Misión: imposible - Nación secreta
2015 

6.3
24,979
Acción. Thriller
Con la FMI disuelta y Ethan Hunt (Tom Cruise) abandonado a su suerte, el equipo tiene que enfrentarse contra el Sindicato, una red de agentes especiales altamente preparados y entrenados. Estos grupos están empeñados en crear un nuevo orden mundial mediante una serie de ataques terroristas cada vez más graves. Ethan reúne a su equipo y une sus fuerzas con la agente británica renegada Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), quien puede que sea o ... [+]
6 de agosto de 2015
6 de agosto de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo, mirando ahora y con posibilidad de equivocarme, que 'Misión Imposible' es una de las sagas más meritorias de la actualidad.
Una que, guiada por la mano maestra de su profeta Tom Cruise, ha logrado superar todo tipo de barreras de continuidad, ha descubierto a algunos de los talentos más desconocidos, ha echado abajo todas las ideas preconcebidas, y está bien lejos de dejar de dar guerra.
Para su ya quinta entrega (que se dice pronto) han elegido ir a por los malos.
'Misión Imposible: Nación Secreta' presenta a unos agentes implacables e invisibles: el Sindicato. Una, como bien se dice, nación entera de rebeldes, que significan el caos más absoluto, y que empiezan por sabotear la propia saga como aviso de a dónde llega su poder, en un mensaje tan inesperado como familiar que hasta coge a Ethan Hunt por sorpresa.
Nada que no se haya visto ya, pero sí con la suficiente adrenalina como para que no importe.
Tom Cruise no solo se juega el tipo: va a muerte con Ethan Hunt. Le convierte en patoso muñeco de hostias, en misterioso negociador, en galán carismático y en peonza de las circunstancias. No hay ni un solo puñetazo o caída que no parezcan doler, y solo por eso ya se lleva mi respeto, porque habría sido demasiado fácil ser el dueño de la saga también en pantalla, no solo en la sombra.
A su lado, Rebecca Ferguson exprime sus posibilidades como agente imprevisible, porque Tom Cruise sabe que si algo salvará a esta historia es una presencia magnética como la suya, salidas de piscina en bikini aparte. De hecho cuántos más minutos se lleva Benji, presentado ya como un soporte vital de Ethan Hunt, todo va aún más rodado.
Aparte, nada nuevo: el MI se va a pique, los agentes rebeldes proliferan y ya está el "orden normal" tocando las narices conque los agentes imposibles deben desaparecer, que ya vale de liarla de manera clandestina. Casi podría verse a esos espectadores que piensan que facturar una superproducción solidísima no es una forma de arte en esas voces, pero ahí esta Jeremy Renner con una sonrisa para defender la historia incluso en su parte más desagradecida, como es el politiqueo.
Por tocar las narices, casi diría que el villano es un mero remedo de otros mejores, pero no deja de tener sus buenos momentos y sus planes locos, aparte de si un villano logra hacerte creer que el protagonista está cogido por los huevos sin levantar ni un puño, ni que sea dos segundos, ya merece un respeto.
Como se puede ver, casi no menciono una historia, y es que no se necesita.
Solo hace falta un conjunto de escenas de acción espectaculares, tensas y, sobre todo, y el que creo que es su mayor fortaleza, VEROSÍMILES. Ninguna de ellas da la sensación de terminar sin haber salvado cada maldito obstáculo posible, y eso ya es virtud cuando la infografía podría haberlo hecho.
Pero hablo de espectáculo, y me olvido del más importante: el ver como una serie de fuerzas (actorales, director, dobles de acción) hacen el máximo de lo poco que tienen, y lo convierten en un mucho.
Si la saga de 'Misión Imposible' es meritoria probablemente sea porque se siguen jugando el tipo para que no falte ni un solo gramo de entretenimiento.
Y porque ahí, arriba, Ethan Hunt podría ser un muñeco bien disimulado y acoplado a un avión. Pero no, es Tom Cruise dándolo todo para el espectador, y ganándose la cara de asombro que pones.
Una que, guiada por la mano maestra de su profeta Tom Cruise, ha logrado superar todo tipo de barreras de continuidad, ha descubierto a algunos de los talentos más desconocidos, ha echado abajo todas las ideas preconcebidas, y está bien lejos de dejar de dar guerra.
Para su ya quinta entrega (que se dice pronto) han elegido ir a por los malos.
'Misión Imposible: Nación Secreta' presenta a unos agentes implacables e invisibles: el Sindicato. Una, como bien se dice, nación entera de rebeldes, que significan el caos más absoluto, y que empiezan por sabotear la propia saga como aviso de a dónde llega su poder, en un mensaje tan inesperado como familiar que hasta coge a Ethan Hunt por sorpresa.
Nada que no se haya visto ya, pero sí con la suficiente adrenalina como para que no importe.
Tom Cruise no solo se juega el tipo: va a muerte con Ethan Hunt. Le convierte en patoso muñeco de hostias, en misterioso negociador, en galán carismático y en peonza de las circunstancias. No hay ni un solo puñetazo o caída que no parezcan doler, y solo por eso ya se lleva mi respeto, porque habría sido demasiado fácil ser el dueño de la saga también en pantalla, no solo en la sombra.
A su lado, Rebecca Ferguson exprime sus posibilidades como agente imprevisible, porque Tom Cruise sabe que si algo salvará a esta historia es una presencia magnética como la suya, salidas de piscina en bikini aparte. De hecho cuántos más minutos se lleva Benji, presentado ya como un soporte vital de Ethan Hunt, todo va aún más rodado.
Aparte, nada nuevo: el MI se va a pique, los agentes rebeldes proliferan y ya está el "orden normal" tocando las narices conque los agentes imposibles deben desaparecer, que ya vale de liarla de manera clandestina. Casi podría verse a esos espectadores que piensan que facturar una superproducción solidísima no es una forma de arte en esas voces, pero ahí esta Jeremy Renner con una sonrisa para defender la historia incluso en su parte más desagradecida, como es el politiqueo.
Por tocar las narices, casi diría que el villano es un mero remedo de otros mejores, pero no deja de tener sus buenos momentos y sus planes locos, aparte de si un villano logra hacerte creer que el protagonista está cogido por los huevos sin levantar ni un puño, ni que sea dos segundos, ya merece un respeto.
Como se puede ver, casi no menciono una historia, y es que no se necesita.
Solo hace falta un conjunto de escenas de acción espectaculares, tensas y, sobre todo, y el que creo que es su mayor fortaleza, VEROSÍMILES. Ninguna de ellas da la sensación de terminar sin haber salvado cada maldito obstáculo posible, y eso ya es virtud cuando la infografía podría haberlo hecho.
Pero hablo de espectáculo, y me olvido del más importante: el ver como una serie de fuerzas (actorales, director, dobles de acción) hacen el máximo de lo poco que tienen, y lo convierten en un mucho.
Si la saga de 'Misión Imposible' es meritoria probablemente sea porque se siguen jugando el tipo para que no falte ni un solo gramo de entretenimiento.
Y porque ahí, arriba, Ethan Hunt podría ser un muñeco bien disimulado y acoplado a un avión. Pero no, es Tom Cruise dándolo todo para el espectador, y ganándose la cara de asombro que pones.
10 de agosto de 2015
10 de agosto de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno ve que se prolongan tanto las sagas de una franquicia, puede temer el agotamiento, el aburrimiento, incluso la desidia argumental y/o artística. Pero nada más lejos de la realidad, porque Tom Cruise, productor y dueño de los derechos de la serie televisiva “Misión Imposible” ha conseguido crear una dinámica de trabajo y unos equipos realmente efectivos. Ni James Bond, ni Jason Bourne, ni Cristo que lo fundó: Ethan Hunt es el nuevo y mejor Action Hero del cine, capaz de las más inverosímiles proezas. Ríete de todo lo que has visto hasta ahora, porque es una de las pocas veces que he sentido el vértigo leitmotiv de la serie, es decir, la mecha consumiéndose poco a poco y a punto de provocar algo que hay que evitar como sea.
Pero no esto no sólo se experimenta una vez, sino que desde que la película arranca, hasta el minuto 131 no hay casi un segundo de descanso: es un no parar, siguiendo la máxima de que una película debería empezar con una explosión, y de ahí ir subiendo. Pues agárrate, porque lo primero que vemos en la película es al agente Ethan Hunt agarrado a un Airbus A400 en pleno despegue. Bueno, mejor dicho, vemos a TOM CRUISE, porque ha sido él mismo quien ha hecho esa electrizante secuencia sin necesidad de especialistas ni dobles. Ahí queda eso, en plena forma. Bueno, pues después de este arranque… ¿es que nos pueden apabullar con algo más? Je, aún no has visto nada, porque la película es una frenética sucesión de acción, sin casi momento para tomarse un respiro. Un guión realmente bien trazado por el oscarizado Christopher McQuarrie (“Sospechosos Habituales”), que tras colaborar con Cruise en varias ocasiones (“Valkiria”, “Al filo del mañana”, “Jack Reacher”) parece haberle cogido la medida a la franquicia, optimizándola al máximo. Casi me alegro de no haberla visto en formato IMAX, porque si en una proyección normal ya se le sale a uno el corazón por la boca, no quiero ni pensar lo que tiene que ser verla en una pantalla de alta resolución…
Porque señores, es la mejor de toda la saga. Ni Brian de Palma, ni John Woo, ni siquiera J. J. Abrams –que ahora participa como productor- han conseguido un producto como este, que supera todo lo visto hasta ahora. En cuanto al bien elaborado argumento, sitúa a nuestra estrella protagonista en plena investigación de una peligrosísima organización secreta internacional compuesta por ex agentes secretos supuestamente fallecidos o desaparecidos en combate, llamada “El Sindicato”. El problema es que la burocracia del Gobierno de los Estados Unidos está un poquito hasta las narices de la heterodoxia de Hunt y su Fuerza de Misión Imposible a la hora de solucionar los problemas, así que quieren cerrarla, y cazar al susodicho Hunt para que no siga haciendo de las suyas…
Como suele decirse en cine, la historia arranca para el protagonista con “Lo peor de lo peor”, pero no debemos preocuparnos, porque Hunt es un hombre de recursos –de muchos recursos- y es capaz de enfrentarse con cualquier contingencia, por difícil o arriesgada que sea. Precisamente ahí es donde el McQuarrie, con muy mala leche, ha planteado secuencias realmente cardiacas, como el arranque ya citado con el Airbus, la persecución con las motos en Marruecos (seguramente la mejor que haya visto jamás en una película, así como suena…) y la secuencia acuática en la que el protagonista debe introducir una tarjeta cifrada con una autorización para otro miembro del equipo. Impresionante, electrizante, realmente bien logradas.
A la dirección y el guión efectivo e impecable, hay que sumar una factura ejemplar, grandiosa, bien realizada, y un protagonista que está en lo mejor de su carrera: en la misma cima, demostrando que no sólo sabe correr, pelear, montar en moto o tirarse a un tanque de agua a cientos de metros de altura, sino que encima encaja a la perfección con su equipo, tiene su corazoncito, y aún conserva intactas sus ganas de servir a la nación que le ha encargado luchar por la paz.
Si tuviéramos que sacarle algún defecto, quizás el personaje del malo malísimo –que aparece siempre en todo este tipo de películas- resulta algo maniqueo, de opereta, al igual que el personaje de Benjy (interpretado por Simon Pegg, que parece haberse especializado en este registro…) resulta demasiado cómico, demasiado simpático, obviamente el eslabón débil del equipo y si pasa algo, está claro que va a tocarle a él. Y otra cosa más: aunque la actriz sueca Rebecca Ferguson es realmente excelente, y borda su papel de espía capacitadísima, creo que su físico no es precisamente el adecuado, ya que en la tradición de este género (James Bond, etc.) las espías no solo son buenas y eficientes, sino que además son unas mujeres de infarto, capaces de seducir con una sonrisa y su belleza, o a las malas, con una patada o un puñetazo (que de eso lo despacha bastante bien esta chica).
Independientemente de las simpatías que uno pueda tener a Mr. Cruise y su ideología ciencióloga, hay que reconocer su afán de perfeccionismo a la hora de enfrentarse a otra de sus “creaciones”, superándose a sí mismo en todos los aspectos, y logrando un producto no solamente digno, sino realmente ejemplar dentro del género, dentro de la saga y dentro de la producción cinematográfica actual. No le doy un diez porque eso sólo se lo reservo a Kubrick, pero sí que le doy un ocho y medio. Con permiso de Fellini.
Pero no esto no sólo se experimenta una vez, sino que desde que la película arranca, hasta el minuto 131 no hay casi un segundo de descanso: es un no parar, siguiendo la máxima de que una película debería empezar con una explosión, y de ahí ir subiendo. Pues agárrate, porque lo primero que vemos en la película es al agente Ethan Hunt agarrado a un Airbus A400 en pleno despegue. Bueno, mejor dicho, vemos a TOM CRUISE, porque ha sido él mismo quien ha hecho esa electrizante secuencia sin necesidad de especialistas ni dobles. Ahí queda eso, en plena forma. Bueno, pues después de este arranque… ¿es que nos pueden apabullar con algo más? Je, aún no has visto nada, porque la película es una frenética sucesión de acción, sin casi momento para tomarse un respiro. Un guión realmente bien trazado por el oscarizado Christopher McQuarrie (“Sospechosos Habituales”), que tras colaborar con Cruise en varias ocasiones (“Valkiria”, “Al filo del mañana”, “Jack Reacher”) parece haberle cogido la medida a la franquicia, optimizándola al máximo. Casi me alegro de no haberla visto en formato IMAX, porque si en una proyección normal ya se le sale a uno el corazón por la boca, no quiero ni pensar lo que tiene que ser verla en una pantalla de alta resolución…
Porque señores, es la mejor de toda la saga. Ni Brian de Palma, ni John Woo, ni siquiera J. J. Abrams –que ahora participa como productor- han conseguido un producto como este, que supera todo lo visto hasta ahora. En cuanto al bien elaborado argumento, sitúa a nuestra estrella protagonista en plena investigación de una peligrosísima organización secreta internacional compuesta por ex agentes secretos supuestamente fallecidos o desaparecidos en combate, llamada “El Sindicato”. El problema es que la burocracia del Gobierno de los Estados Unidos está un poquito hasta las narices de la heterodoxia de Hunt y su Fuerza de Misión Imposible a la hora de solucionar los problemas, así que quieren cerrarla, y cazar al susodicho Hunt para que no siga haciendo de las suyas…
Como suele decirse en cine, la historia arranca para el protagonista con “Lo peor de lo peor”, pero no debemos preocuparnos, porque Hunt es un hombre de recursos –de muchos recursos- y es capaz de enfrentarse con cualquier contingencia, por difícil o arriesgada que sea. Precisamente ahí es donde el McQuarrie, con muy mala leche, ha planteado secuencias realmente cardiacas, como el arranque ya citado con el Airbus, la persecución con las motos en Marruecos (seguramente la mejor que haya visto jamás en una película, así como suena…) y la secuencia acuática en la que el protagonista debe introducir una tarjeta cifrada con una autorización para otro miembro del equipo. Impresionante, electrizante, realmente bien logradas.
A la dirección y el guión efectivo e impecable, hay que sumar una factura ejemplar, grandiosa, bien realizada, y un protagonista que está en lo mejor de su carrera: en la misma cima, demostrando que no sólo sabe correr, pelear, montar en moto o tirarse a un tanque de agua a cientos de metros de altura, sino que encima encaja a la perfección con su equipo, tiene su corazoncito, y aún conserva intactas sus ganas de servir a la nación que le ha encargado luchar por la paz.
Si tuviéramos que sacarle algún defecto, quizás el personaje del malo malísimo –que aparece siempre en todo este tipo de películas- resulta algo maniqueo, de opereta, al igual que el personaje de Benjy (interpretado por Simon Pegg, que parece haberse especializado en este registro…) resulta demasiado cómico, demasiado simpático, obviamente el eslabón débil del equipo y si pasa algo, está claro que va a tocarle a él. Y otra cosa más: aunque la actriz sueca Rebecca Ferguson es realmente excelente, y borda su papel de espía capacitadísima, creo que su físico no es precisamente el adecuado, ya que en la tradición de este género (James Bond, etc.) las espías no solo son buenas y eficientes, sino que además son unas mujeres de infarto, capaces de seducir con una sonrisa y su belleza, o a las malas, con una patada o un puñetazo (que de eso lo despacha bastante bien esta chica).
Independientemente de las simpatías que uno pueda tener a Mr. Cruise y su ideología ciencióloga, hay que reconocer su afán de perfeccionismo a la hora de enfrentarse a otra de sus “creaciones”, superándose a sí mismo en todos los aspectos, y logrando un producto no solamente digno, sino realmente ejemplar dentro del género, dentro de la saga y dentro de la producción cinematográfica actual. No le doy un diez porque eso sólo se lo reservo a Kubrick, pero sí que le doy un ocho y medio. Con permiso de Fellini.
12 de agosto de 2015
12 de agosto de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se podría decir que 'Misión Imposible: Nación Secreta' es un juego de espías brutal. Una trama en la que Bond encajaría perfectamente. La película es un non-stop de principio a fin. Para mi, la peli del verano. Trepidante y un producto de entretenimiento de calidad.
Cruise sigue por el buen camino en su filmografía. Rebeca Ferguson se pone al nivel de Charlize Theron en Mad Max: Fury Road, con un papel femenino fuerte. Sean Harris da un villano inquietante. Y los habituales, Simon Pegg, Ving Rhames y Jeremy Renner, bien llevados como siempre, donde Pegg pone el humor.
La dirección de Christopher Mcquarrie me ha gustado mucho, planos muy espectaculares y escenas de acción muy bien rodadas. La parte de la opera de Viena es excelente, todo va como un reloj. La persecución en moto bestial, deja a la de la 2 a la altura del betún.
Gran pelicula de acción y espionaje, la saga va in crecendo y Nación Secreta es mi favorita de la saga, no te vayas nunca Tom.
8,5/10
Cruise sigue por el buen camino en su filmografía. Rebeca Ferguson se pone al nivel de Charlize Theron en Mad Max: Fury Road, con un papel femenino fuerte. Sean Harris da un villano inquietante. Y los habituales, Simon Pegg, Ving Rhames y Jeremy Renner, bien llevados como siempre, donde Pegg pone el humor.
La dirección de Christopher Mcquarrie me ha gustado mucho, planos muy espectaculares y escenas de acción muy bien rodadas. La parte de la opera de Viena es excelente, todo va como un reloj. La persecución en moto bestial, deja a la de la 2 a la altura del betún.
Gran pelicula de acción y espionaje, la saga va in crecendo y Nación Secreta es mi favorita de la saga, no te vayas nunca Tom.
8,5/10
18 de agosto de 2015
18 de agosto de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo en un pedestal las entregas impares de la saga así que la asignación de Christopher McQuarrie como director de la quinta entrega de la saga me hacía desconfiar. Debo de ser un bicho raro, pero ‘Jack Reacher’ me pareció muy del montón y no conseguí conectar con aquella película de Cruise.
Pero, mientras que en ‘Jack Reacher’ solo veía fallos, en ‘Misión imposible: Nación secreta’ solo soy capaz de ver aciertos. Empezaremos por decir que es mucho más entretenida, inteligente, divertida y espectacular que su predecesora. Además, ‘Protocolo Fantasma’ adolecía de tener un villano con carisma (nunca me cuadró Michael Nyqvist) y aquí, aunque no goza de muchos minutos, Sean Harris está a la altura de las expectativas gracias al magnífico guión que se han currado Christopher McQuarrie y Drew Pearce. Ojito a los toques humanos (se cansa, le duele, no puede hacer ALGO) que le han dado a Hunt en esta entrega.
Dentro del esquema que más o menos siguen todas las películas de la saga (introducción, acción, robo, más acción) el guión consigue sorprender en más de una ocasión. Ya en la escena inicial, ver a Tom Cruise colgado del avión resulta bastante espectacular, pero la película consigue atarme al asiento en la escena del robo con las secuencias del tanque de agua.
McQuarrie no se olvida de los homenajes, volviendo a dar un pequeño papel a las caretas y los aparatos de última tecnología, creando una misión muy completa. Una película que engancha, resulta atractiva y novedosa (repito: dentro de su estructura).
‘Misión imposible: Nación secreta’ ha resultado ser una grata sorpresa que mantiene en plena forma la saga de un Tom Cruise al que no se le nota ningún tipo de cansancio.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com
Pero, mientras que en ‘Jack Reacher’ solo veía fallos, en ‘Misión imposible: Nación secreta’ solo soy capaz de ver aciertos. Empezaremos por decir que es mucho más entretenida, inteligente, divertida y espectacular que su predecesora. Además, ‘Protocolo Fantasma’ adolecía de tener un villano con carisma (nunca me cuadró Michael Nyqvist) y aquí, aunque no goza de muchos minutos, Sean Harris está a la altura de las expectativas gracias al magnífico guión que se han currado Christopher McQuarrie y Drew Pearce. Ojito a los toques humanos (se cansa, le duele, no puede hacer ALGO) que le han dado a Hunt en esta entrega.
Dentro del esquema que más o menos siguen todas las películas de la saga (introducción, acción, robo, más acción) el guión consigue sorprender en más de una ocasión. Ya en la escena inicial, ver a Tom Cruise colgado del avión resulta bastante espectacular, pero la película consigue atarme al asiento en la escena del robo con las secuencias del tanque de agua.
McQuarrie no se olvida de los homenajes, volviendo a dar un pequeño papel a las caretas y los aparatos de última tecnología, creando una misión muy completa. Una película que engancha, resulta atractiva y novedosa (repito: dentro de su estructura).
‘Misión imposible: Nación secreta’ ha resultado ser una grata sorpresa que mantiene en plena forma la saga de un Tom Cruise al que no se le nota ningún tipo de cansancio.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com
21 de agosto de 2015
21 de agosto de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi veinte años han pasado desde que Tom Cruise se pusiera por primera vez en la piel del agente del FMI Ethan Hunt a las órdenes de Brian de Palma en ‘Misión Imposible’ (1996), adaptando así la estupenda y exitosa serie de los años 60/70 creada por Bruce Geller; algo que no ha frenado ni un ápice, sino todo lo contrario, las ganas recreativas y creativas de la saga de espionajes e inteligencias mundiales. La quinta entrega de la franquicia, ‘Misión imposible: Nación secreta’, está dirigida y escrita por Christopher McQuarrie (ganador del Oscar por el guion de ‘Sospechosos habituales’) quien completa su cuarta colaboración con el actor y productor Tom Cruise tras dirigirlo en ‘Jack Reacher’ y coescribir los guiones de los films ‘Valkyria’ y ‘Al filo del mañana’.
Tras la estupenda cuarta entrega de la saga dirigida por Brad Bird, Christopher McQuarrie mantiene la elevada tensión de sus set pieces y confecciona un surtido de grandes localizaciones (Viena, Casablanca, Londres…) y secuencias (en avión, el teatro, submarinismo en apnea, o persecuciones en moto o coche). Algo que mantiene al espectador interesado en la trama desde el minuto 1 al 131. A través de la maravillosa melodía creada Lalo Schifrin aunque ahora sin mecha que prender y con el magnífico trabajo de McQuarrie tanto en la filmación como con la escritura del guion (adaptado de la historia ideada por él mismo y Drew Pearce), contemplamos cómo la esencia lúdica del film está casi más presente que nunca dando al espectador un pasatiempo que lo eleva a las máximas cotas de diversión.
En ‘Misión imposible: Nación secreta’ el FMI será disuelto dada la insistencia de la C.I.A. (capitaneada por Alec Baldwin) en destacar su aleatoriedad y riesgo operacional. Algo que no evita los merecimientos por las misiones satisfactoriamente completadas. Dicha disolución coincide con la investigación que Ethan Hunt empieza a desarrollar sobre una oscura sociedad secreta llamada el Sindicato y liderada por un intrigante hombre misterioso. Hunt no sólo es abandonado a su suerte sino que empieza a ser buscado también por la C.I.A. algo con lo que el gran agente en la piel de un maduro Tom Cruise trata de evitar. Desde la más oscura discreción, el grupo compuesto por Benji (Simon Pegg), Brandt (Jeremmy Renner) y Luther (Ving Rhames) comienza a desentramar las oscuras intenciones del Sindicato gracias a la colaboración de una atractiva y peligrosa mujer: Ilsa Faust (Rebecca Ferguson).
Esta quinta entrega del grupo hace honores a su nombre y realiza operaciones a cada cual más increíble, dando pleno sentido a la famosa frase circense del “más difícil todavía”. Si pensaban que todo estaba visto, estaban equivocados: La película evita hasta el más mínimo pestañeo por parte del espectador, al menos si quiere evitar perderse algo en esta frenética nueva entrega. Acción que palpa lo desmedido pero que provoca la admiración y hasta la envidia más adolescente, pero que no elimina la presencia de un trabajado guion que realiza la cuadratura del círculo hilando muy muy fino.
Tom Cruise, maestro de la función, demuestra una vez más ser un auténtico monstruo del cine, no ya por ser un memorable actor de método, sino por concebir su existencia como parte del entertainment. El actor a sus 53 años no rehúye las escenas de acción y protagoniza el rodaje de incluso las secuencias más arriesgadas (la del avión por ejemplo), involucrándose por completo en el proyecto y en su personaje (no olvidemos que además es productor de la misma). Interpretativamente el film tiene en la presencia de Baldwin como un nuevo punto de apoyo, además de los miembros más habituales. El descubrimiento del film es Rebecca Ferguson, actriz británica de orígenes suecos que despliega en pantalla todas sus habilidades como femme fatale, rebelando una química y una tensión sexual con Cruise muy interesante.
El diseño de producción es magnífico, pleno de glamour y atractivo, recorriendo durante su visionado varios de los rincones más llamativos de ciudades como Viena (y su magnífico teatro en la manida obra de Turandot de Puccini, en claro homenaje a Hitchcock y su ‘El hombre que sabía demasiado’), Casablanca, Londres o París. La fotografía de Robert Elswit es la adecuada para la cinta de la que hablamos, no eximiéndose de ubicaciones y planos arriesgados según las situaciones presentadas, y por supuesto la activa banda sonora de Joe Kraemer (habitual colaborador de McQuarrie) contiene el identificativo tema, y a la postre seña de identidad, de Lalo Schifrin.
‘Misión imposible: Nación secreta’ constituye uno de los films más tractivos y entretenidos de la actual cartelera veraniega. No duden en dejarse seducir por sus múltiples atractivos.
Lo mejor: Ritmo y diversión a raudales. Tom Cruise y Rebecca Ferguson.
Lo peor: Sabemos cómo va a terminar.
Valoración:
Banda sonora: 7
Fotografía: 7
Interpretación: 6,5
Dirección: 7,5
Guion: 7,5
Satisfacción: 8
NOTA FINAL: 7,25
@hilodeseda - www.habladecine.com
Tras la estupenda cuarta entrega de la saga dirigida por Brad Bird, Christopher McQuarrie mantiene la elevada tensión de sus set pieces y confecciona un surtido de grandes localizaciones (Viena, Casablanca, Londres…) y secuencias (en avión, el teatro, submarinismo en apnea, o persecuciones en moto o coche). Algo que mantiene al espectador interesado en la trama desde el minuto 1 al 131. A través de la maravillosa melodía creada Lalo Schifrin aunque ahora sin mecha que prender y con el magnífico trabajo de McQuarrie tanto en la filmación como con la escritura del guion (adaptado de la historia ideada por él mismo y Drew Pearce), contemplamos cómo la esencia lúdica del film está casi más presente que nunca dando al espectador un pasatiempo que lo eleva a las máximas cotas de diversión.
En ‘Misión imposible: Nación secreta’ el FMI será disuelto dada la insistencia de la C.I.A. (capitaneada por Alec Baldwin) en destacar su aleatoriedad y riesgo operacional. Algo que no evita los merecimientos por las misiones satisfactoriamente completadas. Dicha disolución coincide con la investigación que Ethan Hunt empieza a desarrollar sobre una oscura sociedad secreta llamada el Sindicato y liderada por un intrigante hombre misterioso. Hunt no sólo es abandonado a su suerte sino que empieza a ser buscado también por la C.I.A. algo con lo que el gran agente en la piel de un maduro Tom Cruise trata de evitar. Desde la más oscura discreción, el grupo compuesto por Benji (Simon Pegg), Brandt (Jeremmy Renner) y Luther (Ving Rhames) comienza a desentramar las oscuras intenciones del Sindicato gracias a la colaboración de una atractiva y peligrosa mujer: Ilsa Faust (Rebecca Ferguson).
Esta quinta entrega del grupo hace honores a su nombre y realiza operaciones a cada cual más increíble, dando pleno sentido a la famosa frase circense del “más difícil todavía”. Si pensaban que todo estaba visto, estaban equivocados: La película evita hasta el más mínimo pestañeo por parte del espectador, al menos si quiere evitar perderse algo en esta frenética nueva entrega. Acción que palpa lo desmedido pero que provoca la admiración y hasta la envidia más adolescente, pero que no elimina la presencia de un trabajado guion que realiza la cuadratura del círculo hilando muy muy fino.
Tom Cruise, maestro de la función, demuestra una vez más ser un auténtico monstruo del cine, no ya por ser un memorable actor de método, sino por concebir su existencia como parte del entertainment. El actor a sus 53 años no rehúye las escenas de acción y protagoniza el rodaje de incluso las secuencias más arriesgadas (la del avión por ejemplo), involucrándose por completo en el proyecto y en su personaje (no olvidemos que además es productor de la misma). Interpretativamente el film tiene en la presencia de Baldwin como un nuevo punto de apoyo, además de los miembros más habituales. El descubrimiento del film es Rebecca Ferguson, actriz británica de orígenes suecos que despliega en pantalla todas sus habilidades como femme fatale, rebelando una química y una tensión sexual con Cruise muy interesante.
El diseño de producción es magnífico, pleno de glamour y atractivo, recorriendo durante su visionado varios de los rincones más llamativos de ciudades como Viena (y su magnífico teatro en la manida obra de Turandot de Puccini, en claro homenaje a Hitchcock y su ‘El hombre que sabía demasiado’), Casablanca, Londres o París. La fotografía de Robert Elswit es la adecuada para la cinta de la que hablamos, no eximiéndose de ubicaciones y planos arriesgados según las situaciones presentadas, y por supuesto la activa banda sonora de Joe Kraemer (habitual colaborador de McQuarrie) contiene el identificativo tema, y a la postre seña de identidad, de Lalo Schifrin.
‘Misión imposible: Nación secreta’ constituye uno de los films más tractivos y entretenidos de la actual cartelera veraniega. No duden en dejarse seducir por sus múltiples atractivos.
Lo mejor: Ritmo y diversión a raudales. Tom Cruise y Rebecca Ferguson.
Lo peor: Sabemos cómo va a terminar.
Valoración:
Banda sonora: 7
Fotografía: 7
Interpretación: 6,5
Dirección: 7,5
Guion: 7,5
Satisfacción: 8
NOTA FINAL: 7,25
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