La víctima perfecta

Pues vaya renacer que tuvo la mítica productora inglesa, menos mal que con La mujer de negro ha lavado todos sus pecados habidos y por haber. Infame, con un guión risible que no se sostiene y un Lee Pace lamentable, ofreciendo un amanerado obsesivo sexual (donde quedó la paranoia?) Se le notan al film los recortes, con ese personaje que parece que va a tener peso y que seguro se quedó en la sala de montaje, sería el típico poli que sospecha de algunas desapariciones. Espero que no sea la última película del señor Lee, estaría bueno...
Ay madre, qué pérdida de tiempo y de dinero

Tras el bodrio tecno/vampírico "Beyond the Rave 2008", y el más que digno remake de "Déjame entrar 2008", estamos ante el tercer título de la resucitada Hammer ; teniendo para la ocasión una historia presuntamente de terror ambientada en un viejo edificio de apartamentos de Brooklyn, en el que la doctora recientemente separada que interpreta Hilary Swank se instala como inquilina atraída por el bajo precio del alquiler (380 dólares/mes), dispuesta a soportar los ruidos derivados del paso frecuente del metro por debajo de la casa que hace temblar las paredes, y teniendo como vecinos a Max (Jeffrey Dean Morgan), el apuesto propietario del edificio con el cual tontea, y al abuelo de este, August (Christopher Lee).

Pues bien, a pesar de todo lo bien que pinta unos créditos en los que podemos ver juntos los nombres Hammer y Christopher Lee, mas el de esa gran actriz que es Hilary Swank, hay que acabar rindiéndose a la evidencia (me da que va directa a DVD), y aceptar que estamos ante un decepcionante thriller de sobremesa de luxe (mas que nada por la Swank) en el que el hasta ahora documentalista con algún trabajo para televisión, Antti Jokinen, debuta como director de largometrajes sin pena ni gloria. Los afortunadamente en desuso "thriller medio soft noventero con inquilina acosada", conocieron mejores tiempos y hasta tuvieron sus referencias ("Sliver 1993"), pero hoy en día basar el interés de una película en escenillas presuntamente subidillas de tono (soft, no se hagan ilusiones con la Swank) que desembocan en un final previsible, tópico, y lo que es peor rijoso y mal rodado, sin molestarse en dar alguna mínima explicación (aunque la verdad tampoco es que se eche mucho de menos) del pasado del agresivo psicópata voyeur, y usando a un Christopher Lee que pasaba por allí haciendo bulto como aderezo mitómano (apenas sale 4 escenas mal contadas y nos quedamos sin saber que pinta en la trama), a mi juicio queda más que demodé.

En resumen, mala función producida por Hillary Swank y el otrora interesante director Renny Harlin, que flaco favor hace al prestigio labrado durante tantos años por la Hammer (eso sí, la fotografía muy pinturera).

No es que la película sea mala, el problema es que toca un tema muy visto y no consigue sorprender.
Pero si por un momento te olvidas de todas las demás que has visto con la misma temática puedes llegar a empatizar con ella.
Que la película es por y para lucimiento de Hillary eso es indiscutible y sí además ponen al que para mí (y lo siento por el actor) siempre será el padre de los Winchester como malo, pues ya la película no da más de sí. Podían al menos jugar al despiste y no dejar las cartas sobre la mesa a los 5 minutos de empezar la película, pero es todo tan obvio que acabarla es por costumbre. Creo que podrían haber hecho muchísimo más con un tema tan espeluznante, también es cierto que hay ciertos momentos que consigue transmitir lo desagradable de la situación pero en cuestión de segundos lo desagradable se convierte en anecdótico.
El final es muy muy previsible e incluso irrisorio.

La víctima perfecta es la típica película de thriller psicológico rodada un millón de veces. En éste caso, la chica (Hilary Swank) busca apartamento para vivir y entonces conoce al chico (Jeffrey Dean Morgan). Al principio, los dos se caen bien, pero como el chico es un poco soso y aburrido, la chica no le hace mucho caso y pasa de él. Entonces el chico se obsesiona primero y después se vuelve loco; ya que siempre se ha dicho que lo más difícil de alcanzar, es lo que más gusta conseguir y en ésta película se cumple éste dicho.

En principio, la historia en sí parece interesante, hasta que ves pasar los minutos y llegas a la conclusión de que no entiendes nada. Incluso te preguntas ¿qué pinta Christopher Lee en ese bloque solitario de apartamentos?. Pues la respuesta es muy sencilla y es que como la película está producida por Hammer Films y el señor Lee ha sido el Drácula de la Hammer durante muchos años, pues debieron de darle un pequeño papel y así de paso atraemos audiencia. Lo curioso de su personaje es que nada mas aparecer su papel pinta bien, pero al final los guionistas arruinan su interpretación.

Mas adelante vemos como la historia empieza a adquirir cierto sentido, cuando vemos una serie de imágenes que recuerda el casero. Si no es por eso, no sabríamos cómo se habría conocido ésta extraña pareja.

Lo que menos me gustó de la película son las escenas finales. cuando parece que el "casero salido" va persiguiendo a la inquilina para matarla o vete tú a saber qué, e intercalan escenas de tensión con largos momentos de silencio y aburrimiento, cargándose así la esencia de la película.

En cualquier caso, es una película para verla sin mas. Tampoco es que sea mala del todo, aunque se podrían haber trabajado mas las secuencias de algunas de las escenas finales, así como haber mejorado el papel de Cristopher Lee; que ese señor siempre da mucho juego para éste tipo de filmes.

Frágil y rutinario suspense de terror con una Hillary Swank asustadísima que alquila una casa propiedad de un tipo tan apuesto (Morgan) como psicópata y peligroso. Swank aguanta el tipo y Morgan luce bien en cámara en este papel. Correctamente hecha, ajustadita de ritmo, roza el aprobado y se olvida tan pronto como se ve.