bourne” se divide en 3 aspectos. El primero es la historia que concierne a Aaron Cross y la parte del espionaje de nuevo estilo donde se enfatiza la fabricación del agente perfecto. El segundo aspecto corresponde a la parte política e interna de la CIA para ver que, una vez más, no les importa sacrificar y cesar las operaciones que vean oportuno aunque eso incluya sacrificar a los agentes secretos. El tercero y el que sirve como novedad en esta entrega es el que tiene que ver con la farmacéutica que mantiene a raya y control a los agentes, representado a través del personaje de Marta Shearing, interpretada por una completamente desubicada Rachel Weisz.

La situación es que nos encontramos con tres historias distintas que les cuesta mantenerse juntas y cada una va por su lado. A Gilroy le viene grande la dirección y lo demuestra con incongruencias narrativas durante casi todo el metraje hasta casi el final del filme que es cuando se centra en la acción, lo único que sirve como vía de escape y lo único que desvía la atención del guión. Todo lo que concierte a Cross resulta visualmente muy potente, incluso consigue ser, en cierta medida, un digno sucesor del propio Bourne aunque no tenga el mismo carisma ni la presencia tan impactante. Es un actor que se esfuerza en todo momento por resultar convincente aún siendo parco en palabras y diálogos. Una forma acertada de darle el tono de personaje solitario y mecánico. Pero en todo momento demostrará ir en contra de lo establecido al cuestionarse ciertos aspectos de las órdenes recibidas. De ahí que decida ir por su cuenta al saltarse la ruta marcada. Las escenas de Jeremy Renner en solitario son las más intimistas e incluso podría decirse que las más contemplativas pues todas, durante un buen tramo del metraje, suceden en plena naturaleza, enfatizando y acentuando la soledad del individuo [...].

- continúa en spoiler -
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claquetabitacora
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7 de enero de 2017
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El agente Aaron Cross es un producto del eficiente programa Outcome. Este programa diseña y entrena agentes cuya función consiste en actuar en solitario en misiones de alto riesgo. Sin embargo, en el momento en que la historia del agente Bourne está a punto de salir a la luz, los altos mandos de la agencia deciden tomar una solución drástica al respecto.

Dirigida por Tony Gilroy, un director mediocre. Se decidió no contar con Greengrass para esta película por lo que Matt Damon decidió no aparecer tampoco. Esta es otra de esas secuelas para hacer caja en la que cambian a todo el equipo anterior por uno nuevo y no suele salir bien.

Bienvenidos a la típica entrega de una saga a la que no parece pertenecer y que existe únicamente para hacer caja. Un caso similar fue el de Terminator Salvation, si cambiamos un par de nombres resulta una película que ocurre en el contexto de la saga pero nada más.
Cambiar a todo el equipo de una película a otra se nota en que no se parecen ni conserva la esencia de la saga, cosa que no les gusta nada a los fans y motivo por el que esta película es la peor de toda la saga Bourne.
La película en sí no está mal, le pasa como a la primera entrega de al saga, ni falla ni destaca. Es una película de acción más que mete nombres aquí y allá para pertenecer a la saga y que acudan los fans aunque apenas tenga relación con la saga.

Cambian a todo el reparto, como suele pasar en estas películas consiguen grandes actores para sustituir a los originales. En esta ocasión Jeremy Renner, Rachel Weisz y Edward Norton se unen al reparto con buenas actuaciones.
Conseguir a todo este nuevo reparto conlleva un sobrecoste, esta película costó 125 M$ para intentar ser mejor visualmente y así compensar lo que es (nada). Al cierre se llevaron 276 M$, la mitad que su predecesora.

Esta película podría colar como la primera de una nueva saga, ambientada dentro de las organizaciones de las películas de Bourne. Esto es porque se parecen bastante en el esquema de la película, pasan las mismas cosas cambiando sitios, otros detalles y poco más. A los fans no les gustó esta película y me uno a ellos, cambiando ciertos nombres sería una película de acción más sin importancia. Obviamente eso tendría menos taquilla así que pusieron Bourne en el título y forzaron una relación para justificar su lugar en la saga. Sin duda es la peor de la saga y mi nota es un 5.

Vaderexpress.blogspot.com
Kaus
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19 de octubre de 2017
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En la misma línea que las anteriores de Bourne. Entretenida, con buenas dosis de acción y persecuciones espectaculares, faltaría más. Esta aporta actores inéditos en la saga. Muy bien Renner y la Weisz. Norton no pega en este tipo de papeles. Se deja ver. Típica cinta de acción. Así que, si te gusta el género, recomendable.
fernando mora lópez
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