Ravenous
6.0
5,920
Terror. Fantástico. Western
En 1847, el capitán John Boyd, que ha cometido una falta grave durante la guerra entre México y EE.UU., es enviado a un remoto fuerte de Sierra Nevada. Un día, Colqhoun, un extraño personaje, sostiene que él y otros colonos, después de ser sorprendidos por una avalancha, quedaron encerrados durante largo tiempo en una cueva, logrando sobrevivir gracias a la práctica del canibalismo. Pero la verdadera historia aún está por descubrir. (FILMAFFINITY) [+]
2 de febrero de 2012
2 de febrero de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía deseos de ver completa esta película porque la primera vez que me acerqué a ella, la pude disfrutar ya empezada y con numerosas interrupciones.
Desde el principio engancha con esa ambientación western (un sobresaliente por el vestuario) y por unas localizaciones que dan el pego*. Las interpretaciones son notables (Guy Pearce a la altura de su Memento), Carlyle intimida, el cinismo de Jeffrey Jones cala hondo y Neal McDonough, entre otros, nos recuerda al malo malísimo (en esta cinta, contenido y en otro rol). Parece que el premio acabó en manos de la camaleónica Sheila Tousey, aquí en un papel discreto.
El ritmo de la narración es atemperado aunque la primera mitad del filme es sobrecogedora, a la medida de un buen 'thriller'. Sin embargo, es cuando creemos que estamos ante "una terapia de grupo" cuando pensamos que podría haber sido más.
Nada que objetar, empero, a la mistura de mito y realidad, lo fantástico y lo evidente.
Desde el principio engancha con esa ambientación western (un sobresaliente por el vestuario) y por unas localizaciones que dan el pego*. Las interpretaciones son notables (Guy Pearce a la altura de su Memento), Carlyle intimida, el cinismo de Jeffrey Jones cala hondo y Neal McDonough, entre otros, nos recuerda al malo malísimo (en esta cinta, contenido y en otro rol). Parece que el premio acabó en manos de la camaleónica Sheila Tousey, aquí en un papel discreto.
El ritmo de la narración es atemperado aunque la primera mitad del filme es sobrecogedora, a la medida de un buen 'thriller'. Sin embargo, es cuando creemos que estamos ante "una terapia de grupo" cuando pensamos que podría haber sido más.
Nada que objetar, empero, a la mistura de mito y realidad, lo fantástico y lo evidente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*Rodada en parte en Eslovaquia, como señala Robert Carlyle en los extras.
3 de octubre de 2013
3 de octubre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1864, una expedición de colonos que se dirigía desde el estado de Misssouri hasta California en busca de providencia, quedó atrapada en las montañas de Sierra Nevada, al límite de las Montañas Rocosas, sucumbiendo a un largo y crudo invierno que tras costearse la muerte de varios de sus componentes el resto tuvo que recurrir al canibalismo para poder mantenerse vivos. Hoy en día cerca de lo que se estableció ese macabro asentamiento hay un memorial y al nombre de un lago cercano se le ha puesto el de la fatídica Expedición: Donner. Esa historia ha dado lugar a toda clases de conjeturas, habladurías e incluso maldiciones indias relacionadas al respeto sobre el asentamiento de los colonos en tierras hostiles y desconocidas.
La directora londinense Antonia Bird, que polemizó al público con “Priest” (1994) acerca de la vida de un sacerdote católico y homosexual que se enfrenta a un caso de abusos en su parroquia, estaba interesada en darle un toque original y más allá de ese oscuro episodio de la Historia Americana que fue la Expedición de Donner, y que nadie a nadie le interesaba a priori (apenas Jack Nicholson lo menciona en una secuencia de “El Resplandor”). Sin embargo “Ravenous” no se centra en lo que representó la comitiva en sí, pero si en esas largas rutas por caminos hacia inexplorable, en busca de la prosperidad y que representó para miles de colonos una suerte o un infortunio. Y en ese último destinatario, un extraño superviviente llamado Colhoun (Robert Carlyle) llega hasta un fuerte del ejército donde también acoge a un oficial, el capitán John Boyd (Guy Pearce) traumatizado por las batallas de la guerra con México. En ese nuevo y frío ambiente y tras un intento de rescate, el horror se enseñoreará de los que creían que era una desesperada víctima de un trágico extravío.
Terror, gore, aventura son la extraña mezcla de un film reúne a otros actores como el menor de los Arquette, David o Jeffrey Jones, secundario habitual en las películas de Tim Burton.
La directora londinense Antonia Bird, que polemizó al público con “Priest” (1994) acerca de la vida de un sacerdote católico y homosexual que se enfrenta a un caso de abusos en su parroquia, estaba interesada en darle un toque original y más allá de ese oscuro episodio de la Historia Americana que fue la Expedición de Donner, y que nadie a nadie le interesaba a priori (apenas Jack Nicholson lo menciona en una secuencia de “El Resplandor”). Sin embargo “Ravenous” no se centra en lo que representó la comitiva en sí, pero si en esas largas rutas por caminos hacia inexplorable, en busca de la prosperidad y que representó para miles de colonos una suerte o un infortunio. Y en ese último destinatario, un extraño superviviente llamado Colhoun (Robert Carlyle) llega hasta un fuerte del ejército donde también acoge a un oficial, el capitán John Boyd (Guy Pearce) traumatizado por las batallas de la guerra con México. En ese nuevo y frío ambiente y tras un intento de rescate, el horror se enseñoreará de los que creían que era una desesperada víctima de un trágico extravío.
Terror, gore, aventura son la extraña mezcla de un film reúne a otros actores como el menor de los Arquette, David o Jeffrey Jones, secundario habitual en las películas de Tim Burton.
15 de junio de 2022
15 de junio de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en su día —hace casi 25 años, madre…— asistí al tráiler de «Ravenous», éste me impactó fieramente. Como nunca llegué a verla —no creo que estuviese tampoco demasiadas semanas en cartel— le perdí la pista hasta que hoy he topado con ella husmeando en el catálogo de Disney+. Se antoja curiosa, por otra parte, la proliferación de producciones de temática caníbal en la plataforma del ratón Mickey; vean, si no, la reciente «Fresh» (ídem, 2022).
Supongo que por una cuestión de expectativas —y dos décadas en diferido, eso además— y porque el cine del cambio de siglo ha envejecido muy mal y muy deprisa, «Ravenous» me ha resultado especialmente decepcionante. La verdad, esperaba una versión terrorífica, oscura y, de acuerdo, con el inevitable punto bizarro que conlleva el elemento antropofágico, de «Bailando con lobos» («Dances with Wolves», 1990), y lo que he encontrado es una soberana payasada, desde los títulos de crédito hasta las interpretaciones, pasando por el soniquete ridículo ideado por Michael Nyman y Damon Albarn.
A mi juicio, el gran problema de «Ravenous» radica en que Antonia Bird, su directora, o el guionista Ted Griffin —probablemente ambos— no encuentran el tono apropiado para una historia que, en sí misma y desnuda de efectismos, absurdos giros de guion y unas humoradas poco afortunadas, encerraba numerosas posibilidades. Unos Robert Carlyle y Guy Pearce en el cénit de sus carreras no bastan para hacer remontar el vuelo a una película que —insisto— pierde el norte apenas empezada. El primero al menos trata de inyectarle algo de su acostumbrado nervio —cierto que le cae un personaje proclive a ello—, pero el segundo se tira hora y media larga con cara de no saber qué le ha llevado a aceptar un papel en tamaño descalzaperros.
Supongo que por una cuestión de expectativas —y dos décadas en diferido, eso además— y porque el cine del cambio de siglo ha envejecido muy mal y muy deprisa, «Ravenous» me ha resultado especialmente decepcionante. La verdad, esperaba una versión terrorífica, oscura y, de acuerdo, con el inevitable punto bizarro que conlleva el elemento antropofágico, de «Bailando con lobos» («Dances with Wolves», 1990), y lo que he encontrado es una soberana payasada, desde los títulos de crédito hasta las interpretaciones, pasando por el soniquete ridículo ideado por Michael Nyman y Damon Albarn.
A mi juicio, el gran problema de «Ravenous» radica en que Antonia Bird, su directora, o el guionista Ted Griffin —probablemente ambos— no encuentran el tono apropiado para una historia que, en sí misma y desnuda de efectismos, absurdos giros de guion y unas humoradas poco afortunadas, encerraba numerosas posibilidades. Unos Robert Carlyle y Guy Pearce en el cénit de sus carreras no bastan para hacer remontar el vuelo a una película que —insisto— pierde el norte apenas empezada. El primero al menos trata de inyectarle algo de su acostumbrado nervio —cierto que le cae un personaje proclive a ello—, pero el segundo se tira hora y media larga con cara de no saber qué le ha llevado a aceptar un papel en tamaño descalzaperros.
28 de octubre de 2013
28 de octubre de 2013
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Ambientada a finales del XIX, Ravenous narra las peripecias de un grupo de soldados confederados que viven en un fuerte de mierda en medio de la "nada montañosa" de USA. Un día, llega moribundo al fuerte un extraño personaje que los embarca en una siniestra exploración de rescate. Desde entonces, se acostumbrarán a un nuevo sabor, "la carne humana''.
La película es por momentos inquietante y tiene pocas escenas predecibles lo cual es de agradecer. No se pasan con la sangraza y la música está genial. Muy recomendable. Buenos trabajos de Guy Pearce y Robert Carlyle
La película es por momentos inquietante y tiene pocas escenas predecibles lo cual es de agradecer. No se pasan con la sangraza y la música está genial. Muy recomendable. Buenos trabajos de Guy Pearce y Robert Carlyle
21 de mayo de 2006
21 de mayo de 2006
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película bastante divertida con un humor más "rojo" que negro, es un film muy entretenido tanto por su acción como por su humor chungo en sí.
Con un genial Robert Carlyle (uno de los grandes "descubrimientos" en cuanto a actores en los últimos tiempos), que sabe realizar a la perfección todo tipo de interpretaciones a lo largo de la propia película.
La peli se pierde un poco en el canibalismo en sí, pero el cómo se recrea de una manera cómica-gore una pequeña parte de la construcción de los EEUU de América no tiene desperdicio.
Con un genial Robert Carlyle (uno de los grandes "descubrimientos" en cuanto a actores en los últimos tiempos), que sabe realizar a la perfección todo tipo de interpretaciones a lo largo de la propia película.
La peli se pierde un poco en el canibalismo en sí, pero el cómo se recrea de una manera cómica-gore una pequeña parte de la construcción de los EEUU de América no tiene desperdicio.
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