El juicio de Nuremberg
1961 

8.2
14,141
Drama
En 1948, tres años después del final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuatro jueces, cómplices de la política nazi de esterilización y limpieza étnica, van a ser juzgados en Nuremberg. Sobre Dan Haywood (Spencer Tracy), un juez norteamericano retirado, recae la importante responsabilidad de presidir este juicio contra los crímenes de guerra nazis. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2013
19 de enero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nota 20 de enero de 2013: 10/10
Con esta pieza se llega a lo más profundo y alto de la perfección. Hay directores que nacieron para una película es cuestión, ese fue el cometido de Kramer. Hay actores que fueron alumbrados para defender causas en este film, ese fue el caso del oscarizado Schell. Hay mitos que fueron testigos de esta obra maestra, pero que siguieron sembrando a esta dignísima historia del séptimo arte: Gracias Tracy, Crift y Dietrich. Pero un hombre, un rostro, un acumulado de silencios, nació para ser representado por Burt Lancaster. Sin duda esta es su película, la de sus silencios, la del actuar y penetrar más allá del verbo. Es difícil no sentirse cómplice de este hombre, a pesar de su parte de responsabilidad en toda la masacre.
Con esta pieza se llega a lo más profundo y alto de la perfección. Hay directores que nacieron para una película es cuestión, ese fue el cometido de Kramer. Hay actores que fueron alumbrados para defender causas en este film, ese fue el caso del oscarizado Schell. Hay mitos que fueron testigos de esta obra maestra, pero que siguieron sembrando a esta dignísima historia del séptimo arte: Gracias Tracy, Crift y Dietrich. Pero un hombre, un rostro, un acumulado de silencios, nació para ser representado por Burt Lancaster. Sin duda esta es su película, la de sus silencios, la del actuar y penetrar más allá del verbo. Es difícil no sentirse cómplice de este hombre, a pesar de su parte de responsabilidad en toda la masacre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quisiera destacar la imparcialidad que chorrea este metraje. Por momentos, vemos en el abogado americano al malo, y al chaval germano como el bueno. Y más, cuando dice las verdades del barquero, en una crítica que no sé como se la tomarían en USA, pero que hacía partícipe al mundo entero de la masacre Hitleriana. Y no le faltaba razón al guionista. Entre unos y otros lo permitieron, así que muchos hombres justos tuvieron que pasar por el aro. Sólo le pido a Dios que tremenda masacre no vuelva a ser vista por los ojos de ningún mortal.
Nota 4 de enero de 2022 7/10
La película se hace muy larga, una vez que se sabe qué sucedió. Las actuaciones de Garland y Clift impactan, porque eran actores en declive que recibieron la oportunidad en esta película y fueron nominados al Óscar. Murieron durante esta década.
Es muy interesante la biografía del juez alemán protagonista de la historia, magistralmente interpretado por LANCASTER. Su nombre real es Franz Schlegelberger. Escribió varios libros que sería interesante cotejar, aunque no están traducidos del alemán.
Nota 4 de enero de 2022 7/10
La película se hace muy larga, una vez que se sabe qué sucedió. Las actuaciones de Garland y Clift impactan, porque eran actores en declive que recibieron la oportunidad en esta película y fueron nominados al Óscar. Murieron durante esta década.
Es muy interesante la biografía del juez alemán protagonista de la historia, magistralmente interpretado por LANCASTER. Su nombre real es Franz Schlegelberger. Escribió varios libros que sería interesante cotejar, aunque no están traducidos del alemán.
27 de agosto de 2013
27 de agosto de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película, a la que valoré con un 10, nos muestra con precisión casi milimétrica como si de un documental se tratará, uno de los juicios de Nuremberg, juicios realizados tras finalizar la 2º Guerra Mundial a los dirigentes o colaboradores más directos del régimen nazi. Esta película en concreto se basará sobre el juicio que realizará un juez americano, si, fueron los americanos los que juzgaron a estos criminales o “pseudo- criminales” alemanes, acerca del grado de culpabilidad que tuvieron los jueces alemanes en el tristemente célebre exterminio que se llevó a cabo durante los oscuros años del gobierno de Hitler.
A pesar de que uno pueda pensar lo contrario al observar que se trata de una producción americana, en verdad, la película nos plantea problemas que incluso ahora, 65 años más tarde de los acontecimientos que ahora narra la película, seguimos teniendo a pesar del hipotético avance que hemos sufrido en estos años. Y es que la película nos plantea ácidos temas que hoy en día seguimos viviendo, así nos hace observar hasta qué punto tiene derecho un pueblo extranjero a convertirse en árbitro y director de otro y es que en esta película se nos mostrará como los americanos juzgaran a una nación que había sido vencida por ellos y que ellos ahora se mostraban prestos a juzgarla y a co-dirigirla, esto, ¿está bien éticamente?, de verdad EEUU o cualquiera que sea el país en cuestión tiene derecho a dirigir, a juzgar una nación por los hechos de sus crueles gobernantes.
A pesar de que uno pueda pensar lo contrario al observar que se trata de una producción americana, en verdad, la película nos plantea problemas que incluso ahora, 65 años más tarde de los acontecimientos que ahora narra la película, seguimos teniendo a pesar del hipotético avance que hemos sufrido en estos años. Y es que la película nos plantea ácidos temas que hoy en día seguimos viviendo, así nos hace observar hasta qué punto tiene derecho un pueblo extranjero a convertirse en árbitro y director de otro y es que en esta película se nos mostrará como los americanos juzgaran a una nación que había sido vencida por ellos y que ellos ahora se mostraban prestos a juzgarla y a co-dirigirla, esto, ¿está bien éticamente?, de verdad EEUU o cualquiera que sea el país en cuestión tiene derecho a dirigir, a juzgar una nación por los hechos de sus crueles gobernantes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para saber más, pinchad el siguiente enlace que proviene de mi blog personal, espero que os sea útil: http://zozocracia.blogspot.com.es/2013/01/pequenas-reflexiones-sobre-una.html
29 de agosto de 2016
29 de agosto de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
De todos es sabido que la guerra más cruenta, no sólo del siglo XX sino de la historia, ha sido la Segunda Guerra Mundial. Una sangrienta lucha que se llevó a más de 60 millones de muertos, una contienda donde por primera vez el porcentaje de muertes civiles fue más elevada que las militares. Sus escalofriantes números dan fe de la magnificencia que estos hechos acontecieron en todo el mundo y aún después de 60 años del fin del conflicto siguen teniendo repercusión. Fue una guerra que influyó profundamente en la actualidad que hoy vivimos, su influencia política, económica, territorial e ideológica se mantiene en muchos aspectos. Una nación, Alemania, una ideología, el nacionalsocialismo, se extendió como una plaga por toda Europa bajo, no sólo de la mano de Adolf Hitler, sino también de la gente que le apoyaba: individuos que le seguían ciegamente y que exterminaron a miles de personas en campos de concentración y ejecuciones, llegando a realizar acciones consideradas inhumanas.
El 30 de Abril de 1945, Adolf Hitler y su reciente esposa Eva Braun, se suicidan en el búnker de los jardines de la Cancillería dando así fin a una cruenta lucha en Europa que se extendió durante 6 largos años. De manera inmediata, se produjo la entrada en Berlín del Ejército Rojo y los aliados: Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. En un primer momento se dividió Berlín en 4 zonas, controladas cada una por cada país y el paso siguiente fue hacer por primera vez en la historia un juicio a una serie de personas, vinculadas con el Tercer Reich, por crímenes de guerra, algo insólito y de una complejidad enorme. No sólo se dictaron sentencias a Albert Speer, Rudolf Hess o Kaltebrunner, hubo muchos jueces, políticos, etc., que también fueron juzgados.
Después de ponernos en antecedentes históricos, “Vencedores o vencidos” no solamente es una película donde podemos apreciar grandes actuaciones, ya que dentro de ella se plantea un interesantísimo dilema moral e ideológico de diversas connotaciones, ya que no sólo se juzgan a las personas sino también a todo un país, Alemania. Dentro de esta excelente realización hay espléndidos monólogos de una intensidad y credibilidad muy lograda, consiguiendo tener siempre al espectador atento a cualquier aparición e intervención que se realiza en el juicio. Kramer dirige de manera soberbia todos los aspectos, ya que consigue que las casi tres horas de película no resulten en ningún momento pesadas. Además nos ofrece unas pausas indirectas que invitan al espectador a reflexionar sobre lo acontecido en ese momento, es decir, no nos aturde con sólo la filmación del juicio, nos hace plantear preguntas en nuestra mente sobre la veracidad de lo que cuentan lejos de ese espacio reducido. Kramer efectúa un manejo soberbio de la cámara adecuándola en el momento correcto, en la expresión más enardecida, en como los ojos lo muestran todo y recibimos de manera profunda la intensidad que rodea a una película que trata un tema tan delicado.
Una vez vista la película, cada uno puede sacar las conclusiones que pueda pensar que sean ciertas, eso es un logro de la película, ya que consigue plantearte distintos puntos de vista sobre lo que aconteció en esos lamentables años. Tampoco defiende una postura concreta, ofrece al espectador esa libertad, dándonos también momentos paradójicos, como una similitud entre las situaciones vividas entre el juez principal y el principal acusado. También vemos las implicaciones políticas que rodearon a esos juicios y los extremismos de los argumentos de todos los partícipes en este juicio, todos con un convencimiento que algunos creen justo, otros patriótico, otros que dicen que era su obligación.
Toda esta magnífica orquestación de exposiciones argumentales y dilemas, está encabezado por un reparto espectacular, todos rayando a un nivel altísimo, sublime, una lección de interpretación inolvidable, resultando difícil el destacar a alguien. Personalmente me atrae la interpretación del abogado defensor Maximilian Schell, una actuación muy sentida que desborda una gran convicción en todo lo que dice, resultando un contrapunto perfecto para Richard Widmark, el cual hace un magnífico papel de tenaz fiscal. No podemos olvidar la angustiosa interpretación de Judy Garland bajo la presión del dedo acusador de Maximilian Schell, la espectacular intervención de Montgomery Clift, como un hombre de pocas facultades mentales y Marlene Dietrich, actuando en un papel típico de mujer fría alemana, quien en un detalle curioso rememora la mítica canción “Lili Marlene”. Pero las dos figuras principales de la película son Spencer Tracy y Burt Lancaster, este último con siempre una expresión hierática, afligida, pero a la vez rabiosa. Se ve en él a un hombre que está a punto de estallar y que de su boca no puede salir otra cosa que su verdad. De Spencer Tracy, decir que en el último papel relevante de su carrera antes de su muerte, realiza una soberbia interpretación de un juez que tiene en su mano decidir el destino de los hombres que va a juzgar, a pesar de las presiones externas que recibe y finalmente es el personaje que, posiblemente, exprese una mayor sensatez en todas sus conclusiones.
Realmente de esta espléndida película se pueden explotar argumentalmente páginas y páginas, ya que el planteamiento del oscarizado guión es sublime. Faltan calificativos para describir todas las sensaciones que me produce poder disfrutar esta película tan llena de matices interesantes para un simple aficionado como yo a esos acontecimientos históricos. Lejos de esas cuestiones históricas, si queréis disfrutar de un grandísimo drama judicial, lleno de interpretaciones estelares, no podéis dejar de ver “Vencedores o Vencidos”.
El 30 de Abril de 1945, Adolf Hitler y su reciente esposa Eva Braun, se suicidan en el búnker de los jardines de la Cancillería dando así fin a una cruenta lucha en Europa que se extendió durante 6 largos años. De manera inmediata, se produjo la entrada en Berlín del Ejército Rojo y los aliados: Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. En un primer momento se dividió Berlín en 4 zonas, controladas cada una por cada país y el paso siguiente fue hacer por primera vez en la historia un juicio a una serie de personas, vinculadas con el Tercer Reich, por crímenes de guerra, algo insólito y de una complejidad enorme. No sólo se dictaron sentencias a Albert Speer, Rudolf Hess o Kaltebrunner, hubo muchos jueces, políticos, etc., que también fueron juzgados.
Después de ponernos en antecedentes históricos, “Vencedores o vencidos” no solamente es una película donde podemos apreciar grandes actuaciones, ya que dentro de ella se plantea un interesantísimo dilema moral e ideológico de diversas connotaciones, ya que no sólo se juzgan a las personas sino también a todo un país, Alemania. Dentro de esta excelente realización hay espléndidos monólogos de una intensidad y credibilidad muy lograda, consiguiendo tener siempre al espectador atento a cualquier aparición e intervención que se realiza en el juicio. Kramer dirige de manera soberbia todos los aspectos, ya que consigue que las casi tres horas de película no resulten en ningún momento pesadas. Además nos ofrece unas pausas indirectas que invitan al espectador a reflexionar sobre lo acontecido en ese momento, es decir, no nos aturde con sólo la filmación del juicio, nos hace plantear preguntas en nuestra mente sobre la veracidad de lo que cuentan lejos de ese espacio reducido. Kramer efectúa un manejo soberbio de la cámara adecuándola en el momento correcto, en la expresión más enardecida, en como los ojos lo muestran todo y recibimos de manera profunda la intensidad que rodea a una película que trata un tema tan delicado.
Una vez vista la película, cada uno puede sacar las conclusiones que pueda pensar que sean ciertas, eso es un logro de la película, ya que consigue plantearte distintos puntos de vista sobre lo que aconteció en esos lamentables años. Tampoco defiende una postura concreta, ofrece al espectador esa libertad, dándonos también momentos paradójicos, como una similitud entre las situaciones vividas entre el juez principal y el principal acusado. También vemos las implicaciones políticas que rodearon a esos juicios y los extremismos de los argumentos de todos los partícipes en este juicio, todos con un convencimiento que algunos creen justo, otros patriótico, otros que dicen que era su obligación.
Toda esta magnífica orquestación de exposiciones argumentales y dilemas, está encabezado por un reparto espectacular, todos rayando a un nivel altísimo, sublime, una lección de interpretación inolvidable, resultando difícil el destacar a alguien. Personalmente me atrae la interpretación del abogado defensor Maximilian Schell, una actuación muy sentida que desborda una gran convicción en todo lo que dice, resultando un contrapunto perfecto para Richard Widmark, el cual hace un magnífico papel de tenaz fiscal. No podemos olvidar la angustiosa interpretación de Judy Garland bajo la presión del dedo acusador de Maximilian Schell, la espectacular intervención de Montgomery Clift, como un hombre de pocas facultades mentales y Marlene Dietrich, actuando en un papel típico de mujer fría alemana, quien en un detalle curioso rememora la mítica canción “Lili Marlene”. Pero las dos figuras principales de la película son Spencer Tracy y Burt Lancaster, este último con siempre una expresión hierática, afligida, pero a la vez rabiosa. Se ve en él a un hombre que está a punto de estallar y que de su boca no puede salir otra cosa que su verdad. De Spencer Tracy, decir que en el último papel relevante de su carrera antes de su muerte, realiza una soberbia interpretación de un juez que tiene en su mano decidir el destino de los hombres que va a juzgar, a pesar de las presiones externas que recibe y finalmente es el personaje que, posiblemente, exprese una mayor sensatez en todas sus conclusiones.
Realmente de esta espléndida película se pueden explotar argumentalmente páginas y páginas, ya que el planteamiento del oscarizado guión es sublime. Faltan calificativos para describir todas las sensaciones que me produce poder disfrutar esta película tan llena de matices interesantes para un simple aficionado como yo a esos acontecimientos históricos. Lejos de esas cuestiones históricas, si queréis disfrutar de un grandísimo drama judicial, lleno de interpretaciones estelares, no podéis dejar de ver “Vencedores o Vencidos”.
7 de febrero de 2023
7 de febrero de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El beneficio de la duda, el papel de juez como mero aplicador de la ley, el conocimiento de lo injusto, la ignorancia de la barbarie, la ley como objeto de la justicia... Podemos decir que todo eso es lo que se quiere comentar en la película y lo hace desde perspectiva de diversos intereses e inclinaciones en cada uno de los personajes: un fiscal que considera a todos los alemanes como nazis y considera que hay cortar de raíz de una vez esa ideología, un abogado defensor el cual está sublime Maximilien que a pesar de ver que defiende una acusación imposible de paliar está haciendo todo lo posible en cumplir con su función, un juez americano cuyo objetivo es juzgar con total imparcialidad, una viuda víctima de la limpieza de ideología que se estaba realizando con aquellos juicios de Nuremberg pero sostiene que Alemania necesita algo más que justicia para reconstruir el país con su gente y un juez alemán acusado de juzgar fraudulentamente y con conocimiento de ello pero se siente arrepentido a pesar de que no tenía otra opción en aquél momento.
La película nos muestra muchas perspectivas con el objetivo de buscar los culpables de todas las atrocidades, las injusticias y la guerra que se cobró millones de vidas, pero todos vemos que es imposible de demostrar y se juzgan los hechos objetivos y la justicia se cobra a las cabezas de turco porque debe ser así y el mundo lo necesita. Pero como le dice el abogado defensor al personaje de Clift cuando defendía a su madre en cuanto a su retraso mental "Eso nunca lo sabremos" nunca lo sabremos porque la justicia busca juzgar y ejecutar lo juzgado, dar a cada cual lo que es suyo, hacer lo que es JUSTO ¿y que es hacer justicia? ¿condenar a los jueces que aplicaron las normas nazis sabiendo que eran injustas? ¿condenar a todos aquellos que eran simpatizantes del partido? ¿condenar a todos los alemanes que sabían que se hacía con los judíos? ¿o la culpa la tenía el mundo en general sabiendo lo que tenía entre manos Hitler y su séquito y actuaron cuando ya era demasiado tarde ? así es nunca lo sabremos, nunca... Lo que sí sabemos es que alguien tuvo que pagar los platos rotos, para así olvidar y poder continuar como dice Marlene.
Bueno que decir más allá de la historia, pues todo perfecto los actores, la dirección y el lenguaje cinematográfico.
Es una película para incluir en la lista de clásicos pero necesariamente también en la de imprescindibles.
La película nos muestra muchas perspectivas con el objetivo de buscar los culpables de todas las atrocidades, las injusticias y la guerra que se cobró millones de vidas, pero todos vemos que es imposible de demostrar y se juzgan los hechos objetivos y la justicia se cobra a las cabezas de turco porque debe ser así y el mundo lo necesita. Pero como le dice el abogado defensor al personaje de Clift cuando defendía a su madre en cuanto a su retraso mental "Eso nunca lo sabremos" nunca lo sabremos porque la justicia busca juzgar y ejecutar lo juzgado, dar a cada cual lo que es suyo, hacer lo que es JUSTO ¿y que es hacer justicia? ¿condenar a los jueces que aplicaron las normas nazis sabiendo que eran injustas? ¿condenar a todos aquellos que eran simpatizantes del partido? ¿condenar a todos los alemanes que sabían que se hacía con los judíos? ¿o la culpa la tenía el mundo en general sabiendo lo que tenía entre manos Hitler y su séquito y actuaron cuando ya era demasiado tarde ? así es nunca lo sabremos, nunca... Lo que sí sabemos es que alguien tuvo que pagar los platos rotos, para así olvidar y poder continuar como dice Marlene.
Bueno que decir más allá de la historia, pues todo perfecto los actores, la dirección y el lenguaje cinematográfico.
Es una película para incluir en la lista de clásicos pero necesariamente también en la de imprescindibles.
21 de marzo de 2024
21 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La frase: Un juez no hace las leyes de su país, hace que se cumplan
La escena: Maximilian Shell:
¿Es consciente de que la esterilización no fue inventada por el nazismo?, le leo… “…para evitar que nos veamos sumergidos en la incompetencia, es mejor para todo el mundo, si en lugar de ejecutar a los hijos de los degenerados por un crimen la sociedad puede impedir su propagación por medios médicos, tres generaciones de imbéciles es suficiente” (dictamen del tribunal supremo del estado de Virginia que respalda la esterilización, escrito por Oliver Wendell Holmes)
El momentazo: La defensa de Maximillian Schell cuando extiende la culpabilidad de los crímenes cometidos a muchos países y personajes y lo hace con maestría y elocuencia
La actuación: La de Maximillian Schell y la de Burt Lancaster y el contraste entre un abogado enérgico y vehemente y un acusado tranquilo, que tras estar callado toda la película cando habla es para poner los puntos sobre las “íes” y terminar con el asunto.
Una obra maestra de Stanley Kramer lograda principalmente por el espléndido y trabajadísimo guion y por una verdadera competencia de actuaciones de varios de los grandes, un Burt Lancaster que se despoja de todo su “americanismo” y se ve más alemán que los alemanes, que al principio no habla pero cuando empieza a hacerlo impone una autoridad que se palpa en el ambiente, su honradez descomunal desarma hasta a su brillantísimo abogado; un Richard Widmark cuya vehemencia como fiscal es la de un potro salvaje pero que además aporta ideas brillantes; un Spencer Tracy encarnando el dificilísimo papel de un juez sencillo y provinciano que desea ante todo hacer justicia en un momento claramente marcado por el interés por restañar las heridas del conflicto, su papel es hasta cierto punto trágico; que decir de un Montgomery Clift cuyo personaje conlleva el retraso mental; una Judy Garland que nos desgarra el alma o una Marlene Dietrich en ese papel ambiguo que tal bien interpretó siempre de victima-villana y, hay que decirlo, por encima de todos los monstruos un Maximillian Shell que aun joven se regala con una actuación que con total justicia le deparó el Oscar, su papel es el del abogado que debe defender con inteligencia, argumentos y hasta juicios morales a personajes que son claramente culpables de las acusaciones, su actuación es una clase maestra de lo que debería ser un abogado, vehemente pero respetuoso, brillante y elocuente a mas no poder, su disertación sobre quienes fueron los culpables compartidos del horror de la guerra es de una fuerza épica. Son más de tres horas que pasan volando y aunque el tema por necesidad es duro y hasta desagradable la película es agradable de ver además de conmovedora, emotiva y reflexiva, nos crea todo un cúmulo de dudas sobre temas de los que creíamos estar muy seguros. En un siglo en el que el mundo parece regresar al triste modelo países buenos-países malos, gente buena-gente mala, amigos-o-enemigos, ideología antes que razonamiento y linchamiento y guerra antes siquiera de hablar, ésta es una película que nos regresa un poco a la cordura y la sensatez.
La escena: Maximilian Shell:
¿Es consciente de que la esterilización no fue inventada por el nazismo?, le leo… “…para evitar que nos veamos sumergidos en la incompetencia, es mejor para todo el mundo, si en lugar de ejecutar a los hijos de los degenerados por un crimen la sociedad puede impedir su propagación por medios médicos, tres generaciones de imbéciles es suficiente” (dictamen del tribunal supremo del estado de Virginia que respalda la esterilización, escrito por Oliver Wendell Holmes)
El momentazo: La defensa de Maximillian Schell cuando extiende la culpabilidad de los crímenes cometidos a muchos países y personajes y lo hace con maestría y elocuencia
La actuación: La de Maximillian Schell y la de Burt Lancaster y el contraste entre un abogado enérgico y vehemente y un acusado tranquilo, que tras estar callado toda la película cando habla es para poner los puntos sobre las “íes” y terminar con el asunto.
Una obra maestra de Stanley Kramer lograda principalmente por el espléndido y trabajadísimo guion y por una verdadera competencia de actuaciones de varios de los grandes, un Burt Lancaster que se despoja de todo su “americanismo” y se ve más alemán que los alemanes, que al principio no habla pero cuando empieza a hacerlo impone una autoridad que se palpa en el ambiente, su honradez descomunal desarma hasta a su brillantísimo abogado; un Richard Widmark cuya vehemencia como fiscal es la de un potro salvaje pero que además aporta ideas brillantes; un Spencer Tracy encarnando el dificilísimo papel de un juez sencillo y provinciano que desea ante todo hacer justicia en un momento claramente marcado por el interés por restañar las heridas del conflicto, su papel es hasta cierto punto trágico; que decir de un Montgomery Clift cuyo personaje conlleva el retraso mental; una Judy Garland que nos desgarra el alma o una Marlene Dietrich en ese papel ambiguo que tal bien interpretó siempre de victima-villana y, hay que decirlo, por encima de todos los monstruos un Maximillian Shell que aun joven se regala con una actuación que con total justicia le deparó el Oscar, su papel es el del abogado que debe defender con inteligencia, argumentos y hasta juicios morales a personajes que son claramente culpables de las acusaciones, su actuación es una clase maestra de lo que debería ser un abogado, vehemente pero respetuoso, brillante y elocuente a mas no poder, su disertación sobre quienes fueron los culpables compartidos del horror de la guerra es de una fuerza épica. Son más de tres horas que pasan volando y aunque el tema por necesidad es duro y hasta desagradable la película es agradable de ver además de conmovedora, emotiva y reflexiva, nos crea todo un cúmulo de dudas sobre temas de los que creíamos estar muy seguros. En un siglo en el que el mundo parece regresar al triste modelo países buenos-países malos, gente buena-gente mala, amigos-o-enemigos, ideología antes que razonamiento y linchamiento y guerra antes siquiera de hablar, ésta es una película que nos regresa un poco a la cordura y la sensatez.
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