Difícilmente se puede disfrutar una película cuando el protagonista cae tan antipático como este Truman Capote.

Al final se humaniza un poco, pero es tarde porque uno ya está hasta el gorro de esa sanguijuela.

Claro que ni siquiera cae mal hasta el punto de odiarle, porque la película es de un soserío que lo impide.

En cuanto a Hoffman... Dios mío, qué vocecita más ridícula le han endilgado. No sé como será en V.O., pero a mí esa horrible voz ya me distanció de su interpretación.

Me pareció una película insípida con un protagonista antipático y un actor asesinado por el doblaje.

Cabe decir que este año en los Oscars no ha habido una obra cumbre, ninguna de las películas tiene ese título, sino que ha sido un año de buen cine, correcto y más que interesante. Este film no escapa a estos.
Correcto hasta en el más mínimo detalle, trabajado, premeditado y a la vez gélido y muy poco emocionante, el novel y muy prometedor director Bennett Miller no nos dá una biopic de Truman Capote, sino que nos lo muestra en el momento crucial de toda su vida, en lo que sería la escritura de su obra maestra.
Poco a poco, Capote se vá metiendo en esta intrincda historia que lo llevará al estrellato y al respeto internacional, así como también al declive moral. Capote no será el mismo, no terminará ningún otro libro , solo se conformaría con ser celebridad.
Con una impecable puesta en escena y un extraordinario guión, el film logra su cometido gracias a la avasallante personificación de ese extraordinario e inigualable actor que es Phillip Seymour Hoffman, que con este monumental trabajo coronará su incuestionable carrera artística. Basta observarlo solo unos minutos y ver que no es Phillip sino Truman, ese personaje tan arrogante como perspicaz, maligno como compasivo, heroe o traidor y en la escena final se pueden ver en el rostro de Hoffman/Capote todos los sentiminetos de ira, verguenza, impotencia y culpa.
Maravillosa como de costumbre está la gran Catherine Keener e impecable Chris Cooper.
Más que interesante film que muestra a un personaje que tocó la cima pero que al caer vió como el mundo lo había deshechado como papelito.

Hay películas que no pasan de olvidables de no ser por alguna interpretación especialmente inspirada. Es el caso de las recientes "El Asesinato de Richard Nixon" y "Transamérica" que apoyan absolutamente todo el peso en sus interpretaciones principales de unos geniales Sean Penn y Felicity Huffman respectivamente. En "Truman Capote" (erróneamente titulada ya que no se trata de un biopic como se puede sugerir, sino del proceso de creación de "A Sangre Fría") ocurre lo mismo: una película que proteme bastante argumentalmente, con algunos buenos momentos, pero que se queda en una mera exhibición de Philip Seymour Hoffman, embarrullada y descentrada en su narración y que sin lugar a dudas deja frío al espectador. De manera que si lo que hace grande una película es su capacidad de entretener, emocionar o hacer reflexionar al espectador, "Truman Capote" es sin duda bastante pobre.

Papelón el que realiza Philip Seymour Hoffman en ésta cinta que viene a constituir una especie de biografía -sin llegar a serlo- del archiconocido escritor. No es solo que el papel parezca hecho adrede para el lucimiento personal de éste fantástico actor, es que realmente PSH se sale. Solo por su magnífica interpretación, toda una clase magistral por su parte, ya merece la pena ver la película.

Cierto es que se limita básicamente a una de sus novelas, "A sangre fría", pero aún así transmite tanto la historia relatada en la novela como el interior de Capote. Y lo consigue bastante bien. Un genio, en apariencia, perdidamente enamorado de sí mismo, que se permite todas las excentricidades del mundo, pero con un fondo de inseguridad que llega a apreciarse a la perfección.

Sin ser una cinta redonda, resulta bastante lograda. Y aún a riesgo de resultar reiterativa, la actuación Philip Seymour Hoffman, Óscars aparte (soy de las que no consideran los premios un termómetro demasiado fiable), es inolvidable.

Buena y recomendable.

Este es el resultado mezcla de un gran trabajo, de un gran drama, y del relato de un capítulo en la vida de una infinita personalidad de la literatura estadounidense.
La cinta resulta ser mucho más compleja de lo que aparenta, de lo que parece. Bennett Miller ha plasmado una de las historias mejor contadas del cine, con el protagonismo de Seymour Hoffman en las alturas, realizando uno de sus papeles más comprometidos, profundos y difíciles de toda su carrera. Realmente impecable, brillante.

Poco más se le podría agregar a esta película, que se compone de particular belleza y conmovedor sentido del dolor. Más grandiosa aún debe ser para los que hayan leído "A sangre fría" (yo apenas pude, salí corriendo a comprarlo).

Truman Capote inventó lo que hoy conocemos como "novela de no ficción"; Bennett Miller ha robado un trozo de su vida y le ha rendido un poco del honor que tanto - todavía - se merece.

Notable.