Homeland (Serie de TV)

No me gusta hacer críticas sin haber podido acabar totalmente una serie, pero tras ver la primera temporada quiero felicitaros porque habeis conseguido hacer lo más difícil; crear adicción con una trama inteligente. Habeis conseguido quitarle el Globo de Oro a Juego de Tronos, lo cual no me atrevería a decir que es justo, pero me parece bien (no pasa nada porque Juego de Tronos va a dar mucho de sí varios años). Felicidades al duo protagonista porque están ambos impresionantes. Gran serie, te interese el tema o no. Quiero insistir, hay series muy buenas que son bastante soporíferas, y al igual que los libros, te cuesta pillarles el gusto. Homeland es trepidante, hacer una serie tan entretenida sin caer demasiado en lo fácil y recurir a los típicos trucos de masas tiene mucho mérito en los tiempos que corren. Una cosita más después de tanto halago:
No la cagueis, no hagais 4 temporadas, no intenteis estirar la historia hasta que pierda todo su realismo como tantas y tantas otras que han caido en lo absurdo, pero sigues viéndolas sólo por saber como acaban. No hagais eso con vuestros fans, no me hagais quitarle ese 9...

He podido ver por fin el final de la serie T-8 capítulo 12
Absolutamente me ha dejado sin palabras.
Jamás he visto una serie con tantos años cómo lleva y con el interés que despierta en cada capítulo a lo largo de las 8 temporadas.
Aquellos que les guste las películas de espías, con buen argumento, buenos medios, intriga de rabiosa actualidad, esta es su serie definitiva.
No puedo decir nada más y nada menos.
Gracias Alex Gansa
Gracias Karry Mathisson, Gracias Saúl Berensson.
Gracias a la productora.

360/17(21/12/11-24/02/21) Crítica de la primera temporada publicada en su momento, al finalizarla comento el resto de las siete sesiones tras haberlas finalizado: Atractiva serie desarrollada por Howard Gordon y Alex Gansa, basada en la serie israelí “Prisoners of War” que fue creada por Gideon Raff en 2009, quien se desempeña como productor ejecutivo en Homeland. Obra de intriga, misterio y suspense, un thriller que te engancha desde su piloto, con una propuesta fascinante, una puesta en escena muy elegante, con personajes muy bien dibujados, unos protagonistas atormentados, uno por su pasado y otro por una enfermedad, guión lleno de sorpresas, un ritmo narrativo sereno pero pétreo donde las catarsis argumentales suenan a gran explosión.
El relato gira en torno al Sgto. de los marine Nicholas Brody (buen Damian Lewis) que en una misión en Irak fue secuestrado, fue dado por muerto pero tras ocho años de cautiverio es rescatado y devuelto a USA como un héroe, el problema le viene por una agente de la CIA, Carrie Mathison (histriónica Claire Danes), que cree que le han lavado el cerebro y ahora es un topo de Abu Nazir (buen David Negahban), un líder de Alqaeda, y que tiene como objetivo un gran atentado en terreno estadounidense, por ello la agente comienza a espiarlo en contra de lo que piensan sus superiores y lo hace extraoficialmente.
Con estos elementos se teje una serie que es un remake de otra israelí, la historia posee un increscendo dramático turbador que se retuerce a cada paso que da, imprime una gran profundidad a los personajes, son vulnerables, con lo que empatizas con ellos, Damian Lewis borda su papel, nos presenta un tipo angustiado por sus años de cautiverio, un ser que parece buscar su sitio perdido en el mundo, navega por la pantalla con una ambigüedad que nos cautiva; Claire Danes hace un rol que es una bendición para una actriz, es una mujer dedicada en cuerpo y alma a su trabajo de espía, con un celo profesional enfermizo y que a la vez tiene que lidiar con una enfermedad mental, un trastorno bipolar que oculta a sus jefes, aunque para mi gusto sobreactúa demasiado, es como si le hubieran dado carta blanca para el exceso y lo aprovecha; resalto la gran interpretación de Mandy Patinkin como mentor de Carrie, es de una contención y a la vez potencia enorme, su dominio gestual es impresionante, anula a cualquiera que le da replica, es de esos actores de raza que traspasa la pantalla.
La ambientación es uno de sus puntos fuertes, muy sombría y cuasi-lúgubre, donde la fotografía de Nelson Cragg (‘Flashforward’, ‘CSI’ o ‘Breaking Bad’) es un personaje más que sirve como canalizador de emociones, acercándonos por momentos a niveles de cine de terror.
Es esta una obra que no quiere ser simplona o caricaturesca, quiere dar rostro y humanidad a los terroristas, quiere darles motivaciones para no caer en el maniqueísmo, pero en lo políticamente correcto a veces se les va la mano a los guionistas.
El problema de esta serie como de muchas otras, que el éxito la puede acabar matando, y es que tendría que haber acabado en una temporada, hacer otra le restará credibilidad, estirará un chicle que daba para más, el poder imán del producto iba asociado al carácter de meta final cuasi-inmediata, alargarla la debilitará y la puede hacer rutinaria, espero equivocarme, pues su último episodio ha sido notable.
Continuo con la síntesis de mi impresión del resto de 7 temporadas que componen las 8 totales de la serie: La segunda continua con las andanzas del ambiguo Nicholas Brody junto a Carrie, mantiene la tensión y los buenos recursos dramáticos para mantenerte enganchado, con giros ingeniosos; La tercera es un pegote que emborrona lo visto, con una conclusión de las desventuras del marine Brody, con situaciones artificiosas, queriendo empujarte a emocionarte, cuando lo que brilla es el sin sentido; A partir de la cuarta temporada la serie vira a auto-conclusivas, inspirándose claramente en hechos reales, en este caso con el escenario central en Afganistán y Pakistán, teniendo su zenit en un ataque a la embajada americana en Islamabad que toma como referencia (entiendo yo) el ataque islamista en 2012 al consulado estadounidense en Bengasi (Libia). La serie torna en valga la redundancia la serie “24”, con complots, ataques terroristas, atentados, espías, traiciones, asesinatos y todo contra reloj, quedándose en entretn4eida y amena a ratos, aunque con muchos agujeros argumentales; En la quinta la acción pasa a Berlín, la influencia notoria es el espía Snowden, y como filtró información, contenido efluvios claros al rodaje del oscarizado documental “Citizenfour”. El nivel ha bajado, se notan unos guiones poco trabajados; La sexta aborda cual contrarreloj de “24” entre el día de las elecciones y la toma de posesión de la primera mujer presidenta de USA, teniendo como escenario Nueva York. El nivel se eleva un poquito con una temporada tensa y muy bien llevada, con un estupendo increscendo dramático, desembocando en un emociónate último episodio donde hay una crucial pérdida;... (sigo en spoiler)

Mis primeras sensaciones con Homeland no pudieron ser mejores, sobre todo por ese piloto genial, que pronto me hizo ver que era el tipo de serie de TV que llevaba un tiempo deseando ver. Quizá no una tan centrada en el terrorismo, pero sí un thriller de espionaje inteligente y frenético.

Los primeros episodios presentan a unos personajes fascinantes, personajes con luces y sombras y tan enigmáticos que te hacen preguntarte qué diablos pasa por sus cabezas a cada momento. Mención especial al dúo protagonista, increíblemente interpretado por Claire Danes como Carrie Mathison (brutal, uno de los mejores papeles femeninos que he visto nunca) y Damian Lewis como Nicholas Brody, cuya actuación cuesta más percibir al principio, pero va cobrando fuerza a medida que avanzan los capítulos.

Hablando un poco de cada temporada sin meterse demasiado en el argumento, Homeland es una serie tremendamente irregular, repleta de altibajos. Sus dos primeras temporadas son brillantes, la propuesta inicial se desarrolla perfectamente con grandes giros de guion y de manera muy entretenida (recuerdo bien el comienzo magistral de la segunda, donde la emoción llega a niveles de paro cardíaco). Es en la tercera cuando las cosas flojean. Aquí, a los guionistas les costó demasiado desprenderse de ciertas tramas que eran innecesarias, ya sea por irrelevantes o aburridas. La serie pierde totalmente el rumbo durante esta parte y me planteé seriamente dejar de verla.

A partir de ahí, Homeland se ha ido reinventando cada año con más o menos acierto. El cambio de aires de la cuarta me gustó, consiguieron crear una temporada diferente y oscura, aunque sin alcanzar el nivel de las primeras. Después, la serie mantiene el interés hasta el final de la sexta cuando, para mí, sufre un bajón espectacular. Ahora mismo voy por la mitad de la temporada siete —ni me creo haber llegado tan lejos— y ya estoy deseando que se acabe, exhausto de tantas tramas soporíferas de conspiración e incluso de la interpretación de Claire Danes. Dicen que la octava será la última, y por Dios que lo sea.

No obstante, aún conservo el sentimiento de nostalgia al pensar en los comienzos. Se me vienen a la cabeza la relación de Saul y Carrie, las discrepancias entre Carrie y la CIA, la introducción de Peter Quinn o el «culebrón» de la familia Brody. Bendita locura, no me extraña que ganara el Emmy.

Asombrosa primera temporada de lo que podemos calificar ya como el gran exitazo del año en TV.
Pero más asombrosa aún la interpretación MAGISTRAL que nos regala Claire Danes. De escándalo. Me enamoré de ella como otros tantos jovencitos new age después de esa maravillosa y dulce Julieta de hace años y cada vez que la veo, la veo menos mona y mejor actriz. Pero el papel ( papeles) de Homeland ya es demasiado. ¿Seguro que no tiene una gemela?... Porque es difícil creer un personaje tan complejo, lleno de matices y truculencias. Pero te lo crees. Y si has experimentado una crisis de ansiedad, angustia e ida de olla en tu vida, ni te cuento...
La trama, que en principio me tiraba para atrás, tiene una carga política y de intriga considerable, pero lejos de estar dilatada y estirada a lo tonto como acostumbra últimamente la tele americana, es incluso parca en detalles y engancha inevitablemente. Y el reparto entero es fabuloso, pero a la sombra de esa master class gozable entera de la Danes. Doce capítulos estupendamente llevados, con prórroga de segunda temporada dados los fantásticos resultados de los primeros en especial, que van a encantar y saber a poco a fans de 24, el intimismo y la política antiterrorismo.
Aquí los reagrupamos vergonzosamente mientras que allí, y no me leerán aplaudir muchas cosas que huelan a americanada, forjan héroes y persiguen a los malos.
Un gustazo, en serio.
Lo mejor: De entre mil virtudes vuelvo a señalar la interpretación de la prota, sublime.
Lo peor: A ver qué hacen en la segunda temporada. Igual la cagan como en mi estimadísima The Killing estirando innecesariamente la trama. Esperemos que no.