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La contadora de películas

Drama Años 60, desierto de Atacama, Chile. María Magnolia es una mujer que a pesar de vivir bajo difíciles condiciones, trata de transmitir a su hija, María Margarita, su pasión por el arte. María Margarita se convertirá en la contadora de historias del pueblo, donde la mayor parte de sus habitantes no pueden pagarse una entrada de cine.
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
31 de octubre de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película "bonita", aunque con un gran punto de amargura, coproducida entre España, Chile y Francia.

Es la adaptación a la gran pantalla de la novela de Hernán Rivera Letelier y narra una historia de superación y resiliencia, en una época convulsa.

La primera parte es más costumbrista y luminosa, aunque con gran drama humano al fondo. La segunda toca ya el tema histórico, con el golpe de estado de Pinochet y lo que ello conllevó.

Es irregular y a veces convence por su dinamismo y otras en cambio peca de falta de punch.

Tiene humor, drama personal, social y político, y en conjunto está bien, dejando un sabor de boca a cine muy digno y honesto, técnicamente impecable, con perfecta ambientación y preciosa fotografía.
Sin embargo a veces se queda en la superficie.

Pero está bien, siendo un canto de amor al cine y a la importancia que tiene en las vidas, sobre todo, de los más humildes, a quienes transmiten sueños y les ayudan a sobrellevar sus duras existencias.

Muy bien interpretada por las dos jóvenes.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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31 de octubre de 2023
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la historia, en la medianía del pasado siglo, se habla del desierto de Atacama en Chile. De María Magnolia, una mujer hermosa que, a pesar de vivir en difíciles condiciones, transmite a su hija María Margarita, su pasión por el arte, entre otras por el cine. María M., en un momento de penuria local, y ante la dificultad de bastantes de sus habitantes de pagar la entrada del cine, se convierte en la contadora de las películas que ella ve en la gran pantalla, a su atenta y maravillada audiencia de vecinos.

La obra se solapa en el tiempo con la creación «de todos los movimientos sociales» en el país andino, una época que precedió la llegada de Salvador Allende al poder, lo cual cercenó el golpe militar de Augusto Pinochet en septiembre de 1973.

Está dirigida más que mejor y de forma minuciosa, sin subrayados, contundente (gran puesta en escena y rigiendo en el capítulo actoral) por una realizadora danesa llamada Lone Scherfig (que fuera partícipe del movimiento Dogma).

El libreto está muy trabajado con autores/as como Walter Salles, Rafa Russo e Isabel Coixet, adaptando la novela homónima del escritor y poeta chileno autodidacta, Hernán Rivera Letelier. Un texto dramático y a veces cómico, con cargas éticas y emocionales.

Tiene la cinta una elegante música de Fernando Velázquez y una admirable fotografía de Daniel Aranyó que sabe aprehender el paisaje del desierto chileno y los rostros curtidos de sus habitantes.

Junto a ello un sensacional reparto con actores y actrices como Berénice Bejo (la madre con espíritu de artista), Antonio de la Torre (parco y sólido como el padre), Daniel Brühl (gerente europeo de la explotación salinera), Sara Becquer y Alodra Valenzuela (ambas como María Margarita en edades diferentes, la cuenta-películas: sensacionales), y otros. Todos sin excepción están a un gran nivel, tanto individualmente, como en el terreno coral.

Entre dirección, guionista, actores y etcétera, habría podido salir una especie de pudin hispano-europeo en general y americano también que, finalmente, no es tal mezcolanza; tiene vida propia y su singular carácter y propiedad, que en nada entorpece la variedad en las nacionalidades que anuncian sus títulos de crédito.

Hay una vida típicamente chilena, muy de Atacama, esa zona de salitre que fue combativa en los años sesenta y más, y que devino zona abandonada finalmente. La historia de esta familia de mineros se ilumina cuando María Margarita, interpretada en sus dos edades por las actrices chilenas Sara Becker y Alondra Valenzuela, se convierte en una contadora de películas. María Margarita tiene el don de contar las películas. Resulta emocionante ver cómo ella es la unión de toda una comunidad perdida en el desierto de Atacama con el cine como compañía reconfortante.

Van saliendo a lo largo del metraje, un listado de películas, con sus reconocibles secuencias, escenas que al segundo eran identificables (para quien las ha visto, claro), una selección de obras escogidas, para ver y para contar-escuchar, un listado representativo y en absoluto inocente. Hay westerns dramáticos, películas psicológicas, sensuales o grandes producciones cuidadosamente seleccionadas como El hombre que mató a Liberty Valance, de John Ford; Días de vino y rosas, de Blake Edwards; El apartamento, de Billy Wilder; De aquí a la eternidad, de Fred Zinnemann; Los diez mandamientos, de Cecil B. DeMille; o Espartaco y Senderos de gloria de Stanley Kubrick, y alguna más. Iconos de la pantalla. Un rosario de obras que ya forman parte de lo más granado del cine de todos los tiempos, cuya presencia en este filme rinde un tributo claro y diáfano al Séptimo Arte.

O sea, que esta película de la Scherfig señala claramente a lo que ella y muchos imaginamos y creemos que es el poder del cine para cambiar la vida, al menos aspectos circunstanciales, aunque puede que también sustanciales, el cine como medio para enseñar a vivir, a ser felices, diría que a resistir.

Una hermosa mirada a la vez que conmovedora sobre la cualidad del cine para unir a una comunidad y por extensión, para unir a los espectadores que aún continuamos asistiendo a las salas de proyección. El cine y en general el arte como sanadores, con capacidad para suturar corazones rotos como muy bien vemos en esta cinta.

Y un conglomerado de personajes muy interesantes, una madre con vocación artística, padre breve y roto por una explosión casi buscada, hijos e hija (la contadora) muy unidos, mucho que no se dice entre los personajes, pero cuyas no-palabras se entienden muy bien.

Una apología en defensa del lenguaje del cine, un lenguaje que los espectadores y amantes de la cosa, como María, hemos interiorizado. A veces también lo hemos transmitido contando pelis a sobrinos o a amigas o ha hermanos; nuestros relatos sobre lo visto, que no es lo visto, pero que se le aproxima, contenidos de ilusión, de ganas o de firmeza.

En suma, la simplicidad y un realismo que más que realismo es «realismo imperfecto» hacen de esta obra un semillero que de seguro habrá de florecer en inesperados e imposibles jardines, como imposibles fueron los desiertos salados de esta historia.

Publicado en revista de cine ENCADENADOS: https://encadenados.org/criticas/la-contadora-de-peliculas-3/
Kikivall
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16 de noviembre de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ocurren numerosas emociones que experimento sin vacuidad y con una felicidad, solo para el rato de la proyección pero que dejan algo de huella para noches reflexivas; llenas de vacío, dolor inevitable y de obsesivo vicio incontrolable como nuestras archienemigas las drogas, con ésta singular última película de la señora danesa Lone Scherfig adaptada de una novela que desconocía, escrita por el chileno Hernán Rivera Letelier (la leeré) y guionizada por un resaltante crossover de territorios, cómo el español y brasileño: Isabel Coixet, Rafa Russo y Walter Salles.


Alguna mala vibra y algunas satisfactorias se me encienden viendo la historia de cómo la depauperada familia de Maria Margarita, la hija: en su infancia, adolescencia y juventud. Viven en un pueblo del desierto chileno visualmente espléndido y excéntrico (desde la perspectiva de un ave) llamado ‘Atacama’. Y aunque no sea una familia exitosa económicamente, viven para los domingos de cine, dónde y cuándo la plena felicidad de ellos resurge. Pero al empobrecerse cada vez más, ella acaba yendo sola para después contar con intensidad a la familia las grandes películas que ha visto, más tarde para todo el pueblo, a cambio de unas moneditas. Por suerte, vemos un reparto de obras exquisitas: El apartamento, Senderos de gloria, Con faldas y a lo loco, El hombre que mató a Liberty, entre otras.

Su reparto también es variado, la protagonizan la argentina Bérénice Bejo, el hispanoalemán Daniel Brühl, y los que destacan: el español Ángel de la Torre, y las dos Marías, Sara Becker y Alondra Valenzuela. Casi todos ellos protagonizando y hablando cómo los habitantes del pueblo chileno, con ese acento cerrado el cuál me incómoda escuchar al tener que afinar el oído para entender claramente lo que dicen. A veces aparecen los subtítulos, otras no, y no entiendo por qué.

La contadora de películas es una carta de amor hacía el cine desde la excentricidad del oficio y el particular recorrido y situación de la familia. Lone Scherfig retrata un amor por el arte desde el personaje de María Magnolia, la madre. Concierne con una historia triste, pero sonriente. Aunque sus argumentos se asoman a lo superficial.

-RICHIE VALERO
Richie Valero
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17 de febrero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si nos fijamos en la síntesis del guión a partir de la novela de Hernán Rivera Letelier, resulta muy sugestiva ante una esperanzadora historia sensitiva en la que nos lleva a que lo importe, es como queremos ver las múltiples historias que encontramos. En el largometraje se percibe una cinefilia de libro, en la que hay pasión de folletín, personajes con evolución desde la ñoñería al drama social, en un contexto histórico único ubicado en el Chile que pasó de la utopía de Allende, al infierno anulador de Pinochet, entre la resiliencia a la superación por necesidad, en un escenario angustiado, con una puesta en escena mesurada pero tajante sobre las salinas mineras del desierto de atacama.
El humanismo y el poder sanador de las historias que se encuentran en el cine y el legado oral, en el que, en el escenario más desolador también hay toda un vida que contar, de los que se marcharon, murieron, y lo recordaron.
Si bien la primera parte nos sitúa en presentarnos y conocer a los distintos personajes, pero que en la que tal vez, el espectador termine confundiéndose pasó a paso al ofrecernos con enfasis su profundidad, y que termina destacándose en eso que se denomina como nueva narrativa latinoamerica.
A lo mejor ese es el problema, el que el filme se hubiera conseguido concentrar en solo una de las decenas de subtramas que propone, hubiera conseguido una obra más ambiciosa. Pero al final, su falta de ritmo y la fluidez narrativa acaba por condenarla a ser una película con cierta falta de concomitancia, en su enfoque lineal falto de giros que nos estimulen.
A pesar de su escenografía chilena, esta película cuenta con una producción española que demuestra un nivel gran nivel técnico, respaldado por una representación internacional compuesta por rostros reconocidos como el hispano alemán Daniel Brühl (Nansen), la argentina Bérénice Bejo (María Magnolia), la chilena Alondra Valenzuela (María Margarita-niña) la chilena Sara Becker (María Magnolia), el malagueño Antonio de la Torre (Torre Martín), este último a destacar, pues consigue el desafío de interpretar en un papel con un acento chileno que nos varia de los autóctonos.
elsherpa
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3 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de meterle mano a esta cinta: Esa es la GRANDEZA del cine, puedes pasar de algo enorme, mastodóntico y comercial como "Dune" a algo más pequeñito y discreto (en apariencia, para mi esta cinta es ENORME) como es esta "La contadora de películas".
Desde que la vi llevo dándole vueltas a si escribir crítica o no, pero SI: Se lo merece, se merece ser ensalzada y que la gente la valore como se merece porque "La contadora de películas" es un PELICULÓN.
He leído comparaciones con "Cinema Paradiso" (1988) y tienen cosas en común, si, pero, sin menospreciar a esta, "Cinema Paradiso" es ENORME, y esta es algo más pequeñita y discreta aunque tiene un arsenal de encanto y nostalgia brutales, y una capacidad para resultar entrañable y sentirse triste y cálida como un buen abrazo que no muchas cintas tienen, la verdad...
De la trama poco voy a decir, es una cinta que hay que descubrir lo más en blanco posible y al terminar decidir si la amas o la odias, aunque, créeme, te resultara difícil odiarla, muy difícil, por mucho que caiga en ciertos momentos en tópicos y lugares comunes de este tipo de historias, tiene algo... Y ese algo es MAGIA, esa que tiene el cine y de la que están dotadas muy pocas películas... Esta cinta tiene ese PODER, no te va a dejar en absoluto indiferente...
Espero de corazón que el tiempo le dé el lugar que se merece porque es hermosa, la verdad...
El reparto es de lo más curioso e internacional: Tenemos a Bérénice Bejo, francoargentina (por cierto: en otras críticas defiendo a capa y espada la figura de la madre, en esta ocasión se demuestra que, por desgracia, hay madres y hay madres... Aunque todo el mundo tiene derecho a explicarse...), a Antonio de la Torre de España (y no suelo defender mucho a los padres, pero hay algunos a los que si se pueden defender y que resultan entrañables, como el personaje de de la Torre en esta cinta) y Daniel Brühl, hispanoalemán. Y es al que destaco de los tres, no quitándoles merito a Bejo y de la Torre, pero Brühl es un actor por el que siento debilidad, la verdad... Es un actor que considero que está infravalorado pero que tiene MUCHÍSIMO potencial y es capaz de regalarnos interpretaciones brillantes como son su Fredrick Zoller en "Inglourious Basterds" (2009) o Niki Lauda en "Rush" (2013). Pero las que de verdad parten el bacalao en esta historia son Sara Becker (adolescencia y juventud) y Alondra Valenzuela (niñez) como María Margarita, un personaje cinematográfico de esos que se dan muy poquito y que te enamoran. Destaco sobre todo la interpretación de la jovencísima y bellísima Sara Becker (sin desmerecer la gracia y el desparpajo de Alondra Valenzuela), que nos regala un interpretación simple y llanamente magnífica, pienso estar atento a la carrera de la joven Becker.
La banda sonora: Impresiona que, siendo buena, que lo es, salga de la mente de Fernando Velázquez, compositor de Bayona en la banda sonora de su Trilogía sobre la Maternidad, una cinta de este tipo se merece una banda sonora que la ensalce... Pero bueno, es un detallito pequeño e insignificante, la cinta se defiende bien sola, sin necesidad de música.
No me he leído la novela de Hernan Rivera Letelier en la que se inspira la cinta pero pienso hacerlo, y espero que pronto, la verdad...
No me atrevía a escribir crítica pero al final lo he hecho, porque me lo pedía el cuerpo, porque cuando la vi me zarandeo de pies a cabeza a base de nostalgia y me siento un poco distinto, la verdad... Me hizo evocar momentos, sensaciones, sentimientos, emociones de cuando era pequeño y me criaron mis abuelos, a los que echo enormemente de menos... De cuando ellos guardaban un convento en Santa Catalina, en pleno centro de Sevilla, donde crecí, donde crecieron mi madre y mis tíos... Ufff... Es brutal lo que puede hacer una película con tu mente... Brutal...
¿La recomiendo? Encarecidamente, no os la perdáis, por favor y valoradla como se merece porque es un PELICULÓN (y preparaos porque, como os pille un poquillo nostálgicos, os va a dejar tocados...).
(Me da mucha pena que el cine este perdiendo su magia, que este perdiendo esa cualidad de ser un evento, de ir arreglado y que toda la sala se comporte de forma correcta, educada y civilizada, hipnotizados todos por la fuerza de las imágenes proyectadas... Una auténtica y dolorosa pena...)
The Jedi Warrior
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