Si por algo se ha caracterizado este año 2019, ha sido por la animación. Películas anunciadas a bombo y platillo como ‘Toy Story 4’, ‘Cómo entrenar a tu dragón 3’ o ‘El Rey León’ han hecho las delicias de las salas de cine, generando beneficios sin descanso. Pues bien, aquí tenemos a ‘Klaus’, una cinta sencilla y sin pretensiones de grandeza que se alza como una de las mejores películas de animación del año. Con muchísima menor publicidad (por no decir nada) consigue situarse en un lugar privilegiado en el corazón de todos los espectadores. Porque Sergio Pablos realiza una obra en la que la magia es la protagonista absoluta, la magia de la Navidad, la magia de la familia, el amor, la inocencia infantil, la esperanza y la bondad humana. Es la historia de Jesper, un cartero abocado a un inhóspito lugar, el cual le permitirá crecer profesional y emocionalmente, a la vez que recupera la fe en las personas gracias a un viejo ermitaño carpintero que se dedica a fabricar juguetes para los niños del pueblo. También es la historia de Alva, una mujer hundida y desalentada que redescubre su pasión en la vida, ayudando a los niños a saber, comprender y conocer. El mito renace en una propuesta novedosa, entrañable y sentimental que sintonizará definitivamente vuestro espíritu navideño.

Actualmente es muy difícil encontrar una película de Navidad con Papá Noel como protagonista que sea novedosa, pero Klaus lo ha conseguido y lo ha hecho dándole el protagonismo a un cartero un tanto peculiar. La historia está muy bien contada pero si tengo que decir qué es lo que más me gustó ha sido el estilo de animación que huye de la ya clásica película de ordenador para volver a la animación tradicional pero adaptada a los nuevos tiempos.
Una película muy recomendable para todos los públicos. Con el tiempo tiene posibilidades de convertirse en un clásico navideño.

Klaus es sin duda una película de animación que intenta transmitirnos el espíritu de la navidad desde otro punto de vista siempre buscando el agrado del público más difícil de todos, los niños y han conseguido hacer una película que gustará tanto a pequeños como mayores

La película sencillamente me ha encantado.
La empecé a ver por curiosidad porque Netfix me la recomendó y me pareció que tenía buena pinta, y con esto de las navidades pues.... apetecía. Y sorpresón!! Súper entretenida, mágica en sí misma, con una historia que habla de la verdad y el gran valor que tiene ser feliz haciendo felices a los demás.
Muy educativa, un imprescindible para ver con los peques de la casa, pero que los adultos disfrutarán con creces.

Cuando empezamos a ver Klaus, notamos una animación de otra época y dos protagonistas a los que conocemos bien, pero por motivos diferentes.

En primer lugar un protagonista que repite la formula muchas veces utilizada, con varios cliches todo hay que decirlo, un personaje que en su propio egoísmo acaba encendiendo una llama sin saber muy bien como, sin embargo dentro de esa historia mil veces contada tenemos al otro personaje, uno al que todos conocemos... o eso pensábamos, pues los creadores de Klaus han decidido contarnos cuando empezó todo esto de escribir cartas a un ser mágico que lleva regalos, montado en un trineo tirado por renos voladores por todo el mundo la noche de navidad y el resultado no puede ser más conmovedor, con un diseño genial de escenarios y personajes, una animación espectacular y una paleta de colores oscuros mezclados en momentos con mucho colorido pero sin recargarnos en ningún momento de colores pastel, porque la felicidad o la ilusión no se basa en colores.

Gran pelicula de animación para ver con la familia y recordar esos días en los que todo era inocencia y felicidad, para recordar cuando escribíamos cartas esperando juguetes... aunque no siempre llegaran.