Manderlay
2005 

7.3
10,345
Drama
Tras abandonar Dogville, Grace se dirige con su padre a Manderlay, una plantación de Alabama, donde ambos son testigos de los horrores de la esclavitud y la segregación. Segunda parte de la trilogía "Visiones de América", en la que el director danés ofrece su punto de vista sobre un país que nunca ha visitado.
12 de febrero de 2006
12 de febrero de 2006
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien "Manderlay" no borda la excelencia del guión que hacía de "Dogville" una obra maestra, no deja ésta de ser una buena película donde de nuevo en un microcosmos se nos presenta una historia universal, que aunque se nos ha vendido como una crítica a Estados Unidos y se centra en el racismo allí localizado, no deja de ser sino un auténtico dilema sobre el sistema de gobierno de los hombres.
La puesta en escena teatral no ha variado respecto al anterior trabajo de Lars Von Trier. Esa continuidad parecía a priori un riesgo, ya que lejos de provocar el impacto y la sorpresa original, ya sabemos lo que vamos a ver. Sin embargo, la película supera ese riesgo sin sufrir demasiados daños, y una vez más el escenario minimalista dota de mayor protagonismo al actor, a su expresividad y al diálogo, haciendo que el espectador se introduzca concienzudamente en la narración.
Las interpretaciones son buenas, aunque aquí reside quizás uno de los puntos flojos respecto a su predecesora. Bryce Howard, sin dejar de ser efectiva, no tiene la fuerza interpretativa de Nicole Kidman para el papel de la protagonista Grace. Y aunque tal vez sea una impresión muy personal, si bien la factura es como decía semejante a "Dogville", en la primera veíamos una planificación en escena y una composición fotográfica algo más variada y con planos más cuidados que ahora.
Si el final de "Dogville" era sorprendente y lleno de inusitada fuerza de tragedia con paralelismos bíblicos, aquí asitiremos a un final también con cierta sorpresa pero más cargado de ironía y sarcasmo sobre la condición humana que de tragedia.
En cualquier caso, un buen trabajo y una historia bien narrada, que nuevamente es sólo denostada por personas en cuyas críticas pueden apreciarse con facilidad más los prejuicios hacia las ideas controvertidas de Lars Von Trier que una verdadera crítica de arte cinematográfico.
La puesta en escena teatral no ha variado respecto al anterior trabajo de Lars Von Trier. Esa continuidad parecía a priori un riesgo, ya que lejos de provocar el impacto y la sorpresa original, ya sabemos lo que vamos a ver. Sin embargo, la película supera ese riesgo sin sufrir demasiados daños, y una vez más el escenario minimalista dota de mayor protagonismo al actor, a su expresividad y al diálogo, haciendo que el espectador se introduzca concienzudamente en la narración.
Las interpretaciones son buenas, aunque aquí reside quizás uno de los puntos flojos respecto a su predecesora. Bryce Howard, sin dejar de ser efectiva, no tiene la fuerza interpretativa de Nicole Kidman para el papel de la protagonista Grace. Y aunque tal vez sea una impresión muy personal, si bien la factura es como decía semejante a "Dogville", en la primera veíamos una planificación en escena y una composición fotográfica algo más variada y con planos más cuidados que ahora.
Si el final de "Dogville" era sorprendente y lleno de inusitada fuerza de tragedia con paralelismos bíblicos, aquí asitiremos a un final también con cierta sorpresa pero más cargado de ironía y sarcasmo sobre la condición humana que de tragedia.
En cualquier caso, un buen trabajo y una historia bien narrada, que nuevamente es sólo denostada por personas en cuyas críticas pueden apreciarse con facilidad más los prejuicios hacia las ideas controvertidas de Lars Von Trier que una verdadera crítica de arte cinematográfico.
5 de marzo de 2006
5 de marzo de 2006
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Incluso mejor aún que Dogville. El personaje que anteriormente interpretó Kidman ahora es desarrollado, se nos muestra plenamente tal como es, con actividad plena.
La trama que nos cuenta comienza bastante enredada, como pasara en Dogville, pero sus cabos se atan con mayor facilidad y, como en la anterior, el final justifica todo lo que se ha contado en el film. Sientes sensaciones de incomodidad en varios momentos de la peli, te involucras en la historia y no sabrías cómo actúar sin caer en contradicciones propias y también morales. Esa sensación llega a su clímax al final, saliendo del cine sin decir palabra, reflexionando. Que una película consiga eso sigue siendo hoy en día (y cada vez más) muy difícil y, por ende, meritorio.
En cuanto a la temática que se trata, no es una crítica particular a los EEUU. Creo que no hay que cerrarse tanto de mente, ni mucho menos. Ni es necesario ir mucho más allá. ¿Acaso debe gustar porque es una crítica a EEUU? ¿O no debe gustar porque es otra crítica más a EEUU? Pues ni una cosa ni la otra. Porque sí, está ambientada en el exclavismo norteamericano... ¿pero acaso los demás países pre y capitalistas no han practicado, de una u otra manera, el exclavismo? ¿Nadie se acuerda de la colonización de América Latina, África y parte de Asia por estados europeos? ¿O acaso tampoco es exclavismo el que un inmigrante magrebí trabaje en el estado español 8 horas diarias sin apenas días libres por 3 ó 4 euros la hora?
Éste último caso hasta se menciona en la película. Quiero decir que hay que ver un poquito más allá de lo que se nos pone ante los ojos, que la película trata las cuestiones de la jerarquización humana, de la opresión, de quien tiene el poder y quien no, etc. Y uno de los ejemplos más impactantes es el tema del racismo. Pero la temática global del film es algo más amplio y que pasa en tu mismo barrio.
Sin entrar en otras cuestiones más allá del film, simplemente me cabe decir que es excelente. A ver la tercera entrega.
La trama que nos cuenta comienza bastante enredada, como pasara en Dogville, pero sus cabos se atan con mayor facilidad y, como en la anterior, el final justifica todo lo que se ha contado en el film. Sientes sensaciones de incomodidad en varios momentos de la peli, te involucras en la historia y no sabrías cómo actúar sin caer en contradicciones propias y también morales. Esa sensación llega a su clímax al final, saliendo del cine sin decir palabra, reflexionando. Que una película consiga eso sigue siendo hoy en día (y cada vez más) muy difícil y, por ende, meritorio.
En cuanto a la temática que se trata, no es una crítica particular a los EEUU. Creo que no hay que cerrarse tanto de mente, ni mucho menos. Ni es necesario ir mucho más allá. ¿Acaso debe gustar porque es una crítica a EEUU? ¿O no debe gustar porque es otra crítica más a EEUU? Pues ni una cosa ni la otra. Porque sí, está ambientada en el exclavismo norteamericano... ¿pero acaso los demás países pre y capitalistas no han practicado, de una u otra manera, el exclavismo? ¿Nadie se acuerda de la colonización de América Latina, África y parte de Asia por estados europeos? ¿O acaso tampoco es exclavismo el que un inmigrante magrebí trabaje en el estado español 8 horas diarias sin apenas días libres por 3 ó 4 euros la hora?
Éste último caso hasta se menciona en la película. Quiero decir que hay que ver un poquito más allá de lo que se nos pone ante los ojos, que la película trata las cuestiones de la jerarquización humana, de la opresión, de quien tiene el poder y quien no, etc. Y uno de los ejemplos más impactantes es el tema del racismo. Pero la temática global del film es algo más amplio y que pasa en tu mismo barrio.
Sin entrar en otras cuestiones más allá del film, simplemente me cabe decir que es excelente. A ver la tercera entrega.
9 de abril de 2006
9 de abril de 2006
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Suele pasar que en las trilogías, la cinta mas floja sea siempre la de en medio. Y en este caso era muy probable, ya que su predecesora (Dogville) con su protagonista (Nicole Kidman) pusieron el listón, a mi juicio inalcanzablemente alto.
Pero Lars Von Trier, es inesperado. Su Manderlay, es una digna segunda parte y un firme puente de las películas que formarán su trilogía.
Aunque a mi juicio Dogville es la mejor de momento, Manderlay le echa un buen pulso que pierde por muy poco. Bryce Dallas Howard ha pasado con nota el reto de seguir el personaje de Grace tras la deserción de Nicole Kidman, aunque como la película, no consiga del todo la gran interpretación de su antecesora.
El guión es inteligente y algo mas oscuro que Dogville. Quizás por eso Dogville, con su simplicidad atraía con mas fuerza.
Lars Von Trier como director sigue implacable como creador de su movimiento Dogma, el cual tan buenos resultados le ha dado y le dará. Con su cámara en mano, no tiene reparo en enseñarnos lo mas crudo de la injusticia, en este caso la esclavitud de la etnia negra en Estados Unidos. Muertes y escenas de sexo realizadas con la mayor de las crudezas y el mas impactante de los realismos.
Con una segunda parte como esta, ya solo cabe esperar la tercera y última parte: Washington, la cual, viendo sus predecesoras se puede adelantar que será una obra maestra y un digno broche de oro para su personal y fatalista visión de el ideal americano.
Pero Lars Von Trier, es inesperado. Su Manderlay, es una digna segunda parte y un firme puente de las películas que formarán su trilogía.
Aunque a mi juicio Dogville es la mejor de momento, Manderlay le echa un buen pulso que pierde por muy poco. Bryce Dallas Howard ha pasado con nota el reto de seguir el personaje de Grace tras la deserción de Nicole Kidman, aunque como la película, no consiga del todo la gran interpretación de su antecesora.
El guión es inteligente y algo mas oscuro que Dogville. Quizás por eso Dogville, con su simplicidad atraía con mas fuerza.
Lars Von Trier como director sigue implacable como creador de su movimiento Dogma, el cual tan buenos resultados le ha dado y le dará. Con su cámara en mano, no tiene reparo en enseñarnos lo mas crudo de la injusticia, en este caso la esclavitud de la etnia negra en Estados Unidos. Muertes y escenas de sexo realizadas con la mayor de las crudezas y el mas impactante de los realismos.
Con una segunda parte como esta, ya solo cabe esperar la tercera y última parte: Washington, la cual, viendo sus predecesoras se puede adelantar que será una obra maestra y un digno broche de oro para su personal y fatalista visión de el ideal americano.
21 de abril de 2006
21 de abril de 2006
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me interesa debatir acerca del egocentrismo exacerbado de Lars Von Traer, ni de sus onanismos técnicos que tantas ampollas levantan, a por lo que veo ya dos sectores… El primero lo forman los necios, el segundo directores o aprendices de cámara frustrados y envidiosos.
El Marco:
Estados unidos en la época que es retratado es un ejemplo de comienzo de una civilización, es un país joven que vuelve de una guerra civil y empieza a crear sus bases sociales, jurídicas y administrativas. El pueblo lo forman descendientes de colonizadores del viejo continente, los indígenas que han quedado y los descendientes de los esclavos que los Europeos llevaron para que la doblasen por ellos.
Con lo que el marco resulta perfecto para retratar la condición humana en sus extremos más viciados.
Y si tenemos en cuenta que el marco de absolutamente todo el cine negro de calidad han sido los EEUU y que los westerns son yankies por excelencia.
La codicia, envidia, mentiras, violencia… no se podrían haber enmarcado mejor. A mi personalmente me habría parecido absolutamente inapropiado cualquier otro país, o por lo menos no tan idóneo.
Por otro lado, me parece absurdo pensar que esto es tan solo una rabieta contra el imperio, y además en una época pasada, esto de lo absurdo pasa a lo ridículo.
La Técnica:
Una brillante idea, la de filmar con unos decorados tan minimalistas por no decir inexistentes, permite al espectador tener sensación de Dios omnipresente.
Y yo lo siento mucho por todos los aspirantes a director que rajais en contra de Von Trier pero probablemente la tercera entrega de la saga no os soliviante esa envidia que os corroe por dentro.
La música es de Vivaldi si, ¿y qué? No se trata de si es pretenciosa o no, a mi parecer la música queda perfecta en una historia en la que el transcurrir de las estaciones es tan vital, es una música contextual, y ya que no se nutre de iluminación extra para el verano o primavera que menos que dedicar la música a esos eventos.
Los actores:
Grace se reinventa desde un punto de vista más ingenuo, con más fe en el hombre, una Grace más dialogante, menos contenida, más participativa y con lo cual más errónea, pero una Grace menos vengativa… esta no es la Grace que nos hizo defender lo indefendible… la pena de muerte… no es el ángel vengador tan añorado, es el ángel instructor y mas tirando a humano que a ángel.
Pero si hasta Danny Glover actua bien…¿Que más quereis?
La moral:
¿Quién da autoridad moral a Von Trier para juzgar desde ese punto de vista de blanco de mierda la moral negra?
No deja de ser un punto de vista, y si quitamos el aspecto racial y se hubiese contado con blancos la historia seguramente no hubiese sido tan polémica, pues las necesidades de lideres y el borregismo es algo universal… pero bueno, en fin, me la pelan las pataletas de los blanquitos superultracomprometidos me gustaría saber que opina Spike Lee de esta película sinceramente.
El Marco:
Estados unidos en la época que es retratado es un ejemplo de comienzo de una civilización, es un país joven que vuelve de una guerra civil y empieza a crear sus bases sociales, jurídicas y administrativas. El pueblo lo forman descendientes de colonizadores del viejo continente, los indígenas que han quedado y los descendientes de los esclavos que los Europeos llevaron para que la doblasen por ellos.
Con lo que el marco resulta perfecto para retratar la condición humana en sus extremos más viciados.
Y si tenemos en cuenta que el marco de absolutamente todo el cine negro de calidad han sido los EEUU y que los westerns son yankies por excelencia.
La codicia, envidia, mentiras, violencia… no se podrían haber enmarcado mejor. A mi personalmente me habría parecido absolutamente inapropiado cualquier otro país, o por lo menos no tan idóneo.
Por otro lado, me parece absurdo pensar que esto es tan solo una rabieta contra el imperio, y además en una época pasada, esto de lo absurdo pasa a lo ridículo.
La Técnica:
Una brillante idea, la de filmar con unos decorados tan minimalistas por no decir inexistentes, permite al espectador tener sensación de Dios omnipresente.
Y yo lo siento mucho por todos los aspirantes a director que rajais en contra de Von Trier pero probablemente la tercera entrega de la saga no os soliviante esa envidia que os corroe por dentro.
La música es de Vivaldi si, ¿y qué? No se trata de si es pretenciosa o no, a mi parecer la música queda perfecta en una historia en la que el transcurrir de las estaciones es tan vital, es una música contextual, y ya que no se nutre de iluminación extra para el verano o primavera que menos que dedicar la música a esos eventos.
Los actores:
Grace se reinventa desde un punto de vista más ingenuo, con más fe en el hombre, una Grace más dialogante, menos contenida, más participativa y con lo cual más errónea, pero una Grace menos vengativa… esta no es la Grace que nos hizo defender lo indefendible… la pena de muerte… no es el ángel vengador tan añorado, es el ángel instructor y mas tirando a humano que a ángel.
Pero si hasta Danny Glover actua bien…¿Que más quereis?
La moral:
¿Quién da autoridad moral a Von Trier para juzgar desde ese punto de vista de blanco de mierda la moral negra?
No deja de ser un punto de vista, y si quitamos el aspecto racial y se hubiese contado con blancos la historia seguramente no hubiese sido tan polémica, pues las necesidades de lideres y el borregismo es algo universal… pero bueno, en fin, me la pelan las pataletas de los blanquitos superultracomprometidos me gustaría saber que opina Spike Lee de esta película sinceramente.
30 de agosto de 2006
30 de agosto de 2006
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece una gran película, Dogville me aburrió un poco pero me hizo gracia la demostración del minimalismo estético. En esta continuación perdemos a Nicole, perdemos mucha fluidez y fotografía para ganar un argumento de peso y un mensaje incuestionable.
Para mí, no es una crítica a la esclavitud de la raza negra en los EE.UU. simplemente la describe subjetivamente, la admite como una sociedad tambien libre y lo que intenta criticar es la superioridad moral del intruso, la imposición de gobierno y la unidad cultural, para dejar claro que en un problema siempre hay dos enfoques que forman opuestos perfectos.
Esta película se centra por completo en el mensaje de la misma, pero deja de lado esa belleza de la-nada, que tan bien cogida está en Dogville, para mostrarnos tan sólo una "perfecta" autocrítica del director.
Para mí, no es una crítica a la esclavitud de la raza negra en los EE.UU. simplemente la describe subjetivamente, la admite como una sociedad tambien libre y lo que intenta criticar es la superioridad moral del intruso, la imposición de gobierno y la unidad cultural, para dejar claro que en un problema siempre hay dos enfoques que forman opuestos perfectos.
Esta película se centra por completo en el mensaje de la misma, pero deja de lado esa belleza de la-nada, que tan bien cogida está en Dogville, para mostrarnos tan sólo una "perfecta" autocrítica del director.
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