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Manderlay

Drama Tras abandonar Dogville, Grace se dirige con su padre a Manderlay, una plantación de Alabama, donde ambos son testigos de los horrores de la esclavitud y la segregación. Segunda parte de la trilogía "Visiones de América", en la que el director danés ofrece su punto de vista sobre un país que nunca ha visitado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 70
Críticas ordenadas por utilidad
16 de marzo de 2006
114 de 128 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que es un error pensar que esta película es exclusivamente una crítica a los EEUU, desde luego lo es, pero no sólo a los EEUU. Yo, personalmente, salí avergonzado de mi mismo (supongo que las otras 5 personas que había en la sala también), y salí avergonzado no por ser blanco ni por ser occidental, sino por ser humano y porque la verdad es triste y duele. Precisamente la grandeza de esta peli es la universalidad que posee la cinta.

Pero como dice el director de ese "extraño" país llamado Dinamarca (país famoso en todo el mundo por su libertad de expresión) la película se centra en el caso americano, y desde luego, EEUU es quien recibe más palos, quizá sea porque es la nación que más merecedora se hace de recibirlos. Por cierto, es mentira que la mentalidad estadounidense sea producto de la europea, lo preocupante es que la mentalidad europea cada vez es más estadounidense.

La estética es muy acertada. Sigue la línea de su predecesora y cumple su papel de centrar la atención en actores y argumento, aunque me hace falta verla un par de veces más para entrar en más detalles.

Por cierto, no se que tienen de raro, fuerte o explosivo los créditos que no tenga el resto de la película, porque se dice lo mismo en el video-clip del final que a lo largo de toda la película.

Es divertido jugar a las interpretaciones, y esta peli se presta: ¿y si sustituimos a Grace por Bush, cambiamos la Ama por Sadam y a Manderlay por Irak? Seguramente Bush salga de Irak dejándolo peor de lo que estaba con Sadam, igual que Grace hace en Manderlay...

Interpretaciones a parte, el film te hace pensar en muchas cosas, propone muchas preguntas que no tienen una única respuesta: ¿se debe imponer la libertad? ¿se puede? ¿los valores morales son absolutos? ¿creemos realmente en nuestros valores o sólo nos gusta como suenan? ¿cual es el fin de la sociedad, la felicidad, la seguridad, la libertad, el orden, la desigualdad, la esclavitud, la supervivencia...?

Yo tengo mis respuestas, Von Trier nos deja entrever las suyas, ustedes veanla y haganse las suyas
Juan
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5 de mayo de 2006
58 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
El genialmente original director danés Lars Von Trier vuelve a reflejar en el celuloide los sentimientos más profundos de nuestra alma con la segunda entrega de su trilogía sobre EEUU (que afirma no haber visitado): si antes fue la impactante y claustrofóbica “Dogville”, ahora nos deleita con la dramática y profunda “Manderlay”, que precederá a la más madura y fotográfica “Wasington” (prevista para estrenarse en 2007 con, seguramente, Cate Blanchett en el papel protagonista).

Si en “Dogville” Grace (interpretada magníficamente por Nicole Kidman) era una chica inocente y confiada que la llevaba a ser engañada y maltratada, en “Manderlay” nuestra protagonista ha aprendido de sus errores y coge las riendas liderando esta nueva aventura con el rostro de Bryce Dallas Howard (conocida por ser la idealista ciega de “El bosque”, donde hizo un papel como anillo al dedo). Ésta joven actriz interpreta dignamente a su personaje aunque las comparaciones con su predecesora son odiosas, ya que aquella era capaz de mostrar multitud de sentimientos y registros con una mirada, mientras que con ésta se tiene la sensación de que sigue haciendo de ciega, con la vista perdida en nosesabedónde.

El nuevo capítulo lleva a Grace, a su padre (Willem Dafoe sustituye al James Caan de “Dogville”) y a la tropa mafiosa a un pequeño pueblo del sur llamado Manderlay, rodeado por una larga valla con candado. Una mujer se acerca al coche y pide ayuda a Grace. Ésta, a pesar del consejo de su padre de que no se meta en asuntos ajenos, se baja con su ejército ilegal a impedir la tortura de negro esposado por parte de una madura señora (Lauren Bacall, que repite con Trier). Nuestra idealista mujer decide quedarse en Manderlay con el fin de abolir la esclavitud de la población negra e instaurar un sistema democrático. Lo que no sabe es que hay mucha gente convencida en seguir como está.

Los decorados son iguales que en “Dogville”, sólo unas líneas pintadas en el suelo y unos pocos elementos necesarios en la trama sirven para ilustrar los lares por donde se pasearán los personajes. La diferencia está en que Trier invierte los colores: en “Dogville” era un suelo negro y un cielo cambiante según la franja horaria y en “Manderlay” hay cielo negro permanente y suelo variable, con multitud de tonalidades según el sentimiento que el realizador nos quiere transmitir.

La técnica de cámara en mano y la magistral fotografía de Anthony Dod Mantle siguen entre las constantes de Trier. Pero, si en “Dogville” la historia era lenta, con muchos silencios, intimista y paulatinamente intensa hasta la traca final, en su nueva obra maestra prefiere emplear altibajos dramáticos, situaciones que se resuelven o se agravan para resolverlos con un final tan digno como el de la primera entrega.

Sigue habiendo la preciosa voz en off y un orden narrativo dividido en ocho capítulos, que cada cual se espera con más impaciencia que su predecesor y no interrumpe ni entorpece la trama general.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gonso
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10 de abril de 2006
45 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque carece del factor sorpresa que supuso "Dogville" y de la magnífica y sólida interpretación de Nicole Kidman, "Manderlay" se ubica nuevamente en terrenos de un cine inclasificable y pedante, atemporal y controvertido. Tiene la carcasa, los sentimientos e ideales de su antecesora.

Y es que para nada Bryce Howard lo haga mal, simplemente está más que correcta. Pero particularmente me quedo con las tablas y el buen savoir faire de la Kidman.
Lo que sí da bastante pie en pensar en la fama de Lars Von Trier de tirano con sus actrices. Si Björk salió por la tangente y se zampó un jersey en un ataque de rabia, la Kidman se negó "temporalmente" a trabajar de nuevo con Von Trier. Aunque en "Washington", cierre de la peculiar trilogía y salvo sorpresa, Nicole Kidman volverá a encarnar a Grace.

En "Manderlay" Lars Von Trier vuelve a explorar al pueblo americano pero también disecciona el comportamiento humano a través de una fábula sobre la libertad. Libertad que ni existe, salvo que una metralleta diga lo contrario, ni deseamos poseer alienándonos a una jerarquía como necesidad. Al menos según Von Trier. También sirve como contrapunto revisar el interesante documental "La toma".

Para aquellos que detesten a Lars Von Trier o sus películas les parezcan un insoportable y pedante coñazo, ni se molesten en sufrir durante más de dos horas. Para aquellos que quedamos maravillados, perplejos y aplaudimos "Dogville", "Manderlay" se convierte en un más que recomendable, aunque inferior anexo.

Cinta con una moraleja polémica y discutible. Cuento con mucha ironía y mala leche para discutir interminablemente y con unos títulos de crédito que refuerzan el mensaje y evitan la salida del público de una sala de cine. Algo muy difícil de conseguir en estos tiempos, salvo en salas de versión original o esperes como buen friki algún contenido extra.
Maldito Bastardo
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19 de marzo de 2006
36 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una magnífica manera de regalarnos una segunda sesión de la maravillosa obra Dogville. Sin la sorpresa del planteamiento de la primera película, el director ha echado mano de un argumento de gran controversia tratado de forma bastante ambigua: la libertad.

La libertad no se posee, no se puede apreciar porque no somos libres en absoluto; es sólo un sentimiento, una idea que parece definir aquello en lo que soñamos. En la forma de la esclavitud, Lars Von Trier ha demostrado como la libertad no se gana ni se pierde, tampoco se puede regalar y mucho menos obligar a aceptar. Como muy bien explica el director; el pájaro no conoce la libertad y cuando la conoce muere congelado fuera de la seguridad de su jaula. ¿Qué habría elegido el canario de ser libre de hacerlo?. La libertad no existe, pues no somos libres de elegir ser libres.
Drobbit
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1 de febrero de 2008
25 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película sigue con la línea de su antecesora "Dogville". Mismos decorados, guión, luminosidad...pero el cambio que sufre de protagonista hace que la peli no sea perfecta, sin querer quitar méritos a Bryce Dallas, la actuación de Nicole Kidman es la que encumbraba la grandísima obra de Von Trier, ella era capaz de transmitirnos todos los sentimientos de Grace de forma brillante. Por lo demás, todo bien.
Esta vez se nos ofrece a una Grace diferente, cambiada tras lo que la ha sucedido, ella es la que lleva las riendas del asunto. Los demás personajes no son tan profundos ni malvados como en "Dogville" pero vuelven a dar lugar a la reflexión y se nos muestra como somos las personas en realidad.
Si te gustó "Dogville" posiblemente te guste esta, aunque no llega a su nivel no quita que sea una grandísima película.
El lastre que tiene es que siempre será comparada con "Dogville", y eso son palabras mayores.

Una cosa importantísima:
Antes de verla sería conveniente ver "Dogville" para comprender el contexto y el personaje de Grace, si no la peli pierde mucho.
Manon Flier
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