Pacto siniestro
1951 

7.8
22,489
Intriga. Thriller. Cine negro
Inspirada en la novela homónima de Patricia Higsmith. Durante un viaje en tren, Guy, un joven campeón de tenis (Farley Granger), es abordado por Bruno (Walker), un joven que conoce su vida y milagros a través de la prensa y que, inesperadamente, le propone un doble asesinato, pero intercambiando las víctimas con el fin de garantizarse recíprocamente la impunidad. Así podrían resolver sus respectivos problemas: él suprimiría a la mujer ... [+]
7 de diciembre de 2020
7 de diciembre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran intriga de Hichcock que exhibe una fotografía elegante y dinámica.
Algunas escenas icónicas se alternan con un desenlace flojo e incluso pueril en momentos concretos. Aún así sigue siendo muy recomendable.
Un guión original y con una premisa razonablemente creíble a partir de un encuentro fortuito. Hay buenos momentos de intriga en el film y la atmósfera desasosegante se respira en gran parte del mismo. Hay también tensión en la carrera contra reloj que se establece al final del film entre el tenista y el hijo consentido del millonario.
Algunos giros del guión son muy rápidos, poco razonables y buscan descaradamente beneficiar al protagonista.
Llegan a parecer hasta infantiles.
Juega muy bien Hitchcock con los ritmos pero su mayor mérito es la atmósfera agobiante que se teje alrededor del tenista. Como es habitual en el orondo director, un ciudadano normal acaba implicado en un crimen.
El desenlace final es muy bueno y el seguimiento a la mujer que vemos al principio del film es un derroche de talento.
Buena película, sí, pero creo que sobrevalorada.
Algunas escenas icónicas se alternan con un desenlace flojo e incluso pueril en momentos concretos. Aún así sigue siendo muy recomendable.
Un guión original y con una premisa razonablemente creíble a partir de un encuentro fortuito. Hay buenos momentos de intriga en el film y la atmósfera desasosegante se respira en gran parte del mismo. Hay también tensión en la carrera contra reloj que se establece al final del film entre el tenista y el hijo consentido del millonario.
Algunos giros del guión son muy rápidos, poco razonables y buscan descaradamente beneficiar al protagonista.
Llegan a parecer hasta infantiles.
Juega muy bien Hitchcock con los ritmos pero su mayor mérito es la atmósfera agobiante que se teje alrededor del tenista. Como es habitual en el orondo director, un ciudadano normal acaba implicado en un crimen.
El desenlace final es muy bueno y el seguimiento a la mujer que vemos al principio del film es un derroche de talento.
Buena película, sí, pero creo que sobrevalorada.
3 de junio de 2021
3 de junio de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso la obsesión que tenía Hitchcock con la muerte y más en concreto, con la forma de conseguirla sin ser atrapados por la justicia. Véanse La soga, Crimen perfecto o las que nos trae a colación. Alguien dijo alguna vez que el crimen perfecto no existía, porque siempre un pequeño detalle, descubre al culpable. Pero la propuesta que nos trae el director inglés es algo nuevo, curioso y digno de admiración para mentes inquietas. ¿Y si se comete un asesinato sin tener ninguna relación con la víctima?
Esa idea es la que el director plantea en la mente del espectador, dos desconocidos, un tren, una conversación, un deseo, un plan y nada que los relacione. Cada uno asesinará a la persona de la cual el otro se quiere deshacer, así nadie podrá vincularlos en la investigación. El espectador disfrutará como un enano, en butacas de primera fila, viendo como se podrán o no llevar a cabo, tremenda hazaña, llamémosla así, si al final se consigue burlar a la justicia.
Los movimientos de cámara de Hitchcock son una delicia, nunca unos zapatos cobraron tanto protagonismo como en este film. Unos primeros planos en el vagón, donde nace el plan, que hace que el espectador se sienta partícipe del desarrollo del futuro trabajo. Unas interpretaciones increíbles, pero también con algunas escenas que son bastantes fantasiosas para la época.
Las escenas rodadas en la pista de tenis, estuvieron muy bien, vamos, se notaba muchas veces que ellos no eran los que jugaban, salvo en primeros planos, se ve que los dos protagonistas habían cogido una raqueta, las mismas veces que Joaquín el del Betis.
Yo me lo he pasado genial con ella, intentando adelantarme en ocasiones a los dos protagonistas y otras a la policía. El desenlace va mucho en la línea del director.
Esa idea es la que el director plantea en la mente del espectador, dos desconocidos, un tren, una conversación, un deseo, un plan y nada que los relacione. Cada uno asesinará a la persona de la cual el otro se quiere deshacer, así nadie podrá vincularlos en la investigación. El espectador disfrutará como un enano, en butacas de primera fila, viendo como se podrán o no llevar a cabo, tremenda hazaña, llamémosla así, si al final se consigue burlar a la justicia.
Los movimientos de cámara de Hitchcock son una delicia, nunca unos zapatos cobraron tanto protagonismo como en este film. Unos primeros planos en el vagón, donde nace el plan, que hace que el espectador se sienta partícipe del desarrollo del futuro trabajo. Unas interpretaciones increíbles, pero también con algunas escenas que son bastantes fantasiosas para la época.
Las escenas rodadas en la pista de tenis, estuvieron muy bien, vamos, se notaba muchas veces que ellos no eran los que jugaban, salvo en primeros planos, se ve que los dos protagonistas habían cogido una raqueta, las mismas veces que Joaquín el del Betis.
Yo me lo he pasado genial con ella, intentando adelantarme en ocasiones a los dos protagonistas y otras a la policía. El desenlace va mucho en la línea del director.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿ De verdad que la gente se cree que si un tipo te sigue de manera obsesiva durante mucho tiempo en un parque de atracciones, estando la chica acompañada por dos tíos y ninguno de los dos se da cuenta de nada? Venga por Dios, que no somos idiota.
La escena donde se le cae el encendedor por la alcantarilla, resulta que cuando está en el escalón de arriba, casi no llega, pero cuando se cae en el de abajo, la mano se estira como si fuese el inspector Gadget y llega más fácil. Que si, que aceptamos pulpo como animal de compañía.
Todos supimos desde el primer momento que vimos a la cuñada del tenista, que en algún momento la iba a ver el asesino y le iba a recordar a la víctima, muy predecible esto.
Y por último, la escena final en el tío vivo es totalmente ridícula, desde el principio. ¿ A qué policía en su sano juicio se le ocurriría disparar a lo loco hacia una atracción compuesta en su mayoría por niños? Ya luego la máquina a toda pastilla es para mear y no echar gota, el viejo metiéndose por debajo para parar la máquina y en pleno proceso, se para para sonarse los mocos y por último la frenada en seco y todo el mundo a tomar por saco, fue el no va más.
La escena donde se le cae el encendedor por la alcantarilla, resulta que cuando está en el escalón de arriba, casi no llega, pero cuando se cae en el de abajo, la mano se estira como si fuese el inspector Gadget y llega más fácil. Que si, que aceptamos pulpo como animal de compañía.
Todos supimos desde el primer momento que vimos a la cuñada del tenista, que en algún momento la iba a ver el asesino y le iba a recordar a la víctima, muy predecible esto.
Y por último, la escena final en el tío vivo es totalmente ridícula, desde el principio. ¿ A qué policía en su sano juicio se le ocurriría disparar a lo loco hacia una atracción compuesta en su mayoría por niños? Ya luego la máquina a toda pastilla es para mear y no echar gota, el viejo metiéndose por debajo para parar la máquina y en pleno proceso, se para para sonarse los mocos y por último la frenada en seco y todo el mundo a tomar por saco, fue el no va más.
31 de agosto de 2022
31 de agosto de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última vez que la vi fue el 15 de junio de 2012 y 2 de 3 usuarios les pareció útil la crítica que escribí en su momento. En esta crítica comentaba: "Muy buena intriga. Buenísima película!!! Creo que es una de las más potentes de Alfred. Sí que es verdad que hay cosas que gotean, como el "alargamiento de brazo" tan extraño cuando pierde el encendedor por la cloaca jajajajja, eso es un poco de risa, o el estruendo que forman con el tiovivo, pero bueno.
Creo que que lo mejorcito, es la tensión del protagonista, de ver como sale de ese enredo. Y como no, la filosofía del asesinato que tan obsesionado parece el sr. Alfred. Muy curioso ver a la hija de Alfred, Patricia Hitchcock, en la película, con un papel que le queda muy bien."
Vista de nuevo, en bluray, calidad que mejora la experiencia, le mantengo los 8 puntos. Sí que se ve extraño el tema del brazo cuando va a recoger el encendedor. Pero también queda extraño el policía disparando en un tiovivo lleno de gente.
A parte de eso, la fotografía es genial. El asesinato del principio, que se ve todo a través de unas gafas, se ve que Alfred llevaba años tener ese tipo de secuencia, y finalmente, gracias a la fotografía lo hizo, y no fue fácil.
La temática en cambio (aunque esté basada en una novela), me sorprendió que ya se había hecho antes. No sé si en el mismo 1951 o en 1950 hay una película en el que un asesino a sueldo comenta más o menos lo mismo: yo asesino y como no soy ni familiar, ni amigo ni nada, no tienen pistas que vayan hacía a mí. No recuerdo el título de la película... pero Alfred trata con más profundidad este tema, y lo lleva al clímax.
Creo que que lo mejorcito, es la tensión del protagonista, de ver como sale de ese enredo. Y como no, la filosofía del asesinato que tan obsesionado parece el sr. Alfred. Muy curioso ver a la hija de Alfred, Patricia Hitchcock, en la película, con un papel que le queda muy bien."
Vista de nuevo, en bluray, calidad que mejora la experiencia, le mantengo los 8 puntos. Sí que se ve extraño el tema del brazo cuando va a recoger el encendedor. Pero también queda extraño el policía disparando en un tiovivo lleno de gente.
A parte de eso, la fotografía es genial. El asesinato del principio, que se ve todo a través de unas gafas, se ve que Alfred llevaba años tener ese tipo de secuencia, y finalmente, gracias a la fotografía lo hizo, y no fue fácil.
La temática en cambio (aunque esté basada en una novela), me sorprendió que ya se había hecho antes. No sé si en el mismo 1951 o en 1950 hay una película en el que un asesino a sueldo comenta más o menos lo mismo: yo asesino y como no soy ni familiar, ni amigo ni nada, no tienen pistas que vayan hacía a mí. No recuerdo el título de la película... pero Alfred trata con más profundidad este tema, y lo lleva al clímax.
1 de junio de 2020
1 de junio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Strangers on a train. Basado en una novela de Patricia Highsmith, encontramos en el film, muchos de los elementos habituales “marca de la casa” de su cine: falso culpable, homosexualidad reprimida, perfiles psicológicos retorcidos, suspense…
Con una premisa argumental muy potente y una escena inicial magistral (el encuentro “casual” desde el punto de vista de los pies), el film contiene escenas muy potentes visualmente (el crimen reflejado en las gafas de la víctima, la cabeza fija en medio de los espectadores del partido de tenis).
Es un film siniestro, con una puesta en escena muy efectiva y una fotografía que contribuye a potenciar la fuerza dramática de las imágenes. En definitiva, otra obra maestra de Sir Alfred que no ha envejecido nada mal.
Con una premisa argumental muy potente y una escena inicial magistral (el encuentro “casual” desde el punto de vista de los pies), el film contiene escenas muy potentes visualmente (el crimen reflejado en las gafas de la víctima, la cabeza fija en medio de los espectadores del partido de tenis).
Es un film siniestro, con una puesta en escena muy efectiva y una fotografía que contribuye a potenciar la fuerza dramática de las imágenes. En definitiva, otra obra maestra de Sir Alfred que no ha envejecido nada mal.
4 de julio de 2020
4 de julio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
197/01(01/07/20) Contradictorio para mi este film producido y dirigido por Sir Alfred Hitchcok, por un lado está su maestría en la dirección, la composición dramática de muchas escenas (esa mítica secuencia de un asesinato visto a través de las lentes de unas gafas es cumbre), está como nos traslada la esencia del enfrentamiento de doppelgängers, pero por otro lado está un descuidado desarrollo con más incoherencias y agujeros que el coche de Bonny & Clyde. Thriller psicológico que fue la primera novela homónima que Patricia Highsmith publicó (1949), con guión con algunos problemas de choques creativos de AH con Raymond Chandler, tuvo que ser revisionado por Czezi Ormonde y Whitfield Cook. Ello en un relato donde una vez más AH escudriña en la figura del falso culpable, esta vez mezclado con la búsqueda del Crimen Perfecto, pero esto lo maneja de modo simplista, más preocupado de la estética que de dar fluidez orgánica al relato. Lo que si hace de maravilla es analizar la personalidad del villano, un Bruno (gran Robert Walker) con claros efluvios al posterior Norman Bates de “Psycho”, aquí un tipo sociópata que le cuesta discernir el Bien del Mal, teniendo con su madre una clara relación edípica. Asimismo el ritmo que Hitch imprime a la narración resulta brillante, creando una maraña de suspense e intriga en crescendo, aunque por el camino deba dar demasiadas licencias dramáticas y suspender con ello la credibilidad de muchos hechos. Peros su méritos son muchos visualmente, ya desde esa original presentación de protagonistas a través de su calzado cual si tuvieran vida propia, donde fortuitamente chocan en un compartimento de tren, con ese alegórico plano de las vía de tren que se unen y separan como ellos, para después embarcarnos en la original idea del crimen cruzado, donde la sugerencia te atrapa en saber cómo se resolverá todo. Pero como he dicho, esto lastrado por un reguero de lagunas narrativas. El cameo de Alfred Hitchcock en esta película ocurre 11 minutos después de la película. Se lo ve llevando un contrabajo mientras sube a un tren.
Tiene un comienzo alentador, con la presentación de pies mencionada, que deriva en una casual conversación entre los protagonistas (Guy Haines encarnado por Farley Granger, un tenista con aspiraciones políticas a través de su novia; y Bruno encarnado por Robert Walker, un nihilista lenguaraz y sociópata), donde choca un poco que Bruno Anthony se defina como poco hablador (pues no para de hacerlo). Pero lo importante es la disección humana que hace, al decirle a Guy “…todos somos asesinos en potencia…”, poniendo a la misma altura el deseo de matar con la acción misma de asesinar, el anhelarlo es ser tan culpable como hacerlo, con lo que cuando Bruno comete el asesinato cruzado solo siente el instrumento de la mente de Guy cumpliendo sus amorales deseos, con lo que de alguna forma los sentimientos de culpa recaen en Guy por haberlo ansiado, se siente conectado con Bruno cual lado oscuro de sí mismo, pues se beneficia de la maldad de él. Pero este nivel de reflexión en la ambigüedad de los doppelgänger queda atenuada en un devenir buenista, donde Guy se comporta de modo estrafalario si lo analizas solo un poquito.
De las dotes visuales turbadoras de Hitch tenemos varias muestras en el film, además del mencionado arranque. Ello gracias en gran parte a la cinematografía en glorioso b/n de Robert Burks (“La ventana indiscreta” o “Vértigo”), con manejo de las sombras maravilloso, labor realzada en estas secuencias: Está el encuentro post-asesinato, donde Guy en la noche se va a meter en su casa, cuando Bruno aparece entre la oscuridad y lo llama desde el otro lado de la calle, cuando Guy se acerca vemos que Bruno está tras una puerta de hierro de rejas, que proyecta una sombra de simbólicos barrotes en su rostro, aparece un auto de policía y Guy se coloca junto a Bruno y los dos alegóricamente están tras las rejas; Está la impresionante imagen de Bruno solo y vestido de negro en las blancas escalinatas del Monumento a Lincoln, una imagen propia de un cuadro sensacional; Está la escalofriante secuencia en que asistimos a un partido de tenis, donde toda la grada llena mira el juego girando la cabeza de una lado al otro siguiendo el peloteo de los jugadores, la cámara se acerca un poco y entonces destaca un tipo (Bruno), que está fijamente mirando a Guy que acaba de entrar en la pista. Este efecto también se consigue con el atuendo de todo el público cuasi-de blanco y con Bruno de oscuro.
También es manejada con mucho suspense la escena en que Guy allana vivienda de la familia de Bruno, destacando el tramo en que en la oscuridad un gran danés espera en el rellano de la escalera, esta provoca una tensión latente incisiva, pues no sabemos cuál será el comportamiento del dogo. Aunque si te pones a pensar lo que hace Guy no tiene sentido alguno.
La escena más emblemática es el estrangulamiento de Bruno en la Isla Mágica. Viene precedida por una en el túnel del amor, donde en un juego de sombras amenizado por unos gritos provocan unos efectos perturbadores engañosos en el espectador. El asesinato lento, casi elegante, se muestra como reflejo en los anteojos de la víctima, se han caído de su cabeza y están en el suelo. Por cierto, me encantan dos momentos de este tramo, uno se da antes del crimen, cuando un niño se cruza con bruno en la feria, lleva un globo y una pistola de cowboy, el chico se para ante él y le dispara, entonces Bruno con su cigarrillo explota el globo, momento perverso de humor negro. El otro se da e tras el asesinato, Bruno huye del lugar, y por el camino ayuda a un ciego a cruzar un paso de peatones, dando un perfil con fondo a este villano hitchcockiano.
Tiene un comienzo alentador, con la presentación de pies mencionada, que deriva en una casual conversación entre los protagonistas (Guy Haines encarnado por Farley Granger, un tenista con aspiraciones políticas a través de su novia; y Bruno encarnado por Robert Walker, un nihilista lenguaraz y sociópata), donde choca un poco que Bruno Anthony se defina como poco hablador (pues no para de hacerlo). Pero lo importante es la disección humana que hace, al decirle a Guy “…todos somos asesinos en potencia…”, poniendo a la misma altura el deseo de matar con la acción misma de asesinar, el anhelarlo es ser tan culpable como hacerlo, con lo que cuando Bruno comete el asesinato cruzado solo siente el instrumento de la mente de Guy cumpliendo sus amorales deseos, con lo que de alguna forma los sentimientos de culpa recaen en Guy por haberlo ansiado, se siente conectado con Bruno cual lado oscuro de sí mismo, pues se beneficia de la maldad de él. Pero este nivel de reflexión en la ambigüedad de los doppelgänger queda atenuada en un devenir buenista, donde Guy se comporta de modo estrafalario si lo analizas solo un poquito.
De las dotes visuales turbadoras de Hitch tenemos varias muestras en el film, además del mencionado arranque. Ello gracias en gran parte a la cinematografía en glorioso b/n de Robert Burks (“La ventana indiscreta” o “Vértigo”), con manejo de las sombras maravilloso, labor realzada en estas secuencias: Está el encuentro post-asesinato, donde Guy en la noche se va a meter en su casa, cuando Bruno aparece entre la oscuridad y lo llama desde el otro lado de la calle, cuando Guy se acerca vemos que Bruno está tras una puerta de hierro de rejas, que proyecta una sombra de simbólicos barrotes en su rostro, aparece un auto de policía y Guy se coloca junto a Bruno y los dos alegóricamente están tras las rejas; Está la impresionante imagen de Bruno solo y vestido de negro en las blancas escalinatas del Monumento a Lincoln, una imagen propia de un cuadro sensacional; Está la escalofriante secuencia en que asistimos a un partido de tenis, donde toda la grada llena mira el juego girando la cabeza de una lado al otro siguiendo el peloteo de los jugadores, la cámara se acerca un poco y entonces destaca un tipo (Bruno), que está fijamente mirando a Guy que acaba de entrar en la pista. Este efecto también se consigue con el atuendo de todo el público cuasi-de blanco y con Bruno de oscuro.
También es manejada con mucho suspense la escena en que Guy allana vivienda de la familia de Bruno, destacando el tramo en que en la oscuridad un gran danés espera en el rellano de la escalera, esta provoca una tensión latente incisiva, pues no sabemos cuál será el comportamiento del dogo. Aunque si te pones a pensar lo que hace Guy no tiene sentido alguno.
La escena más emblemática es el estrangulamiento de Bruno en la Isla Mágica. Viene precedida por una en el túnel del amor, donde en un juego de sombras amenizado por unos gritos provocan unos efectos perturbadores engañosos en el espectador. El asesinato lento, casi elegante, se muestra como reflejo en los anteojos de la víctima, se han caído de su cabeza y están en el suelo. Por cierto, me encantan dos momentos de este tramo, uno se da antes del crimen, cuando un niño se cruza con bruno en la feria, lleva un globo y una pistola de cowboy, el chico se para ante él y le dispara, entonces Bruno con su cigarrillo explota el globo, momento perverso de humor negro. El otro se da e tras el asesinato, Bruno huye del lugar, y por el camino ayuda a un ciego a cruzar un paso de peatones, dando un perfil con fondo a este villano hitchcockiano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero sus defectos provocan un lastre: Cuando Bruno le dice a Guy que ha matado a su esposa Miriam, no entiendo que le impide contárselo a la poli, máxime cuando es sospechoso al no tener una coartada sólida; No entiendo que Bruno quiere cometer el asesinato perfecto, y sin embargo no cuide de algo tan crucial como que Guy tenga coartada sólida, pues si no la tiene la teoría del crimen perfecto queda hecha añicos; Pero además en un atropello a la razón y a la coherencia que en el tren Bruno remarque que es un crimen perfecto porque ellos dos no se conocen, pero a renglón seguido Bruno no hace más que verse acompañado de Guy, de acosarlo, es de traca; Porque le dicen a Guy tras el asesinato de su esposa que debe seguir jugando para aparentar normalidad, pero nos hemos vuelto locos! Que normalidad, si acaban de estrangular a su mujer! No es motivo este suficiente para tomarse un descanso?; El modo risible en que Anne (novia de Guy) llega a la conclusión de quien es el asesino, vale para vidente (puaj!);... (spoiler)
Farley Granger me resulta como Guy, muy blandito, se lo come en cada entente Robert Walker, muy frágil, un suflé sin carácter alguno, parece un trepa que ha pegado un ‘braguetazo’ con la hija del senador y ahora no puede quitarse de encima a su esposa, repelente, con lo que no puedo empatizar con él, y me importa muy poco lo que le pase; Robert Walker como Bruno, es el alma de la función con su sibilina actuación de serpiente al acecho, manipulador, cínico, destilando una mirada punzante con ribetes homosexuales, gran actuación. Última película de Robert Walker antes de morir aquel mismo año, destruido por el alcohol y los sedantes, cosas de las que no pudo liberarse tras su divorcio de Jennifer Jones; La hija del director aparece en el papel de hermana de Anne (novia de Guy), Patricia Hitchcock., en una de sus escasísimas apariciones en cine, creo que solo lo haría en un rol sin acreditar en “los Diez mandamientos” y en “Psycho”.
Spoiler:
El rush final resulta visualmente atractivo, si suspendes cualquier atisbo de realidad: Tenemos el tramo del encendedor caído por la rejilla. Bruno entra en pánico y llama a todo el mundo para le saque de allí el artilugio, ni que se estuviera muriendo alguien. Luego solo vemos la mano entrar y apenas llega a él, con la punta de los dedos lo levanta y al final se le cae aún más bajo. Pero entonces vemos en primer plano como el brazo se estira mucho más de lo que antes no podía, cual hombre de goma la mano desciende más y más hasta conseguir coger el mechero (venga ya!); La policía disparando sin ton ni son contra Guy en medio de una feria, cual mono con dos pistolas balean hacia el tiovivo, solo porque huye; Luego la policía muy valiente a la hora de disparar, pero dejan sea un octogenario el que se juegue la vida reptando debajo del tiovivo para llegar a la palanca de freno; Al final de la nada sale un testigo que dice sabe quién mató a Miriam, y porque no lo dijo en su momento? La poli se lo traga y deja en libertad a Guy, pero esto es otro atropello a la razón. Esto no descarta que Bruno actuara por encargo de Guy. Pero qué más da, que el sentido común no te estropee un buen final; Por cierto, todo el clímax se erige en que Bruno va a depositar en la escena del crimen el mechero, ello varios días después del asesinato, cuando todo el lugar ha debido ser registrado exhaustivamente, esta prueba no creo tuviera mucha credibilidad, aunque viendo el modo ‘luminario’ en que actúa esta policía todo es posible.
Me queda una película a la que me resulta complicado puntuar pues son muchos sus aciertos y muchas deficiencias, pero me puede mi lado seguidor hitchcockiano dejaré para otra ocasión el pedirle coherencia narrativa. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2020/07/extranos-en-un-tren.html
Farley Granger me resulta como Guy, muy blandito, se lo come en cada entente Robert Walker, muy frágil, un suflé sin carácter alguno, parece un trepa que ha pegado un ‘braguetazo’ con la hija del senador y ahora no puede quitarse de encima a su esposa, repelente, con lo que no puedo empatizar con él, y me importa muy poco lo que le pase; Robert Walker como Bruno, es el alma de la función con su sibilina actuación de serpiente al acecho, manipulador, cínico, destilando una mirada punzante con ribetes homosexuales, gran actuación. Última película de Robert Walker antes de morir aquel mismo año, destruido por el alcohol y los sedantes, cosas de las que no pudo liberarse tras su divorcio de Jennifer Jones; La hija del director aparece en el papel de hermana de Anne (novia de Guy), Patricia Hitchcock., en una de sus escasísimas apariciones en cine, creo que solo lo haría en un rol sin acreditar en “los Diez mandamientos” y en “Psycho”.
Spoiler:
El rush final resulta visualmente atractivo, si suspendes cualquier atisbo de realidad: Tenemos el tramo del encendedor caído por la rejilla. Bruno entra en pánico y llama a todo el mundo para le saque de allí el artilugio, ni que se estuviera muriendo alguien. Luego solo vemos la mano entrar y apenas llega a él, con la punta de los dedos lo levanta y al final se le cae aún más bajo. Pero entonces vemos en primer plano como el brazo se estira mucho más de lo que antes no podía, cual hombre de goma la mano desciende más y más hasta conseguir coger el mechero (venga ya!); La policía disparando sin ton ni son contra Guy en medio de una feria, cual mono con dos pistolas balean hacia el tiovivo, solo porque huye; Luego la policía muy valiente a la hora de disparar, pero dejan sea un octogenario el que se juegue la vida reptando debajo del tiovivo para llegar a la palanca de freno; Al final de la nada sale un testigo que dice sabe quién mató a Miriam, y porque no lo dijo en su momento? La poli se lo traga y deja en libertad a Guy, pero esto es otro atropello a la razón. Esto no descarta que Bruno actuara por encargo de Guy. Pero qué más da, que el sentido común no te estropee un buen final; Por cierto, todo el clímax se erige en que Bruno va a depositar en la escena del crimen el mechero, ello varios días después del asesinato, cuando todo el lugar ha debido ser registrado exhaustivamente, esta prueba no creo tuviera mucha credibilidad, aunque viendo el modo ‘luminario’ en que actúa esta policía todo es posible.
Me queda una película a la que me resulta complicado puntuar pues son muchos sus aciertos y muchas deficiencias, pero me puede mi lado seguidor hitchcockiano dejaré para otra ocasión el pedirle coherencia narrativa. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2020/07/extranos-en-un-tren.html
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