El circo de los vampiros

Película muy entretenida y dinámica en su desarrollo, en el cual se nos cuenta una historia sobre una venganza llevada a cabo a través de una maldición sobrenatural elucubrada por un conde vampiro contra un pueblo aislado en el medio del bosque.

Es un filme sobre vampiros básicamente, pero aparecen en relato bastantes alternativas originales que no siguen los parámetros convencionales de ese subgénero (transformaciones y mutaciones, plagas y maldiciones sobrenaturales, fieras salvajes, ferias de gitanos y fenómenos de circos).

Por tanto es una película llamativa, que goza de una saludable cuota de sangre y violencia acompañadas también por diversas escenas subidas de tono (vemos en el metraje varias secuencias de desnudos femeninos y danzas eróticas).

La puesta en escena que propone Robert Young es bastante teatralizada, pero con tanta fluidez en el tempo narrativo que es imposible aburrirse.

También como punto positivo puede mencionarse la ambientación y la presentación visual del filme: un pueblo en el medio del bosque, sugerentes arreglos de escenarios interiores (las tiendas del circo, un castillo lúgubre).

La cinta presenta además una atmósfera sórdida y tenebrosa donde lo malsano y perverso merodea a cada instante.

En definitivas, es una interesante película que toma como base los mitos vampíricos pero con suficientes modificaciones conceptuales (algunas disparatadas) como para resultar una oferta atractiva y original.
Está bien presentada desde lo estético, con una inquietante banda sonora que acompaña y acentúa los momentos de sobresaltos y con gran cantidad de sangre y erotismo en pantalla. Vale la pena.

Se nota que es una película del inicio del declive de la productora inglesa, porque madre mía la cantidad de desnudos y cadáveres que desfilan en tan pocos minutos, algunos sin venir a cuento. Lo que menos me ha gustado ha sido que los vampiros pueden hacer lo que les venga en gana: Ya sea transformarse en animales como hacer que un espejo permita teleportarlos a otro sitio, tanto a ellos como a sus víctimas (tiene gracia, precisamente vampiros, esos que no se reflejan). Todo eso hace que, para mi gusto, la película sea excesivamente fantasiosa. Pero lo peor es que encima tenemos personajes planos, sosos y aburridos, con diálogos sonrojantes y un guión repleto de idas y venidas aburridísimas. En definitiva, lo único que salva la película, para mi gusto, es la dirección, que es más competente de lo que esperaba. Voy a estar atento a Robert Young, que tiene talento y se nota.

En fin, una decepción bastante gorda.

Robert Young nos ha dejado poca cosa para la posteridad como algún film para la memoria como "Alambrista!" y participaciones como director en series de televisión tales como "Galactica", "Robin de Sherwood" o "Alfred Hitchcock presenta"; pero en este caso nos encontramos ante el primer film serio de Robert Young.

Floja película de la extinta productora Hammer que no se asemeja a sus antecesoras en cuanto a lo que el vampírismo se refiere ni en cuanto a calidad de dirección e interpretación, otras con menos presupuesto fueron mas exitosas, esta a mi gusto es de las peores.
Los guiones de "Vampire Circus" tienen destellos de calidad y uno se va introduciendo poco a poco en la historia de este pueblo asediado por una maldición, pero por ratos esta historia se desmorona con desencadenantes poco creíbles y todo se resume en que uno pierde el interés viéndola, es poco entretenida, es lenta, tiene decorados estáticos y demasiado humildes, mucho actor de reparto y poco protagonismo de sus actores principales, de los efectos especiales ya ni hablemos...


Claramente, no la recomiendo; solo apta para nostálgicos.
NOTA: 2 sobre 5.

El circo de los vampiros no es una buena película, pero tampoco es mala. Se encuentra en el extraño limbo de aquellas que arriesgaron pero no consumaron. Tiene suficientes aciertos como para resultar minimamente original, pero no termina de despegarse de los tópicos de un género que comenzaba a desgastarse y tornarse repetitivo. Adolece de los defectos usuales: hisrionismo, redundancias, incoherencias... y es que en el cine de la época era más importante que el resultado visual goblal resultara atractivo, que un "par de detalles técnicos sin importancia". Si es cierto que iconográficamente hablando resulta potente, pero a su finalización me queda la sensación de que el director no tenía muy claro lo que tenía entre manos y cómo sacarle rendimiento, de que los aciertos son más casuales que producto de la pericia.

A pesar de eso, algo entretiene. Sobre todo los decorados y la siempre inefable espectacularidad de los colores y las formas, exaltadas por Robert Young.
No merece ser vista, mas bien se trata de una comedia de terror que no termina de serlo. Mucha fantasía, sangre y algunos pechos al descubierto, eso es todo.
Pero al que le gusta los Estudios Hammer, es la película típica de vampiros.