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12 años de esclavitud

Drama Basada en un hecho real ocurrido en 1850, narra la historia de Solomon Northup, un culto músico negro que vivía con su familia en Nueva York. Tras tomar una copa con dos hombres, Solomon descubre que ha sido drogado y secuestrado para ser vendido como esclavo en una plantación de Louisiana. Solomon contempla cómo todos a su alrededor sucumben a la violencia y a la desesperación. Pero él decide no rendirse y esperar a que llegue el ... [+]
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Críticas 309
Críticas ordenadas por utilidad
1 de marzo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Steve Mc Queen logró con "12 años de esclavitud" (2013) una película épica, basada en hechos de la vida real y con un entorno sobresaliente de musicalización, ambientación, fotografía, montaje y actuación sobresaliente. Es un film oscuro no sólo por su temática si no por los hechos dramáticos que relata.

"12 años..." es un homenaje, una muestra de respeto desde su título en adelante hacia las aberraciones disculpadas sin el menor juicio en la potencia norteamericana. Es otra de tantas historias de barbarie racial que Hollywood cada tanto sabe cocinar a fuego lento y sabiendo que los detalles poco elegantes siempre quedan cortos.

Chiwetel Ejiofor, desde ahora un nombre que permanecerá en la memoria de los entendidos, está excluyente y no le pesa ser el único hilo conductor de este drama. Mención por igual para secundarios de lujo como Giamatti, Fassbender, Nyongo, entre otros.

Mc Queen por su parte, utiliza la sonoridad de Zimmer para darnos escenas alargadas donde la expresión del rostro del protagonista, los silencios y los contextos son más poderosos que cualquier frase de guión. Nos ubican en las acciones con atmósferas que en otros no aparecían.
Histórica y brillante, así podría resumirse esta pieza que justifica sus premios y nominaciones por doquier. Juega con el asombro y el dolor sin hacernos caer en sentimentalismos, más bien nos ubica en la condena de lo que presenciamos con un constante interés por conocer más del desenlace. Una notable realización.

Recomendación:
Notable. Una cinta bien hecha, casi sin ripios y de tremendo valor en múltiples niveles.
buyinski
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6 de marzo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por: John Harold Giraldo Herrera
Docente universitario y periodista
[email protected]

Un pelotón de afro descendientes parecen listos para una fotografía, de repente la cámara los enfoca y luego de un breve estatismo comienza el jornal, los canticos y la carga esclavista. Se trata de una película que es adaptada de un libro y que nos cuenta la vida de un hombre libre, un hombre culto, que toca el violín, se pasea por las calles tranquilo y de un momento a otro es engañado y lo esclavizan. La película es un viaje al pasado y un severo relato de un hombre maltratado, de una generación doblegada, indignada, puesta en grilletes, y hecha en propiedad como objetos comerciables. Luego de la foto estática esta película coge un ritmo en el que quedamos atrapados.

Esta película parece convertirse en una forma de saldar el pasado, de poner una alerta y un modo de prueba de la humanidad, en la medida que al mostrarla opera como un ejemplo de lo que no se puede repetir. Pero eso ya lo han hecho muchas películas. Lo que tiene de nuevo es su forma de contar, el estilo de un director que siendo británico explora desde unas estéticas el relato audiovisual.

En primera medida los juegos de cámara, una cámara testigo, una cámara que hurga (se introduce entre los cañaduzales por donde trabajan los esclavos, nos deja ver el sufrimiento y nos permite explorar noches a la luz de la vela…) es un primer elemento estético revelador. Luego los personajes elegidos para cada papel son un esmero por darnos mayor verosimilitud, y hacernos creer más la historia. Ahora, lo trascendental, es que nos interna en el mundo cruel y fatídico del racismo.

Que haya ganado el Oscar, al estatuilla principal, no es gratuito, aunque parece ser que se rompe una norma de los premios. No es una película que hable del honor estadounidense, como Argo, o Zona de miedo. Al contrario, la sensación generada es la del desasosiego y el abandono, de la vena maltrecha y diciente en contra de la libertad. La vida de Solomon Northup pasará a la historia de los casos emblemáticos de ignominia del país que dice ser la cuna de la civilización. Su lema fuerte y empeñado: “¡Voy a sobrevivir! No voy a caer en la desesperación, voy a mantenerme firme hasta que tenga la oportunidad de ser libre”. Esa proclama es la que se hace evidente en toda la historia, con una carga pesada, muy pesada sobre nuestros ojos: que tal hecho no parece posible.

De manera que esta película no se ve sino que se sufre y se aprecia. Por un lado, uno experimenta la tortura, la desesperación, la asfixia, el dolor y una serie de sentimientos y emociones más, sobre la esclavitud: parece una eternidad esos doce años. Por el otro se aprecia, porque está muy bien cuidada, lo estético nos llama la atención, nos recrea y sirve como enganche para hacernos revolcar en las butacas. En otras palabras, los encuadres, los planos, la decoración, son elementos que no son sólo de forma, sino de sentido. Es una película bella, cruel y hasta horripilante en lo que nos cuenta, ojalá esto no hubiera pasado, murmulla uno, para no tener que verlo.

sigo en spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
John Giraldo
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9 de marzo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película que tan produnda pretende ser, sólo ha conseguido enfadarme profundamente. ¿A qué está jugando el director con nosotros? ¿Realmente tiene que poner esos planos insorportablemente largos de cosas banales (de flores, de atardeceres, de la cara de pasmado del protagonista) una y otra y otra vez, para que nos demos cuenta de todos los simbolismos que pretende encajar en su manida y totalmente predecible historia?

Creo sinceramente que con ese material, con ese dramón intenso, sofocante, casi increíble pero aún así real, podría haberse hecho algo muchísimo mejor. O al menos algo bueno.
Esta película es lenta y aburrida, los personajes no convencen, yo no llegué a creerme a ninguno, ni a empatizar con ellos, a pesar de lo terrible de sus historias. Junto a los largos períodos en los que no pasa nada o casi nada, se mezclan escenas brutalmente explícitas de violencia muy desagradables. Sabemos que la época esclavista fue terrible para muchas personas durante muchos años. No necesitamos primeros planos de carne despellejándose bajo el látigo para saberlo. Entendería esta brutalidad si el director estuviese buscando remover conciencias sobre algún tema actual al que no se le preste la atención que requiere. Pero no creo que el tema de la esclavitud entre en esta categoría.

Con todo, lo que peor me sentó de esta película es su grandilocuencia, y que se nota a kilómetros que está parida por y para los Oscar.

Lo mejor: el personaje de Sarah Paulson, la esposa de Eps, el único no plano de toda la película.
Lo peor: no sabría elegir entre la etapa del protagonista en la plantación de Ford (Benedict Cumberbatch), que está narrado a trompicones y sin ningún sentido, o el personaje de Brad Pitt, totalmente inverosímil y metido con calzador.
Laura
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10 de marzo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película, reciente ganadora del Oscar a la mejor película, seguramente esté llamada a convertirse en un referente de lo que fue el tema de la esclavitud en los Estados Unidos. Y está bien que así sea. La temática lo merece, y sin duda la Academia tenía que otorgar un reconocimiento a esta obra y a este tema, el “pecado original americano”.

En lo personal la película me ha parecido correcta y convencional. No mucho más. Siempre resulta interesante ver retratado en el cine hechos que tienen que ver con determinados momentos históricos o con ciertos aspectos de la naturaleza humana, y tener la posibilidad de reflexionar sobre ellos, aprender, enriquecer la mirada, intentar comprender un poco más.

Esta película en particular, basada en una historia real y situada a mediados del siglo XIX, retrata la durísima vida de los esclavos en las plantaciones del sur de los Estados Unidos, desde la mirada de Salomon, un hombre negro que es libre, culto, “americanizado”, pero que ha sido víctima de un secuestro y es vendido y obligado a convertirse en esclavo. El punto de vista se vuelve así más desgarrador, y de algún modo toda la audiencia puede ponerse en su lugar, en su piel.

La película es hiperrealista, y pone todo el acento en la crueldad de los amos hacia sus esclavos, en la humillación, en el maltrato sistemático como si de animales de carga se trataran, en la deshumanización, en la dureza del trabajo en los campos. De esta manera no nos quedan dudas del sufrimiento de quienes padecieron la esclavitud, y no podemos evitar sentir una inmensa impotencia y de preguntarnos cómo es posible que estas cosas pudieran suceder.

Personalmente siento que la película se quedó en la mera ostentación del maltrato, y poco ahondó en otras cuestiones más sutiles. Imagino que a lo largo de la historia de la esclavitud habrá habido amos menos sádicos y un tanto más benévolos, y esclavos viviendo situaciones quizás menos sufrientes. Esto de todos modos no le quita al tema de la esclavitud la profundidad de su dramatismo. Hubiera querido aproximarme un poco más a saber qué había en las cabezas de los hombres blancos convencionales de la época, qué le pasaba a una sociedad capaz de institucionalizar la esclavitud. Cómo se combinaban el afán de acumular riqueza con el desprecio racial y la trata de personas. Y qué cuestionaban quienes postulaban la abolición. Hubiera querido sumergirme también un poco más en la docilidad de quien nace esclavo y no conoce otra forma de vida, sobre cómo se sobrevive colectivamente cuando se es considerado poco menos que un animal.

La esclavitud resultó abolida, afortunadamente, pero por desgracia todavía subsisten la explotación y la opresión, bajo otras formas. Como espectadores podemos pararnos de nuestras butacas y aplaudir esta obra de Steve McQueen, pero no nos confundamos. Alguien tiene que seguir haciendo el trabajo duro en este mundo. Probablemente los modernos sistemas de cosechas hayan atenuado el trabajo humano en las plantaciones de algodón, pero las modernas factorías textiles ubicadas en China están llenas de trabajadores que se desempeñan bajo durísimas condiciones, incluso con mano de obra infantil. Muchos de nosotros luego vamos a las coloridas tiendas “low cost” a comprar nuestras prendas a costos convenientes, sin preguntarnos qué hay detrás de cada artículo que compramos, qué sistema humano estamos validando. Sencillamente no nos interesa. Y despúes tal vez vayamos a comprar una entrada al cine, a ver a la última ganadora del Oscar y a indignarnos con las injusticias que se cometían en el siglo XIX.
urbana
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2 de abril de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, en el titulo ya doy pistas. Para mí, un coñazo de principio a fin, no porque no me guste el tema, es que creo que esta película sobresale porque se ha hecho en la época de Obama, si no, de qué. Michele Obama reconoció que era descendiente de esclavos (no se como lo sabe, pero lo sabe). Y en esta película hay tantas escenas de atropello físico como en aquella afamada serie de nuestra niñez: Roots ("Raíces") donde un monuental Kunta Kinte hacía de las suyas.
Solomon, es un fiel seguidor de esa saga.: el heroe negro, un resistente. A la película no le veo más que maldad por todas partes, uf... un no parar de castigos físicos y sevicia. Pero creo que la historia, siendo cruel, se puede contar de más maneras. La profundidad del personaje protagonista, no la veo por ningún sitio y no se cuenta lo que hizo o no hizo la otra parte, su familia, sus amigos para encontrarle, todo queda supeditado a lo que vive él, que es un verdadero infierno, pero que nos da una visión muy limitada, muy estrecha de la historia. Muy pobre el planteamiento para abordar un tema tan grande. Bien las interpretaciones, pero narrada así, daba para un cortometraje documental. El director ha decidido hacer un largometraje, con escenas repetitivas, pues yo le doy esta puntuación tan baja. No da para más.
fleury
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