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¿Quién le teme a Virginia Woolf?

Drama George y Martha son un matrimonio que se profesa un odio salvaje. Ambos tienen personalidades autodestructivas, conocen perfectamente las debilidades del otro y saben cómo exasperarlo. George es un profesor de historia alcohólico. Martha, la hija del director de la universidad donde George da clases, es una mujer frustrada y vulnerable. Un sábado por la noche, después de una fiesta, invitan a su casa a un nuevo profesor y a su esposa. ... [+]
Críticas 67
Críticas ordenadas por utilidad
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8
12 de junio de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial película que destaca por las brillantes actuaciones, muy en especial y muy por encima de los demás, la de la gran Elizabeth Taylor. Sin su presencia, personalidad y fuerza esta cinta no sería ni remotamente lo mismo. Pero además de la parte histriónica, la dirección es excelente, al saber poner el ojo en los lugares y momentos adecuados para resaltar el drama, y la cinematografía se aprecia novedosa para la época. El guión aunque es ingenioso y bastante realista tiene momentos de descenso en la intensidad, con escenas sin gran aporte pero que suman credibilidad y calidad a la historia. La parte más débil, a mi parecer, son las actitudes por momentos poco creíbles de los personajes, algunas algo exageradas, y otras tal vez forzadas, pero todo dentro de un marco de drama psicológico muy bien armado y sobre todo, (vale la pena la insistencia) con una pantalla completamente desbordada de talento de la gran Elizabeth Taylor.
7
4 de septiembre de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debut de Mike Nichols en la que aún es su mejor película 45 años después de su estreno. ¿Quién Teme a Virginia Woolf? es una obra teatral de Edward Albee adaptada a la pantalla bajo guión de Ernesth Lehman, productor del propio film. Cuenta en su reparto con el matrimonio (ficticio y en la vida real) formado por Elizabeth Taylor y Richard Burton, acompañados de George Segal y Sandy Dennis. El éxito que tuvo en su momento queda reflejado en que fue nominada a todos los Oscar a los que podía ser elegible, trece, ganando cinco: el de mejor actriz para Taylor, mejor actriz secundaria para Dennis, el de Fotografía (B/N), Dirección Artística y Diseño de Vestuario. Se quedó por el camino el de mejor film, mejor director para Nichols, mejor guión adaptado de Lehman, mejor música para Alex North y las nominaciones para sus dos intérpretes masculinos.

Historia de un matrimonio (Burton y Taylor) y el juego que llevan a cabo la noche que tienen unos invitados que han conocido en una fiesta (Segal y Dennis). Durante el transcurso de la velada, estos últimos son testigos de las discusiones entre la propia pareja anfitriona, llegando a las agresiones físicas y verbales, humillaciones, reproches e incluso infidelidades con los mismos huéspedes, no tan dulces y cándidos como quieren hacer ver.

De corte teatral, sin apenas cambio de escenario, con solo cuatro intérpretes, apoyado por el elaborado guión de Lehman y una sólida dirección de Nichols, que capta de manera perfecta la confrontación, el tour de force entre el matrimonio integrado por una hiriente y agresiva Elizabeth Taylor y un sarcástico Richard Burton. Batalla dialéctica que ocupa la totalidad de un metraje que no da respiro al espectador durante (las algo excesivas) dos horas de duración, a las que asistimos al careo entre estos dos titanes de la actuación, unos esplendidos y enormes Richard Burton y Elizabeth Taylor en pleno apogeo de sus carreras.

Es fácil alabar la labor de la pareja protagonista, no lo es sin embargo darles réplica y eso lo hacen muy bien los dos medidos secundarios que hacen acto de presencia en casa del veterano par de casados, un inocente George Segal, más malicioso de lo que se hacía prever en los compases iniciales, y su mujer, la lela y manipuladora Sandy Dennis. Curioso es ver como de su corto reparto solo las dos actrices se llevaron la preciada estatuilla, quedándose Segal y en especial Burton sin un premio más que merecido.

Ahora que hace que se ha estrenado lo nuevo de Roman Polanski, Un Dios Salvaje, que también trata una pelea entre dos matrimonios, he querido recuperar esta más que lograda ¿Quién Teme a Virginia Woolf? Imagino la polémica surgida en el momento de su estreno por los hechos que relata y por su vocabulario punzante, hoy todo ello no provoca la misma reacción, podemos encontrar peores injurias y ofensas solo con encender la TV en horario de sobremesa, lo que hace que la controversia sea mucho menor que en el momento en el que se realizó. No es impedimento para alabar la labor de Nichols, Lehman, Burton, Taylor y la melancólica música de Alex North.
9
16 de mayo de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué mal cuerpo se queda viendo esta película, dios!!!. Es como si, de repente, estuvieras en casa de un familiar o vecino y comenzaran a discutir entre ellos, una no sabe dónde meterse y espera que la cosa se calme, intenta cambiar de conversación y que la cosa se enfríe. Pues aquí, viendo esta película, es la sensación que se vive pero duplicada. Es increíble la naturalidad con la que el matrimonio Taylor-Burton se mete en ese papel de pareja autodestructiva. Da miedo pensar en qué puede derivar una relación sentimental que no funciona, nos sorprenderíamos al comprobar cuántas parejas aparentemente ideales se maltratan psicológicamente como lo hacen estos actores en pantalla. Yo me he llegado a sentir incómoda al ver los improperios y vejaciones que se dedicaban entre sí. Brutal la interpretación de la bella Elizabeth Taylor que le haría ganar un más que merecido Oscar como mejor actriz. Su marido en la vida real y en la ficción, Richard Burton, también está soberbio pero para mí la Taylor es la mejor. Los secundarios George Segal y Sandy Dennis también están perfectos, de hecho la Dennis, quién estaba embarazada en el momento de realizar la película y que sufriría un aborto en el set de rodaje, se llevaría también el Oscar a mejor actriz secundaria. Esta película sería la cuarta de las once colaboraciones de la pareja sentimental Taylor-Burton. Como muy bien dice otro usuario, ésta es una película no apta para ver en un día en el que uno no se encuentre bien anímicamente.
9
29 de junio de 2020
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
«La locura es el refugio que inventamos cuando la irrealidad del mundo pesa mucho sobre nuestras cabezas» (Martha)

Cuatro años después de “Cleopatra” (1963), uno de los míticos clásicos de Hollywood, se vuelven a reencontrar Elizabeth Taylor y Richard Burton en esta película basada en la obra de teatro homónima de Edward Albee. La historia trata sobre las relaciones humanas, donde poco a poco se va generando una atmósfera de tensión, que lleva a las dos parejas, a través de unos diálogos e interpretaciones magistrales, a experimentar donde están sus límites. A lo largo del filme, se tocarán temas como: la historia, la ciencia, la religión, la maternidad, la muerte… que serán el reflejo de la frustración existencial de los personajes, y al mismo tiempo nos sirve a los espectadores/as como espejo de la complejidad de la naturaleza humana.
Me gustaría resaltar el trabajo de maquillaje, pues Lyz Taylor representa la edad de su personaje, 52 años, sin embargo tiene 33, solo dos más que George Segal, en el papel del joven Nick.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El desenlace, representa en mi opinión, el miedo que Martha le tiene a la vida real. Tras descubrirse que el hijo de ambos era una invención, Martha ha tenido que renunciar a ese mundo inventado que era su espacio de confort para enfrentarse a la realidad. ¿Por qué esa necesidad de inventarse un hijo?, ¿quizás el no poder tenerlo supuso para Martha, una frustración como mujer y esta mentira le permitió cumplir un sueño que se convirtió en un refugio que daba sentido a su vida? Ahí lo dejo.

«¿Quién teme a Virginia Woolf?» ,Martha responde: « Yo...le tengo miedo... George...yo».
3
26 de julio de 2016
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empecemos por lo bueno: el reparto…IMPECABLE. Intachables actores, y hasta memorables.

Pero el resto…¡oh, Dios!

Los personajes hablan y hablan y no ocurre nada ¡vamos! que el film ni siquiera cuenta una historia, si no una situación, y al final queda lastrada por su excesivo minimalismo. Y ya sé que es material basado en una obra de teatro pero si se va a filmar tal cual, entonces simplemente ¡¿para que filmarla?!

El cine no es teatro. No se basa simplemente en diálogos y la unidad de espacio y tiempo. Los personajes no son lo que dicen, son lo que hacen. El cine es expresar complejidades a través de un simple encuadre en silencio.

En fin, “¿Quien teme a Virginia Woolf?” no es una película. Es una larguísima escena magníficamente interpretada y quizás sea esa la única razón para verla.

Pero no es cine, es TEATRO.
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