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Bandidos de Orgosolo

Drama Rodada con los habitantes de la región montañosa de Barbagia, en la isla de Cerdeña, es tanto la historia de un pastor echado al monte tras ser injustamente acusado de un crimen, como la plasmación de un mundo de belleza hosca, árida y arcaico. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
30 de enero de 2011
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vittorio De Seta ya había ganado un premio en Cannes con “Isole di fuoco” en 1954 por un corto documental. “Bandidos de Orgosolo” también lo parece: actores no profesionales de carne y hueso en una excelente combinación de tono documental con thriller rural (incluso historia de amor entre líneas) y drama psicológico con decorados naturales amenazantes. Neorrealismo combinado con los hallazgos de Robert Flaherty.

El thriller se suele basar en un elemento común: estar en lugar y momentos equivocados o ser testigo de algo que te puede costar la vida. Vittorio De Seta dirige la película en su primera vertiente: un pastor que ha conseguido lo que no pudo su fallecido padre ve como todo se arruina porque unos bandidos ocupan su refugio al estar uno de ellos malherido. La policía llega y el pastor calla por miedo (los bandidos están muy cerca vigilándolo) y ocurre lo que tiene que ocurrir: el pastor huye y un policía muere. El responsable de todo: el fugitivo.
Ni la ayuda familiar y la de su hermano hacen asomar un atisbo de sol entre los negros nubarrones. Todo se convierte en un filme de lucha por la supervivencia: las ovejas tienen que llegar vivas y huir ambos hasta que todo se arregle, pero todo se empeora…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maldito Bastardo
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6 de agosto de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un pastor es acusado injustamente de robo y asesinato, por ello decide subir al monte e iniciar así una peculiar persecución con su hermano pequeño y sus ovejas.

Impresionante retrato de una época no tan lejana donde el campo y los pastores vivían de espaldas a la sociedad moderna, de la cual desconfiaban, y de la que solo les interesaba las escopetas de caza. La vida tosca, atormentada y tremendamente ruda del campo y sus reglas quedan bellísimamente descritas por Vittorio de Seta.

El director también expone en el film reflexiones sobre la frágil frontera de la bondad humana, y realiza una feroz crítica al divorcio entre una sociedad rural y el sistema moderno, representado por carabineros.

El árido pero tremendamente lírico paisaje montañero de Cerdeña da a la historia el escenario ideal y explica la simbiosis con su gente.
Roger
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4 de septiembre de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soberbio film, documento histórico-etnográfico sobre los pastores sardos, su vida, su trabajo y la injusticia de una sociedad que castiga la pobreza y la miseria. Todavía hoy, despues de 53 años, merece la pena la visita a Orgosolo y deambular por el pueblo que mantiene el estandarte de la rebelión através de los murales pintados en sus casas y calles. Un museo al aire libre, el triunfo del graffitti...
rocamadur01
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19 de agosto de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
304/14(17/08/21) Notable drama rural encuadrado en el neorrealismo italiano más crudo, que cumple ahora 60 frescos años desde su estreno (24/Agosto/1961), y que ganó el Premio a la Dirección en el Festival de Cine de Venecia (el director De Seta ya había ganado un premio en Cannes con “Isole di fuoco” en 1954 por un corto documental). Ópera prima en un largometraje dramatizado del siciliano de Vittorio De Seta, con guión liviano propio escrito junto a Vera Gherarducci, con gran influencia de obras como los semi-documentales naturalistas-humanistas de Robert Flaherty (por lo de los Hombres luchando contra las fuerzas de la naturaleza; la película, de hecho, ganó el venerado premio Flaherty), en miscelánea con cintas transalpinas como “Ladrón de bicicletas” (El Hombre pobre luchando contra las miserias Humanas) y “La Terra Trema” (también motor el Hombre vs Naturaleza), ambas de 1948, de las que tiene muchos puntos en común. De Seta era un documentalista que en 1958 dirigió un cortometraje en este género, “Pastori di Orgosolo”, así que cuando se estrenó en la ficción tiró de su experiencia en el tema, tirando fruto del más dogmático neorrealismo italiano de actores no profesionales (reales pastores sardos), destacando un sensacional Michelle Cousso de protagonista y Peppeddu Cuccu como su ascético hermano adolescente que le acompaña en su huida hacia ninguna parte, para hacer más difusa la línea entre realidad y ficción, sus nombres en la historia son los suyos propios. Por cierto actores acreditados en su conjunto como ‘Pastores sardos’.

Obra austera, seca, que destila autenticidad por todos sus poros, revestida de una gran poesía visual, gracias a una formidable cinematografía en portentosa luz natural del mismo De Seta, con hermosas tomas de las áridas montañas cerdeñas, con esos picos, esos cielos nublados de fondo moviéndose, esa luna, con encuadres emocionales, con dramáticos contrapicados, jugando con los claroscuros expresionistas, este agreste panorama da forma a estos pastores, formándoles un carácter lacónico y racial de estos seres que viven con único techo el cielo, supervivientes que han elegido esta vida porque no conocen otra. Ello con gran lirismo en su estética de contrastes de grises, evocando cuadros de paisajes turbadores, con profundidad de campo. Un estudio de la vida de estos pastores, una denuncia de la grieta existente geo-social entre la vida en el campo y la sociedad ‘moderna’ con sus maleables leyes. Ello para hablarnos del orgullo, de la dignidad, el sentido del deber, la vocación, los círculos viciosos, la fuerza del destino.

Michele, pastor de Orgosolo injustamente acusado de robo y asesinato, se ve obligado a huir de los carabinieri por las inhóspitas montañas de Orgosolo (Cerdeña), lo hace junto a su hermano Peppeddu llevando un rebaño de cabras necesario para pagar una deuda con el aval de su casa donde vive su madre.

La cinta comienza de modo áspero, marcando a fuego sus cartas. Con esa visión cruda de la vida pastoral en las montañas de Orgosolo la Barbagia de Cerdeña. Allí el protagonista Michelle debe acoger a la fuerza a unos bandidos con uno de ellos heridos, que huyen de los carabinieri. Pero estos llegan y se produce un tiroteo, uno de ellos policías muere, y aunque Michelle ha quedado al margen de todo, será el objetivo de las autoridades, por ser el único conocido. Michelle que no confía en la justicia decide huir con su hermano menor. Embistiendo su travesía de una enorme dureza melancólica, no vemos interpretaciones, vemos a dos pastores conducir a un rebaño por los agrestes montes ello con destino parece a ninguna parte, sintiendo con ellos la presión claustrofóbica de un entorno que los asfixia poco a poco. Ello en un paisaje donde nunca da sensación de haber luz de sol, los nubarrones siempre presentes, y nunca terminando a romper en lluvia. Es la eterna Batalla del Hombre contra los elementos, aquí representados en la Naturaleza y en el propio cainismo humano, una existencia aislada prácticamente del mundo, en cuasi-comunión (forzada) con el entorno rocoso y gris (cual vidas de estos pastores). Ello con un rush final cortante y muy satisfactorio en su metáfora, y recordando en gran medida al de “Ladrón de bicicletas” (spoiler).

Se le puede achacar lo de su débil argumento, donde la mayor parte del tiempo vemos a los pastores levar a su rebaño por las montañas, guiarlo de un lado a otro, donde ellos silencios son muchos, pero es que la cinta no pretende ser más que un cuadro y homenaje a estas gentes que parecen vivir anclados en el tiempo. Donde el par de acercamientos al pueblo es en la nocturnidad y parece ser un lugar irrespirable para los pastores, dan la impresión de que las paredes y callejuelas les ahogan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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27 de julio de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Banditi a Orgosolo” (1960) de Vittorio De Seta con Michele Cossu, Peppeddu Cuccu, Vittorina Pisano, entre otros. Drama italiano sobre un pastor de Orgosolo injustamente acusado de robo y asesinato, se ve obligado a irse a las colinas donde no hay agua ni pastos… con su rebaño en peligro y él desesperado porque está lleno de deudas, se convierte en bandido. Este es el primer largometraje del director siciliano Vittorio De Seta, y está interpretada por pastores reales y actores no profesionales; por lo que ellos están acreditados colectivamente como “pastores sardos” El filme fue precedido por 2 documentales filmados por el mismo De Seta en la década de 1950: “Un giorno en Barbagia” y “Pastori a Orgosolo”; y aquí, el director optó por cambiar el dialéctico original de los pastores por un idioma italiano estándar que los pastores sardos nunca habían hablado; por lo que curiosamente uno puede escuchar las voces originales en los pocos momentos en que los llaman a las ovejas. Como podía esperarse, la película abismalmente en la taquilla. Y es que De Seta quiso ser demasiado realista, y retrató la vida tal cual de los habitantes de Barbagia, la vida solitaria de los pastores en su aislamiento entre las rocas y las laderas del Supramonte, obligados por las necesidades del rebaño a pasar largos períodos lejos de su familia; mostrando especialmente a aquellos que se veían obligados a pagar rentas elevadas por pastos a quienes poseían grandes extensiones de tierra. El interés de De Seta también se centró en la historia de alguien que, una vez pastor, se encuentra involucrado en eventos de los cuales, debido a la ignorancia, el destino, la impotencia y la desconfianza en el estado y sus leyes, se encuentra involucrado en un pequeño hecho que elige, o se ve obligado a entregarse al monte, convirtiéndose en un verdadero bandido. Pero es en la parte técnica donde el filme alcanza grados de brillantez, donde exhibe uno de los mejores usos de la iluminación natural, la luz de La Luna real como única fuente; así como un excelente uso del talento local en el lugar, los pastores reales. De esa manera, esta propuesta es mitad documental y drama, pero triunfa brillantemente en lo primero, pues realmente nos damos cuenta de cómo este paisaje áspero y revuelto que moldea a las personas que viven en él, y cómo las costumbres y estructuras de la vida moderna, la ciudad, se sienten extraños para ellos. El uso de la iluminación de “chiarscuro” en escenas más oscuras, las figuras colocadas en medio de la catedral iluminada por el bosque, y la imponente presencia de Michele filmada mirando hacia arriba mientras está enmarcado contra las laderas rocosas, junto al cielo gris sin fondo, dan una sensación de drama inherente que reside en la supervivencia cotidiana de estas personas. Desafortunadamente, el drama de la trama es simple, predecible; al tiempo que el ritmo de la película a veces es lento, pues literalmente pasamos 1/3 del metraje viendo ovejas subiendo y bajando por las laderas. Como sea, es un filme de gran técnica cinematográfica, una joya para quien gusta de los encuadres y la iluminación; al tiempo que vale echarle un vistazo a quienes viven de manera tranquila y violenta en ese rincón del mundo. “El rifle se utiliza para cazar, para defenderse, pero también para atacar”
RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Alvaro Zamora Cubillo
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