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La batalla de Chile (Parte II): El golpe de estado

Documental Entre marzo y septiembre de 1973, izquierdas y derechas se enfrentan en la calle, en las fábricas, en los tribunales, en las universidades, en el Parlamento y en los medios de comunicación. La situación es insostenible. Estados Unidos financia la huelga de los camioneros y fomenta el caos social. Allende trata de llegar a un acuerdo con las fuerzas de la Democracia Cristiana, pero fracasa. Las propias contradicciones de la izquierda ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
31 de marzo de 2011
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el punto de vista político-histórico uno de los aspectos más educativos del documental lo plantea el hecho mismo del golpe de estado: es imposible cualquier resistencia ante el hecho de que una de las partes en conflicto tenga el monopolio absoluto de la violencia y los medios de coerción. Como planteara Charles Tilly en su definición de guerra civil ésta sólo se produce en el momento en que se produce la fragmentación de dicho monopolio en múltiples células. Esto es algo que no ocurrió en el caso de Chile precisamente porque uno de los bandos, el representado por la Unidad Popular, optó por una lucha sin armas, es decir, legalista o situada dentro de los presupuestos democráticos y del pensamiento político del propio Allende (“la vía chilena hacia el socialismo”). En mi opinión La batalla de Chile ahonda de forma bastante certera en esta idea de lucha sin armas sostenida por una parte notable del pueblo chileno al tiempo que nos muestra los efectos del radicalismo y la desempatía de otra parte no menos importante de la sociedad chilena . Esto es lo que hizo posible que el golpe de estado del 11 de septiembre se impusiera con una rapidez pasmosa a pesar del elevado grado de movilización y conciencia política imperante en la sociedad chilena por aquel entonces y esto es lo que convierte este episodio de la historia de Chile en una verdadera tragedia.

En segundo lugar el documental muestra la importancia decisiva del control de los medios de comunicación en la formación de marcos de referencia y en la conquista de la opinión pública internacional. No en vano, como el propio documental destaca y la propia Marta Harnecker se encargaría de recordar años después la oposición a la Unidad Popular controlaba el 70% de la prensa escrita y 115 de las 155 radios, “entre las cuales se encontraban las cadenas de mayor potencia” . De este modo la oposición trató por todos los medios de trasmitir una imagen de Chile entregado a la “anarquía”, al “caos”, al “desgobierno” y al “vacío de poder”, fomentando un estado de opinión favorable tanto en ciertos estratos de la sociedad chilena como en el ámbito internacional hacia un posible golpe militar.
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davilochi
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29 de abril de 2012
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Retomando los acontecimientos donde los dejara la primera parte -el fallido primer intento de golpe militar-, este segundo acto de "La batalla de Chile" se halla presidido por un constante y amenazador ruido de sables, y muy especialmente centrado en las encontradas respuestas y actitudes a las que esta situación empujó a la izquierda.

Partiendo del hecho de que la opción violenta quedaba descartada -un rasgo único y encomiable de lo que se dio en llamar la "vía chilena al socialismo"-, la estrategia que la izquierda podía oponer a la creciente marea reaccionaria (plasmada en el intervencionismo militar en las fábricas, la manipulada huelga del transporte, los atentados de la extrema derecha y la ofensiva de los medios) se limitaba a dos opciones; o bien se apostaba por el control efectivo de los medios de producción mediante la ocupación y gestión obrera de las fábricas, o bien por contemporizar, tratando de llegar a un acuerdo de gobernabilidad con el ala moderada de la Democracia Cristiana y con el sector constitucionalista de las Fuerzas Armadas.

Esta encrucijada clave nos es mostrada de la mejor manera posible, esto es, filmando los propios debates desarrollados en los sectores obreros; así, resulta enormemente interesante la secuencia en que un representante del gobierno trata de convencer a los trabajadores miembros de un cordón industrial (un sistema de autogestión), plasmándose en ella las razones del primero (el aislamiento internacional de Chile, la falta de divisas y la necesidad de mantener la legalidad) y las de los segundos (la ocupación y gestión obrera de las fábricas como principal medio de unión de la clase trabajadora en defensa del proceso revolucionario). Igualmente destacable es la entrevista realizada -en medio de una impresionante manifestación- a un viejo militante marxista, que expresa su apoyo al gobierno y la necesidad de aunar esfuerzos y no perderse en debates estériles, so pena de repetir la situación que se dio en España durante la Guerra civil, reflexión que resulta poco menos que profética.

Formalmente se mantienen las constantes ya mencionadas en la primera parte, aunque en esta hay un momento que, cinematográficamente, resulta de apabullante brillantez dramática; me refiero a la secuencia del entierro del comandante Araya (interlocutor de Allende, asesinado por grupos de extrema derecha), en la que la cámara toma primeros planos de la cúpula militar mientras suena la música fúnebre.
Sigue en spoiler.
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Quatermain80
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7 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos en Junio de 1973. Al no conseguir la destitución legal del presidente Salvador Allende, las fuerzas oscuras de la oposición vuelven a las andadas, retomando el plan de Golpe de Estado y uniéndose, para ésto, a un amplio sector de las fuerzas militares, las oligarquías empresariales y ganaderas, la Democracia Cristiana, y contando, como era de esperarse, con el apoyo financiero y militar del gobierno estadounidense.

Cuando éste temor ya es vox populi… y lo que se espera es la renuncia del “Compañero presidente”, Salvador Allende, el pueblo comienza a debatir y a buscar estrategias para enfrentar el golpe que se avecina y que parece inevitable. Infortunadamente, y como tantas otras veces ha ocurrido, los diferentes sectores de izquierda no consiguen unirse y mientras los comunistas abogan por detener las expropiaciones, los socialistas insisten en seguir expropiando hasta conseguir el dominio absoluto de la economía. A éstos se une el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), y mientras tanto, ante las presiones de la derecha, el gobierno comienza a sentir que hay que devolver algunas empresas, en especial las de capital suizo para no chocar con el Club de París al que pertenecen y como manera de mantener abierto el diálogo con la Democracia Cristiana que tiene una fuerte injerencia en el país…

Pero, los radicales comienzan a rechazar la reculada del gobierno… y pronto es la policía del Estado la que se ve enfrentando a los obreros que quieren seguir en la toma fabril. La CUT (Central Única de los Trabajadores) comienza a intervenir exponiendo las valederas razones y actitudes del gobierno… pero ¡no es posible lograr una organización única, ni un plan conjunto de defensa de la institucionalidad!... y todo esto favorece los propósitos de los golpistas.

Lo que sigue hay que verlo, porque consigue dejar sobre la mesa la sarta de errores que pueden echar por la borda un bello proceso que, aunque sin duda demasiado acelerado, se proponía servir a aquellas grandes mayorías que históricamente han llevado las de perder. Pero, la desventaja era inmensa: el pueblo solo tenía la voluntad, la persistencia, la mano de obra laboral y la esperanza de salir de la miseria, mientras que las fuerzas ultraderechistas tenían la formación, las armas, el poder económico, el apoyo del imperialismo… y la falta de escrúpulos en su más alto grado.

Con un guion escrito por el director, Patricio Guzmán (en el que también intervinieron, Pedro Chaskel, José Bartolomé, Julio García Espinosa, Federico Elton, Marta Harnecker y Chris Marker), <<LA BATALLA DE CHILE 2ª Parte. El Golpe de Estado>>, cumple muy bien con las características de un ensayo histórico de primera línea, digno de ser conservado para la posteridad como ejemplo de lo que debe, y no debe ser, en la dolorosa y atropellada historia latinoamericana… y también, sobre lo que ha sido el prepotente rol de los grandes imperios en la miseria de nuestra América Latina.

P.D.: El documental ha sido dedicado al camarógrafo, Jorge Müller Silva (27 años y miembro del MIR), quien, el 29 de noviembre de 1974, fue detenido junto a su novia, Carmen Cecilia Bueno (24 años), por agentes de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) vestidos de civiles. Estuvieron recluidos en Cuatro Álamos… y desde el 18 de diciembre de ese mismo año -cuando fueron sacados de allí-, se encuentran desaparecidos.
Luis Guillermo Cardona
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