La cacería

Lo que menos comprendo de esta película es la nula empatía que le presta L. T. a Aaron, pues este se limita a eliminar únicamente a aquellos que son 'exterminadores', que matan a otros animales con armas y no con las manos, algo muy poco honroso en su parecer. La película, o mejor dicho el guión, ni siquiera ha permitido una posibilidad para que los hombres dialoguen acerca de esta cuestión, que es además el único desencadenante. Luego, al verse acorralado, claro, no tiene más opción que ajusticiar a todos los el que invade su territorio personal, con la misma finalidad, por cierto. Ese vacío, en el que es el motor del argumento, de la historia, de todo es simplemente imperdonable.

¿Pero acaso L. T. no piensa lo mismo que Aaron? Me refiero. ¿No recuerdan como entra en un bar de paletos y está dispuesto a hacer saltarles a todos los sucios palurdos que había en aquel cochambroso garitos como no quitaran las trampas que herían la fauna de la zona? Si se ha reconvertido en un activista de Greenpeace. A ver si lo de que Aaron mata a aquellos que cazan animales de manera impura lo han puesto a modo de floritura, como mera excusa para dar un contexto al filme, pero sin pretender mayor relevancia?

No lo creo. O no lo quiero creer, vamos. En la mayoría de sus momentos la película (que se hace muy corta) es un canto a la naturaleza, a sus paisajes. Una reconfortante oda que ensalza las actitudes sutiles y enmarca el efecto que a uno le causan en los hombres respetuosos hacia la naturaleza, que saben adentrarse y disipar sus secretos y tomar los recursos que presenta, a los que está claro que deja (intencionadamente o no, a ver si esto también va a ser casualidad) como sujetos que se encuentran varios escalones por encima del resto, de la mayoría, del pueblo llano al que se retrata de mediocres idiotas de lamentable presencia y mentalidad de caverna. En este sentido la metáfora está servida, sí.

De todos ellos especialmente lamentable me parece el personaje de Connie Nieslen. La película me ha gustado, pero me ha decepcionado mucho por lo expuesto anteriormente.

A ver comento esta película al día siguiente de haberla visto, porque en el momento inmediato de acabar de verla, preferí pasarme de una vez el Metroid Prime. De cualquier manera la película no lo merece.
Guión; Nos presenta un texto fácil plagado de glitches demasiado manidos para sorprender y toda la película se basa sobre una gilipollez y no alcanza ninguna profundidad.
Argumento; Esto es lo peor porque es una mezcla del fugitivo y Rambo ensalzado con una discutible actuación de Tommy Lee Jones, alguien que ya no convence de que es capaz de pegar a una persona con 30 años menos que él. Benicio del Toro no está mal pero tampoco es que me disloque gran cosa.
Actores; Nadie se partirá la boca por esta película ni siquiera por los actores, ¿hace falta que comente más en este apartado?...
Efectos; Típicos efectos irreales que nos muestran demasiado Ketchup y, lo peor, totalmente fuera de contexto.
Conclusión; Nos encontramos ante una película gilipollas, sin fundamento, sin interés, sin que nadie la arregle, sin saber a donde va, sin saber de donde viene, sin gracia, sin vida, sin sutilezas, sin deber existir, sin acción, sin hacerse corta, sin remediar aburrir al espectador, sin evitar suicidios en masa, sin disloque por parte del humilde telespectador, sin oscar, sin un director conocido, sin entretener, sin emocionar, sin un planteamiento adecuado.
No la vean es para pegarle, lástima Connie Nielsen, con lo guapa que eres y no tienes ni idea de elegir buenos papeles.

Hay momentos en los que crees estar viendo un telefilme y por muchas caras conocidas que salgan no cambia la impresión. Es por tanto a mi parecer, una obra inferior, justita para su director. La historia en ningun momento engancha, y las escasas escenas en las que se podría sacar algo positivo de la película, dejan bastante que desear.

William Friedkin se siente atraído por las historias protagonizadas por personajes ambiguos, indefinidos y este film, por ahora el último en su interesante filmografía, no es una excepción. Aquí nos presenta lo que puede parecer la típica película de la caza al hombre, la persecución de un asesino sin escrúpulos por parte de su mentor. En ese particular,en la película se ven reminiscencias clásicas, la del maestro que tiene que detener a su mejor alumno porque se ha descarrilado. Lo que pasa es que Friedkin no nos toma por tontos ni nos sermonea sobre lo malo que es el personaje ni sobre lo censurables que son sus actos. Es más, nos lo presenta de tal forma que, si bien nunca se llega a comprender sus acciones, al menos sí se presentan de una forma lógica. Ese es el gran éxito de Friedkin: huye del maniqueísmo. Ni el malo es tan malo ni el bueno es tan bueno y los dos tienen acciones de las que no deben sentirse muy orgullosos. Y todo esto lo hace con muy pocas líneas de diálogo porque a los personajes se les entiende mejor por sus acciones.
En fin, que sin sermonear, Friedkin nos enseña que si crías cuervos te sacarán los ojos, que la violencia engendra violencia y que el poder te exprimirá todo lo que pueda y que cuando no le sirvas, te dejará tirado sin remisión. Por lo demás, un buen trabajo de Tommy Lee Jones y Benicio del Toro.

La temática (fugitivo) está manida, pero eso no implica que una película sea mala. Todos los temas están manidos: Amor, venganza, heroísmo, envidia, avaricia, odio, miedo...

El guión es simple, eso sí es verdad. Los personajes y sus circunstancias están poco elaboradas. Un ex-compañero que es 'malo' porque sí, una ¿novia? que desaparece con su hija a mitad de película... Y muchos sentimientos 'misteriosos', que más bien parecen poco trabajados.

Sin embargo, la película entera es una persecución que sólo se detiene para dar lugar a combates a muerte. Este último aspecto está muy bien trabajado, sobre todo el combate de cuchillo contra cuchillo y mano vacía, con abundantes técnicas de Eskrima filipina.