El asesinato de Richard Nixon
2004 

6.3
5,878
28 de julio de 2008
28 de julio de 2008
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Muy triste y decandente. Un oscuro relato de la sociedad americana basado en hechos reales.
Sean Penn vuelve a demostrar que es uno de los mejores actores, si no el mejor, de la actualidad. Su retrato de la decadencia de Sam Bicke, un aspirante a vendedor provinciano con problemas familiares y sociales, es un alarde de credibilidad.
La película es inquietante hasta el límite, pasando malos ratos al temer por la integridad física de Sam y de los que le rodean. Esto no puede significar otra cosa que la de sentir profundamente el sórdido ambiente provocado por la mirada de Penn, una complicidad total del espectador.
No sé hasta que punto Niels Mueller tiene que ver con que esta película sea tan íntegra, pero desde este momento entra a formar parte de los directores a seguir. Lo que sí está claro es el excepcional estado de forma de Sean Penn: él solo llena la pantalla.
Sean Penn vuelve a demostrar que es uno de los mejores actores, si no el mejor, de la actualidad. Su retrato de la decadencia de Sam Bicke, un aspirante a vendedor provinciano con problemas familiares y sociales, es un alarde de credibilidad.
La película es inquietante hasta el límite, pasando malos ratos al temer por la integridad física de Sam y de los que le rodean. Esto no puede significar otra cosa que la de sentir profundamente el sórdido ambiente provocado por la mirada de Penn, una complicidad total del espectador.
No sé hasta que punto Niels Mueller tiene que ver con que esta película sea tan íntegra, pero desde este momento entra a formar parte de los directores a seguir. Lo que sí está claro es el excepcional estado de forma de Sean Penn: él solo llena la pantalla.
27 de diciembre de 2008
27 de diciembre de 2008
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Las últimas dos películas que he visto protagonizadas por Sean Penn, Todos los hombres del rey y la presente, podrían merecer una crítica conjunta. Me pasa con las dos lo mismo. Alabo enormemente la interpretación de Penn, pero dentro de un conjunto que no despierta mucho interés en el espectador.
El asesinato de Richard Nixon tiene un título engañoso. No esperaba un film sobre conspiraciones, pero tampoco lo que me encontré. Lo que esta película nos cuenta es la historia de un don nadie al que sus constantes fracasos, tanto personales como profesionales, terminan llevándolo al desequilibrio emocional y mental. Es el descenso a los infiernos de un hombre cualquiera, y que cree que son las altas esferas las que conspiran para que fracase. Quiere ser un héroe, pero escoge un mal camino para serlo.
Todo ello se nos cuenta con un tono sombrío, extremadamente triste, acompañado de una austeridad técnica que casi raya la pobreza. El ritmo es lento, pero va acumulando tensión hasta un final tan contenido como el resto del film, pero donde comprendemos las verdaderas motivaciones del personaje. Como ya hemos dicho, un Sean Penn magnífico en una película que demuestra estilo, pero que no seduce al espectador. Todo es formalmente correcto, pero falta corazón. Interesante a ratos.
El asesinato de Richard Nixon tiene un título engañoso. No esperaba un film sobre conspiraciones, pero tampoco lo que me encontré. Lo que esta película nos cuenta es la historia de un don nadie al que sus constantes fracasos, tanto personales como profesionales, terminan llevándolo al desequilibrio emocional y mental. Es el descenso a los infiernos de un hombre cualquiera, y que cree que son las altas esferas las que conspiran para que fracase. Quiere ser un héroe, pero escoge un mal camino para serlo.
Todo ello se nos cuenta con un tono sombrío, extremadamente triste, acompañado de una austeridad técnica que casi raya la pobreza. El ritmo es lento, pero va acumulando tensión hasta un final tan contenido como el resto del film, pero donde comprendemos las verdaderas motivaciones del personaje. Como ya hemos dicho, un Sean Penn magnífico en una película que demuestra estilo, pero que no seduce al espectador. Todo es formalmente correcto, pero falta corazón. Interesante a ratos.
21 de marzo de 2011
21 de marzo de 2011
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No es una película de suspense o política, sino un verdadero drama; muchos de los que acuden a ella quedan sorprendidos, e incluso decepcionados, por entregárseles algo distinto de lo que esperaban. Sean Penn encarna a un verdadero incompetente, un hombre incapaz de triunfar en cualquier sociedad moderna y menos aún en aquella que glorifica al triunfador y ninguna al fracasado. Como profesional es ingenuo y apocado, un vendedor de muebles sin persuasión alguna que no logra adoctrinarse ni con las enseñanzas de su jefe ni con rutinarios manuales de técnicas de venta. Como marido es ridículo, fue afortunado una vez por casarse con Naomi Watts y hoy resulta ilusorio lograr una reconciliación por mucho que él la mendigue. Apenas tiene amigos o vida social, si acaso Don Cheadle, un negro que acepta resignadamente su malvivir. Y por supuesto, sin sensibilidad suficiente para poder apreciar algo que vaya más allá de una vida puramente material.
Pero este hombre desgraciado ha oído campanas sobre el sueño americano y la armonía universal, y fantasea sobre proyectos ilusorios olvidando que no tiene posibilidades de encaramarse a ellos. Poco a poco despierta de esos sueños para caer en pesadillas: No es él el culpable de su fracaso, sino la sociedad que no lo integra. Por eso planea el magnicidio de una de las figuras señeras de ella.
Inspirada en hechos reales, toda la película no es más que ese progresivo deterioro del protagonista, no a la manera de " Taxi Driver", sino narrada con mucho más recogimiento y parsimonia. Apenas tiene acción como tal, ya que los monólogos desbarrados de Sean Penn constituye una parte importante de la misma, y quizás esto reste algo de vigor; su miserable vida bastaba y sobraba para hacerlo enloquecer, y resultan mucho más amenas y explicativas las secuencias que muestran a Sean Penn intentando abrirse al mundo que despotricando contra él ( aunque no le otorguen tanto lucimiento como actor) . Quizás el ritmo se vea igualmente ralentizado a causa de ello, pero la película me gusta por forma tan cruel y sincera con que aborda el asunto.
La historia la pueblan pocos y distintos individuos, en su mayoría pobres diablos que no pueden hacer otra cosa más allá de sobrevivir, esforzándose por lograrlo. Y el magnicida no es mejor que todos ellos, es simplemente más frágil. No por ello se convierte en alguien sensible, sino en un débil. Y ya sabemos el daño que pueden causar los hombres débiles.
Una verdadera pintura negra de un director del que no he vuelto a tener noticias, y cuya sonora producción daba a entender un producto bien distinto del que resultó. Sacada a flote por el propio Sean Penn a la búsqueda de un papel mayúsculo- prácticamente no hay escena en que no aparezca- tuvo problemas por coincidencia con el 11-S y fue postergado su rodaje. Esta expectación no favoreció en nada a a la película, que pasó sin hacer mucho ruido. A sabiendas de lo que se va a ver, resulta una película muy interesante.
Pero este hombre desgraciado ha oído campanas sobre el sueño americano y la armonía universal, y fantasea sobre proyectos ilusorios olvidando que no tiene posibilidades de encaramarse a ellos. Poco a poco despierta de esos sueños para caer en pesadillas: No es él el culpable de su fracaso, sino la sociedad que no lo integra. Por eso planea el magnicidio de una de las figuras señeras de ella.
Inspirada en hechos reales, toda la película no es más que ese progresivo deterioro del protagonista, no a la manera de " Taxi Driver", sino narrada con mucho más recogimiento y parsimonia. Apenas tiene acción como tal, ya que los monólogos desbarrados de Sean Penn constituye una parte importante de la misma, y quizás esto reste algo de vigor; su miserable vida bastaba y sobraba para hacerlo enloquecer, y resultan mucho más amenas y explicativas las secuencias que muestran a Sean Penn intentando abrirse al mundo que despotricando contra él ( aunque no le otorguen tanto lucimiento como actor) . Quizás el ritmo se vea igualmente ralentizado a causa de ello, pero la película me gusta por forma tan cruel y sincera con que aborda el asunto.
La historia la pueblan pocos y distintos individuos, en su mayoría pobres diablos que no pueden hacer otra cosa más allá de sobrevivir, esforzándose por lograrlo. Y el magnicida no es mejor que todos ellos, es simplemente más frágil. No por ello se convierte en alguien sensible, sino en un débil. Y ya sabemos el daño que pueden causar los hombres débiles.
Una verdadera pintura negra de un director del que no he vuelto a tener noticias, y cuya sonora producción daba a entender un producto bien distinto del que resultó. Sacada a flote por el propio Sean Penn a la búsqueda de un papel mayúsculo- prácticamente no hay escena en que no aparezca- tuvo problemas por coincidencia con el 11-S y fue postergado su rodaje. Esta expectación no favoreció en nada a a la película, que pasó sin hacer mucho ruido. A sabiendas de lo que se va a ver, resulta una película muy interesante.
27 de junio de 2011
27 de junio de 2011
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Una extraordinaria actuación de Sean Penn, tan creíble en su personaje que cansa, cansa la vida que interpreta, cansa ser el pobre diablo que hace de todo un problema de vida.
La historia se desarrolla de forma tal que pareciera no llevara a ningún lado, lo que hace a un más grande el desenlace, pero esto ocurre debido a que el director maneja acertadamente el ritmo de la historia, la cual se desarrolla descansando en la vida del personaje.
Es de esas películas que aun cuando finaliza no termina, te deja sinsabores, dudas cuestionamientos, te hace pensar en los hubiera, en los porqués que justifican para algunos tantas cosas.
Basada en hechos reales, no ocurre lo que suele ocurrir con películas donde se sabe el final, no se puede considerar de esos filmes obvios que se esfuerzan en el gasto de recursos economicos para intentar sorprender o darle vida a una historia que de antemano se conoce. Aquí el director, acompañado del magnifico trabajo de Sean Penn logra desviar intencionalmente nuestra atención de la historia para mostrarnos más al ser humano dañado en su interior que logra realizar acontecimientos tales.
Muy recomendable, sobre todo por el trabajo de Penn que logra producir sentimientos hasta el hartazgo. El director logra en este film casi un monologo teatral.
La historia se desarrolla de forma tal que pareciera no llevara a ningún lado, lo que hace a un más grande el desenlace, pero esto ocurre debido a que el director maneja acertadamente el ritmo de la historia, la cual se desarrolla descansando en la vida del personaje.
Es de esas películas que aun cuando finaliza no termina, te deja sinsabores, dudas cuestionamientos, te hace pensar en los hubiera, en los porqués que justifican para algunos tantas cosas.
Basada en hechos reales, no ocurre lo que suele ocurrir con películas donde se sabe el final, no se puede considerar de esos filmes obvios que se esfuerzan en el gasto de recursos economicos para intentar sorprender o darle vida a una historia que de antemano se conoce. Aquí el director, acompañado del magnifico trabajo de Sean Penn logra desviar intencionalmente nuestra atención de la historia para mostrarnos más al ser humano dañado en su interior que logra realizar acontecimientos tales.
Muy recomendable, sobre todo por el trabajo de Penn que logra producir sentimientos hasta el hartazgo. El director logra en este film casi un monologo teatral.
10 de febrero de 2012
10 de febrero de 2012
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La historia de un hombre mediocre en la decada de los 70, cuya insulsa vida encadena fracaso tras fracaso, hasta llevarle a tomar una decisión absurda y extrema.
Se trata de una película con tufillo a cine independiente, con largos planos sin diálogo, poquísimos personajes y un argumento un tanto previsible y con muy poca enjundia.
Pero claro, aquí están Sean Penn y Naomi Watts (que ya trabajaron juntos en la buena "21 gramos") para salvar los platos. Este estupendo actor nos brinda algunos momentos de excelencia en la interpretación de su papel, pues da vida a un hombre desencantado y desesperado. Así que un film mediocre consigue llegar al aprobado gracias a sus intérpretes principales, y poco más se puede decir.
Se trata de una película con tufillo a cine independiente, con largos planos sin diálogo, poquísimos personajes y un argumento un tanto previsible y con muy poca enjundia.
Pero claro, aquí están Sean Penn y Naomi Watts (que ya trabajaron juntos en la buena "21 gramos") para salvar los platos. Este estupendo actor nos brinda algunos momentos de excelencia en la interpretación de su papel, pues da vida a un hombre desencantado y desesperado. Así que un film mediocre consigue llegar al aprobado gracias a sus intérpretes principales, y poco más se puede decir.
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