Hermanas de sangre

Da igual que la trama sea una mala copia de recopias de historias macabras y siniestras de gemelos. Da igual que aparezca Brian de Palma en los créditos. Da igual que sea aburrida, lenta, pretenciosa y, tire descaradamente de la inquietante Inseparables (aquella con un brillante Jeremy Irons)> la escena del sofá no puede ser un intento de plagio más descarado. Este bodrio no funciona porque nada funciona. Una humillación para el cine en general y, para el género en particular. Espantosa. Sin paliativos,

En 1973 Brian De Palma dirigió una de sus primeras películas de cierta repercusión. Un pequeño proyecto de bajo presupuesto que dio beneficios y le perfiló como uno de los directores más interesantes de su generación. Aquel film, dicho sea de paso, no era ninguna maravilla pero sí dejaba entrever el talento de su director. Más de treinta años después el mediocre Douglas Buck dirigió su particular remake. Una chapucera versión filmada sin ganas e interpretada por unos actores en decadencia para los que cualquier tiempo pasado fue mejor. Mala hasta decir basta.