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Ángeles sin paraíso

Drama Jean Hansen (Judy Garland) es profesora de música en un colegio infantil para deficientes mentales. Allí conoce a Reuben, un niño con problemas al que sus padres no visitan desde hace años. Jean lo colmará de atenciones y mimos a pesar de que el director del centro (Burt Lancaster) considera que su actitud es contraproducente. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
8 de febrero de 2014
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Traducida al español como Ángeles sin Paraíso, A Child is Waiting es una de las películas que realizó John Cassavetes a inicio de los años sesenta, concretamente en el 1963. La película es sin duda la demostración de que el director norteamericano gozaba de una sensibilidad poco habitual entre sus compatriotas y compañeros de profesión y de que si había una figura renovadora en Estados Unidos comparable al movimiento que se estaba produciendo allende a los mares, especialmente en Francia con el movimiento de la Nouvelle Vague, era sin duda él. Sin embargo el rodaje de la película no fue el más benevolente y deseable de todos. El director de la película llegó a perder la confianza del guionista Aby Mann, del productor Stanley Kramer e incluso de las dos estrellas del reparto, Judy Garland y Burt Lancaster.

El argumento es sin duda peliagudo y comprometido. Con la colaboración de Aby Mann (aunque tuvieron alguna que otra discusión durante el rodaje), Cassavetes adapta una novela que nos lleva a los lugares más recónditos de la mente humana, como es el tema de la deficiencia mental infantil. Lejos de la sensiblería melodramática con la que muchos hubieran afrontado el tema, Cassavetes lo hace con una gracia y sobre todo, una humanidad, muy poco corrientes en los años sesenta. Pocos directores más como él hubieran sido capaces de tocar una película con un tema tan espinoso y salirse airadamente de él (pese a que los problemas de rodaje que tuvo el director con sus dos estrellas, Judy Garland y Burt Lancaster). El propio Cassavetes es quien decidió que se contará con niños que realmente tenían problemas mentales, y para ello decidió colaborar con el hospital de Pomona. El propio director habló con los padres de los niños así como con ellos, para contar con el grupo para el rodaje. Cassavetes no escatima planos durante el propio film y algunos pueden incluso a decir que la galería de niños es el verdadero protagonista de la película, por delante incluso de las dos estrellas del reparto.

El problema principal es Stanley Kramer. El productor (y director de películas como el Juicio de Núremberg 1961) escogió a Cassavetes como el principal responsable de la película,pero no se contentó con un papel limitado de productor, sino que defendió sus propias aportaciones a la película. De hecho, llegó a manipular la cinta durante la postproducción y manipuló las ideas de Cassavetes en la película. Como consecuencia de esto, el director abandonaría durante largo tiempo el sistema de grandes estudios (la película está producida por la Warner Bros) para poder dirigir películas de menor presupuesto pero con una mayor libertad artística.

Además, la pelea entre Kramer y Cassavetes iba más allá de la estética. Cassavetes cuenta que la película debía tener como gran protagonista a los niños, y nunca adoptar un tono totalmente melodramático. Cuenta que fue Kramer quien introdujo algunos primeros planos que hacían que el film llegará por unos tonos sentimentales que no eran del agrado del director. Por otra parte las dos personalidades defendían ideas muy diferentes. Cassavetes defendía la completa intolerancia de la sociedad delante de los deficientes mentales, que en el mejor de los casos aparta la mirada con tal de no verlos. Cassavetes defiende muy bien sus ideas y pese a los desarreglos con Kramer podemos ver esta humanitaria visión en diversas secuencias.

Una de ellas es la comparación que hace la película entre la familia afroamericana y la familia del niño principal de la película. Mientras que la familia de Reuben goza de una posición socialmente elevada, la familia del niño afroamericano a penas puede subsistir. Y sin embargo, el trato que tienen ante sus respectivos hijos es totalmente diferente. Si la familia de Reuben da totalmente la espalda a su hijo, considerado como una mancha en su historial que hay que ocultar ante el resto de compañeros de su mismo estatus, en el caso del niño afroamericano ocurre totalmente lo contrario, y lo tratan con todo el amor posible. Sin duda toda una declaración de intenciones que Cassavetes realiza en un momento en que la comunidad negra tenía una gran carga de prejuicios cargando a sus espaldas.

La película utiliza narrativamente dos flashbacks. El primero de ellos nos enseña nada más empezar la película el abandonamiento de Reuben por parte de su familia, y por tanto es significativamente corto. Mientras que el segundo se encuentra a mitad de la película y tiene una duración más amplia. Este segundo flashback se centra en el nacimiento y desarrollo infantil de Reuben y el director se sirve de él para mostrarnos el ingrato trato que la familia tiene sobre su propio hijo.

Las interpretaciones principales de Garland y Lancaster resultan impresionantes. Lancaster interpreta concienzudamente el papel de responsable de la institución educativa, mientras que Garland encarna el papel de una pequeña maestra de música que acaba de unirse a la escuela. Ambos cumplen más que sobradamente con sus papeles.

http://neokunst.wordpress.com/2014/02/08/ciclo-john-cassavetes-angeles-sin-paraiso-a-child-is-waiting/
Kyrios
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13 de octubre de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como se le puede poner un 6 a esta magistral película es inaudito, un tema que hoy en día está mas vigente que nunca. Las instituciones para menores discapacitados y para adultos también, abarca un tema Psicológico de algunos padres con muchas necesidades en conocimientos educativos y desde luego la extraordinaria y puesta en escena del trabajo intachable de cada uno de los actores y actrices que verdaderamente son de admirar. Que nadie se pierda esta joya digna de ver y al mismo tiempo de analizar comportamientos.
matydeorero
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4 de junio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A child is waiting (Ángeles sin paraíso), es una película dirigida por John Cassavetes en 1963, sobre un guión de Abby Mann, música de Ernest Gold, fotografía de Joseph LaShelle y producida por Stanley Kramer quien mantuvo alguna polémica acción sobre el montaje final de la película en contra de los deseos del director. Pionero del cine independiente y madurado en múltiples medios, Cassavetes siempre sintió atracción hacia temas sociales relacionados con la marginación, la adaptación y la integración emocional entre los cuales el autismo y el síndrome de Down en sus diferentes estadios o variantes mediante la necesaria interacción entre las partes: familiar, educativa y social. En Ángeles sin paraíso el realizador aplica, como solía hacer en su filmografía, la importancia de cierta ampliación emocional de los personajes perfectamente definidos en el guión correspondiente.

El déficit cognitivo en sus diferentes niveles ha de pasar por la adaptación al medio social en el que crecen. La institución que el doctor Matthew Clark (Burt Lancaster) dirige se dedica a la educación de jóvenes con deficiencias sensoriales, motricidad, razonamiento lógico, trastorno de la personalidad, o reconocimiento de la identidad entre otras causas donde la educación especial o diferenciada son aplicadas a este tipo de población en edades de sensible crecimiento mediante intervenciones educativas por medio de la psicología, la ciencia educativa y médica.

Jean Hansen (Judy Garland) es un personaje controvertido, representa lo inalcanzable, lo no realizado, el fracaso personal no confesado. En su desesperación por encontrar un lugar útil en su vida cree encontrar la solución realizándose mediante el trabajando en la singular institución que dirige el Dr. Matthew quien tras una breve y escueta entrevista decide darle la oportunidad de habituarse a un entorno educativo del que no tiene experiencia alguna pero sus conocimientos en música podrían ayudarle a encontrar el espacio que busca en base a la reacción positiva de esta población educativa a los estímulos musicales.

Sophie y Ted Widdicombe (Gena Rowlands y Steve Hill) progenitores de Ruben Widdicombe (Bruce Ritchey) recurren a la institución como último recurso para la educación de su hijo con diagnóstico conocido donde alojarlo para conseguir de alguna manera su reinserción social, cosa a la que los padres parecen renunciar por la actitud desilusionada de un matrimonio separado como consecuencia de la situación vivida reflejada en el flashback que nos acerca al progresivo derrumbamiento emocional y anímico de ambos progenitores.

Ante la realidad del hijo en crecimiento los resignados Widdicombe no dudan en buscar apoyo entre los cuales la profesora de música quien atiende preferentemente a Ruben atraída por la solitud en la que se encuentra tras comprobar el distanciamiento familiar saltándose así parte del protocolo educativo de comunicación creando situaciones de tipo afectivo que solo puede cometer la inexperiencia. El desarrollo del guión nos lleva hasta un desenlace deseado, no sin antes pasar por enfrentamientos emocionales únicos entre las diferentes realidades de todos los protagonistas, lo que nos lleva al replanteamiento sobre los afectos familiares supeditado a la necesaria acción de aceptación emocional entre las partes. Gran película educativa para toda la sociedad sin exclusión alguna.
avanti
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28 de febrero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director de una escuela para niños subnormales (Burt Lancaster) choca con la nueva profesora de música (Judy Garland) cuando ésta se involucra personalmente en el caso de un chico a quien sus padres abandonaron allí hace años.
Emotivo melodrama producido por Stanley Kramer y dirigido por John Cassavetes, que supuso el enfrentamiento entre ambos por una cuestión de intenciones. A pesar de ello, se trata de film apreciable, aunque en poco o nada remite al autor de “Sombras”, si no es por la presencia de su esposa (Gena Rowlands) en el reparto. Firma el guión Abby Mann.



“¿Sabe usted que él aún sigue esperándola todos los miércoles por la tarde?”
CINECLUB
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9 de febrero de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobria y en la medida de lo posible, objetiva película acerca de la discapacidad y el difícil trance de la adaptación de la familia a un hecho inesperado y del discapacitado a un mundo nuevo. Los actores, los de verdad, están bien, pero los que se salen son los aficionados. Moderna, huye de paternalismos ñoños y de sensiblería cursi. Acertada.
angel
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