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¿Quién le teme a Virginia Woolf?

Drama George y Martha son un matrimonio que se profesa un odio salvaje. Ambos tienen personalidades autodestructivas, conocen perfectamente las debilidades del otro y saben cómo exasperarlo. George es un profesor de historia alcohólico. Martha, la hija del director de la universidad donde George da clases, es una mujer frustrada y vulnerable. Un sábado por la noche, después de una fiesta, invitan a su casa a un nuevo profesor y a su esposa. ... [+]
Críticas 67
Críticas ordenadas por utilidad
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5
8 de noviembre de 2015
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adviértase que el término correcto para "borrachera" es "curda" con C. He optado por la grafía incorrecta aunque más popular.

Y es que las dos horas y pico de película son eso. La historia de una cogorza, melopea, merluza, mona, tajada, pedal, o como lo queramos llamar. Dos horas que resumen las 6 o 7 horas de una madrugada, que vivimos, eso si, como si estuviésemos metidos en semejante orgia de alcohol.

Dos parejas que se acaban de conocer pasan la madrugada en casa de una de ellas. Fenomenal trabajo actoral de Liz Taylor y Richard Burton, que es lo que hace que se salve una peli, a mi juicio un pelín pretenciosa. Está claro que hay que rascar la superficie para sacar lo que hay debajo, pero las conversaciones entre sorbo de coñac y trago de güisqui no me parecen más trascendentales que las que escucho cada día en el bar de la esquina.

Lo que es una maravilla ciertamente, es la composición musical de Alex North. Preciosidad de tema de guitarra, oiga.
10
3 de abril de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los merecidos premios que posee esta film, así como casi todas las magníficas críticas recibidas son lo bastante para garantizar que esta producción está entre los mejores trabajos cinematográficos de la historia del Cine, especialmente en lo referido a la interpretación de sus actores, entre los que destaca la pareja protagonista sin desmerecer a la otra pareja que forma parte del argumento del film.
Es una obra para deleitarse con ella en el teatro con unos buenos actores, pero en el Cine merecía a una Elizabeth Taylor y Richard Burton en estado de gracias. El visionado de este film es casi obligado en Versión original para el disfrute de las interpretaciones como si estuviéramos en el teatro, pero quiero destacar la magnífica Versión Española realizada en el año 1988 para su pase por Televisión Española, donde la maravillosa María Luisa Solá, una de las mejores actrices de doblaje en España, concretamente en Barcelona, realiza una interpretación del personaje de una manera extraordinaria.
Deseo resaltar esta doblaje (segundo después de su estreno), pues parece ser que nadie se acuerda del trabajo de estos actores maravillosos que nos hacen llegar estas excelentes obras a los que no dominamos el inglés con debería ser si se hubiera fomentado en España desde hace muchos años y desde la infancia el aprendizaje de este idioma que domina el mundo.

Una película imprescindible.
10
22 de marzo de 2016
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
George y Martha regresan a su casa tras una fiesta un sábado por la noche. George es profesor de historia en la universidad, y Martha es la hija del rector. No tienen hijos, y la relación entre ellos es ácida, cáustica, lacerante, punzante, hiriente, y lo que quieran añadir.
Pese a lo avanzado de la hora, reciben, por indicación del padre de Martha, a una joven pareja para tomar la ¿última? copa de la noche. El esposo es también profesor universitario, de biología,nuevo en la universidad, su joven y apocada esposa parece no tener muchas luces. Empieza entonces un juego, un combate verbal acompañado de grandes dosis de alcohol, en el que los anfitriones se despedazan, ellos y a los que tienen cerca.

La película es DEMOLEDORA. Si les gusta el teatro y el mejor cine, veanlá. Pero atención (aviso), van a presenciar una guerra (dialéctica) sin tregua, sin descanso, sin piedad en una palabra, donde se trocea emocionalmente al adversario y se escupe sobre su tumba.
Gran película de Mike Nichols, que dirigiría un año más tarde El Graduado,
8
31 de octubre de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién teme a Virginia Woolf? de Mike Nichols es un drama basado en una obra de teatro con enormes interpretaciones. Dirigida con un ritmo tranquilo y con un estilo insidioso en las constantes peleas de los protagonistas que están repletas de maldad, es una obra extraordinaria también en su entramado, que absorbe al público de forma implacable y que la convierten en una digna ganadora de 5 oscars. Además, tiene el aliciente de tener en su interior las actuaciones de la famosa pareja de entonces Richard Burton y Elizabeth Taylor. Realizada de manera impetuosa tiene un resultado excepcional de visión obligada por todos los cinéfilos clásicos.
La fotografía en blanco y negro está bien cuidada en detalles de interiores, siendo sugestiva en sus imágenes estéticamente idóneas y repletas de detalles. La música es intensa y turbadora en algunas escenas y emotiva y dramática en otras, realizando un notable trabajo de acompañamiento según es requerido en la acción. Los planos y movimientos de cámara completan una soberbia labor que saca lo mejor de las interpretaciones a través del uso del avanti, detalles, seguimiento, primeros y primerísimos planos, subjetivos, reconocimiento y cámara en mano informales, que simulan también el estado de embriaguez de los protagonistas.
Las actuaciones son deslumbrantes y contundentes. Como protagonistas Richard Burton está remarcable en un papel excepcional y Elizabeth Taylor está persuasiva en una labor con oscuridad psicológica, siendo irreprochables los acompañamientos de Sandy Dennis que está creíble en su tarea y George Segal también señalado en su interpretación. Emplea para estos la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones elegantes pero llevadas con informalidad, en un variado trabajo que marca tanto la personalidad como el estado anímico de los principales y que, junto con los oportunos decorados de interiores, te transportan.
El guion, escrito por Ernest Lehman y basado en la obra de teatro de Edward Albee, está muy trabajado y es algo intrincado en sus constantes y malintencionadas peleas matrimoniales, salpicando a la pareja de amigos que va a su casa a tomar una copa y sacando con ello también lo peor de estos. Con un argumento que profundiza mucho en los personajes de manera perniciosa, es una sustanciosa labor que deja a los cinéfilos clásicos absortos en el sorprendente trabajo, sobre todo en el interpretativo. Esto se lleva a cabo con una narrativa insidiosa e insinuante durante todo el film, que es muy expresiva y contiene unos diálogos ácidos que llevan al extremo el sarcasmo autodestructivo y agrio de sus conversaciones.
Para finalizar, la considero una obra indispensable e imperecedera en el séptimo arte, por ser una obra de teatro repleta de enormes interpretaciones que sacan lo peor de cada uno de los personajes, y que además, obtuvo 5 merecidos oscars que dan fe de su gran calidad cinematográfica. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, planos, movimientos de cámara, vestuarios y narrativa que vuelven a ¿Quién teme a Virginia Woolf?, un film auténtico en su entramado que apasiona a los amantes de los buenos dramas con el aliciente de tener en su interior, el tándem sentimental de Richard Burton y Elizabeth Taylor.
8
27 de octubre de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada vez que se me presenta la ocasión de ver a una pareja que sale del altar -o de un juzgado- tras ‘consolidar su relación’ contrayendo matrimonio, me llaman la atención esos rostros enamorados, alegres, llenos de esperanza y de ilusiones que salen a la calle convencidos de que han alcanzado el cielo. Entonces, opto por alejarme, porque no logro evitar que una sardónica sonrisa se dibuje en mi rostro, cuando pienso en la poderosa capacidad del enamoramiento para tornarnos inconscientes del complejo laberinto emocional que posee cada miembro de la pareja, al cual el otro tendrá que enfrentarse de manera irremediable… ¡Y hay de aquel que no esté preparado para tramitarlo madura e inteligentemente!

Cierta noche, mientras se tomaba una cerveza, al admirable escritor estadounidense Edward Albee, se le vino a la mente la idea de una obra teatral… y el título que se le ocurrió antes de haber empezado a escribir fue, “Who’s afraid of Virginia Woolf?” (¿Quién teme a Virginia Woolf?), asociándolo a “Who's afraid of the big bad wolf?” (¿Quién teme al enorme lobo malo?), una canción usada en Los Tres Cerditos (1933) de Walt Disney, de la que se acordó en ese momento, y que podía remitir a la suerte de complejas preguntas que suelen hacerse en el campus universitario como: “¿Quién tiene miedo de vivir la vida sin falsas ilusiones?” (1)

¿Y por qué Virginia Woolf? Porque Albee sabía muy bien quien era la escritora británica autora de las célebres novelas: “La Señora Dalloway”, “Al faro” y “Una habitación propia”, entre otras, y enterado de su vida personal: Hija del novelista e historiador Leslie Stephen... depresiva… con fuertes crisis nerviosas y constantes cambios de humor… víctima de un trastorno bipolar… bisexual… y casada con un escritor (Leonard Woolf, de quien tomaría el apellido de escritora) a quien sentía que amargaba tanto con su temperamento que, para dejarlo libre y en paz, optó por suicidarse.

Como podrá verse en la obra, o en la compleja pero brillante película que ha realizado como opera prima el director Mike Nichols, el drama está bien impregnado de la psicología de aquella escritora y el título tiene entonces mucha más profundidad de la que se supone, pues como también era su estilo literario, a los personajes aquí se les escudriña el alma, se les desnudan sus motivaciones emocionales y se descorre ese laberinto de contradicciones (luces y sombras) que nos lleva a comprender que el enamoramiento es un gran velo que se pone a los seres humanos para poder asegurar que se reproduzcan.

Pero, ¡cuán sólida se torna una relación que es capaz de sobrepasar este complejo descubrimiento y persiste en la convivencia a sabiendas de que, así como yo logro acogerla a ella, también mi pareja carga con mi + y mi -… aunque nunca falten los reproches.

Una muy bella y contrastada fotografía de Haskell Wexler, en ese blanco y negro de sombríos pasados; un guión perfectamente complementado por Ernest Lehman para crear un claro y eficaz ambiente cinematográfico; y unas actuaciones llevadas a la cima por Elizabeth Taylor, Richard Burton, George Segal y Sandy Dennis, hacen de “¿QUIÉN TEME A VIRGINIA WOOLF?” una película imprescindible… pero solo para aquellos a quienes guste viajar al laberinto de la conciencia.

(1) William Flanagan: “The art of Theater No. Edward Albee”

Título para Latinoamérica: “¿QUIÉN LE TEME A VIRGINIA WOOLF?”
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