Como tal, está bien. Hay películas "mucho peores", en el sentido, de más antinazis, pero para un 1941 esta película se considero 100% antinazi (anteriormente, se había mostrado alemanes buenos y malos, o quizás simplemente soldados alemanes, nada más), pero aquí se muestra la brutalidad nazi, tuvieron que quitar la tortura, aunque lo dejaron en la imaginación de los espectadores intuyéndolo.

Por aquel entonces EE.UU estaba en la posición de neutral, y esta película tuvo mucha controversia, ya que daba pie a que EE.UU. se uniera a favor de Reino Unido para ir contra Alemania, y bueno, supongo que con esta película y más que se rodaron en su día, supongo que algo influyeron, sobre todo al público.

Vemos a una Joan Bennett, con un papel que quizás no le pega mucho y donde tampoco tiene mucha importancia en la película, pero un romance en las películas hace que sea de "todos los públicos".

Una auténtica obra maestra de cine negro con un argumento de lo más atrevido y original para la época.

Un guion soberbio perfectamente desarrollado que te mete en la trama con un tensión, inteligencia y drama.

Descubrí a este gran actor que fue Walter Pidgeon en esta película. Luego le he seguido en la mayoría de sus películas.

En los años 40 la guerra, y Hitler era un argumento muy recurrente para el cine de Hollywood. En esta ocasión llegando hasta tener a tiro al Furer en una mirilla telescópica.

Una joya.

Después de sus Western viene su etapa antinazi. Con ésta, con Los verdugos también mueren, y con El ministerio del miedo. Parece que las hacía de tres en tres. Luego las negras, que las volveros a ver todas por su orden si Dios quiere.
La primera vez que la vi me gustó mucho. Y, la verdad, esa segunda vez también me ha gustado mucho.
Una trama ciertamente inverosímil, que proviene de una novela de Geoffrey Household, que tuvo otra versión, no sé si realmente un remake o algo menos evidente, años más tarde, en 1977, a cargo de Rogue Male que se llamó: "Lejos de la manada"
El reparto es estupendo: Walter Pidgeon, en un papel que le va mucho; Joan Bennett, que luego será su musa, como antes Sylvia Sidney, George Sanders, tan imperial como siempre, John Carradine, que parece un fijo en sus películas.
Un reparto de lujo, de auténtico lujo.