Tres metros sobre el cielo

Hache (Mario Casas) y Babi (María Valverde), están hechos el uno para el otro. Su diferente condición social no es impedimento para que se vean juntos. Pero el violento carácter del chico, atestado de testosterona, adrenalina chulería, machocabrionismo y con la palabra “paliza” en la frente choca con las nubes de Don Algodón que rodean el cielo de babi; educada por una buena familia, como los chicos pijos de la zona alta en donde reside, y que sus decisiones nunca “chocarán” contra un sinvergüenza montado en moto, mostrando pecho y jugándose la vida participando en carreras ilegales con sus amiguetes, igual de fibrados de músculo pero negados de cerebro.

Pero el Amor (aaaaaayyy) puede con todo. Así empieza ésta historia de pasiones prohibidas entre jovencitos rociados por el deseo de dejarlo todo y encariñarse en la idílica playa, alejada del mundanal ruido… Fuera las hostias, la pijería, los suspiros oprimidos por la carpeta a la salida de la escuela de niñas… Y a por Mario Casas (un actor de quién no se le niega su talento, lo mismo con la Valverde, pero aquí se lucen por mostrar unos estereotipos más que vistos y distanciados de la dura realidad).

La culpa es de, quien sino, Federico Moccia, un escritor italiano (cuya novela ya fue adaptada al cine por su compatriota Luca Lucini en 2004) y que se forró con otro libro, “Perdona si te llamo Amor” (llevado también con éxito a las pantallas). Moccia es un especialista en contar historias de amor inusuales como edulcoradas. Y con esa fórmula coló y vaya si se forró.

Respecto a su director, Fernando González Molina, no goza precisamente de una filmografía respetable (bueno, sí, si es bueno para la taquilla) y que ya había contado con Mario Casas en la comedia “Fuga de Cerebros” (2009) en que el rompecorazones de las jovencitas de hoy interpretaba a un “borderline”. Un papel no muy diferente a aquí, solo que en éste caso reparte leña y ruge más mal genio que la moto que lleva.

Pensé por que no verla, y después pensé por que la vi. Esta película te hace reflexionar:

Voy a atreverme a hacer mi primera crítica en lo que llevo en esta página para decir: ¿en qué estabais pensando? ¿en serio? una película además de española basada en otra película italiana que está basada en un best seller internacional. Pobre Federico Moccia... aunque sí que es verdad que la versión española ha disparado las ventas del libro, pero eso no es motivo para no hacer el doblaje en español de la misma película original.
Normalmente suele darse el caso en el que la película basada en el libro cambie muchas cosas y elimine escenas y cosas importantes de éste, pero en el caso de esta película... no está basado en el libro mismamente, no, sino que lo han basado en la película... ¡y así nos va! ¡que tenemos que versionar otras películas para ganar fama...!

Estupefacto me quedo al ver el principio de esta película. Machista, absurda... Me produce dolor lo que voy viendo a medida que va pasando la cinta. ¡Pero qué mala que es! La película y la moralidad que rezuma son penosas. Para verle el culo a María Valverde o el pecho de macho de Mario Casas, no tiene desperdicio la película, pero para contarnos que es el amor, uf... Cuando se pone seria, la cosa cambia, se vuelve peor...
Las voces de sus protagonistas me chirrían, son horribles. De todas formas, el cine español está lleno de tales voces. ¡Dios mío! Un par de anuncios de cola (contados de forma rápida) se insertan en el metraje... ¡Qué cutre!
¡Qué vacía es y que vacio me hace sentir! Menos mal que, como la adolescencia, pasa rápido y espero no tener ningún trauma.

La película, a grandes rasgos, cuenta la historia de una niña bien que decide que ya no va a ser normal ni a estudiar ni a hacer lo que las chicas de su edad suelen, sino que a partir de ahora va básicamente a ser malota y a acostarse con su galán, un ni-ni maltratador que hace carreras de motos y no pronuncia bien, entre otras cosas. Más o menos eso es.

Ahora, también he de decir que si yo fuera una niña de 15 años estaría loca por la película, y por colocar un candado en cualquier sitio, menos donde debería...