'Allo 'Allo! (Serie de TV)

"Allo allo" es una genial comedia de enredo producida en la época dorada de la BBC. A diferencia de otras comedias de situación de la época (como "The young ones" o "La víbora negra"), la trama de Allo allo evoluciona en el tiempo y presenta una continuidad a lo largo de toda la serie, por lo que es recomendable poder ver todos los capítulos en orden cronológico (para los que se pierdan alguno, René, el protagonista, siempre comienza cada capítulo con un pequeño monólogo donde resume lo mas importante de los capítulo anteriores). De este modo, lo que en el primer capítulo comienza siendo unos pequeños y sencillos favores a la resistencia y al coronel nazi, se va complicando en el tiempo hasta llegar a situaciones completamente descabelladas. Sin embargo, ¿Qué se podría esperar cuando un cobarde tabernero se ve obligado a trabajar tanto para la resistencia como para los nazis?.
La serie está rodada casi en su totalidad en estudio, mostrándose apenas media docena de entornos diferentes en la primera temporada. Sin embargo, el éxito que tuvo la serie permitió ir aumentado su presupuesto, por lo que el número de localizaciones va "in crescendo" en las sicesivas temporadas e, incluso, hay escenas en exteriores empleando vehículos de la época. Por ello la serie se apoya principalmente en los diálogos de los personajes y, sobre todo, en las continuas "piruetas" que debe realizar el protagonista para no ser descubierto y que irán complicando poco a poco la trama.
Lo peor de la serie..... las malditas risas enlatadas que tan de moda estaban por entonces.

El barman René, dueño de una cafetería en la Francia ocupada por los nazis, provocaba risas en su precaria estabilidad entre franceses de la Resistencia y alemanes invasores. Su debilidad por las faldas era inagotable.
Era sin lugar a dudas el perfecto ejemplo del hedonista que sabe sacar provecho a la situación.
Una desenfadada sátira sobre unos tiempos muy duros en Europa.

Era muy pequeño cuando la echaron en la tele; se trataba de una historia muy buena en la que Rene, el propietario del bar, tenía que ingeniárselas de muchas maneras: con la gente de la resistencia, los militares alemanes, y un sinfín de personajes que pululaban por allí provocando que nuestro protagonista se viera involucrado en variedad de situaciones.
Sin duda alguna una serie para recuperar en estos tiempos de falta de imaginación.

Pero hay que verla en versión original. La vi por primera vez cuando se estrenó y me pareció original, divertidísima, muy bien interpretada, con unos guiones cada vez más surrealistas y tronchantes. La he vuelto a ver hace poco y, ¡después de más de 30 años!, no ha perdido la chispa. Todo lo contrario. Si te encantó "Fawlty Towers", si te gustan los Monty Python, si has visto más de una vez "Death at a Funeral" y "Le dîner de cons", no puedes dejar de ver esta magnífica serie. ¡Ya me contarás! :-)

Muchas veces podríamos resumir así para ver el luto que se exige a la comedia para poder hacer chistes sobre realidades muy duras. En unos años espectaculares para la BBC, "Allo Allo" ya sentía que habían pasado los suficientes años para satirizar sobre una herida que durante mucho tiempo estuvo abierto. La fiebre nacionalista, los exterminios de las minorías, bombardeos de ciudades con civiles, etc. La II Guerra Mundial lo fue todo menos un objeto de guasa.

No obstante, por ello es tan interesante este producto capaz de trasladarse a los días de la ocupación nazi francesa para hacer una sátira del período. Gorden Kaye encontró al personaje que le catapultaría a la fama, el tabernero Rene, el cobardón dueño de un local donde coinciden (sin saberlo muchas veces) miembros de la resistencia y oficiales nazis.

El show dio lugar a momentos delirantes sobre temas tabúes. Además se aderezaba todo con el tenso triángulo amoroso mantenido entre Rene, su esposa (Carmen Silvera) y una atractiva camarera (Vicki Michelle). Con argumentos bien hilados, el café iría haciéndose un objeto indispensable para los altos cargos bávaros en el pueblecito. Por ejemplo, debido a que el bueno del dueño estaba viéndose a forzado a guardar en casa buena parte de las obras de arte expoliadas por los invasores y que no pensaban declarar a su regreso a tierras del III Reich.

Retorcida sátira también de los tópicos del género de espías. Le pueden haber pasado los años, si bien sigue siendo un programa imprescindible que supo hacer historia.