El destino de Júpiter
2015 

4.4
17,306
Ciencia ficción. Fantástico. Acción. Aventuras
Jupiter Jones nació en alta mar cuando su madre huía de Rusia rumbo a los Estados Unidos, tras el asesinato de su padre, un astrónomo. Ahora vive en Chicago, y trabaja como limpiadora de casas. Su novio Vasiliy la convence para que se gane algún dinero extra vendiendo óvulos y para ello decide adoptar un nombre nuevo: Katherine Dunlevy. Pero su ADN atraerá la atención de los cazadores de recompensas intergalácticos. En el otro confín de ... [+]
7 de febrero de 2015
7 de febrero de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenemos de vuelta después de mucho tiempo a los hermanos Wachowski (creadores del universo de Matrix) a la dirección en el género que más alegría les ha dado en el de la ciencia-ficción con esta “El destino de Júpiter” que nos cuenta la historia de una inmigrante rusa que se llama Júpiter Jones que se dedica a la limpieza de hogares y que descubre que es la heredera del planeta tierra por medio de Caine un ex militar modificado genéticamente.
Como veréis la historia es algo extraña algo habitual en la historias de los hermanos Wachowski y esto es solo el principio ya que evoluciona de una manera que hace que el argumento sea un auténtico desastre y de esto ya nos damos cuenta desde el principio cuando intercalan acontecimientos que se producen en la tierra con otros que pasan en otros planetas sin muchas explicaciones de por medio algo que te descoloca y te saca de la historia. Pero bueno se espera que conforme vaya avanzando el metraje todas estas lagunas se nos vayan explicando y tomando forma y sí que lo hace pero de unas formas ridículas y extravagantes, tanto es así que muy probablemente te produzcan una sonrisa algo que dudo mucho sea la intención de sus directores.
No hay por dónde cogerla incluso tengo que reconocer que yo perdí el hilo en alguna ocasión, y eso que el género se presta a que la fantasía pueda explicar lo que vemos en pantalla pero es que en esta ocasión resulta decepcionante a la par que ridículo las explicaciones y conclusiones de algunas escenas.
Y que conste que la valoración que pongo a esta película mayormente es por su apartado técnico, vestuario, efectos especiales y escenas de acción que si es cierto que rayan a muy buen nivel (aunque a veces se produzcan demasiado rápido…) y nos dejan algunas escenas y paisajes (especial mención al de Bilbao) muy espectaculares y que sin duda son lo mejor de la película.
Una pena que el merecido prestigio que cosecharon los hermanos Wachowski por la trilogía de Matrix se vaya disipando en continuos fracasos como “Speed Racer” o “El Atlas de las nubes” y podríamos sumar esta también a la lista, yo personalmente me lo pensare la próxima vez que me plantee ver una película suya.
Como veréis la historia es algo extraña algo habitual en la historias de los hermanos Wachowski y esto es solo el principio ya que evoluciona de una manera que hace que el argumento sea un auténtico desastre y de esto ya nos damos cuenta desde el principio cuando intercalan acontecimientos que se producen en la tierra con otros que pasan en otros planetas sin muchas explicaciones de por medio algo que te descoloca y te saca de la historia. Pero bueno se espera que conforme vaya avanzando el metraje todas estas lagunas se nos vayan explicando y tomando forma y sí que lo hace pero de unas formas ridículas y extravagantes, tanto es así que muy probablemente te produzcan una sonrisa algo que dudo mucho sea la intención de sus directores.
No hay por dónde cogerla incluso tengo que reconocer que yo perdí el hilo en alguna ocasión, y eso que el género se presta a que la fantasía pueda explicar lo que vemos en pantalla pero es que en esta ocasión resulta decepcionante a la par que ridículo las explicaciones y conclusiones de algunas escenas.
Y que conste que la valoración que pongo a esta película mayormente es por su apartado técnico, vestuario, efectos especiales y escenas de acción que si es cierto que rayan a muy buen nivel (aunque a veces se produzcan demasiado rápido…) y nos dejan algunas escenas y paisajes (especial mención al de Bilbao) muy espectaculares y que sin duda son lo mejor de la película.
Una pena que el merecido prestigio que cosecharon los hermanos Wachowski por la trilogía de Matrix se vaya disipando en continuos fracasos como “Speed Racer” o “El Atlas de las nubes” y podríamos sumar esta también a la lista, yo personalmente me lo pensare la próxima vez que me plantee ver una película suya.
9 de junio de 2018
9 de junio de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para quien no conozca el "timo de la estampita" se trata de hacer pasar un fajo de recortes de papel de periódico por un fajo de billetes de curso legal poniendo encima un billete auténtico. Para ello hacen falta tres personas. Una se hace pasar por tonta (la productora), que es la que intenta colocarte la estafa (la película). Luego hace falta un "gancho" (el billete auténtico), que en este caso serían los primeros minutos escritos por Wachowski y un fajo de recortes de papel de periódico (las dos horas restantes que seguro no están escritas por los Wachowskis). Y, en último lugar, se necesita una víctima que sucumbe ante el primer billete (cientos de miles de espectadores que a pesar de las críticas se ciegan por los créditos que se suponen auténticos).
¡Y listo! A llenarse de dinero los bolsillos la productora y los Wachowskis a costa del público.
Esta práctica empezó siendo cada vez más habitual y ya es prácticamente una constante tanto en el cine americano como en el nacional: El timo de la estampita más universal que nunca.
¡Y listo! A llenarse de dinero los bolsillos la productora y los Wachowskis a costa del público.
Esta práctica empezó siendo cada vez más habitual y ya es prácticamente una constante tanto en el cine americano como en el nacional: El timo de la estampita más universal que nunca.
8 de febrero de 2015
8 de febrero de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Absurda. Excesiva. Incoherente. Burda. Ostentosa. Artificial. Innecesaria. Repetitiva. Carente de originalidad. Ruidosa. Farragosa. Barroca. Simple. Desapasionada. Estruendosa. Estúpida. Sin gracia. Sin duda, cualquiera de estos calificativos, sirven para definir "Jupiter Ascending", lo último de los Hermanos Wachowski. Sin embargo, no se puede evitar un cierto aire hipnótico tras el visionado de la película que nos lleva a reconocerle un adjetivo más: divertida.
Andy y Lana, vuelven a la ciencia ficción tras "El atlas de las nubes", una película en la que coqueteaban con multitud de géneros, y todos dispares entre ellos, en un título que no me cansaré de reivindicar como gran película de culto que fue capaz de embaucarme con su poderío narrativo. Pero ahora, se centran en el género que les dio el reconocimiento mundial gracias a su exitosa y, en muchos aspectos, revolucionaria saga "Matrix". Ese hecho, ha generado un revuelo excesivo alrededor de esta película, en la que muchos tenían depositada la esperanza de asistir a un novedoso ejercicio de estilo en el que los directores volvieran a romper los esquemas del género ofreciendo un espectáculo capaz de renovar la manera de entender este tipo de cine. Nada más lejos de la realidad. Los Wachowski se han olvidado de cualquier intención de sorprender, y han parido una película cuyo único objetivo es la diversión y el espectáculo sin pretensiones.
"Jupiter Ascending" es una película sin horizontes. Un cóctel de referencias que coge elementos de cualquier título del género sin compasión alguna y sin mesura. De ese modo, nos encontramos con una space ópera que tiene puntos en común con sagas galácticas como "Star Wars" y "Star Trek", o con "Warhammer 40k", e incluso con la propia saga de "Matrix" en el diseño de algunos de los elementos. Añadan a ello un argumento simple en su concepción, pero al que los hermanos intentan dar una épica inexistente alargando el quid de la cuestión hasta casi romper el hilo de la paciencia. Y sin embargo, la película entretiene. Puede que ahí radique la grandeza de estos realizadores, en su capacidad para echar por tierra cualquier atisbo de buen cine, y aún así, conseguir mantenernos en nuestras butacas atentos a todo lo que sus cámaras nos muestran. Ni siquiera las interpretaciones de un elenco plagado de nombres conocidos para el gran público consiguen elevar el resultado objetivo de la cinta... una cinta que aún así, entretiene.
Y entretiene porque, pese a los delirios de grandeza de los Wachowski, nace sin complejos. No tiene límite a la hora de echar por tierra la verosimilitud o la coherencia del relato, y lo sabe... y lo mejor para la película, lo explota. La acción se desborda, y demuestra el terreno en el que los directores mejor se mueven, con algunas persecuciones rodadas con un pulso y una técnica impresionantes, y el drama que se desarrolla se deja llevar por el impacto visual del diseño de producción, sin buscar en ningún momento trascender la pantalla. Andy y Larry pretenden crear un universo propio que bebe de tantas fuentes que resulta impersonal, y aún así, y entre tanta inmundicia cinéfila, consiguen transmitir la sensación de que el tiempo no se ha perdido, sino que se ha aprovechado en divertirse.
La banda sonora de Michael Giaccino es lo único sobresaliente en una película en la que su partitura, está a años luz de la calidad del resto de elementos. Y aunque haya tan poco bueno que decir de "Jupiter Ascending", y por contra, tanto malo que reseñar de la misma, no olviden una cosa importante... a pesar de todo, esta película, entretiene. Y al final, esa es una de las características que más se esperan de una cinta...así que algo bueno tendrá.
Andy y Lana, vuelven a la ciencia ficción tras "El atlas de las nubes", una película en la que coqueteaban con multitud de géneros, y todos dispares entre ellos, en un título que no me cansaré de reivindicar como gran película de culto que fue capaz de embaucarme con su poderío narrativo. Pero ahora, se centran en el género que les dio el reconocimiento mundial gracias a su exitosa y, en muchos aspectos, revolucionaria saga "Matrix". Ese hecho, ha generado un revuelo excesivo alrededor de esta película, en la que muchos tenían depositada la esperanza de asistir a un novedoso ejercicio de estilo en el que los directores volvieran a romper los esquemas del género ofreciendo un espectáculo capaz de renovar la manera de entender este tipo de cine. Nada más lejos de la realidad. Los Wachowski se han olvidado de cualquier intención de sorprender, y han parido una película cuyo único objetivo es la diversión y el espectáculo sin pretensiones.
"Jupiter Ascending" es una película sin horizontes. Un cóctel de referencias que coge elementos de cualquier título del género sin compasión alguna y sin mesura. De ese modo, nos encontramos con una space ópera que tiene puntos en común con sagas galácticas como "Star Wars" y "Star Trek", o con "Warhammer 40k", e incluso con la propia saga de "Matrix" en el diseño de algunos de los elementos. Añadan a ello un argumento simple en su concepción, pero al que los hermanos intentan dar una épica inexistente alargando el quid de la cuestión hasta casi romper el hilo de la paciencia. Y sin embargo, la película entretiene. Puede que ahí radique la grandeza de estos realizadores, en su capacidad para echar por tierra cualquier atisbo de buen cine, y aún así, conseguir mantenernos en nuestras butacas atentos a todo lo que sus cámaras nos muestran. Ni siquiera las interpretaciones de un elenco plagado de nombres conocidos para el gran público consiguen elevar el resultado objetivo de la cinta... una cinta que aún así, entretiene.
Y entretiene porque, pese a los delirios de grandeza de los Wachowski, nace sin complejos. No tiene límite a la hora de echar por tierra la verosimilitud o la coherencia del relato, y lo sabe... y lo mejor para la película, lo explota. La acción se desborda, y demuestra el terreno en el que los directores mejor se mueven, con algunas persecuciones rodadas con un pulso y una técnica impresionantes, y el drama que se desarrolla se deja llevar por el impacto visual del diseño de producción, sin buscar en ningún momento trascender la pantalla. Andy y Larry pretenden crear un universo propio que bebe de tantas fuentes que resulta impersonal, y aún así, y entre tanta inmundicia cinéfila, consiguen transmitir la sensación de que el tiempo no se ha perdido, sino que se ha aprovechado en divertirse.
La banda sonora de Michael Giaccino es lo único sobresaliente en una película en la que su partitura, está a años luz de la calidad del resto de elementos. Y aunque haya tan poco bueno que decir de "Jupiter Ascending", y por contra, tanto malo que reseñar de la misma, no olviden una cosa importante... a pesar de todo, esta película, entretiene. Y al final, esa es una de las características que más se esperan de una cinta...así que algo bueno tendrá.
8 de febrero de 2015
8 de febrero de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mala película, con un guión poco trabajado, inconexo, parecían fragmentos de cosas fantásticas y alucinantes puestas como pegotes. Una lastima de película que en le trailer parecía prometer.
En cuanto a los efectos visuales espectacular, que menos para una película con un presupuesto tan elevado, pero des de luego es un ejemplo que con eso no es suficiente.
Me esperaba un tratamiento de los personajes más oscuro , con una evolución más tratada, la percepción que he tenido es la de una evolución plana.
Floja floja.
En cuanto a los efectos visuales espectacular, que menos para una película con un presupuesto tan elevado, pero des de luego es un ejemplo que con eso no es suficiente.
Me esperaba un tratamiento de los personajes más oscuro , con una evolución más tratada, la percepción que he tenido es la de una evolución plana.
Floja floja.
15 de febrero de 2015
15 de febrero de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un momento de su última película, los Wachowski ponen en boca del villano lo que significa el negocio del cine, una inmensa maquinaria de hacer dinero cueste lo que cueste, aprovechándose de quien se cruce por su camino. No es casualidad que estos dos hermanos condenados por parte de los espectadores y de los productores a repetir el éxito de su ambiciosa epopeya matricial carguen de esta manera sutil contra la industria del entretenimiento, pues tan pronto estuvieron en lo más alto como tocaron fondo en sucesivos trabajos.
Pero por mucho que arremetan contra la misma industria que les da de comer en forma de superficial discurso capitalista, lo cierto es que la culpa de que no hayan vuelto a levantar cabeza es suya y solamente suya. Porque es sólo culpa de ellos no haber sabido aprovechar los generosos 170 millones de dólares que Warner, que mima más la autoridad de sus cineastas antes que el mero hecho de amasar millones, para narrar algo mínimamente interesante y entretenido.
Lo único que puede salvarse de esta “El destino de Júpiter” es su factura técnica. Efectos especiales de infarto, un gran trabajo de maquillaje, vestuario, un excelente sonido, una solvente banda sonora a cargo de Michael Giacchino… Su abultado presupuesto se nota en cada detalle de la producción, y lo que los hermanos obtienen es un espectáculo de pirotecnia visual para ver con la boca abierta y en pantalla grande. Pero entre tanta escena de acción frenética pero reiterativa, conflicto fraternal no resuelto, bienvenido cameo sorpresa montypythoniano y boda bizarra, “El destino de Júpiter” se ve frustrada por un guión que ya acusa importantes agujeros desde su presentación, al minuto de arrancar la proyección. Personajes pésimamente dibujados, situaciones que deberían ser graciosas pero resultan vergonzosas, y una sensación general de no creerte nada de lo que te están contando. Los actores hacen un esfuerzo y un acto de fe por creerse la trama, pero es la más floja de la función, Mila Kunis, la que viene a sintetizar la sensación del público con su “No me j****”constante.
Y, encima, los Wachowski intentan vendernos de nuevo la historia que les hiciera famosos hace casi 15 años. Es decir, la del elegido que debe salvar a la Humanidad de ser cosechada por una raza superior que incluso puede alterar nuestra percepción de la realidad a su antojo. Esta vez sin chispa, sin una mezcla de géneros y estilos coherente y que funcione –aquí también está “Dark City” como una de sus referencias, mezclada con otras del género como “Dune”-. Uno se pregunta si aquella alegría que supuso “El Atlas de las Nubes” no fue en realidad fruto de la presencia de Tom Tykwer, y si estos dos hermanos no tuvieron ya su momento de gloria y realmente carecen de verdadero talento. Lo peor de todo esto es que, en su idea de negocio, los que salimos perdiendo somos los espectadores que pagamos por ver este monumental bodrio aburrido e insustancial bañado de atractivos fuegos artificiales.
A favor: su factura técnica
En contra: todo lo demás
Pero por mucho que arremetan contra la misma industria que les da de comer en forma de superficial discurso capitalista, lo cierto es que la culpa de que no hayan vuelto a levantar cabeza es suya y solamente suya. Porque es sólo culpa de ellos no haber sabido aprovechar los generosos 170 millones de dólares que Warner, que mima más la autoridad de sus cineastas antes que el mero hecho de amasar millones, para narrar algo mínimamente interesante y entretenido.
Lo único que puede salvarse de esta “El destino de Júpiter” es su factura técnica. Efectos especiales de infarto, un gran trabajo de maquillaje, vestuario, un excelente sonido, una solvente banda sonora a cargo de Michael Giacchino… Su abultado presupuesto se nota en cada detalle de la producción, y lo que los hermanos obtienen es un espectáculo de pirotecnia visual para ver con la boca abierta y en pantalla grande. Pero entre tanta escena de acción frenética pero reiterativa, conflicto fraternal no resuelto, bienvenido cameo sorpresa montypythoniano y boda bizarra, “El destino de Júpiter” se ve frustrada por un guión que ya acusa importantes agujeros desde su presentación, al minuto de arrancar la proyección. Personajes pésimamente dibujados, situaciones que deberían ser graciosas pero resultan vergonzosas, y una sensación general de no creerte nada de lo que te están contando. Los actores hacen un esfuerzo y un acto de fe por creerse la trama, pero es la más floja de la función, Mila Kunis, la que viene a sintetizar la sensación del público con su “No me j****”constante.
Y, encima, los Wachowski intentan vendernos de nuevo la historia que les hiciera famosos hace casi 15 años. Es decir, la del elegido que debe salvar a la Humanidad de ser cosechada por una raza superior que incluso puede alterar nuestra percepción de la realidad a su antojo. Esta vez sin chispa, sin una mezcla de géneros y estilos coherente y que funcione –aquí también está “Dark City” como una de sus referencias, mezclada con otras del género como “Dune”-. Uno se pregunta si aquella alegría que supuso “El Atlas de las Nubes” no fue en realidad fruto de la presencia de Tom Tykwer, y si estos dos hermanos no tuvieron ya su momento de gloria y realmente carecen de verdadero talento. Lo peor de todo esto es que, en su idea de negocio, los que salimos perdiendo somos los espectadores que pagamos por ver este monumental bodrio aburrido e insustancial bañado de atractivos fuegos artificiales.
A favor: su factura técnica
En contra: todo lo demás
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