Mis últimas cinco novias

Agradable sorpresa...Es la típica película que te sientas a ver sin grandes expectativas, y que te deja un regustillo muy agradable. Cómo digo en el título, no se trata de la típica comedia romántica al uso. Me ha gustado la originalidad de la historia y la forma en que se cuenta (aunque beba de influencias como he leído a otro compañero de películas como "Alta fidelidad" o "500 días juntos")
Aquellos que busquen una película al estilo "Meg Ryan" o "Jennifer Aniston" van a quedar decepcionados, pero al resto seguro que no os defraudará.

Bebiendo del charco de la obra: “Ensayos sobre el amor”, se nos presenta una interesante propuesta del debutante Julian Kemp, que nos quiere mostrar el renovado interés por el ensartado género de la comedia romántica.

Este filme hace que nos pongamos en la piel de su protagonista (Brendan Patricks, correcto durante todo el metraje), que suframos con él, que nos pongamos en su lugar e introducirnos dentro de su mente para explicarnos lo que piensa con imaginativas escenas que son realmente divertidas y originales.

Y es que, parece ser, que casi todo lo que toca el género, acaba merecidamente acribillado, pero obras como esta demuestran que, sin ser técnicamente notables, aun hay luz en el camino. Rebosando ingenio por los cuatro costados y con un guión más que elaborado, la cinta cumple y entretiene.

El lado malo es que, técnicamente, es algo pobre, con una estética que nos recuerda a las TVmovies de Antena 3. También le resta originalidad el saber que las ideas principales de la película las adapta de sus dos hermanas mayores ("500 días juntos" y "Alta fidelidad"), de las que está a años luz, y con las que tiene parecidos altamente sospechosos.

Tristemente, “Mis últimas cinco novias”, se queda en un gran intento, por una falta de ambición (y, seguramente, presupuesto), pero en la que hay que resaltar la ternura y chispa que ofrece durante su visionado, que hará que no nos podamos arrepentir de haberla visto, y que, poco a poco, consiga que veamos avances en la recuperación de este lastrado género.

Eficaz comedia de tintes surrealistas la de Kemp, comedia que es lo que es gracias a los recursos narrativos frescos que posee y gracias a las visiones alucinadas de un protagonista al tono de la obra.

Porque el como contar estas historias es el secreto de sus respectivos éxitos o fracasos, y Mis...parte de la visión de un sujeto neurótico, pasional pero racional, obsesivo e inteligente, en contra de su propio interés. En contra porque su propia inteligencia lo lleva a armar, para el gusto del espectador, esos mundos alucinados, netamente discursivos en donde él desparrama sus inseguridades como persona, pero construyendo a partir de ellas un universo estético sumamente interesante, sumamente inspirado.

Es una comedia que se da le lujo, y porque sus tonos se lo permiten, de variar hacia el drama y volver a la comedia. Vive, y a veces eso puede sentirse, del libre fluir de la conciencia de su protagonista, él cual suele reogodearse en los misterios del amor sin brindar realmente una respuesta o un punto de vista consistente.

Mis últimas cinco novias no es, desde mi punto de vista, una comedia romántica que retome el camino de Cuatro bodas y un funeral. Sin embargo, es igualmente original y a mí, personalmente, se me ha hecho divertida.

Toques de Guía del autoestopista galáctico, salpicaduras de Padre de familia, detalles de A dos metros bajo tierra... todo muy divertido. Julian Kemp tiene detalles realmente interesantes como director. La película no gustará a todo el mundo porque es bastante "particular", pero en este caso, yo estoy en el bando de los que la aprueban. El imaginativo montaje, lleno de detalles ciertamente graciosos, consigue tapar el guión. Aquí me surge la pregunta de qué parte de culpa tendrá el guión y qué parte será de la novela, a la que imagino similar a los auténticos bodriazos de inexistente capacidad narrativa (por dios, ¡no utiliza casi signos de puntación!) de ese claro ejemplo de tonto con suerte llamado Federico Moccia. Si la culpa de los diálogos y del insulso desarrollo de la película es culp del tal Alain de Botton, Julian Kemp se gana el cielo, haciendo que sea llevadero y utilizando el vertiginoso ritmo a su favor.

Brendn Patricks ha sido comparado con Hugh Grant, supongo que por la misma persona que confundió a Las supremas de Móstoles con Los ángeles de Charlie. Patricks no tiene la capacidad de transmitir de Grant en su mejor época, y mucho menos su simpatía. Del resto del reparto, bastante plano, solamente se salva Kelly Adams y, en menos medida, Naomie Harris (Tía Dalma - Calipso en Piratas del Caribe). Sin embargo, la diferencia la marca el hecho de que el personaje de Adams es muy plano y el de Harris tiene algún que otro matiz, con lo que el mérito de la rubia aumenta.

Resumiendo, que es gerundio: si os quieren vender (como la carátula de la edición para alquiler) que esto tiene algo que ver con los clásicos modernos del humor inglés, espero que seáis más inteligentes que yo y no lo creáis. Así, al menos, evitaréis verla con unas pretensiones que probablemente no veréis cumplidas.

La comedia romántica ha sido siempre un género destinado al público femenino, llamémosle cine para chicas, pero ahora observo que ha derivado en un subgénero, el de cine para chicos, más estúpido si cabe y en el que la inmadurez de los guiones es tan salvaje que parece que los escriba un mono pigneo.

La comedia romántica para chicos no se diferencia en gran cosa de la tradicional, salvo en que el prota es del género masculino y sus novias son más idiotas y cabronas de lo que se haya podido ver jamás en peli alguna.

Ambos géneros tienen cosas en común, claro, como la caspa y la falta de enjundia cómica. Esta, concretamente, es estupidísima, pero tiene alguna secuencia de bonitas hechuras, que recuerdan de lejos al cine de Michel Gondry. Así que le casco un 3 por ese detalle, ya que puestos a imitar se podían haber fijado en Garry Marshall, lo cual hubiese sido horrible.