Haz click aquí para copiar la URL

Cuatro días más

Drama Diez años de consumo de opioides han dejado en ruinas la vida de la joven Molly. Una nueva medicina podría darle alas para comenzar de nuevo si es capaz de mantenerse limpia durante cuatro días, algo que trata de lograr con la ayuda de su madre Deb, una mujer de ideas férreas. El amor que ambas se profesan se verá puesto a prueba como nunca antes en sus vidas.
1 2 3 >>
Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
31 de mayo de 2021
31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre estas películas que apenas verá nadie debido a su muy escasa distribución y a su completamente nula promoción (mundos insondables ambos para los que no pertenecemos al business del celuloide), sobre estas películas que tanto la crítica letrada como la ágrafa han parecido ponerse de acuerdo para ensañarse en todos sus defectos, los reales y los ficticios; sobre estas películas sobre las que campea una raquítica nota media en FA, sobre estas películas, decía, es sobre las que merece la pena hacer una defensa fundamentada y una loa sincera, aunque solo sea por justicia poética.

En EEUU el problema de la adicción a los opiáceos y opioides se estima que causa, en la actualidad, la escalofriante cifra de 200 muertos al día y un total de más de 70000 muertos al año. Teniendo en cuenta sus poblaciones relativas esto supone diez veces más que las cifras actuales de un país como España. Salvaje. Más de 4 millones de personas son adictas a estas sustancias en Norteamérica, ya sea en su variante legal (fármacos tan nocivos como Oxycontin, Vicodin, etc., son recetados de manera inconsciente por los sanitarios como señala la película, en el mejor de los casos a la ligera y en el peor con claras intenciones de hacer negocio a expensas de la salud física y mental de los pacientes), ya sea en su variante ilegal como la heroína o el fentanilo (una droga cien veces más potente que la propia heroína, etc.). Datos que muestran de manera traslúcida la magnitud del problema. Es muy recomendable leer, para tratar de entender las razones y los orígenes últimos de esta sangría, para profundizar en este drama humano, obras recientes que abordan el problema como “Muertes por desesperación” editado en Debate y “Tierra de sueños” editado en Capitán Swing. Estas lecturas sirven para conocer más sobre esta auténtica tragedia contemporánea y ahondar en las causas y razones sociológicas de esta verdadera epidemia que afecta en particular a la población blanca joven y de mediana edad no cualificada que ha visto como el sentido de sus vidas se diluía entre otras razones por la imposibilidad de encontrar un trabajo estable, bien remunerado y que diera cierto sentimiento de pertenencia y realización a sus existencias. El sueño americano mutado en auténtica pesadilla.

La película, realizada por el colombiano Rodrigo García (del cual debemos recordar aquí la magnífica y tampoco excesivamente conocida “Madres e hijas”), más allá de ese omnipresente marco narcótico, no es “tan solo” una película sobre la adicción a las drogas; es, por encima de eso, el relato de una escabrosa relación materno-filial y el conmovedor retrato psicológico de una madre que lucha para sobreponerse a las adversidades, para encontrar una rendija de luz en el futuro de su hija, para ser capaz de ahuyentar los demonios que cercan y aprisionan su mente.

Me resulta de sumo interés el reseñar que para lo que muchos críticos es una debilidad de la película: personajes tendentes a lo intransitivo, escenarios poco llamativos, cierto aroma a telefilm barato, el recurso a ciertos clichés que (sic) “no logran conmover nuestra alma”, etc., es algo que, dado el contexto que se muestra, aporta un gran realismo al guion, quiero decir, la gente que padece estos sufrimientos es ASÍ, gente cualquiera, con infancias cualquiera, con trabajos cualquiera, con novios cualquiera, con familias cualquiera y, en definitiva, con vidas cualquiera; todo lo superfluas que pueda uno imaginarse pero no por ello menos dignas de ser vividas (y contadas); el averno por el que transita la protagonista, excepcional Mila Kunis que compone el mejor papel de su carrera hasta la fecha tomando el testigo del que realizó en aquella película tan sofocante como “Black swan”, no es un ámbito exclusivo de estrellas de Hollywood estilo Philip Seymour Hoffman o de estrellas del rock como Keith Richards. Y eso lo hace aún más cruento.

Es obligado nombrar como referencias cinematográficas obligadas en cuanto al mundo de las drogas se refiere a obras como "Réquiem por un sueño", "El regreso de Ben", "Diario de un rebelde" o incluso por supuesto la tan escocesa “Trainspotting”. Todo un auténtico walk on the wild side.
McKnight
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de junio de 2021
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desgraciadamente esta historia real la han sufrido muchos padres con hijos enganchados a la heroína. Toda una pesadilla en la que se ven envueltos amigos y familiares del drogadicto el cual utilizara cualquier mentira y artimaña para conseguir dinero y pincharse su dosis diaria. Consiguiendo a la vez que se autodestruyen a sí mismos, la desconfianza y ruptura con sus seres queridos.

Glenn Close y Mila Kunis son madre e hija en este intenso drama sobre la adicción a las drogas. Molly es adicta y su madre Deb le recuerda un trato que hicieron: no se le permitiría entrar en la casa hasta que estuviera limpia. Lleva viviendo en una casa abandonada más de un año y enganchada más de diez. Cuando Molly aparece en la puerta de su madre para insistir en que ha dejado de consumir drogas no le cree, e inflexible no le deja entrar, ya que sabe que le robara cualquier cosa y desaparecerá como ha hecho montones de veces. Deb finalmente se ofrece a llevarla a un centro de rehabilitación, donde se enteran de que existe una inyección mensual que podría ayudar en el proceso de recuperación. Molly solo necesita mantenerse limpia durante cuatro días más para comenzar a recibir el tratamiento.

Las dos actrices están estupendas y aunque la historia puede ser predecible, mantiene bien el interés, el director Rodrigo Garcia García es un buen director de actores, y Glenn Close ya había trabajado anteriormente con él en "Albert Nobbs" en 2011. "Madres e hijas" y "Nueve vidas"son otros ejemplos de su trabajo con grandes actores.

Un estudio desgarrador sobre la degradación de las personas por el consumo de drogas, que ya hemos visto en otras películas, pero que es conveniente recordar para ver el peligro que esto conlleva.
Destino Arrakis.com
videorecord
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de mayo de 2021
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Kunis y Close, emotivas y generosas

4 días (Four Good Days) es un drama sensible, físico y, sobre todo, contemporáneo. La crisis de opioides recorre Estados Unidos, afectando en especial a los jóvenes. La película quizás no destaque por su guion o resolución, pero sí por la interpretación de Glenn Close y Mila Kunis, que interpretan a madre e hija de manera emotiva y generosa.

Molly lleva un catálogo farmacéutico en vena: heroína, metadona, crack, Adderall. El personaje de Kunis ha sido adicta durante diez años, empezó con drogas farmacéuticas cuando era adolescente y ha perdido todo y más por drogarse aunque en la cinta intenta, una vez más, rehabilitarse. Para Molly los sentimientos son difíciles de gestionar, la vida es aburrida, el futuro agobia y el pasado avergüenza.

El espectador se hará muchas preguntas sobre Molly, ¿Qué será verdad y qué mentira? ¿Cuándo recaerá? ¿esta vez será diferente? Madre e hija son honestas la una con la otra, así destaca el humor de Close, un humor negro y escamoso, que duele a quien lo escucha pero también a quien lo dice. Otro elemento que recorre a Deb es la duda constante y la paranoia sobre Molly, puede que vuelva a traicionarla, que esta vez no sea diferente.

*¿Esta vez sí?

4 días (Four Good Days) juega con las esperanzas de Deb (Glenn Close), que acaban siendo las del espectador también. Deb representa a todas esas madres que, a pesar de haber sido desvalijadas una y otra vez, al final acompañan y apoyan a sus hijas porque “esta no eres tú, es la enfermedad”.

En varias ocasiones Deb señala que los culpables, en parte, están en los hospitales, recetando sin restricciones a adolescentes. Pero lo complejo de su personaje es que también se siente responsable de la adicción de su hija por haberla abandonado. Este es un momento emotivo y delicado, donde se desculpabiliza a la familia.

En general, la cinta es sensible con la temática, a pesar de algunas escenas dramáticas e incluso demasiado épicas. Las mentiras de Molly son un palo en la rueda, y los familiares no verán con buenos ojos el sentido de responsabilidad de Deb. Una madre defraudada y traicionada, pero esperanzada. Destaca la normalidad con la que la familia acepta la adicción y el escepticismo respecto a una pronta desintoxicación. Estos escépticos familiares tienen momentos cercanos al melodrama, como la desagradable hermana, molesta porque Molly sea el centro de atención. O el padre realista que no cree que esta vez sea posible. Aunque 4 días (Four Good Days) solo los delinea para acabar enfocando el relato en madre e hija, Deb y Molly.

*Conclusión

4 días (Four Good Days) hace lo que se espera de ella, Kunis y Close son emocionales, crudas, en un relato natural sobre las relaciones maternofiliales, el perdón, la identidad, la esperanza, las segundas oportunidades y la fe ciega. En especial, destaca la transformación y la credibilidad de Molly (Kunis), así como el escepticismo, la esperanza y el amor de Deb (Close).

Escrito por Alba Puerto Martín
Cinemagavia
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9 de mayo de 2021
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sería ilógico e improcedente negar al último trabajo de Rodrigo García, sobre todo argumentalmente, el grado de proximidad intencional que lo acerca a 'Postales desde el filo' (1990, Mike Nichols), con otro lazo maternofilial acuciado por el lastre de la drogodependencia. Y no obstante, pese al condicionante telón de fondo situado temáticamente en torno al daño familiar provocado por las adicciones, sigue siendo, principalmente, un retrato durísimo de los claroscuros a los que se expone el vínculo inquebrantable entre una madre y su hija, no tratándose ésta, en absoluto, de la primera ocasión en que el director deconstruye dicha relación en su filmografía.
'4 días' se suma, en menor medida y de forma colateral, al extenso muestrario de retratos femeninos de García en su trayectoria no televisiva, inaugurado por la lejana ópera prima 'Things you can tell just by looking at her' (2000), 'Nine lives' (2005), 'Mother and child' (2009) o 'Albert Nobbs' (2011), en la que es su cuarta colaboración con Glenn Close. Aunque en esta ocasión, y pese a la complicidad forjada entre director y actriz desde hace 21 años, aquí prevalece el demoledor trabajo de una descomunal Mila Kunis que ha de antojarse doblemente meritorio por el handicap de contrarrestar, en todo momento, a una soberbia Close que se limita, de forma admirable, a soportar los embates.
Magnífico epílogo, por cierto. El vínculo íntimo entre una madre y su hija puede acabar tan deteriorado que sólo puede reconstruirse desperdigando sus restos.
antonio lopez herraiz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de mayo de 2021
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Four good days (2020), dirigida por Rodrigo García, está basada en una serie de artículos periodísticos del Washington Post y en una historia real de una adicta a la heroína que, con la ayuda de su madre, intenta recuperarse. Con Glenn Close y Mila Kunis.

Por Nicolás Bianchi

Los pocos aciertos que hay en Four good days son prontamente dilapidados por una película que no muestra mayor ingenio para presentar un drama humano duro que, a pesar de la gravedad de las situaciones que narra, no consigue ni un mínimo poder emotivo. El contexto de la epidemia de consumo de heroína y opiáceos en Estados Unidos está decentemente construido así como la primera secuencia, en la que una hija ruega para que su madre la ayude.

Molly (Mila Kunis) toca a la puerta de la casa de su madre Deb (Glenn Close) después de mucho tiempo. Está flaca, pálida y desdentada, en un estado deplorable. Sin embargo Deb le niega la entrada y le reitera, con cierta frialdad, que será bienvenida cuando esté limpia pero no antes. Molly pasa la noche a la intemperie en el palier de la vivienda y finalmente a la mañana su madre cede, con la condición de que inmediatamente van a ir a un centro de rehabilitación.

En principio Four good days es una historia sobre la adicción de Molly, pero principalmente sobre la relación con su madre a partir de ese problema con el que tropezó en la vida. Una vez que llegan a la clínica un médico les informa que la mejor opción con que cuenta la joven, de 31 años y con más de diez de adicta, es una inyección mensual que bloquea los efectos de los opiáceos, para lo cual debe permanecer ocho días sin consumir. Los primeros cuatro los puede atravesar en una sala común del centro pero los otros no, por lo que Molly debe vivir, y aguantar, esas cuatro jornadas con su madre.

El contexto del consumo como un problema social está construido a partir de la historia de Molly, cuya adicción se disparó a partir de que un médico le recetó un analgésico legal para tratar un accidente en una rodilla, y luego a partir de la dimensión del problema. Son muchos los estadounidenses que como el personaje viven aprisionados en el mundo del consumo, y constituyen una suerte de sociedad en paralelo al punto tal que una ex profesora de Molly le ofrece dar una charla en el colegio secundario porque ese año ya fueron dos los casos de muertes por sobredosis.

Four good days luce escrita a las apuradas y sus diálogos no tienen ni un solo pequeño lugar para la más mínima sutileza. En el mismo sentido los personajes principales solo cuentan con dos estados emocionales posibles. O están en calma o en estado de histeria, sin estaciones intermedias ni lugar para los matices. Más allá de Molly y Deb no hay ningún desarrollo de los personajes secundarios. Deb vive con un hombre que no aparece prácticamente en ninguna escena. Molly tiene una hermana, ex parejas, hijos, pero ninguno tiene un rol que le aporte algo a la película.

Más allá de estar filmada con cierta ordinariez, como si fuera una película televisiva de bajo presupuesto, el principal defecto del film es que se trata de un relato duro y triste que no logra transmitir ninguna de esas sensaciones. Aún más, la secuencia de la historia que supone la mayor tensión no está filmada y lo que allí pasó se repone por un diálogo en el que uno de los personajes cuenta exactamente lo que sucedió. El cine debería ser, más allá de la posibilidad de leer y escuchar, para mirar, sus historias entran por los ojos y, lamentablemente, en Four good days no hay nada para ver.
El Golo Cine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow