Vivir y morir en Los Ángeles
1985 

6.6
2,713
2 de mayo de 2025
2 de mayo de 2025
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El director de The French Connection (1971) realizaba un nuevo ejercicio de puro estilo cinematográfico. Una película con aura de los 80’s pero registros de los 70’s, que se siente más como un estado de ánimo que como una historia. Con personajes grises, sin vínculos afectivos, movidos por intereses, sin posibilidad de redención, dispuestos a ir a contra dirección para imponer su ley. Un director en estado de gracia que no le temía a nada para realizar uno de los retratos más francos pero también más ensoñados de bajos fondos y justicieros imperfectos en la ciudad de Los Ángeles.
Friedkin traslada a la pantalla la testosterónica y caótica vida del agente secreto protagonista (alguien desubicado, sin tiempo ni espacio propios) situándolo en carreteras, lugares de paso, no lugares… apostando por colores primarios, suciedad en el tratamiento fotográfico y oscuridad en las escenas nocturnas. Como no podía ser de otra manera, vuelve a dominar la planificación y el montaje en las escenas de acción, con un uso de los espacios y la fisicidad en los enfrentamientos y persecuciones que transmiten puro realismo, puro dinamismo en el manejo de la cámara y la alternancia entre puntos de vista.
Cabe destacar la importancia de la banda sonora, tanto en los momentos más funcionales como en las escenas de acción, estas últimas dotándolas de un pulso vertiginoso; sin olvidar los maravillosos montajes rítmicos en la fabricación de billetes, auténticas piezas audiovisuales riquísimas artísticamente.
@laquimeracultural
Friedkin traslada a la pantalla la testosterónica y caótica vida del agente secreto protagonista (alguien desubicado, sin tiempo ni espacio propios) situándolo en carreteras, lugares de paso, no lugares… apostando por colores primarios, suciedad en el tratamiento fotográfico y oscuridad en las escenas nocturnas. Como no podía ser de otra manera, vuelve a dominar la planificación y el montaje en las escenas de acción, con un uso de los espacios y la fisicidad en los enfrentamientos y persecuciones que transmiten puro realismo, puro dinamismo en el manejo de la cámara y la alternancia entre puntos de vista.
Cabe destacar la importancia de la banda sonora, tanto en los momentos más funcionales como en las escenas de acción, estas últimas dotándolas de un pulso vertiginoso; sin olvidar los maravillosos montajes rítmicos en la fabricación de billetes, auténticas piezas audiovisuales riquísimas artísticamente.
@laquimeracultural
7 de febrero de 2012
7 de febrero de 2012
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aparece por aquí el joven desconocido por aquel entonces y ahora Grissom de C.S.I interpretando un papel protagonista. La historia tiene un buen comienzo, con base de historia tradicional policíaca, bien conducida. Mantiene el interés con cada una de las tramas que van surgiendo y dando sentido al conjunto. Pero finalmente entre los diferentes giros arguméntales, conduce la historia a un camino sin retorno...Demostrando que no siempre el camino del bien, es el mas sencillo.
8 de marzo de 2023
8 de marzo de 2023
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un thriller bastante básico para vivir la furia del 'bacile' policial de los años ochenta. No es que esté mal hecha, ni mucho menos, ni que le falten cosas, que quizá le falten, es que no tiene nada que la diferencie de todas las demás idénticas, o muy parecidas.
Mucha música ochentera, mucha coreografía de videoclips, pero a la cinta le falta sustancia, entidad, contenido y profundidad.
Los personajes están demasiado caricaturizados, demasiado simples, planos, sin pasado ni esperanzas. Sin pretensiones.
Y eso que tiene actores decentes: William Petersen es el policía, Willem Dafoe, el malo, John Pankow el compañero del policía, Debra Feuer la chica del malo, y John Turturro el pringado que acaba en prisión.
Visualmente es atrayente, pero es una cinta repetida una y mil veces, de las que hay decenas mejores, más oscuras y mejor dotadas.
La música además es excesivamente intrusiva, no deja ni siquiera espacio para que los diálogos se escuchen adecuadamente.
Se deja ver, tiene momentos interesantes, pero es una película muy vista.
Mucha música ochentera, mucha coreografía de videoclips, pero a la cinta le falta sustancia, entidad, contenido y profundidad.
Los personajes están demasiado caricaturizados, demasiado simples, planos, sin pasado ni esperanzas. Sin pretensiones.
Y eso que tiene actores decentes: William Petersen es el policía, Willem Dafoe, el malo, John Pankow el compañero del policía, Debra Feuer la chica del malo, y John Turturro el pringado que acaba en prisión.
Visualmente es atrayente, pero es una cinta repetida una y mil veces, de las que hay decenas mejores, más oscuras y mejor dotadas.
La música además es excesivamente intrusiva, no deja ni siquiera espacio para que los diálogos se escuchen adecuadamente.
Se deja ver, tiene momentos interesantes, pero es una película muy vista.
2 de junio de 2006
2 de junio de 2006
9 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Disiento completamente de las dos críticas anteriores, es una película plagada de tópicos: los bueno muy buenos, los malos muy malos, los dos compañeros uno a punto de retirarse y otro jovencito que le hace un regalo de despedida (todos sabemos como continúa la historia), la música y la estética del filme es de demasiado ochentera (especialmente chirría la música que suena fuera de lugar durante toda la película, como sí estuviera metida con calzador), lo único reseñable una escena de persecución bastante interesante y un final algo más arriesgado de lo esperado... que pena, esperaba bastante más de Friedkin.
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