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Un botín de 500.000 dólares

Acción. Comedia. Aventuras John "Thunderboolt" Doherty es un atracador retirado, cuyo agudo ingenio y nervios de acero lo han convertido en un maestro de su profesión. Sin embargo, está a punto de volver a la actividad criminal con un nuevo socio: "Lightfoot", un joven vividor cuya energía y exuberancia ofrecen al veterano una nueva perspectiva de vida. Su objetivo: el aparentemente impenetrable Banco de Montana. Tras formar una alianza incómoda con los antiguos ... [+]
Críticas 32
Críticas ordenadas por utilidad
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9
17 de enero de 2006
14 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Memorable película de Michael Cimino, (El cazador), donde Clint Eastwood, dejando a un lado el papel de Harry Callaghan, da vida a un veterano de guerra que sobrevive como puede, realizando diversos hurtos.
Junto a él, un jovenzuelo buscavidas, (Jeff Bridges), se embarcará en toda una aventura en la que ambos pondrán en peligro sus vidas.
Buen argumento, buenas escenas de acción, y buenos y solventes intérpretes, como el incombustible George Kennedy, o el simpático Geoffrey Lewis, para un filme trepidante y divertido.
6
27 de febrero de 2017 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La dirección de este film corre a cargo de un excelente Michael Cimino que sabe llevar el guión, también de su propia autoría, por unos derroteros muy dinámicos, en una componenda divertida y delirante que nos mantiene atentos a la pantalla los 114 minutos del metraje. Excelente música de Dee Barton y una magnífica y nítida fotografía de Frank Stanley. Puesta en escena y montaje, igualmente excelentes.
El reparto es de auténtico lujo, con dos pilares básicos: un Clint Eastwood que como suele hacer interpreta a la perfección con la misma facilidad con que respira, y un joven y novato Jeff Bridges que de tan buen papel como hace fue nominado en ese año de 1974 al Oscar como mejor actor de reparto. Ambos sólidos pilares actorales son secundados por George Kennedy, Gary Busey, Geoffrey Lewis, Catherine Bach, Jack Dodson, Dub Taylor y Vic Tayback, todos a cual mejor.
Pero no olvidemos que Michael Cimino es un ejemplo de ascenso meteórico y posterior caída a plomo, quizá de las caídas más sonadas de Hollywood. Con apenas dos guiones escritos por él (el film de ciencia ficción Naves misteriosas y Harry el fuerte), Cimino tuvo la oportunidad de dirigir esta película cuando su guion Thunderbolt and Lightfoot (Un botín de 500.000 dólares) fue adquirido por la productora de Eastwood, The Malpaso Company. Iba a ser el propio Eastwood quien dirigiera esta obra, pero Cimino convenció a Eastwood y socios de que le dejaran hacerlo a él. La película fue bastante exitosa y ello le dio la opción de dirigir de nuevo un film, una obra emblemática y ya en los anales de la cinematografía: El cazador (1978). Pero al poco se le pierde el rastro. La última noticia de es que en 2001 publicó su primera novela Big Jane y al poco, el ministro francés de cultura lo condecoró con la medalla de Chevalier des Arts et des Lettres. Mi parecer es que Michael Cimino, aunque sólo fuera por El cazador, ya merece un puesto en el Olimpo del cine.
Pero volviendo a nuestra película, Un botín de 500.000 dólares, tenemos que saber que fue su primera película, y que yo la considero una excelente hibridación, dentro de cierta cualidad de cine independiente, de subgéneros como la road movie, la buddy movie, la comedia disparatada, el tradicional cine de atracadores de bancos y las películas de acción. Una película que se ve con agrado, en la que Cimino deja ya ver destellos de su maestría. Se trata, así, de una cinta simpática, agradable, técnicamente buena, una historia de ladrones que huyen perseguidos por gente con muy malas pulgas.
En resolución. La recomiendo sin mucha vehemencia, sobre todo por ser el primer film de Cimino, luego porque puede servir de distracción; y finalmente porque a pesar de que mucha gente hace malas críticas de ella, a mí me parece una obra aceptable, aunque sólo sea por ver a Clint Eastwood y a Jeff Bridges en sendos meritorios papeles; y manejando los hilos: Michael Cimino.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
John "Thunderboolt" Doherty (Clint Eastwood) es un atracador retirado, que ha triunfado en su profesión por su temple y su ingenio. John es perseguido por unos antiguos colegas que pretenden cobrarse viejas deudas (George Kennedy y Gary Busey). En uno de esos acosos con peligro para su vida, John, en su huida ante la balacera de sus contrincantes, se tropieza en su huida con un joven "Lightfoot" (Jeff Bridges), que conduce un coche deportivo, al cual puede encaramarse para escapar. Pero este hecho hace que al poco, John esté a un palmo de volver a su actividad delictiva con el joven e improvisado socio, un vividor en toda regla cuya frenética actividad y cuyo talante alegre y dicharachero, seducen al veterano ladrón, lo cual que se le abre una nueva opción en su vida. Se proponen como objetivo una empresa harto difícil: robar el Banco de Montana. Para ello deben unir fuerzas con los perseguidores y antiguos compinches de John. Delinean, así, un plan sorprendente que abocará la historia por derroteros frenéticos a la vez que inesperados.
6
26 de abril de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando empieza la película y ves a Clint Eastwood de cura sabes que hay gato encerrado. Cuando aparece Jeff Bridges dándoselas de chuleras y caradura sabes que se cruzará con el otro seguramente de la manera más estrafalaria.
Y, efectivamente, cuando ocurre, sabes que lo que van a montar estos dos prendas ni va a ser algo bueno ni va a tener consecuencias agradables.

Al igual que otro gran director americano llamado Steven Spielberg, Michael Cimino (ni tan famoso ni tan querido como el anterior) comenzó su carrera con un largometraje que tomaba su escenario principal en la carretera...y es que, desde que "Easy Rider" se convirtiera en fenómeno de culto, el subgénero de la "road movie" despegaría y viviría su época dorada en los '70. Ahí está enmarcada "Thunderbolt and Lightfoot", cuyo título dado en España carece de la misma fuerza (claro, Eastwood por aquella época era "el de "Por un Puñado de Dólares" "), que venía de un guión que había escrito el futuro realizador de la mítica "El Cazador" a los 33 años de edad, el cual su representante, Stan Kamen, hizo llegar a manos de un Clint Eastwood consagrado como actor y al que poco le faltaba para serlo también como director.
Este último quedó tan impresionado con su trabajo, así como con el que desempeñó en la hoy obra de culto de ciencia-ficción "Naves Misteriosas", que decidió que el propio Cimino sería quien ocupara el puesto de director, y no sólo eso, sino que le contrataría para escribir el guión de "Harry, "el Fuerte" ", en el que también colaboró John Milius. Como más tarde admitiría Cimino, si no hubiese sido por Clint Eastwood, nunca habría iniciado una carrera en el mundo del cine.

Como dice el refrán, Dios los cría y ellos se juntan, y lo podríamos aplicar a la pareja formada por "Thunderbolt" y Lightfoot: el primero, un veterano de Corea reciclado en atracador profesional que ha estado un tiempo haciéndose pasar por párroco para evitar que Red y Goody, dos de sus compinches del último robo, le acaben liquidando; el segundo, un joven vivaracho con un pasado no muy bueno que ha hecho de la rebeldía su modo de vida. Ambos se cruzarán en una situación de peligro así como el que no quiere la cosa, se harán amigos del alma por las buenas y terminarán asociándose.
Y si se hacen socios es por una razón: "Thunderbolt" conoce el paradero de las ganancias del robo fallido, las cuales alcanzan la jugosa cantidad de medio millón de dólares...lo que pasa es que se hayan ocultas en un colegio; mientras el simpático dúo se encamina a por el dinero, Red y Goody los perseguirán a sangre fría. El destino querrá unir a los cuatro, quienes, desengañados con el escondite del botín, optarán por preparar otro atraco en el mismo banco; la amistad se dará de tortas con la codicia en un largo trayecto por carretera cuyo final va a ser de todo menos beneficioso.

"Thunderbolt and Lightfoot" es el paradigma de lo que entenderíamos hoy por " "road movie" clásica de los '70", y eso es, ni más ni menos. En una tradición de lo más americana, Michael Cimino va dando forma a su debut a través de una frenética huida con el dinero y las ganas de vivir como alicientes y enfrentando la amistad con la avaricia, elementos existentes en un mundo sucio y corrupto, lo que remarca el desencanto social que envuelve a la historia; el director hereda el tono cínico, seco y violento de cineastas como Michael Winner, Siegel o Peckinpah y lo dota al mismo tiempo de un toque de humor negro y melodrama.
Pero también hay fallos en el film...algunos difíciles de perdonar. Mientras que el comienzo, divertido y alocado, se adivina muy prometedor, pese a ese encuentro de los protagonistas tan forzado (se hacen amigos por la propia lógica del argumento, si no de qué) y algunos momentos bastante surrealistas que quedan fuera de lugar (lo del chiflado de los conejos me dejó K.O.), la acción y el interés se diluyen, alcanzando su punto máximo casi a la hora de película. A partir de ahí vendrán más de 20 minutos del todo innecesarios donde la trama se pone en "stand-by" (cuando los cuatro se ponen a trabajar cada uno por su lado); menos mal que luego, con lo del atraco, parece coger fuerza otra vez.

Y vaya grupo el que tenemos aquí. Clint Eastwood, muy alto y gallardo él, hace otra vez de Clint Eastwood, es decir, de duro y socarrón, quien, para no variar, da vida a un individuo muy peculiar que persigue un montón de dinero, quedando su "Thunderbolt" como una combinación modernizada de sus personajes de "Por un Puñado de Dólares", "Los Violentos de Kelly" y "Dos Mulas y una Mujer". Un Jeff Bridges poseedor de un carisma insuperable, sobresale por encima del anterior con una actuación realmente magistral, las cosas como son.
A éste le siguen el gran George Kennedy, que está de un detestable subido, y el siempre eficiente Geoffrey Lewis, otra vez en colaboración con Eastwood, al igual que Bill McKinney, aquí más chiflado que nunca. Y en una corta aparición podemos ver a un joven Gary Busey. No muchos son los que conocen esta excitante en ocasiones, pesada en otras, "road movie" de ladrones, perdedores y persecuciones con la que empezó Michael Cimino. Creo que "Thunderbolt and Lightfoot" es una obra infravalorada injustamente a día de hoy, la verdad.

Puede que no sea tan mítica como otras de la década de estilo semejante, pero posee muy buenos momentos, agradecidas dosis de humor e intriga y grandes secuencias de acción.
Venga, voy a perdonarle al director esos 20 minutos de más dándole una buena nota a su debut.
6
12 de abril de 2020 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una entretenida película que se podría encuadrar en el género policíaco-aventuras-comedia. Uno de los atractivos de la trama es que nos lleva por la América profunda de los años 70, con sus acertadas localizaciones y sus tipos, extravagantes y con personalidades muy acentuadas. La interpretación de Jeff Bridges es de Óscar pero no como actor de reparto sino como de lo que es, actor principal junto a Eastwood.
El director, Michael Cimino realiza en esta película un ejercicio de engaño con el espectador ya que jamás podríamos imaginar que esta película y "El cazador" tengan el mismo padre cinematográfico. El ritmo cómico de esta contrasta radicalmente con el que nos marca en la que rodó cuatro años después, que le valió un Óscar, y esos diferentes registros solo los consiguen los grandes directores.
Para completar el cuadro de actores ya adelantado, tenemos a George Kennedy, un hombre tosco, carente de modales, como tanto en esta como en Charada, pero que sí alcanza cotas de ternura como en Aeropuerto.
"Un botín de 500.000 dólares" nos entretendrá y será difícil que defraude a algún tipo de público.
8
13 de noviembre de 2020 2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi ya empezada en la tele, pensando que la dejaría al cabo del rato; y no solo me enganchó, sino que me encantó. Después recordé que era la primera película de Michael Cimino, director, en mi opinión, sobresaliente, por no decir genial, pero que sin embargo no pudo -seguramente debido al catastrófico fracaso de su película "La puerta del cielo"- desarrollar una carrera suficientemente prolífica. Si bien en la memoria del cinéfilo permanecerá siempre esa obra maestra inolvidable que es "El cazador".

Pero aquí ya se ve que el tío tenia talento. Qué diferencia con esas películas de acción hiper vitaminadas y llenas de convencionalismos que ahora se pergeñan como churros. Esta película, por el contrario, se permite aflojar el ritmo y recrearse en bellos paisajes (esos diálogos con los personajes diminutos y rodeados por el paisaje se repetirían en El Cazador), así como en pequeños momentos y situaciones, a la manera, digamos, de una película "artística" europea. Lo cual resulta idóneo para desarrollar la genuina amistad que se va fraguando entre los protagonistas: un Eastwood más humano que de costumbre, y un joven y extraordinario Jeff Bridges componiendo un personaje inolvidable. También cabe mencionar a un estupendo George Kennedy interpretando a un malvado perseguidor de los protagonistas.

Estamos, en definitiva, ante una película muy atractiva, una película recorrida por momentos violentos pero también tiernos y jocosos; y un retrato a la postre melancólico de la fugaz amistad establecida entre dos personajes muy distintos en edad y carácter, pero cuyos destinos errabundos confluyen en el peligroso camino que discurre al otro lado de la ley.
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