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Jesús de NazaretMiniserie

Serie de TV. Drama Narra la historia completa de Jesús (su nacimiento, vida, muerte y resurrección) según los relatos de los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento. Dirigido por Zeffirelli para televisión, contó con un reparto verdaderamente deslumbrante para su época. (FILMAFFINITY)
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7
31 de marzo de 2010 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extensa y ambiciosa co-producción italo-británica respaldada por el productor Lew Grade, que se adineró gracias a la série “El Santo”. Grade era todo un especialista en financiar grandes proyectos que se iban a pique, entre ellos “¡Rescaten el Titanic!” (1981) y “Revolución” (1984), y thrillers no exentos de interés humano como la adaptación de la novela de Ira Levin “Los niños del Brasil” (1978) dirigida por Franklin J. Schaffner y “Capricornio Uno” (1978) de Peter Hyams.

La biografía de Jesús de Nazaret con un reparto más o menos internacional (Robert Powell, Olivia Hussey, Yorgo Voyagis, Christopher Plummer, Fernando Rey, Claudia Cardinale, etc…) era más que suficiente para que el religioso Zeffirelli, autor de la bellísima “Hermano Sol, Hermana Luna”, se pusiera manos a la obra de lo que acabaría siendo una espécie de formato de mini-série para la televisión con guión co-escrito por su inseparable Sussi Cecchi d´Amico y el polémico Anthony Burgess (autor de “La Naranja Mecánica”). Con resultados que sobrepasan un pedagógica y soberbia lectura del Nuevo Testamento, gracias al empeño que puso Franco Zeffirelli pero que marcaba distancias con otra biografía de Jesucristo para la televisión, la más modesta y reflexiva “El Mesías” (1975) dirigida por Roberto Rossellini.

Con una versión estrenada en España de solamente cuatro horas divididas en dos capítulos. La posterior reedición ensanchó lo que llega a ser el más definitivo de los plomos percusores de los mediáticos “grandes relatos” para la pequeña pantalla; seis horas de Nuevo Testamento para devotos que gusten de sentarse en el sofá y pasarse un domingo entero, Día del Señor, sin salir.
6
19 de octubre de 2011 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Relato de la liberación de los fieles con oficio y sobre todo con delicadeza, el mesías que iba a traer la recompensa de la paz, su madre fué bendecida para otorgarle poder al pueblo, del conflicto nace la belleza del personaje más influyente para la humanidad, su lucha contra el imperio, una nueva estrella, un nuevo profeta, "Jesús de Nazaret" combina bien lo terrenal con lo celestial, su capacidad narrativa es hábil al dividir la vida del pastor de los pobres en pequeños capítulos.

En la película se refleja el oscuro pecado y la desesperación, las amenazas y la persecución, el cumplimiento de la justicia y las buenas nuevas, permite conocer los cimientos de nuestra religión y se aceptan algunos modales, Robert Powell asume el peso al emanar sentimientos con actitudes propias, de caso contrario esta mini-serie se hubiera hundido seguro por mucho reparto que tuviera.

Un pueblo primitivo no permite el cambio de las leyes eternas, están talladas en piedra, el salvador quiere tallarlas en los corazones, consigue ganarse alabanzas con los milagros, algunos completamente divinos, sin duda legendarios, la película progresa imagino que fiel al libro sagrado, pero a mí nunca me lleva a un terreno en el que se plantee si la vida es algo más que nacer y morir, puedo observar lo que ocurre pero no absorbo esas energías como propias.

La misericordia con los pecadores se puede resaltar por encima del dramatismo de los enfermos, el alzar los milagros hace que no tengan verdaderos sentimientos, además se hacen repetitivos, era necesario un mayor contexto social y no tanta recreación, la venganza y la manipulación no son aplastantes, es más una exposición que un análisis de la causa del conflicto, el camino al baño de sangre queda en mucho entusiasmo pero la verdadera condena se ve sólo en el horizonte, no hay hambre ni sed de justicia, incluso para los puros de corazón las intenciones quedan en inocentes y sencillas.
6
10 de mayo de 2019 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo sigo esperando una adaptación seria de los evangelios. Parece mentira, pero el hecho histórico más determinante para la historia de la humanidad, solo merece versiones personalistas e irreales, que se empeñan en no ceñirse a los hechos, en los que se basan solo de manera parcial - en el mejor de los casos -.

No es tan difícil de comprender. Cuando alguien hace una película centrada en un hecho histórico o un personaje en particular, cuando el interés de la película se basa en transmitir al espectador unos hechos concretos con lenguaje cinematográfico, lo primero que se pide es fidelidad a lo que se cuenta.

Colón llegó a América en octubre. Napoleón nació en Córcega. Alarico saquea Roma en el 410 y era ciudadano romano. Aristóteles era el maestro de Alejandro Magno. Datos históricos que nos han llegado por las fuentes de cada época. Si veo una película dónde Colón llega a América en mayo con un solo navío, donde Napoleón se cría en la Bretaña y su abuelo es inglés, donde Alarico va disfrazado de Conan sin saber latín o donde Platón instruye a Alejandro, pues, hombre, no parece que vaya a encontrar muchas razones para el entusiasmo y el alborozo.

Pues con la Biblia, y los evangelios en particular, ocurre algo similar. Textos complejos fuera del alcance del que se quiere asomar a ellos con espíritu "fast food". Textos riquísimos que ofrecen una cantidad de matices y de historias para cientos de películas, pero que, desgraciadamente, en esta sociedad que sabe de tantas cosas y no tiene ni idea - y poco le importa - de historia antigua ni mucho menos de religión, se desprecian como simples cuentos aburridos.

Y así se aprecian en las películas. La mayoría de las películas bíblicas son aburridas. Salvo alguna excepción, no transmiten ni un ápice de la profundidad de la historia original. Son películas planas. En Jesús de Nazaret, Zefirelli pudo haber filmado una obra maestra, pero no pudo o no quiso:

1- El elenco actoral encaja a la perfección, especialmente en sus figuras principales. Con las localizaciones ocurre lo mismo.

2- Se le permitió extender el metraje de una manera inusual. Lo que muchos lo ven como un obstáculo, a mi me parece una oportunidad única para plasmar los evangelios con los detalles necesarios.

3- Aunque la serie empieza bien, ceñida a la historia, enseguida se le empiezan a ver las interpretaciones de su director y las modas narrativas de su tiempo. Empiezan a ser evidentes los típicos clichés de los personajes, y así, a mitad de la serie el número de licencias que se toma el guión convierte el trabajo en una cosa ligeramente por encima del montón, con algunos momentos puntuales acertados.

Quizás a muy pocos les importe que se mezclen lugares y situaciones, que, a pesar del metraje, omitan sucesos notorios, y, que, sin embargo, metan otras historias totalmente inventadas, con diálogos insulsos que rompen el ritmo narrativo.

Quizá a muy pocos les importe que el encuentro con Mateo sea una patraña, que Judas sea traductor y que San Juan sea un hombre de 30 años. A mí, si me importa. Quizás a muchos les sea indiferente que los detalles escritos, las frases milenarias solo aparezcan con fidelidad de vez en cuando. Yo esperaba la excelencia.

El guión ya estaba hecho. No era tan difícil.
6
16 de marzo de 2012 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Correcta formalmente y fiel en general a las escrituras. No se caracteriza Zeffirelli por ser un gran creador y mucho menos por innovador, pero hay que reconocer que en esta larguísima obra (considerando que es una tv movie) la mejor cualidad se refleja en una notable mano artesana y en un buen hacer encomiable, no hay nada destacable ni nada especialmente criticable, en todo caso si hay algo que criticar serian los innumerables iconos Hiperbíblicos y los tópicos habituales en los que cae para "agradar" a la iglesia y a sus numerosos seguidores, lo que rompe en definitiva la intención de conseguir una narración realista y cercana de los hechos por una estética y conservadurismo absolutamente y politicamente correcto (lo que no le quita, repito, calidad en su factura).

Buen trabajo técnico y narrativo, "in crecendo", lo que hace mas interesante la parte de Jesus adulto y sus predicaciones, asi como la parte de los últimos dias y crucifixión, con el protagonismo de un desaparecido Robert Powell que, sin duda, nació para este papel, también destacable algunos papeles de reparto, como Michael York , Farentino y Anthony Quinn, entre otros, que lucen bastante bien en sus cortos papeles.

Destacable la buena fotografía y el montaje, también una destacable dirección atística, que por primera vez, nos sumerge en el ambiente de la época y es capaz junto a su abigarrada narración, de contarnos, en paralelo a la historia bíblica, la historia y detalles de la sociedad que se movía alrededor de la figura de Jesús en esa época, de verdad muy encomiable e interesante.

El mensaje y conclusiones es algo más personal... a mi me gustó como trabajo y también su doctrina, que le vamos a hacer. Para ver con tiempo y en silencio. Muy recomendable para creyentes y no tanto.

LO MEJOR .- Su bella fotografía, su BSO, su protagonista, la narración.
LO PEOR .- Sus innumerables tópicos, su opción claramente conservadora, el abuso de la
innovadora, en esos años, técnica Zoom, hoy casi prohibida en cine y Tv.

UN SALUDO.
9
9 de abril de 2013 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Grandiosa obra maestra de Zeffirelli realizada para la televisión, no sólo en cuanto a duración (más de 6 horas) sino también en cuanto a calidad cinematográfica que contiene.

Zeffirelli narra la vida de Jesús de Nazareth (Robert Powell), más en concreto a partir de la impartición de su doctrina en el Israel del siglo I. Los hechos se presentan de forma bastante cuidada y elaborada, enfatizando las palabras, dándole un calado a la historia muy emotivo y logrando que el espectador se sienta parte de ella. El diseño de producción nos remite a la época, a detalles de las costumbres y al pensamiento de las gentes. Zeffirelli logra un fresco histórico, con colores ocres, aumentando la luz para dar más intensidad en determinados momentos; da la sensación de que, en vez de rodar una película, estuviera pintando un cuadro renacentista.

La narración acusa la extensísima duración del filme, pero hay que tener en cuenta que se concibió como una miniserie de cuatro capítulos para la televisión. El conjunto, presentado íntegro, puede resultar un tanto lento y exceso de detalles en algunas partes, o incluso el mismo ritmo impuesto en los diálogos o en las acciones. Pero el Jesús de Zeffirelli es un Jesús que necesita de ese lamento pausado, de ese sentimiento puro y sincero, para afectar al espectador y demostrar que el cine es emoción, y la de esta película no conoce límites.

El cuidado que Zeffirelli le da a todos los fotogramas se refleja también en el guión, bastante fiel a los evangelios canónicos. No se arriesga a la polémica y crea una obra a partir de la más pura tradición cristiana, exponiendo los hechos y la historia por todos conocida de forma casi catecúmena. Por tanto, los más puristas del cristianismo la encontrarán perfecta, y la gente más laica o agnóstica (mi caso, por ejemplo) la encontrará sencillamente bella y profunda. Ya no es la fe lo que Zeffirelli intenta extender, como si de otro evangelista se tratase; es el arte de las cosas bien hechas y la sensibilidad tras las cámaras.

El Jesús de Zeffirelli podría compararse con el de Mel Gibson de “La Pasión” (2004), otra gran obra, pero ambos directores pretenden cosas muy distintas. Mientras que Gibson propone única y exclusivamente el sufrimiento como vía empática hacia el público, Zeffirelli propone el conocimiento de la doctrina y el desarrollo social y, sobre todo, espiritual del personaje y de los que le rodean. El sufrimiento, inevitable en todo caso, se ve perfectamente reflejado en la pasión y crucifixión, siendo el dolor el mismo, o mayor, para un espectador que ha seguido al personaje durante varias horas de proyección.

En cuanto al reparto, tan magno como la obra en sí, es difícil destacar algún actor por encima de los demás. Nombre conocidos y actuaciones soberbias en todos los casos, desde un casi irreconocible Ian McShane a un grandioso Rod Steiger, pasando por Anthony Quinn, Michael York o Ian Holm… en fin, grandes actores de los que Zeffirelli ha sabido explotar todo su potencial. Y, por supuesto, qué decir de Robert Powell; el Jesús más bello y magnético de la historia del cine.

Obra maestra. Imprescindible.
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