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Críticas de Ford Farleine
Críticas 714
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
29 de abril de 2024
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Últimamente están surgiendo un grupo de directores que están llamando la atención y que se están postulando como los sucesores de los grandes nombres de la actualidad: Robert Eggers, Ari Aster o este Ruben Ostlund. Directores de los que yo no me atrevo a recomendar ninguna película porque, son tan personales, que no estoy seguro de que me gusten todas sus películas (incluso de haberlas entendido).

Eso me pasa con Ostlund. Me gustó bastante “Fuerza mayor” (de la que se hizo un horripilante remake americano con Will Ferrell) pero con la siguiente me dejó bastante frío aunque la crítica especializada. Me aburrí con “The Square”, lo tengo que reconocer. Así que me senté a ver esta tercera película suya sin muchas expectativas, sinceramente. Pero me gustó, en líneas generales.

El cine de Ostlund (el que yo he visto, tampoco me voy a tirar el moco) pone su mirilla en muchos aspectos de la sociedad de nuestro tiempo y casi nunca deja títere con cabeza. Creo que se pueden hacer múltiples lecturas de sus películas y eso habla más del receptor que del propio cineasta que siempre deja terreno para que el espectador haga una interpretación que pueda ser tan válida como otra cualquiera ya que no nos impone nada. En “Fuerza mayor” obviamente critica brutalmente le rol del hombre protector que abandona a su familia para ponerse a salvo él (y su móvil) y su egoísmo (que es el de la sociedad), pero ese final… te da qué pensar. Pues aquí pasa lo mismo: he leído críticas que van desde el marxismo más puro hasta la justificación del sistema de clases actual. Y todas me parecen pertinentes, porque todas hablan de lo que el espectador ha querido ver o lo que ha dado más importancia.

Dividida en tres partes (quizá se puedan equiparar con el planteamiento, el nudo y desenlace) de diferente interés, se puede ver en ella la crítica del director a la sociedad que nos ha tocado vivir. En la primera, encontramos a una pareja de modelos que mantienen una relación sentimental y asistimos, en primer lugar, a un cásting de modelos y luego a una cena de los dos protagonistas. Creo ver en esta parte una desaforada crítica al mundo de la moda, a esa vacuidad que se fija solo en la apariencia, además de dar un palo al empoderamiento femenino y a esa tan cacareada búsqueda de la igualdad y de la independencia económica mientras, en el fondo, aún se sigue teniendo un papel secundario en ciertos aspectos sociales ya que no se da un paso verdaderamente trascendental (el pagar una cuenta de una cena), todo se queda en el terreno de la simple pose… o así me ha parecido verlo a mí. Esta parte de la película me pareció interesantísima, llena de momentos cómicos y profundos.

La segunda parte de la película, la central quizá sea la de mayor importancia. Nuestros protagonistas se embarcan en un crucero de lujo. Muchos la han visto como una crítica marxista a la sociedad de clases, una deconstrucción de este capitalismo exacerbado que nos está abocando al abismo. Y es verdad hasta cierto punto, según mi punto de vista; se retrata a todos los millonarios de la sociedad, a todos los que se dedican a lo que de verdad da dinero (los modelos, las actrices, los hombres de negocios, los que venden armas, los traficantes…) todos ellos que se ofenden cuando uno de los trabajadores disfruta mínimamente de las comodidades y lujos de los que disfrutan ellos desde su posición privilegiada. La clase baja está únicamente para servir a los aburguesados, a los que manejan el cotarro y con una simple orden, tienen poder sobre la vida de los del pueblo llano. Pero aquí es donde yo veo el problema de esta lectura… y es que el capitán del barco, que es el marxista, hace una dejación de funciones total. Es un incompetente borracho, que solo se preocupa por beber. ¿Es una crítica a la ideología socialista-comunista que se embriaga y se tapa la nariz ante los desmanes de las clases sociales altas, de los poderosos? No se muestra que el marxismo sea la solución a los problemas, más bien se ha desatendido de ellos. Ahora bien, esta parte tiene el mejor momento no sólo de la película, sino del último año cinematográficamente hablando. El momento expulsión de líquidos por la parte delantera y trasera es a la vez asqueroso, repugnante, desternillante y simbólico… no falta mucho para que la sociedad (y sobre todo los poderosos) se traguen la mierda y los desperdicios.

La tercera parte o desenlace del film, quizá sea la parte que más problemas plantea y la trataré en el spoiler.

Formalmente está muy bien rodada, con escenas bellísimas, con la cámara en su sitio y una fotografía digna de mención. Aquí nunca se le puede poner un pero a Östlund.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ford Farleine
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6
19 de abril de 2024
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El cine de James Gray siempre me ha llamado la atención; es uno de los directores de la actualidad a los que hay que seguir la pista, aunque también es verdad que en los últimos trabajos ha bajado un poco el nivel, quizá porque eran un poco más impersonales o eran historias más épicas (si se me permite la expresión). Aquí vuelve a sus historias más personales, a su mundo más cercano, llegando a contar una historia casi autobiográfica con la que ha conquistado a gran parte de la crítica; pero a mí no me ha terminado de llegar.

Es posible que se trate de su film más personal. Este año ha sido el año en el que los directores se han puesto nostálgicos y se han puesto a mirar a sus años más mozos y nos han entregado historias muy personales que significan mucho para ellos: Sam Mendes, Steven Spielberg o el mismo James Gray son ejemplo de esto. Unos con mejor fortuna que otros, también hay que decirlo. Esto les sirve para hablar de los asuntos que más les preocupaban y que, por desgracia, siguen siendo de rabiosa actualidad, como por ejemplo el racismo o el estatus social así como la poca solidaridad entre las clases sociales que sólo buscan salvarse a sí mismos aunque esto condene de forma irremediable a los camaradas o socios de chiquillerías y el sentimiento de culpa que puede asomar en el alma de quien deja atrás a sus amistades, a sus compañeros escudándose en lo práctico de tal decisión.

Así, James Gray nos presenta una película incómoda, con personajes con los que es difícil empatizar aunque se les comprende a todos sus motivaciones de forma perfecta, lo que hace que dichos personajes sean humanos, sean de carne y hueso. Desde ese abuelo más idealista que aconseja a su nieto y le dice que no renuncie nunca a sus principios hasta ese nieto de un comportamiento inconformista que ralla en lo antisocial pasando por esos padres que se ven desbordados; una madre pusilánime, superada por los acontecimientos y un padre que recurre a la violencia física como única forma de imponer su criterio y la mejor manera de educar a sus hijos, sobre todo al díscolo. Pero sobre todo, los roles del padre y el hijo se llevan la palma: uno porque enseña y el otro porque aprende una de las lecciones más importantes de la existencia: que la vida no es justa, que la procedencia de una persona determina buena parte de la suerte que esa persona corra en el transcurso de su vida: la reacción ante tal injusticia, mucho más resignada en el padre que el hijo que no ve justa esta forma de actuar pero ante la que tiene que ceder a pesar de sus reticencias morales. Un niño que tiene que actuar de una forma que no comprende en un mundo que tampoco termina de comprender, y un padre que le da una lección práctica de que en la vida la suerte y otros muchos aspectos (raza, procedencia, el enchufismo, si se me permite) influye más en la vida de lo que nos gustaría reconocer.

No es la película de James Gray que más me ha gustado, pero, como todas las suyas, es un film que merece la pena ver.
Ford Farleine
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7
17 de abril de 2024
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Thomas Vitenberg es un director altamente interesante, que ha tenido algún patinazo como no puede ser de otra forma (si hasta Spielberg o Scorsese han tenido algún traspié, imagina). Pero aquí encontramos una de sus películas que más me han gustado.

Se trata de una adaptación de una obra inglesa que brilla por su modernidad, tratando temas que ahora están en el candelabro (como diría la otra). Cuenta la historia de amor entre dos personas de diferente clase social, cómo se van conociendo, cómo se van relacionando y cómo se van tratando tras los numerosos vaivenes que la vida les pone delante. La película está rodada con un clasicismo realmente elegante, un diseño de producción espectacular y una puesta en escena brillante.

Los actores principales están bastante bien, algo que no sorprende de Carey Mulligan y Schoenaerts demuestra (otra vez) que es más que un pedazo de carne grande y una cara agradable (aunque debe elegir mejor sus proyectos). Los secundarios acompañan a la pareja principal competentemente.
Ford Farleine
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6
16 de abril de 2024
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Ben Stiller vuelve a su personaje más icónico, Derek Zoolander, en esta tardía continuación que, por desgracia, no es tan graciosa como la primera que tiene momentos realmente desternillantes (y se dice que es una de las películas preferidas de Terrence Malick... No me imagino yo al norteamericano despollándose con esta película) y esta tiene momentos al menos un par de escenas bastante graciosas. Pero, por desgracia, no llega al nivel.

La primera fue un festival además de una feroz parodia al mundo de la moda en particular y al del espectáculo, en general, con momentos realmente descacharrantes. Algo de eso se echa de menos en esta continuación ya que parece que, más que querer hacer sangre, lo que busca Stiller (o al menos eso parece) es hacer las paces. Tiene esta película menos mala baba y eso hace que el conjunto se resienta. Que tampoco se me entienda mal, te echas unas risas viendo la película pero es verdad que las expectativas estaban altas.

Como en la anterior, el reparto es de campanillas (con mención especial a Penélope Cruz) y los cameos también están bastante bien y son numerosos... la química entre Stiller y Owen Wilson sigue intacta.
Ford Farleine
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6
15 de abril de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peter Berg no tiene una carrera demasiado llamativa como actor, pero como director, ya es otra cosa, aunque quizá lo que mejor le caracteriza sea la irregularidad. Ha realizado a lo largo de los años películas más que dignas aunque otras no tanto, e incluso tiene alguna bastante buena.

Así, se acercó al mundo de los superhéroes cuando estaba llegando a su momento culmen, cogiendo elementos de aquí y de allí (la película no destaca por su originalidad) pero con bastante coña, dando como resultado un film bastante curioso y agradable de ver.

Con un reparto de camapanillas en el que destaca la pareja protagonista, cuando Will Smith hacía oro todo lo que tocaba, ante de que le diera por ponerse de macho alfa en la ceremonia de los Óscar y con una Charlize Theron espectacular, ambos en el mejor momento de sus respectivas carreras y muy bien secundados por actores como Eddie Marsan o Jason Bateman; con una duración exacta, que va al grano (aunque es cierto que se podría haber profundizado más en algunos aspectos que se pasan muy por encima), se trata de un film que quizá pudo haber sido más, pero con el que pasas un rato más que agradable.

No le vayas a pedir originalidad en la temática, aunque sí en la forma de presentarla: se pueden ver cosas obvias de otras películas del género, desde Superman a Los Vengadores pasando incluso por Watchmen, pero... a diferencia de ellas, lo que prima aquí es la ligereza.
Ford Farleine
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