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Lo que la verdad esconde

Intriga. Terror Norman y Claire son un matrimonio normal: él es profesor de genética y ella ama de casa. El vacío que siente Claire al marcharse su hija a la universidad se convierte en un asunto secundario cuando en la casa empiezan a ocurrir cosas extrañas e inexplicables: objetos que caen, puertas que se abren solas, radios que se encienden sin que nadie las toque... (FILMAFFINITY)
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Críticas 70
Críticas ordenadas por utilidad
28 de enero de 2011
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película me ha gustado por varias razones:
-los dos protagonistas están muy bien, creíbles, inspirados, guapísimos, etc.
-la dosificación de la intriga me parece muy lograda: va subiendo la intensidad poco a poco, aportanto datos gradualmente, sembrando misterios...
-el ritmo pausado, infrecuente en una película que pretende mantenernos en vilo, es de agradecer porque así se disfruta más. No es lenta, sin embargo.
-los ambientes me han hecho disfrutar, esa preciosa casa frente al lago... para soñar.
Peeero también hay cosas que no me gustan:
-los cabos sueltos que deja (asteristo para spoiler). No puedo soportar que lo haga una película que se precie de contarlo todo claramente como parecía serlo esta.
-al final le sobran unos quince minutos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
martadenevares
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23 de julio de 2012
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robert Zemeckis juega a ser el maestro del suspense y del terror, dejando numerosas referencias al cine de Alfred Hitchcock como pueden ser La ventana indiscreta y Psicosis, contando en su reparto con la colaboración de Harrison Ford y Michelle Pfeiffer. Donde esta última desprende el brillo de las clásicas estrellas del celuloide con una interpretación soberbia, lo que no se puede decir de su compañero de reparto.
La trama tiene tintes de suspense a la vieja usanza y logra crear una pesadilla fantasmagórica, que cuenta con los tradicionales sustos que se consiguen a partir de un efecto sonoro potente y una imagen fugaz. Destaca una secuencia inolvidable en una bañera resuelta magistralmente, recogiendo un instante agónico que quita la respiración.
Lamentablemente ese aroma clásico que desprende se pierde en algunos planos realizados mediante efectos especiales, que resultan innecesarios en una historia de estas características, perdiendo en parte la magia conseguida anteriormente.
A pesar de todo resulta una obra de suspense notable, al más puro estilo tradicional empleando nuevas tecnologías, pero no llega a la altura del cine del verdadero maestro del suspense.
Jon
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14 de noviembre de 2013
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera media hora fue insulsa, viendo una casa con un supuesto espíritu y a una Claire haciendo de "La ventana indiscreta", dos en uno. Aunque agradezco que esta peli no tuviera demasiado terror, pues no aguanto bien ese género.

La segunda media hora Claire iba camino de descubrir el misterio, me gustó más esta etapa, para mi la amiga de Claire (no se el nombre de la actriz) fue la que mejor personaje hizo.

De ahí en adelante tenemos la típica persecución que se deja ver pero no dice nada. El final si me gustó.

Michell Pfeiffer y sobretodo Harrison Ford muy flojos en sus papeles, la historia que era buena y algunas escenificaciones incluso ingeniosas como la de la bañera, no emocionaron, intentaron suplir estas carencias con una música fuerte de tensión, unos movimentos rápidos de cámara y alguna oscuridad que no me dejaban apreciar la escena.

Los personajes de los vecinos quedaron en nada, la vecina no explicó el porqué de las cosas que le sucedían, sino que dejó unas palabritas para que las adivináramos.

Buenos gritos los Mercedes Montalá, la dobladora de Michelle Pfeiffe.

Pienso que el orden de las secuencias y la manera de presentarlas no produjeron la intriga debida.
kiki
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17 de enero de 2014
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mínimo que se le ha de pedir a una cinta de terror es que ofrezca algo de tensión. Producirte, aunque sea a pequeña escala, cierto nerviosismo durante el visionado. Si ya de partida, no lo consigue, poco podemos reseñar.

Robert Zemeckis recluta para su película a dos pesos pesados del Hollywood de aquellos años. Nada más y nada menos que Harrison Ford y la siempre deslumbrante Michelle Pfeiffer. El problema es que ahí se acaban todos los méritos del film.

La trama resulta bastante pobre, y lo que es peor, demasiado previsible. Es un quiero y no puedo constante. Uno puede acertar casi en la totalidad de las ocasiones que es lo que va a pasar a continuación. Por sí esto fuera poco, la película se dedica a saquear deliberadamente todos los tópicos del cine de terror y entregárnoslos en bandeja de plata, uno detrás de otro, descuidando cualquier giro de guión que pudiese dar algo de interés a la historia.

Pobre resultado para un director capaz de ofrecer bastante más.
BMelon
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30 de noviembre de 2021
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni los Petersellers cantando a toda banda borda.
Señoras y señores, niños y niñas, hoy tengo el enorme placer de presentarles a todos ustedes la, sin la más mínima posibilidad de duda o debate que saco la faca, sí, lo siento, sé que me quedo corto, timorato, reculo, equidistante y broncíneo, peor película de la historia de la humanidad. De eso se trataba el progreso humano, de llegar a este puto punto sin retorno ni remedio, de cruzar el Rubicón, del dolor de vivir, de doblar el tiempo; de esto hablaban en verdad las profecías mayas, el fin del siglo y el milenio, de esta hecatombre, apocalipsis, el día del juicio final y de la bestia, el fin de la historia, el parto de los montes. Ya no hay vuelta atrás. Todos los años sucesivos, todo el siglo veintiuno es un sueño, la pesadilla horripilante de un cretino que se muerde la cola, en esas estamos inmersos, boca abajo, con el agua al cuello, paralizados de miedo, esa es la verdadera explicación de todo lo que padecemos, de tanto fenómeno perverso, las siete plagas bíblicas y todos los pecados capitales juntos y juntas. Ea.
A más seria o terrorífica que trata de ser o parecer, más de broma es, nos da o entra sin vaselina la floja risa, aunque estoy completamente seguro de que es justo lo contrario, y viceversa, siempre aproximadamente, por supuesto.
Una mezcla abominable de The Ring, Presunto Inocente y el pobre Tristan Tzara, qué he hecho yo para merecer esto.
Es todo eso tan repulsivo, el estercolero norteamericano en todo su apogeo, de la mojigatería moral yanqui, el terrible puritanismo protestante, la represión salvaje de los instintos que crea monstruos, que deriva en barbarie, lo que vienen acarreando con tanto quebranto y pena, como una maldición o brazo gitano, desde que arribaron a las costas de Nueva Inglaterra los del Mayflower nada menos, hace ya tanto jodido tiempo, el sexo como centro de todo, faro, perdición y derrotero, compulsivo obseso, me muero, como deseo inalcanzable y diabólico que solo de pensarlo depara aberraciones sin cuento, brujas y demonios al retortero de la posibilidad acojonante del, por ejemplo, satanás, vade retro, espeluznante adulterio y yo ya me voy corriendo y de todo me confieso, de meterla en caliente donde nunca se debe, la polla y la olla también nos caben en esta entente, ese inconsciente colectivo jungiano o no tanto personal freudiano, casi monta tanto, van tan de la mano (sus dos santos, aquí aparece hasta un ignominioso y negro psiquiatra, todo aunado, la mar de majo, cuánto teatro pánico), que de tanto usarlo se ha pervertido y carcomido y que nos informa con todo lujo de detalles de las atroces consecuencias que ha producido, y sigue en ello, el nefasto intento de controlar las supuestas bajas pasiones, las más altas y estéticas, arte jondo mediante, solo sin son practicadas/ejecutadas como debe ser por quien sabe/siente de esto, por nosotros, unos pocos elegidos, esa torcida y enfermiza sublimación que se traduce en malsana y epiléptica desviación, en lo más escabroso y macabro, en la violencia más cruel, la obsesión por/con el crimen, ya que no me la/o puedo follar, por lo menos la/o mato, algo es algo, eros o tánatos. El país de las perversiones y los asesinos en serie. La vida mansa rutinario amorosa transformada en un espectáculo de barraca de feria. Por eso son los amos del mundo, porque saben convertir lo anodino y tedioso, el aburrido mete saca del común de los mortales, ese ejercicio sin apenas gracia, todas esas burocráticas tareas, funcionarialmente obligadas, sin ganas, en las fallas de valencia, en pirotecnia huera, en algo sacrificial/sagrado, caníbal holocausto y gol de España, porque son todavía unos adolescentes empalmados que se la cascan como monos amaestrados con la siniestra mientras con la otra mano, siempre hay un camino a la derecha, sostienen la biblia que miran con el rabillo del bizco ojo y hacen complicados equilibrios con el cuerpo, se contorsionan malamente, tiemblan como espárragos, para que no se les caiga el winchester 73 que tienen justo debajo de la barbilla y que heredaron de su tatarabuelo James Stewart.
El Hitchcock de Marnie la ladrona de fondo, esa rubia fría, volcanes helados, como Kim Novak en un extraño en mi vida, o los puentes de madison, las que organizan o montan estos elementos para tratar de justificar grotescamente una triste cana al aire, capaces de tirar bombas atómicas sin despeinarse, pero completamente paralizados/impotentes ante un posible polvo a destiempo, como lo del Me Too de última hora u hornada al que se han adherido con tanto fervor y proclama, pasión y gusto, los mismos que son protagonistas del burdel ambulante más grande y depravado del universo entero, donde todo el mundo se prostituye por un de arándanos zumo, fariseos y sermoneadores, las dos caras de la misma moneda, como explicaba de aquella alucinada manera, el trasfondo oscuro de todo, la peli de Phoenix, en realidad, nunca estuviste aquí o más concretamente la de Cronenberg, maps to the stars, esconder/meter la máxima corrupción inimaginable debajo de la alfombra (esa isla, símbolo perfecto de todo este tinglado horrísono, Lolita del suicidado casualmente Epstein o esos efusivos y mayoritarios agradecimientos públicos de los actores más famosos y exitosos, muchos de ellos además, para mayor escarnio, mujeres, a Weinstein de los/las que luego se rasgaron las vestiduras tanto, se sorprendieron/lamentaron mucho y le repudiaron con todo el asco de su ser, cuando, oh, dios mío, se enteraron de repente de lo allí sucedido o acaecido esos años, como en Casablanca hacía el pequeñajo con el juego en aquella gran escena cómico siniestra, ante unas fechorías que conocían hasta las ratas de las alcantarillas, toda esa fachada de recta moral que intenta tapar los mayores espantos con una inmensa caradura y tremendo cinismo),
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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