Las plantas

Desde Chile llega Las plantas la opera prima de Roberto Doveris. La película centra su mirada en la historia de Florencia —representada por Violeta Castillo, cantautora argentina— una joven de 17 años que se encuentra en una etapa de autodescubrimiento de su sexualidad. Su madre se encuentra internada en el hospital, mientras ella se encarga de cuidar de su hermano en estado vegetativo, su única compañía. Florencia se entretiene leyendo un cómic titulado «Las Plantas» —donde se narra la posesión de humanos por parte de plantas con poderes— y conversando a través de internet con hombres desconocidos con los que comienza a experimentar con su sexualidad. La idea inicial de la obra se plantea interesante, pretende jugar con los géneros al mezclar una historia dramática, con momentos eróticos y otros inducidos por la trama del cómic, donde la realidad —dentro de la ficción— se transforma en animación. Aunque sin saber muy bien porqué todos estos elementos terminan quedando inconexos, incapaces de conseguir una unidad.

En mi opinión la obra de Roberto Doveris tiene dos puntos fuertes:

— La integración de la animación proveniente del cómic que lee Florencia —trama influenciada por la película La invasión de los ultracuerpos, donde unas plantas alienígenas invaden la tierra— y que comienza a confundir con la realidad, llegando en una secuencia a sobrescribirse trazadas de animación sobre los personajes de la película. La confusión del personaje, le lleva a cuestionarse la relación entre su hermano en estado vegetativo y las plantas. Roberto Doveris muestra estas dudas al final, cuando llega la noche y las plantas comienzan a moverse. ¿Podrá un humano convertirse en una planta?

— La exploración sexual de Florencia. Roberto Doveiras centra su mirada en los deseos del personaje femenino, rompiendo con lo que normalmente percibimos en el cine basado en la representación de los deseos masculinos. El director nos sitúa en la posición de Florencia, en sus juegos con diferentes hombres para descubrir su sexualidad. Observando desde el interior de la casa, a través del cristal, como los distintos hombres se desnudan y masturban.

Pero lo cierto es que el resultado final de la obra deja mucho que desear, ya que todos estos elementos, a priori interesantes, van perdiendo fuerza al no ser explotados. Es una película llena de buenas intenciones, pero que no consigue explotar ninguna de ellas. Los momentos donde la realidad se entremezcla con la animación quedan aislados perdiendo toda su fuerza, reduciendo la inclusión del cómic a pequeños momentos, por lo que no termina de tomar presencia. Las imágenes juegan una mala pasada, porque a pesar de lo interesante de la idea va perdiendo interés a medida que se desarrolla la película, con momentos inconexos que no generan ningún significado con respecto al conjunto de la obra.

Alejandro García
@Notodoesusa
http://www.cinemaldito.com/las-plantas-roberto-doveris/

Repleta de clichés alternativos (hipsters) y elementos cuasi-baratos de cine indie (hipsters), con un argumento por momentos gratuitamente intruncado (derechamente "hipsters" según yo, aunque otros podrían decir simple y llanamente que es "incoherente") e innecesariamente porno (léase, porno hipster, por supuesto)... es con todo una película que logra su cometido. Y si se lee en su género es una película atractiva, que vale la pena ir a ver al cine.

Si bien de la trama quedan muchas preguntas abierta (esa es mas o menos la lógica de este cine), es efectiva en presentar una crónica viva y cruda de una adolescencia vacía del Chile de clase media-baja. Este me parece su mayor mérito.

De seguro esta ópera prima del chileno veiteañero Roberto Doveris será gusto de muchos "alternativos" que polulan en el reino hipster del Barrio Italia y relacionados. Habrá gente normal que también le gustará, aunque no pasará a los anales del cine nacional, mucho menos del mundial (Lo que me provoca preguntar: ¿Qué ha provocado la profusa publicidad y difusión de esta película presentada en festivales de cine internacional de buena fama? Sus méritos artísticos, con humildad, los pongo en duda).

La razón de dar la puntuación mínima en Filmaffinity a esta cinta se debe a la clara intención de provocar y crear una polémica en los medios de comunicación que se puede adivinar tras esta película.

Dicho de otro modo, odio que me engañen y me manipulen si me doy cuenta. Y, en este caso, me doy cuenta.

Un largometraje que podría haber sido uno más, sin muchos méritos ni deméritos, más bien malullo, del nuevo cine chileno de "thriller" y terror, es astutamente promocionado con la inclusión de escenas de sexo masculino y masturbaciones, para provocar censura en determinados países (como Rusia, determinados estados de EEUU, por supuesto, todos los países musulmanes...).

Al mismo tiempo, lanzan una campaña de publicidad precisamente basada en esa supuesta censura que ellos han buscado y provocado: "la película cuyas escenas ha censurado Rusia"; "las imágenes que han censurado muchas salas en España".

La película es basurilla con supuesta denuncia social, toques emocionales, y toques de ciencia ficción basados nebulosamente en un parecido buscado pero no encontrado con "La Invasión de los Ultracuerpos". Pero el plato fuerte son los penes y las masturbaciones masculinas en primer plano mientras (y aquí las webs políticamente correctas españolas apuestan todo a uno " Oh, qué provocador"; "Oh, qué valiente") la protagonista femenina permanece vestida.

Ahí ya tu manipulómetro peta. Roberto Doveris, que es un clon de Almodóvar a la chilena con veinte años menos, dice que su película lanza un mensaje "ultrafeminista" cuando lo que ofrece es porno para gays y mujeres. Que no me parece mal, entiéndaseme, siempre que se reconozca que es porno para gay y mujeres, y no pretendan que esto es cine del guay

En mis críticas encontrarán referencias muy negativas a películas de butaneros,conductores de autoescuelas, vecinos de enfrente, etc, que conocen a alguien y ya, sin el más mínimo argumento, se dedican a una aburrida exhibición de carnes.

Esto es lo mismo, pero con una diferencia: mientras que "El fontanero, su manguera y otras cosas de meter" (titulo inventado) es y será definido siempre como pornografía -respetable para sus aficionados, mala como cine- "Las Plantas" se convierte, por mor de influencias, "lobbies" feminazis y gays y, en general, líderes de lo políticamente correcto, en poco menos que la avanzada del cine chileno.

Al investigar un poco, no me sorprendió descubrir que Roberto Dovaris estuviera estrechamente relacionado con CinemaChile, la empresa privada (pero con alta financiación pública) que gestiona la distribución de las películas chilenas en el extranjero y , por lo tanto, quien favorece -o no- su exhibición en certámenes como Berlinale o Cannes (leer completo http://www.elmostrador.cl/cultura/2016/02/11/el-conflicto-etico-que-afecta-al-cine-chileno-en-la-antesala-del-festival-de-cine-de-berlin/ http://www.cooperativa.cl/noticias/entretencion/cine/festivales-de-cine/la-polemica-que-enfrenta-a-cinemachile-y-el-mostrador-por-la-berlinale/2016-02-12/173343.html )

Esto, y los lobbies femigays en la industria del cine, es lo que hacen que una película como "Las plantas", de muy baja calidad, triunfe por haber mostrado unos cuantos penes en actitud sexual y haber buscado luego el vctimismo.

Que insisto que a mi no me molesta, insisto; todo tiene su público, y a quien Dios se la de San Pedro se la bendiga... nunca mejor dicho. Pero es obvio que una película con los géneros cambiados, hombre que observa mujeres con el monte de Venus y labios mayores al aire, masturbándose como campeonas, hubiera ido a la categoría "porno" sin duda.

Lean, para general regocijo, un trozo de la critica de Fotogramas, y verán la distorsión de las ideas:
"...algunas salas han apostado por el pasado cancelando el inminente estreno de la producción chilena ‘Las plantas’, que llegaría a la cartelera el próximo viernes 27, al considerarla pornográfica por mostrar explícitamente miembros masculinos mientras sus respectivos dueños los acarician con fruición.
Esta medida resulta especialmente curiosa al tratarse de un título que el ICAA ha calificado únicamente como No recomendada para menores de 16 años,"

Hombre, lo que resulta extraño -al menos desde el punto de vista de la coherencia- es que el ICAA, Capitanía General y órgano en España de lo Almodovariano y polticamente correcto, trate de colar esto como "Aceptable para 16 años" y meta su peor visión moral (comparable a la franquista) sobre otras películas - quizás mejores- porque sale algún pelito púbico de mujer ("La trastienda"---> Mayores de 18 años)