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Giulietta de los espíritus

Drama. Fantástico Giulietta, que duda de la fidelidad y del amor de su marido, acude a reuniones espiritistas buscando consejo y esperando una señal que le muestre que su marido aún siente cariño por ella y que puede recuperarlo. Por casualidad, conoce a Susy, una perniciosa mujer que sólo vive para el amor y que está a punto de destrozar las ilusiones de Giulietta. (FILMAFFINITY)
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
30 de noviembre de 2006
40 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre medias de su obra cumbre dos años antes "Otto e mezzo" y la posterior e irregular "Satiricón", Fellini vuelve a sorprendernos, esta vez en color, su primera
y bendita paranoia en color, con una obra difícil de catalogar, pues aunque el maestro de Rímini sigue exponiéndonos sus inquietudes existenciales de manera tan personal y sublimemente artística, al mismo tiempo nos gotea con una sucesión de imágenes delicatessen y oníricas...

El miedo a afrontar la realidad por miedo a una situación distinta a la comodidad de lo ya
conocido..., los fantasmas del pasado que atormentan nuestras pusilánimes existencias con recuerdos mitad reales, mitad ficiticios...las pócimas para el olvido...el recurso espiritual como instigador de esos fantasmas y el recurso del psicoanálisis para ahuyentarlos...

Con una estupenda fotografía en color a cargo de Gianni Di Venanzo ("Otto e mezzo" y "Rufufu") y una correcta banda sonora a cargo del maestro Nino Rota con la participación especial de Eugene Walter para el corte final en "Go milk the Moon" y la ambientación
jazzisística en general, Fellini factura esta obra de ritmo y cadencia desigual, adquiriendo por momentos el carácter de un alubión de gags visuales y surrealistas que hacen que el espectador pierda comba de la trama, pues los fantasmas y espíritus que se le presentan a
la genial Giulietta Masina(esposa del director) forman parte de una vida en su apogeo sentimental más tensionado, llena de contradicciones y dudas existenciales...

Fellini falla esta vez a mi modo de ver en partes del planteamiento y sobre todo en la exposición de la obra, pues como piezas inconexas y difíciles de ensamblar y ubicar, la obra naufraga finalmente en su desarrollo narrativo, si bien quedarán para el recuerdo sus habituales exhibiciones de portento creativo e imágenes de una belleza plástica difícilmente comparables en la filmografía de cualquier otro autor de cualquier época...

La participación anecdótica del inclasificable y bien relacionado José Luis de Villalonga como José, el huésped español de su marido Giorgio, ensalzando los "valores" patrios (toros, sangría y demás tópicos sandungueros y pandereteros) me confirman en la puntuación final, pues a
fuerza de creativo a veces se pasa dos pueblos cayendo en la más profunda y burda pretenciosidad...

Auque sólo sea por deleitarnos con la plasticidad y creatividad original de las imágenes de su particular mundo onírico merece la pena su visionado. Cuando menos;

I N T E R E S A N T E.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
burton
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23 de noviembre de 2008
32 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Fellini hay que acercarse con la predisposición adecuada para ser capaz de dejarse arrastrar por su extravagante caleidoscopio de sensaciones, de flashes, de exuberancia, de alborotos, de recuerdos, de fobias, de deseos primitivos que pugnan por aflorar, y todo ello en su peculiar estilo onírico y surrealista, en constante cambio, como esos cristales de colores que vemos a través de un tubo de cartón con un espejo, y que adquieren formas geométricas siempre distintas.
Fellini prioriza los estímulos sensoriales, los delirantes y recargados fondos, la observación, la mareante sucesión de toda clase de excéntricos personajes, los diálogos en los que se mezcla lo esotérico, lo poético, lo metafísico, lo ultraterrenal, lo enigmático y lo erótico en clara lucha contra el decoro y la sensatez externa que encubre la inseguridad interna.
“Giulietta de los espíritus” nos narra el gran conflicto interior de Giulietta, una mujer acomodada en su ordenada vida matrimonial. El personaje de Masina enternece con la viveza de sus ojos observadores, es testigo casi siempre silencioso y sufriente de su propio derrumbamiento y de las cosas extrañas y perturbadoras que suceden a su alrededor y en su propia mente. Nos sentimos pequeños junto con ella. Sentimos sus heridas. Su confusión. Sus pasos vacilantes y tambaleantes mientras trata de mantener una heroica sonrisa que no hace más que poner en evidencia su tierna fragilidad.
Nuestros ojos se humedecen con los suyos.
Una mujer que convive con sus propios fantasmas, que la persiguen desde su niñez, y que ve cómo todo en lo que fundamenta sus cimientos se viene abajo. Su matrimonio es una farsa, la infidelidad de su marido pesa sobre ella como una losa funeraria; se siente muy sola en su bonita y decente casa mientras el hombre al que ama se aleja; nota sobre sí la mirada severa de su hermosa madre, hacia la que no experimenta ese calor ni esa confianza que debería haber entre madre e hija; eclipsada siempre por la belleza de su madre y de sus hermanas, aunque ella es demasiado sencilla para darle demasiada importancia; rodeada de tentaciones, de vecinos alegres y promiscuos, de mujeres explosivas que derraman una sensualidad despampanante, de amigos con ideas peculiares… Buscando respuestas, dejándose llevar hacia videntes que la inquietan más aún confirmándole sus insatisfacciones personales, solicitando ayuda profesional para espiar las andanzas de su marido…
Giulietta se encuentra sumergida en una marea que intenta alejarla de las orillas, en la que todos sus espíritus interiores le hablan y se confunden con su inquieta imaginación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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3 de enero de 2014
30 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la cumbre cinematográfica alcanzada en “Fellini 8 y ½”, el genial director italiano se embarca en otra aventura sensorial inolvidable con la inclasificable “Giulietta de los espíritus”, obra deliciosa y asombrosa a partes iguales en la que vuelve a mezclar con su maestría habitual la realidad, los pensamientos, los sueños y los recuerdos del personaje protagonista de la historia, en este caso su esposa, la deliciosa actriz Giulietta Masina.
Vuelve a fascinar la plasticidad de Fellini utilizando decorados, vestuarios y colores. En el caso concreto del color, utiliza tonos blancos para describir el mundo real y tonos rojos cuando se trata de los pensamientos y de los sueños de la protagonista.
Película considerada como obra menor por una parte del público y de la crítica, consigue sin embargo deleitar a los amantes de Fellini y de sus universos de imaginación desbordada con la que escapar de la cruda realidad.
La música de Nino Rota es también un elemento decisivo para envolver al espectador que desee ser envuelto en ese delicioso viaje al subconsciente de la tierna Giulietta, una mujer en plena madurez pero que conserva intacta su mirada y su rostro de niña ingenua y curiosa.
En definitiva, película recomendable y casi imprescindible para los amantes del universo mitad real y mitad onírico del gran Federico Fellini.
lisufelligus
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15 de abril de 2008
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
No estamos, sin duda, delante de la mejor película de Fellini. Pero aun así, para mí es una película entrañable y deliciosa. Contemplar a Giulietta Masina en plena madurez, pero con su mirada y su rostro de niña ingenua y curiosa, es ya un auténtico lujo para los que estamos enamorados del cine italiano.
Lo mejor para mí del film radica en la crítica a la hipocresía de la doble moral burguesa y sobre todo en la introspección que la protagonista hace de sus miedos, sus sueños y sus añoranzas. La recreación de los sueños es simplemente genial, y muy pocos directores pueden reflejar de un modo tan visual el absurdo del inconsciente, un mundo liberado de normas y prejuicios, una transgresión sutil de lo establecido a través de personajes extraños, danzarines exuberantes y ambientes "imposibles" llenos de glamour y bohemia. Delicioso surrealismo para evadirnos de una realidad asfixiante, acompañado todo ello por la inconfundible e hipnótica música de Nino Rota.
Goiano
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3 de diciembre de 2008
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es una de las más representativas de este director y de visión obligada para aquel cinéfilo que quiera conocer a Fellini y su mundo particular. Si en “Fellini, ocho y medio” nos introduce en sus recuerdos, su infancia, su juventud y en su madurez; aquí nos lleva a su particular visión de las mujeres y en concreto a su mujer de siempre: a Giulietta Masina. Pero si todos estos aspectos biográficos ya son interesantes de por sí, la forma de narrar marca un punto importantísimo, no solo en su cinematografía, sino en el cine en general.
El argumento es simple, una mujer descubre que su marido le engaña, pero es en los pensamientos y sueños de esa mujer donde se centra la película y eso le permite a Fellini una plasticidad asombrosa utilizando decorados, vestuarios y colores. En el caso concreto del color es curioso como utiliza el blanco para describir el mundo real de Giulietta y el rojo cuando se trata de los espíritus de la protagonista.
La cámara toma protagonismo, como el psicólogo que ayuda a Giulietta a descubrirse a sí misma, desde el mismo arranque de la película y la va siguiendo, rodeando, mirándola en definitiva muy lentamente, con mucho mimo. A ella responde Giulietta Masina con una soberbia interpretación. Fellini utiliza una gran cantidad de estímulos sensoriales para que el espectador se sitúe en su mundo delirante. No dudará de utilizar una vez más el mundo del circo.
La música de Nino Rota, que tantas veces ha compuesto para este director, va acompañando y en algún momento protagonizando la acción.
En definitiva, película de visón obligada. Aunque yo aconsejaría a aquellos que quieran conocer a Fellini que empiecen por una de sus películas del neorrealismo, por ejemplo “La Strada” pasando después al mundo surrealista ce “Ocho y medio” continuando después con “Giulietta…” para terminar en la que es para mi su obra maestra, “Amarcord”.
Pp Ferrer S
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