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Fortunata y Jacinta (Miniserie de TV)

Serie de TV. Drama Miniserie de TV de 10 episodios. Adaptación de la conocida novela de Benito Pérez Galdós. La acción se desarrolla entre 1865 y 1876. Juan, hijo único de los Santa Cruz, una rica familia de comerciantes, conoce a Fortunata, una muchacha de origen humilde, y entre ambos surge un amor apasionado. Sin embargo, la madre de Juan decide casar a su hijo con su sobrina Jacinta. Después del viaje de novios, Jacinta, cuya principal ocupación son ... [+]
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
25 de diciembre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como sacada de sus "Episodios Nacionales", la serie de "Fortunata y Jacinta " muestra en clave pasional esos días de la primera República y la breve época en la que Amadeo de Saboya reinó en España con el clima inestable entre la crisis independentista de Cuba de 1868 y la guerra carlista, que comenzó en 1872.

Juan de Santa Cruz, un señorito de aquellos días, abogado, acuciado por su madre para retirarlo de las calles llena de mujeres de mala nota y del alcohol y los vicios le promete con la hermosa Jacinta, interpretada por el mejor papel que haya tenido jamás Maribel Martín.

Encantado con ella, "Juanito" iniciará su vida de casado, pero guardando tras de sí la vergüenza y el bochorno que le supone el estar alejado de su amante Fortunata, a la que ha abandonado estando embarazada.

Fortunata interpretada por Ana Belén, encarna la clase baja de su época, su comparación con Jacinta en el título de esta obra muestra la doble oposición que tanto gustaba a Galdós para superponer siempre el clima social y político español de finales del siglo XIX.

Menos pasional, y más crítico político, Galdós sin embargo no tiene más remedio que echar mano de un culebrón metafórico para tratar temas del ámbito humano que aparece en esta obra después del matrimonio de Juan con Jacinta: temas como la esterilidad, la familia, etc, que ya Galdós había tratado en otras obras y que aquí estaba un poco dormido resurge, como por arte de magia, y se apodera de la obra al completo, metamorfoseándose con la política.

El resultado final es un libro exuberante en cuanto a ideas, en cuanto a visión de ese mostrar paralelo entre los sucesos de la vida privada ligados con los políticos, la realidad de los seres humanos según sean sus clases y circunstancias, pero siempre superpuestos con Jacinta y sus condiciones de vida y Fortunata.
Los demás personajes y sus avatares vendrán a coronar lo ya antes mencionado.

Cada uno, cada vida, cada condiciones, cada visión política y social.

Personalmente, mi simpatía por Jacinta ha hecho que considere esta obra como una de las principales de Galdós y mi favorita.
Jean-Marc Thibault hace el trabajo más descafeinado de todo el plantel, con una Charo López maravillosa y un Rabal absolutamente eclipsado por su propio personaje.

Es una serie de aquellos 80, tan llenos de grandes obras, talento y buenos actores, recomendables para todo el amante de Galdós y su gran obra.
barbara12
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6 de junio de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una serie que recordarán en España los que veían la televisión pública en los 80. La serie ya parecía bastante fiel y aburrida en su época y con el tiempo esa sensación se ha intensificado desde la banda sonora hasta el casting.

El problema es que Pérez Galdós es un Dios de la literatura, que mucha gente había leído su obra y no se tenía en cuenta que la serie de televisión era un subgénero en si mismo, cosa que sí han entendido las plataformas desde hace años, por lo que se han hecho otras adaptaciones literarias con mucho más empuje, intriga y mejor formato audiovisual, por lo que además las nuevas generaciones verán esta obra con menos aprecio y AMOR que los que la vimos en edades tempranas.

Elevando así la categoría del subgénero.

El casting es muy discutible desde la mujerona Fortunata aquí es la delicada Ana Belén hasta Mario Pardo como el tuberculoso y poco agraciado Maximiliano Rubín galdosiano. Se nota que era una serie "de sobremesa" porque hay muchos momentos dramáticos de la serie que caen en lo melodramático literario, y la ambientación de época está bien, pero le falta ese toque expresionista artístico que se consigue en una película como por ejemplo "La Busca" adaptación de la obra de Pío Baroja.

En aquella época para impresionar decían el presupuesto y te decían frases como: "es la serie más cara de toda la historia de TVE", pero en ese afán por ser lo más fiel posible al texto, se le olvida ser más artísticos, innovar, impresionar al espectador.

En fin, una obra encomiable de lo mejorcito de las adaptaciones literarias en televisión de los 80, para amantes de la gran literatura y para nostálgicos.
Alfonso Marlowe
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14 de febrero de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La España tradicional y profunda, fábrica en serie de élites de ricos con sus señoritos parásitos, de clérigos, de gorrones, pobres diablos, beatos y beatonas y más cosas de las que ya esta novela y serie no trata, como delincuentes y bandoleros...; fábrica en serie de una gran masa de obreros de situación siempre incierta, precaria y estrechísima; de un ejército de mendigos, de locos y desdichados en general, todo inmerso en la cultura de la apariencia, del qué dirán, de la represión sexual y de todo lo disparatado e irracional. ¿Consuela pensar que en los demás países del globo no ha sido casi nunca mucho mejor? Además de la ambientación y la galería de personajes, lo que podría ser el tema central sería el triunfo de las pasiones naturales sobre el entorno represor y alienante, en unos casos mediante el doble juego y la hipocresía, en otros casos, mediante el choque directo en carne viva, aún a costa de la ruina personal y del precipicio como única alternativa. Todo está reflejado con acierto en esta adaptación perfectamente orquestada por Mario Camus.
Daniel
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24 de septiembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hace mucho falleció Mario Camus a los 86 años, lo recordamos aquí ahora.

Miniserie de TV de 10 episodios, adaptación de la conocida novela de Benito Pérez Galdós del mismo título. La historia se desarrolla entre 1865 y 1876. Juan, hijo único de la rica familia Santa Cruz, conoce a Fortunata, una muchacha de origen humilde. Surge un amor apasionado entre ambos.

Sin embargo, la madre de Juan decide casarlo con su sobrina Jacinta. Tras la luna de miel, Jacinta, mujer a favor de la beneficencia, se inquieta por no quedar encinta. En tanto, Fortunata se casa con un joven. Con el tiempo, Juan y Fortunata acabarán encontrándose.

El profesor y ensayista Francisco Caudet identifica a Jacinta con la burguesía y a Fortunata con el pueblo. Juanito Santa Cruz, perteneciente como Jacinta a las clases acomodadas, juega con una y otra mujer. Estos vaivenes sentimentales ocurren a la par de los sucesos sociopolíticos de esta época decimonónica.

En esta serie de Camus, Ana Belén y Maribel Martín encarnan brillantemente a Fortunata y Jacinta. Magnífica recreación del Madrid del siglo XIX, siguiendo fielmente a Galdós.
Kikivall
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18 de noviembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
385/07(08/11/21) Formidable serie española de 10 episodios producida por la RTVE, que he visto con motivo de la reciente muerte de Mario Camus (21/Septiembre/2021), también guioniza junto a Ricardo López Aranda y Pedro Ortiz Armengol, lo que fue para el cineasta cántabro el inicio de su década dorada, a esta exitosa serie, seguiría “La Colmena”, “Los Santos inocentes” y “La casa de Bernarda Alba”, adaptando respectivamente a varios colosos de nuestra literatura del SXX como Cela, Delibes y García Lorca. Para esta producción televisiva el referente es el SXIX, con la celebérrima novela homónima (publicada en cuatro volúmenes entre enero y junio de 1887, llevada al cine por Angelino Fons en 1970) del canario Benito Pérez Galdós, ambientada en el Madrid de segunda mitad del siglo XIX (entre 1869 a 1876), protagonizada por dos actrices cumbres en esta labor, como Ana Belén como Fortunata y Maribel Martín como Jacinta.

Sigue la vida de la acomodada Jacinta (Maribel Martín) y a la de clase baja Fortunata (Ana Belén), así como a sus familias y vecinos, siendo un fresco muy rico de la época, se dan cita el choque de clases, burguesía y clase baja, con un marcado toque de dualidad (ya desde su color de cabello, Jacinta rubia y Fortunata morena; la una estéril la otra con hijos; la una fría en el sexo y la otra pasional; la una con un marido macho alfa fogoso sexualmente, y la otra con un esposo melifluo, blandengue, impotente y enfermizo [tremendo cuando en una escena Fortunata lleva en brazos a Maxi]), con la opulencia, pobreza, maternidad, matrimonios infelices (agria crítica a esta institución), frustraciones engendradoras, poder coartador de la familia, niños abandonados, represión sexual, avaricia, hedonismo, machismo, hipocresía religiosa (representada en el beaterio del epítome de Guillermina encarnada por una fenomenal Berta Riaza, y en el cura Nicolás Rubín), ello con enfoque humanista donde nunca se juzga a los personajes. Una historia donde se da una visión de las desigualdades sociales, y ello en un curioso enfoque feminista.

Camus sabe sintetizar la novela de más de mil páginas en un relato ameno y ágil, donde la historia fluye con naturalidad, con inteligentes elipsis en que se trata al espectador de adulto, saltando de una protagonista a otra de modo ingenioso, donde hay un telón de fondo geopolítico estando en los años de Isabel II y Amadeo de Saboya, y la Primera República con Cánovas y Sagasta, con la Revolución a la que siguió la Restauración, y que realmente es algo tangencial sin importancia en la historia. Esto regado de secundarios cincelados con esmero y profundidad, a lo que se suma un elenco interpretativo Homérico, donde además de las mencionadas protagonistas están los maravillosos Mary Carrillo (Magna, en lo suyo), Manuel Alexandre (grande, como siempre), Luis Ciges (estupendo, y cuando no), María Luisa Ponte, Fernando Fernán Gómez, Charo López, Francisco Rabal (raramente desaprovechado, pero dejando impronta de su fuerte carisma), Manuel Zarzo (en un rol que sabe dar humanidad) o Francisco Algora (buenísimo, como un cura epítome de todo lo rancio que ello conlleva), santo y seña de nuestro cine.

Camus elabora majestuosos encadenados de las calles de este decimonónico Madrid, sirven de puente entre escenas interiores. Los espacios populares como la Plaza Mayor, la Cava Baja, la calle Toledo, la plaza de Pontejos. Haciéndoos sentir en este tiempo y lugar, con su costumbrismo como los vagabundos, los cafés (antecedente de la película que Camus rodaría en 1982, “La colmena”), conventos, carruajes, puestos de mercado al aire libre, tabernas, castañeras, picaderos, cesteros, la tienda de telas, fruteros, niños jugando en las calles, tiendas, boticas, todo un lienzo vigoroso. Escenas al aire libre también fueron rodadas en Madrid, Aranjuez, Boadilla del Monte, Villaviciosa de Odón, Toledo, Comillas, Burgos y Sevilla.

Camus maneja los tiempos de modo singular, al no mezclar en el mismo episodio la vida de una protagonista u otra, de hecho salta a otros secundarios que enriquecen la obra. Le dedica varios episodios a una y luego salta a otra, si acaso hay pequeños cruces entre ambas historias (como el flash-back narrado por Juan Santacruz a su esposa de cómo conoció a Fortunata); En los tres primeros se centra en Juan y Jacinta, sobre todo al inicio en el primero, en su vida acomodada y hedonista, un ocioso con dinero de familia que disfruta de los bajos placeres en Madrid; En el cuarto desconcierta al saltar a Maxi (Mario Pardo, en una actuación sobresaliente como el enjuto pretendiente de Fortunata, la antítesis de Juan Santacruz, inseguro, acomplejado, frágil de salud), un apocado estudiante, un huérfano que vive con su ultra protectora avarienta (es prestamista/usurera) tía Doña Lupe (extraordinaria [da igual cuando diga esto]María Luisa Ponte), y que por azar conoce a Fortunata de la que se obsesiona y enamora perdidamente; En el quinto saltamos al convento Las Micaelas, donde se da una ácida crítica a la Iglesia y su afán ‘reformador’ a las mujeres (los hombres parecían no tener defectos). Recinto que se erige en ‘prisión’ de mujeres, con las monjas de guardias, Aquí aparece un personaje apabullante en la figura de Mauricia ‘La Dura’, encarnada por una arrolladora Charo López; El sexto se centra en el revival del amor furtivo de Fortunata y Juanito; En el séptimo aparece otro gran personaje como es Evaristo Feijoo, una aventurero con mucho mundo, al que da vida un extraordinario Fernando Fernán Gómez (anticipa el rol que 18 años más tarde realizará del conde de Albrit en “El abuelo”, sobre otra adaptación galdosiana), con unos diálogos y filosofía de vida muy adelantados a su tiempo, sentando cátedra en cada intervención, engatusa y magnetiza a Fortunata, ejerciendo de figura paterna enternecedora, sublime su actuación; En el octavo, vuelta de Fortunata a la casa de doña Lupe y Maxi; En el noveno y el décimo, tiene lugar el desenlace de la serie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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