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Prisión

Drama. Romance Un director de cine recibe la visita de su antiguo profesor de matemáticas que sale de un asilo. Éste le propone realizar una película sobre el tema: "Nuestro mundo es el infierno y el diablo lo dirige todo". (FILMAFFINITY)
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
20 de septiembre de 2006
40 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sexto largo de Ingmar Bergman, que interviene como guionista y director. Se rodó en b/n en el Sandrew Studio, con un presupuesto modesto. El productor fue Lorenz Marsnestedt, de Terrafilm.

La acción tiene lugar en Estocolmo (Suecia) en 1948/49, a lo largo de unas semanas, tras una introducción situada 6 meses antes. Narra la historia de Birgitta Carolina Soederberg (Doris Svedlund), de 16 años, prostituta, chuleada por Peter (Stig Olin), amante de ella y amigo de su maléfica hermana, Linnea (Irma Christenson). Concibe y da a luz una niña, que le sustrae Peter y es asesinada por Linnea. Ante el acoso de la policía y los temores que le infunde Peter, huye por las calles de la noche, donde encuentra a Thomas (Biger Malmsten), que ha roto con su esposa Sophie (Eva Henning). Son acogidos en la buhardilla de un hostal, donde comparten amor y confidencias.

La película está construida como un experimento de cine dentro del cine, realizado a instancias de un profesor jubilado de matemáticas, recién salido del manicomio, que sugiere al director de cine Martin Grande (Hasse Ekman), antiguo alumno suyo, la realización de un film sobre el diablo y su poder sobre la Tierra. La idea es rechazada en principio, pero Thomas, periodista y guionista, amigo del director, trata de escribir la historia requerida a partir de las experiencias de una joven prostituta, las suyas y de su esposa y las de otros personajes (chulo, hermana, cliente). El autor reflexiona sobre el sinsentido de la muerte, se plantea si la religión es el consuelo de los sentimentales o algo más, se pregunta si Dios está cansado y vencido, investiga si el infierno está en la Tierra, se interesa por saber si el suicidio es una enfermedad terminal o una forma natural de morir, analiza los estragos de la soledad en el ser humano (abandonado por Dios y sus semejantes), se interroga sobre el áspero imperio del diablo sobre el mundo, explica que la crueldad puede ser insoportable y que la miseria humana en ocasiones es excesiva. No se atreve a formular la pregunta sobre si Dios existe o no, a la vista de la maldad del mundo. La película consagró al autor como un cineasta de prestigio en Suecia y dio lugar al inicio de su proyección internacional. Es el primer film del realizador en el que aparece la figura del diablo (corto cómico de tres acróbatas italianos).

La música acompaña la acción a la que da profundidad trágica y densidad dramática. La fotografía, excelente, hace uso de planos largos, birllantes closeups de gran potencia, fueras de campo (tortura de Birgitta), planos oblícuos y un excelente juego de luces, contraluces y claroscuros. El guión presenta una historia abierta, experimentalista, fresca y profunda. La interpretaciòn de Doris Svedlund es convincente y rica en matices. La dirección demuestra que es posible conujugar una reflexión seria sobre temas trascendentes y una narración entretenida.

La película contiene elementos magistrales en el marco de un dramatismo sobrecogedor.
Miquel
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25 de mayo de 2009
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Afirman los estudiosos de la obra bergmaniana que en Prisión el director sueco asentaría las bases de su cine posterior. Personalmente, lamento que no eligiese su anterior película, la al menos no tan pesimista "Ciudad Portuaria" como icono de su futura filmografía. Prisión se aleja de cualquier atisbo de ecuanimidad existencial. Obra negra, dura, deprimente... que sigo pensando retrataba más una posguerra mundial que Suecia no padeció y la manera que Bergman tenía de entender la alegría de sus paisanos... que un voluntario giro hacia los más lóbregos deseos existencialistas del alma humana.

Dios no existe y el demonio nos gobierna, encadenándonos a la pata de la silla mientras el "ser" disputa con la vida elecciones tan dispares como el suicidio, la prostitución o el abandono. Aunque rodada de manera brillante, Prisión pertenece al pack de la filmografía del autor que me suele dejar frío. Si nos alejamos del aspecto técnico nos volvemos a encontrar con preguntas que no tienen respuesta y sobre las que construye su negra trama. No es un día para ser feliz. Pasable.
Txarly
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14 de octubre de 2007
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Teniendo en cuenta que esta película se hizo en los años 40… “agüita” con su modernez formal y conceptual:
“Prisión” tiene una compleja estructura (escenas oníricas, metalenguaje cinematográfico…) y un contenido muy atrevido para la época: prostitución, infanticidio, descreimiento religioso (se llega a calificar a la religión como “consuelo para sentimentales y cobardes”).

Según leí es la primera película de Bergman donde el guión es también suyo, y por tanto la primera que él considera propiamente “suya”.
Y no se andaba con chiquitas aún en sus inicios: la historia arranca con la proposición de rodar una película en la que el mismo Diablo toma el control sobre la Tierra. Y en lugar de subvertirlo todo, las cosas se quedan como están (¿para qué buscar el infierno en otro sitio con lo retorcido y cruel que es este mundo?).
Mientras tanto, Dios está tan ausente como lo estará en su posterior filmografía. Por mucho que sus sufridores personajes griten para que haga acto de presencia, en el cine de Bergman Dios está muerto. Pero no porque el hombre adopte una superioridad “nietzscheana” sobre él, sino porque su propio machacamiento humano lo lleva a asumir la inexistencia (o por lo menos el pasotismo) de un Dios benefactor.

Desechado Dios queda el problema de la muerte: ¿Qué hay después?
¿Algo mejor que esto… algo peor… NADA…?
¿O tal vez no hay que tomarse la muerte tan en serio, independientemente de lo que suponga? (dentro de la peli hay un corto mudo donde la muerte se representa de una forma naïf, cómica y banal).

A estos interesantes apuntes habría que sumar conseguidas escenas oníricas, que representan cosas terribles que los personajes no quieren terminar de ver.
Pero con todo Bergman aún estaba bastante verde (para mí) a la hora de crear atmósferas visualmente poderosas. Sobre todo teniendo tan reciente como tengo el visionado de “Persona”.
Sahar
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23 de septiembre de 2010
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película, sin tener la redondez de otras películas de Bergman, como pueden ser "El Rostro", "Persona" o "El séptimo sello", es un film que rezuma pureza. No son unos personajes elaborados, la trama cojea en ocasiones; pero eso carece de importancia, porque la película es Bergman, es arte, fluye de su alma. Me gusta imaginarme a Bergman en éxtasis artístico una noche de depresión, una noche de esas en que nada tiene sentido. Y me gusta imaginármelo rodando, fiel al sentimiento de aquella noche, consciente de que hay cosas que podría mejorar pero negándose a si mismo la corrección para expresar más vivamente sus temores existencialistas.
Por supuesto es la primera película bergmaniana, y en ella podemos discernir a Fellini y a Woody Allen, así como el Bergman maduro que hace cine con la perfección, la inteligencia y el arte propios de su genio.
Me encanta el respecto hacia el espectador, ese "piesa un poco que no es tan complicado", presentar unos personajes, abandonarlos, retomarlos como secundarios, ellos sólo son una excusa para decirnos lo que quiere, y los usa cuando quiere. Se adentra en el metacine, el metaarte, también lo abandona para retomarlo al final; como diciendo, "para esto sirve el cine, esto es cine".
odokm
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8 de enero de 2009
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer guión y dirección en solitario de Bergman, película donde se puede apreciar y sentir lo que más tarde será su sello tan característico.
Vemos a un joven escritor y guionista con la ilusión de mostrar un espíritu un tanto rebelde y querer mostrar un guión complejo.
Las reflexiones sobre la vida no son expuestas con la misma claridad y sobriedad que sus películas posteriores, tales reflexiones estarán acompañadas de momentos de acción de sus personajes, personajes un poco rebeldes para aquellos años.
Una joven que se prostituye, un alcohólico, personajes que tratan temas como la muerte, el suicidio, el aborto…temas demasiado directos para aquella época, temas que muestran el espíritu de un joven Bergman que busca y reflexiona, reflexiones de un espíritu joven.
Una película sobre otra película, es la base de este guión más enredado que otras de él, en mi opinión la película es interesante pero no tiene la intensidad en temática y personajes que más tarde tendrá este genial director.
manuel
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