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Alba de América

Drama Reino de Castilla, finales del siglo XV. La película narra las vicisitudes que vivió Cristóbal Colón (Antonio Vilar) desde su estancia en el Convento de La Rábida su encuentro con los Reyes Católicos y, sobre todo, la gran odisea que supuso cruzar el Atlántico y arribar a las costas de América (1492), dando comienzo así a una nueva era en la Historia de la Humanidad. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
30 de noviembre de 2016
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si nos fijamos detenidamente en el escudo de España, las dos columnas de Hércules que flanquean dicho estandarte, soportan el lema “Plus Ultra” (Más allá) que alude al descubrimiento de América, cuando anteriormente a 1492 el lema rezaba “Non Plus Ultra” (No más allá). Me pregunto ¿Qué triste debía ser la dieta y la vida en Europa, sin patatas, tomates, maíz, cacao, tabaco? Así enfermaban los Reyes y Nobles de gota, obesos y mal alimentados, siempre comiendo carne de caza y pocos vegetales. Parece mentira cómo cambió la dieta en Europa, más allá de imperialismos y colonización cultural mal entendidos por unos cuantos majaderos que interpretan la Historia desde ideologías sectarias y anacrónicas, me interesa más el intercambio cultural siempre enriquecedor y de agradecer.

El cine histórico constituye un macrogénero, cuya inspiración ha sido equivalente a la de la novela histórica, convirtiendo episodios históricos en relatos y espectáculos audiovisuales. Dentro de nuestro cine, “Alba de América” supone un hito del género histórico y de aventuras. Al parecer, el proyecto nació de la idea de Carrero Blanco, todavía en la marina, pero que ya mandaba mucho, y que la productora CIFESA con el apoyo gubernamental se encargó de llevar a la pantalla con la dirección del experto en temas históricos como era Juan de Orduña, fiel a su estilo trascendente y ceremonial. No es de las mejores del cineasta, la encontré algo sosa y academicista, seguramente por la poca frescura de su rígido guión, lo que la salva es su equipo técnico de primera y unos buenos actores en amplio reparto.

Impresionante reconstrucción histórica, para una película biográfica muy distinta a la que cuarenta años después filmaría Ridley Scott (1492: La conquista del paraíso) y, por supuesto, menos espectacular y épica, que narra la vida de Cristobal Colón (Antonio Vilar) y todos los momentos a los que tuvo que hacer frente antes de partir hasta las Indias. Desde su estancia en el Convento de la Rábida, pasando por sus reuniones en busca de financiación con unos escépticos Reyes Católicos y, sobre todo, el largo viaje que tuvo que hacer atravesando el Atlántico inconscientemente hasta su llegada a América. Me quedo con el retrato humano que abarca en toda su dimensión, el carácter, su infatigable tesón y aventura emprendedora de explorar inciertas y desconocidas rutas marítimas.

La película recrea muy bien las vicisitudes políticas y económicas de la España de entonces, el conflicto para terminar de expulsar a los árabes que habían invadido la península “Al Andalus”, 800 años antes (cómo no vamos a tener, cultura y raíces musulmanas), recién creado el reino de España al fusionarse Aragón y Castilla, imponiéndose el catolicismo por medio del enlace real. Un trozo de nuestra Historia que extendió nuestra lengua y cultura por toda Hispanoamérica con sus luces y sombras que todo imperio ha tenido, un imperio en donde nunca se ponía el sol. Es curioso cómo cada siglo se ha impuesto un imperio: nosotros en el XVI, los franceses en el XVII, los ingleses en el XVIII y XIX, y los americanos el siglo XX. ¿Quién ocupará ese lugar en este nuevo siglo dominado por la tecnología….?
Antonio Morales
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28 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cansados de la navegación camino de un lugar que nadie conoce, los marineros protestan contra su capitán, "Mentiras y olas nunca vienen solas". Y en su protesta le lanzan uno de los peores insultos hispanos: "¡Extranjero ...!" Ignoran que "No se es de donde se nace a la vida, sino de donde se nace al destino".
Tiene que venir Martín Alonso Pinzón (Marco) para restablecer la autoridad del navegante genovés, de Cristóbal Colón (Vilar). Al atardecer, advierten señales de la proximidad de tierra firme. La noche es larga, todos velan impacientes. Y al alba ...
Cuántas cosas trascendentes han sucedido en la historia de España a la hora del alba. "La del alba sería cuando don Quijote salió de la venta, tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero".
Un año después de "Agustina de Aragón" Juan de Orduña estrenaba "Alba de América". Son años de aislamiento internacional y es necesario reforzar la moral de la sociedad recordando las grandes gestas de nuestro pasado. Y hay tantas ... Si los americanos tuviesen una mínima parte de la historia hispana, hoy sería conocida por todo el mundo.
No hemos sido pródigos en dar a conocer los hechos brillantes de nuestros héroes. Y cuando lo hemos hecho hemos sentido muchas veces vergüenza. Por eso saludamos con agrado estos intentos cinematográficos, tan raros, por difundir cosas de las que debemos sentirnos legítimamente orgullosos.
Y, además, "Alba de América" es una cinta buena. Cuenta con rigor la toma de Granada o las dificultades de Colón para hacerse a la mar con las tres carabelas buscando una nueva ruta para las Indias. Un guion consistente, acertados diálogos, lo mismo que la realización, la fotografía y la ambientación con abundancia de extras y de medios técnicos. Interpretaciones correctas.
Lógicamente el análisis de los personajes se detiene especialmente en el caso de Colón. Sus conocimientos náuticos tras estudiar a los grandes geógrafos (Paolo Toscanelli, Marco Polo, Juan de la Cosa, Juan de Mondavile o Pierre d'Ailly y su "Imago mundi"). Sus ideas e hipótesis que rompen el mito del "mar tenebroso", al final "el mar es del color de los sueños", o, como dice Pinzón, "Para gobernar el océano solo hace falta brújula y temple". Pero también sus legítimas ambiciones de títulos y de rentas, incluso su soberbia, "Un navío a cambio de un reino", al cabo "Las cosas grandes, grandeza requieren".
Excelente asesoría histórica que tampoco desdeña recordar la dependencia económica de los Reyes Católicos de los banqueros judíos, o su beatería, "Reyes que no saben más que rezar". Tal vez destacando en demasía el papel de Isabel y eclipsando el de Fernando siguiendo la tradición historiográfica castellana, cuando hoy nadie duda del genio político del Rey Católico.
Acertada también la recreación de la vida a bordo de las naos con la salmodia monótona del paso de las horas: "Buena es la que va y buena la que viene". Como lo es esa escena en que los indígenas huyen aterrorizados al fondo de la selva al advertir la llegada por mar de los españoles. ¿Una premonición?
En lo negativo, el romance que se inventa alrededor de Beatriz y de Colón que salía de su reciente viudez. Al parecer había que dar algún toque romántico a la obra.
Una buena aproximación cinematográfica a uno de los grandes hitos de la historia de España que no desmerece en absoluto con las que, a golpe de subvención oficial también, se produjeron al socaire de los grandes fastos del V Centenario del descubrimiento de América. Además, nos traslada a nuestra infancia ejeana en aquellas "sesiones nacionales" en el cine Imperio a las que acudíamos los niños en masa.
Película que recomendamos por sus indudables valores artísticos e históricos. Sin complejos.
Lafuente Estefanía
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2 de diciembre de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Descubrimiento de América, el cual, en aras del respeto y la corrección política, algunos abogan por llamarlo "Encuentro", es uno de los acontecimientos más significativos de la historia de la humanidad, y desde luego de España, por todo lo que significó para nuestro país. Lástima que tampoco esté de moda ya celebrarlo (por cierto, soy partidario de una "Leyenda Blanca", es decir, ni "Leyenda Negra" ni "Rosa" en esta cuestión, o sea, ni tan malos ni tan buenos). Pero, en fin, si Colón, de probable origen genovés, hubiera hecho el viaje bajo bandera inglesa o francesa, el agobio cinematográfico sería bastante alto. En cambio, España apenas ha realizado dos o tres producciones sobre el Descubrimiento, y una de ellas es una parodia de Ozores, así que queda todo dicho.

La otra, y probablemente la más conocida, es esta "Alba de América", la cual vista hoy, queda notablemente desfasada pese a sus notorios esfuerzos por parecer una película de calidad. Sus puntos fuertes serían el diseño de producción, destacando los decorados de Sigfrido Burmann, la fotografía o el vestuario de Pertegaz. Por desgracia, todo lo demás patina, y de qué manera.
Pues sin duda, en "Alba de América" todo huele a régimen franquista (no en vano Carrero Blanco tuvo mucho que ver) y en la utilización que la dictadura efectuó de notorios personajes de nuestra historia, poniéndoles la camisa azul (simbólicamente) a los Reyes Católicos, al Cid, a los héroes de la Guerra de la Independencia, etc. provocando que, injustamente, esas épocas de la historia se vean como "reaccionarias" cuando no tienen ninguna culpa. Luego, tampoco Juan de Orduña ayuda mucho, con ese estilo tan solemne y que tan mal ha envejecido, con los personajes sermoneando con la vista en el horizonte (el pobre Colón parece un iluminado) y los constantes paralelismos con la España de la posguerra.

Ya en su tiempo no gustó al público "Alba de América", de hecho fue bastante cara y su recaudación pobre, provocando a corto plazo la quiebra de Cifesa, que cerró en 1961.
Por suerte el cine español sabía hacer las cosas mucho mejor (sin ir más lejos, de ese mismo 1951 es la descarnada y excelente "Surcos", que motivó alguna que otra destitución) y supo sortear, aunque no siempre, a la censura y a los parámetros franquistas.

En cuanto al cine histórico, tendrían que pasar más décadas para que España hiciera algo decente (ya hablaríamos de los 70-80) y hoy día parece haber una especie de agradable renacimiento ("Isabel", "Teresa", "La corona partida", "Cervantes contra Lope", "Prim", "Los últimos de Filipinas"...) que nunca está de más.
Ferdin
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15 de octubre de 2019
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
175/10(10/10/19) Con motivo del 12 de octubre conmemoración de la histórica llegada de Cristóbal Colón le he dedicado tiempo a esta versión de los hechos dirigida por Juan de Orduña, una aparatosa hagiografía con un tufillo nacionalista que huele a enmohecido. Diseñada como parte de las celebraciones por el 500 aniversario de los Reyes Católicos. El tema patriótico de la película fue fuertemente respaldado por el Estado español de Francisco Franco. La película se realizó con un presupuesto relativamente grande de diez millones de pesetas, parte del cual fue suministrado por el gobierno. La película no obtuvo ganancias, en parte debido a su gran presupuesto y porque la trama no era lo suficientemente melodramática para los gustos de la audiencia. La película originalmente perdió el prestigioso premio de Interés Nacional en favor del film de José Antonio Nieves Conde “Surcos”, pero el Director General de Cine fue obligado tos galardones José María García Escudero, tomó la decisión, le retiró el premio para regalárselo a “Alba de América”. Este es un film henchido de vena triunfalista y paternalistamente evangelizador (sobre todo esto expuesto en la secuencia del final), ello en consonancia con el régimen franquista, interesado en proyectar las grandezas de España desde un filtro adanista, donde Colón es visto como una especie de Mesías iluminado soltando soflamas lapidarias en cada frase mirando al infinito, ello en una actuación que es epítome del histrionismo por parte del actor que lo encarna Antonio Vilar. Una cinta aburrida pesada, sin alma, manipuladora, dulzona, tergiversadora, rancia, exageradamente teatral, una ambientación cuasi-guiñolesca, un bodrio donde solo cabe destacar por curiosa la aparición de Amparo Rivelles como la Reina Isabel la Católica. Producida por el mayor estudio español CIFESA, se considera que causó su caída y, posteriormente, se declaró en bancarrota, concebida como respuesta a película británica de 1949 prohibida por la censura, "Cristóbal Colón" (1949) de David McDonald con Fredric March como Colón, en que los españoles fueron criticados, despreciados, por eso aquí se impulsó a hacer una película patriótica y se financió en gran medida. La película británica había intentado una representación realista de Colón (retratándolo como solo parcialmente exitoso y sus logros a pesar de la monarquía española). La respuesta española retrató a Colón como un aventurero decidido cuyo descubrimiento condujo a la mayor gloria de la monarquía española y la Iglesia Católica.

Es una recreación delos históricos hechos, narrados en flash-back, que arranca tras un amago de motín a bordo de la carabela Santa María, entonces para apaciguar el ambiente crispado por navegar hacia la nada, Colón les cuenta a la marinería los hechos que les han llevado a estar en medio del océano Atlántico dirigiéndose a un destino incierto, y entonces aparecen personajes conocidos de esta odisea como Fray Marchena, Martín Alonso Pinzón, Juán De La Cosa, Rodrigo De Triana, los Reyes Católicos, hecho cruciales como su estancia en el Convento de la Rábida, sus reuniones en busca de financiación con los escépticos Reyes Católicos, las capitulaciones de Santa Fé con los monarcas, y por supuesto el largo viaje tuvo que hacer atravesando el Atlántico inconscientemente hasta su llegada a América. Partiendo el 3 de agosto de 1492 acompañado por otros tres grandes navegantes Martín Alonso Pinzón (José Marco Davo), Vicente Yáñez Pinzón (Antonio Almoros) y Juán De La Cosa (Antonio Casas) a bordo de sus tres carabelas ¨La Pinta¨, ¨Niña¨ y ¨La Santamaría¨, Colon y sus marineros partieron hacia el Oeste y llegaron a Mayor Gloria de Dios a la isla de San Salvador. Ello Colón siguiendo las teorías de Marino De Tiro y Toscanelli y con un gran sentido elegiaco, su larga y angustiosa espera de 7 años por que los Reyes den su plácet a la misión, seguimos superficialmente eventos como la guerra de Granada, (contra Boabdil el Chico), lo que era una excusa para financiar la expedición de Colón (el dinero era necesario para la reconquista). Esto amenizado por un romance exprés de Colón con Beatriz (inane María Martín), y sesteado por ridículas intrigas donde queda patente la vena antisemita de entonces que entroncaba con el tiempo contemporáneo franquista, al colocar como conspirador (traidor a la patria) aun banquero judío (epítome gordo con sombreo de copa fumando puros) Isaac (encarnado por Manuel Luna), también se atisba la vena xenófoba colocando de espía ladino al galo Gastón (Eduardo Fajardo), y donde todos los españoles de pura cepa son buenos.

El director Juan de Orduña dirige con sentido alegórico en el sentido de paralelizar la reconquista cristiana de España a la victoria de Franco en la Guerra Civil, este tono pomposo queda refrendado en frases como, "Entonces España será una única nación con un solo idioma y con la verdadera religión" o "La empresa de aventurarse por el nuevo mundo lo debe de hacer España que es una nación bajo Dios". Todo un alarde de pretenciosidad puesta al servicio de una insulsa película. Donde además la puesta en escena resulta sosa (siendo benévolo), con escenarios muy frugales, con decorados creados por Sigfrido Burmann que huelen de América a cartón piedra, con una escenificación de batalla en Granada muy penosa (volviendo a ser benévolo en la calificación), con unas actuaciones que van entre lo insípido y lo sobreactuado. Rodándose en estudios de Sevilla, con las escenas de la llegada a América (San Salvador) filmadas en Benidorm.

En conjunto me queda un desechable producto, tan envejecido como apolillado, donde la profundidad, complejidad, o dilemas morales, ni están ni se les esperan. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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6 de diciembre de 2010
18 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obra nos muestra como Cristobal Colón quiere descubrir la ruta alternativa hacia Cipango, la lejana Catai y la India. No a través del Índico, ya que esa ruta estaba dominada por los postugueses y por los arabes, sino cruzando el Atlántico.
Creo que el hecho histórico es de sobra conocido por mis lectores, y si tienen alguna duda que me pregunten que algo sé del tema.

En fin la película es del año 1951, y está dirigida y escrita por Juan de Orduña, producida por la CIFESA, máxima productora patria y con el patrocinio del Instituto de Cultura Hispánica. La supervisión del guion está hecha por el Almirante Carrero Blanco (si el campeón de salto de altura de 6 pisos con coche, chofer y escolta incluidos) como podrá intuir el astuto lector, esta obra tiene un tufillo nacionalcatolicista y sobre todo franquista increíble. Las interpretaciones derrochan un sentimiento patrioterista cutre, que hacen avergonzar a cualquiera, las interpretaciones más franquistas que Franco son las del mismo Cristobal Colón y la de la reina de Castilla Isabel I de Trastamara.

El sentimiento de unión hispánica flota cuan nube de humo en una partida póquer, por todo el filme. En el filme abundan frases como "Entonces España será una única nación con un solo idioma y con la verdadera religión" o "La empresa de aventurarse por el nuevo mundo lo debe de hacer España que es una nación bajo Dios". Para justificar aún más el sentimiento patrio, malversan el hecho histórico, haciendo que los portugueses, ingleses y franceses, pidiesen a Colón dejarles ser ellos sus patrocinadores (¡?) cuando fue justamente al revés, Colon, mendigó por media Europa la financiación de su viaje, hasta que los reyes de Castilla y de Aragón aceptaron. Las interpretaciones son todo discurso patrio, notándose la pluma de Carrero Blanco en más de una ocasión. En cierto modo, solo les falta decir que el Invicto caudillo Francisco Franco, conquistó las Indias.

En cuanto a la dirección es un filme con sus buenas tomas y unos buenos exteriores, decorados y sobre todo un buen vestuario. Eso sí las luchas entre Granadinos y Castellanos, dejan mucho que desear, parece que el coordinador de extras estaba borracho y que el director de la coreografía de lucha era un ornitorrinco con alicates.

Cabe decir que la película surgió como respuesta a un filme similar filmado en los EEUU en el año 48, y que la productora CIFESA se gastó 10 millones de pesetas de aquella época. El filme fue un completo y estrepitoso fracaso. La productora se hundió en la miseria y quebró. Luego se pensaba que fuese a triunfar denominándola como la película que exaltase el sentimiento patrio, pero tampoco fue. Le dieron ese título al drama social Surcos. Esto le costó el puesto a más de uno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
JCR
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