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No habrá paz para los malvados

Thriller Madrid, principios del siglo XXI. Un día, el inspector de policía Santos Trinidad, volviendo a casa muy borracho, se ve involucrado en un triple asesinato. Pero hay un testigo que consigue escapar y que podría incriminarlo. Santos emprende una investigación destinada a localizar y a eliminar al testigo. Mientras tanto, la juez Chacón, encargada de la investigación del triple crimen, avanza meticulosamente en la búsqueda del asesino ... [+]
Críticas 317
Críticas ordenadas por utilidad
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8
2 de octubre de 2011
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Urbizu es un director especial. No se parece a ninguno. No habrá paz para los malvados pudo haber sido el thriller taquillero que el cine español necesita cada otoño para salvar sus cuentas. Es mucho más. En el film se esconde una reflexión que no todos los espectadores entenderán: la crítica a una sociedad corrupta, podrida desde los estamentos policiales. Santos Trinidad ha matado a varios tipos en un puticlub y pronto descubre que esas personas escondían algo oscuro. Empieza a investigar aprovechándose de su cargo en la policía madrileña, y lo que parece una operación para salvar su propio culo puede que acabe destapando una trama de terrorismo a gran escala con consecuencias devastadoras para la población. Mientras, los jueces e investigadores sólo dan tumbos sin llegar al corazón del misterio. Urbizu tampoco se entretiene en él, porque su cine es cinéfilo y le fascinan las pesquisas detectivescas, pero su estilo también se preocupa por trascender, y eso le lleva a firmar uno de los finales más sólidos, inesperados e incómodos del año.

La audiencia se entretiene, pero se lleva trabajo a casa para poder digerir la carga dramática, el profundo pesimismo que desprende No habrá paz para los malvados. El título es perfecto porque viene a resumir el contenido de la película y porque confirma que antes que un thriller lo que Urbizu ha creado es un western urbano. Y Coronado es su vaquero, un maldito bastardo. Como la película tiene dos pieles, necesitamos volver a verla para apreciar todos los detalles que fácilmente pueden pasar desapercibidos a simple vista. Tan solo la interpretación de Helena Miquel, juez Chacón, me parece disonante con lo que plantea Urbizu: el director quiere que la única mujer del film parezca un hombre frío y calculador, pero la actriz es tan mala que todo queda en un mero intento. Un film con 'Rock'n'roll' y un personaje suicida que, como él mismo advierte a sus compañeros de oficina, va y quiere irse 'a tomar por culo'. No da tregua, tampoco paz: tenemos nuevo peliculón de Urbizu.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
5
26 de mayo de 2022
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pena lo que pudo ser y no fue. A diferencia de lo que comentan otros usuarios, la película no se me hizo aburrida, sino razonablemente entretenida. Sin embargo, el resultado global es flojo, con personajes más bien planos y varios momentos en los que hablaban tan bajo y vocalizando tan mal, que tenía que repetir la escena para poder dilucidar lo que decían.

Pero lo realmente lastrante e imperdonable en este filme es el oscurantismo al que nos someten respecto a su protagonista, Santos Trinidad (José Coronado), del que nos ocultan toda la información que nos serviría para conocer al personaje, comprenderlo, entender sus motivaciones, tomar una postura crítica y moral respecto a él, empatizar con él. Nada de esto es posible porque viene a ser como un tipo caído del cielo, y así es imposible meterse en la historia. Me parece incomprensible que no nos cuenten nada del protagonista de la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Santos Trinidad había sido un policía ejemplar, condecorado, pero a día de hoy recorre una senda de autodestrucción, es un paria al que se la suda todo, que fuma como un carretero y se bebe hasta el agua de los floreros. ¿A qué se debe que haya terminado así? Ni idea, no nos lo cuentan. Podemos elucubrar con que quedó tocado tras haber supuestamente disparado accidentalmente a su compañero en Colombia, dejándolo parapléjico. Pero sólo son hipótesis que nosotros espectadores podemos hacer.

¿Por qué actúa Santos cómo actúa? ¿Por qué hace lo que hace? No se nos da ningún tipo de explicación. No sabemos qué lo lleva a entrar en un puticlub y cargarse allí a tres personas. ¿Venganza? ¿Ajuste de cuentas? ¿Quiénes eran esas personas y qué le habían hecho a Santos? Misterio. Luego mata yihadistas. ¿Quiere hacer del mundo un lugar mejor? ¿Es una redención personal? A saber.
En fin, incomprensible del todo que del personaje protagonista no se nos ofrezca más que un simple boceto, por lo que la película se puede resumir en que: un poli alcohólico va por ahí cargándose gente como en el salvaje Oeste. Fin.
9
22 de octubre de 2011
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La originalidad narrativa de "No habrá paz para los malvados" alberga su punto más jugoso en aquello que omite. Lo elidido, aquello que el espectador intuye, pugna por encontrar una salida, una vía de escape. Pero no se trata de una elipsis lógica y necesaria en el fluir de la historia, sino de un submundo que suma, intriga y da intensidad a la trama de Santos Trinidad (José Coronado), el protagonista del film. Es decir, al espectador no solo se le oculta aquellos datos que por obvios y anodinos suelen ser limados en cualquier narración —¿qué puede aportar, por ejemplo, que tras un almuerzo un personaje cumpla con su hábito higiénico de cepillarse los dientes?—, sino también aquellos que son troncales para el desarrollo de la historia. Y este es uno de los aspectos más atractivos y sugerentes de un filme neo-noire, castizo e inteligentemente concebido.

Las estratégicas elipsis argumentales se tornan en extensiones al propio film, brazos postizos adosados al tronco de la historia, y sus tramas no mueren tras finalizar el mismo, sino que te persiguen tras salir de la sala. Aquí, es inevitable, con el ansia usual de los niños que desean descubrir y evidenciar aquello que se les oculta, un ejercicio de reconstrucción, de intuición, de aventurar hipótesis con uno mismo o con el amigo, la pareja o el familiar más cercano con el que hayamos vistos el film o que sepamos que ya lo han disfrutado. Es una elipsis a presión donde la tapadera vibra impaciente y el vapor refulge por el pitorrillo, y en donde se cuecen conjeturas y tramas soterradamente violentas de deslealtades, fundamentalismos y venganzas.

Y para bajarse el ala del sobrero está José Coronado con un papel que le ha caído en el momento preciso de su carrera por su aspecto físico: una mezcla de Harry el Sucio ochentero, de gringo carpetovetónico con greñas y vaqueros ajustados, barba áspera y poblada, y piel tosca, curtida. Santos Trinidad es un policía cuasi exiliado de la unidad de desaparecidos, un lobo estepario autodestructivo que sobrepasa una y otra vez el flanco de lo lícito. Es obvio que este personaje no haga honor a su nombre y sea incluido en el grupo de los malvados. Pero quién no ha visitado alguna vez el reino de los viles, quién no ha quebrado en algún momento lo ético, lo moral, lo correcto o lo pecaminoso, quién no se merece vivir en una tregua bélica, en una paz fría. Enrique Urbizu nos da una lección de humanidad hobbetiana, y nos muestra que el hombre sigue siendo un lobo para el hombre aún en los más acomodados centros de civilidad. Y que la seguridad y la tranquilidad de nuestro micromundo civilizado están forjadas en la fuerza militar y estratégica y en la imposición unicultural, en remarcar las diferencias con el extrarradio, en levantar muros cada vez más altos y más electrificados, en el neocolonialismo, en el indigno proceder de ajusticiar desde nuestro flanco, desde nuestra verdad dogmática.
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Ejemplos de sutiles y hábiles sugerencias: ¿Qué relación tiene Santos Trinidad con la mafia colombiana? ¿Quién hirió o mató a su compañero de seguridad en la embajada de España en Colombia? ¿Por qué guarda Santos Trinidad la foto de la mujer de El Ceutí que supuestamente había roto toda relación con su familia en su cartera? ¿Es todo una sucesión de casualidades que van agrandando la bola de nieve o se trata de una venganza buscada, un ajuste de cuentas?

Al final del filme se nos arroja una lanza crítica, a nosotros, espectadores tranquilamente apoltronados en las butacas; a nosotros, malvadamente tácitos, y desasosegados al saber que una bomba de relojería acecha agazapada en un parque infantil, un lavabo o un extintor. Que la paz solo sea, pues, para los niños.
8
24 de septiembre de 2011
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El guión: Ajustado, el inicio y el final apoteósico, la historia con mas silencios que palabras, lo justo para que el espectador además de ver, imagine.

Los actores: Aunque hay varios actores, el 90% de la cuota de pantalla se la lleva Coronado, ya es difícil mantener una actitud creíble con tanta exposición, pero el personaje esta conseguido, la actuación de José Coronado es simplemente fantástica.

Para mi gusto es una película de acción muy bien hecha, con una historia bien formada, sin estridencias, y una actuación magistral.
1
29 de febrero de 2012
20 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me esperaba más. Bastante más, sinceramente, me ha parecido pobre. Y no soy sospechoso, iba con predisposición a cascarle notaza a "No Habrá Paz Para Los Malvados".

La película comienza con una escena en la que se nos muestra al personaje de Santos Trinidad, interpretado por José Coronado, borracho, intentando que entendamos que la embriaguez es el estado en el que este policía venido a menos se encuentra con mayor frecuencia. Hasta este momento, mis ansias de colmar mis espectativas estaban siendo satisfechas. José Coronado resultaba creíble, estaba haciendo gala de categoría interpretativa y de mucho oficio. Yo me frotaba las manos, esto es lo que había venido a ver. Santos vislumbra el cartel de un burdel, y sonríe pícaro mientras piensa (bajo mi humilde opinión) "Hoy voy a follar". Entra, y allí dentro transcurre una escena en la que Enrique Urbizu pretende hacernos ver que Santos Trinidad es un tío duro de cojones. Y lo consigue. Y consigue además, que yo, mientras esperaba temeroso alguna cutrez propia del cine "Made in Spain", me sorprenda gratamente al asistir a un ejercicio de seriedad y rigor a la hora de retratar la crudeza de la situación que aquí se nos presenta. Muertes de puta madre, sí señor. Hay interés por ver más, la tensión se transmite a través de la pantalla. Me planteo, si como yo esperaba, estoy delante del mayor pepino en forma de thriller de la historia del séptimo arte patrio. Pero cuando Santos accede a la grabación de las cámaras de seguridad de dicho burdel, y ve a alguien el cual se supone que será la clave de la trama principal del film, la película se traviste, y se pone el traje de teleserie rollo "El Comisario" para no volver nunca a la senda del buen cine. Sigo en spoiler, por falta de espacio, sin desvelar nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A partir de este momento, la buena interpretación de Coronado deja de serlo tanto por momentos, pareciendo estar al servicio de unos sketches cuya única pretensión es la de hacernos ver cuan acabado esta Santos Trinidad. La trama principal se difumina entre una inmensa maraña de personajes irrelevantes, pasando de uno a otro sin motivo ni pausa mientras los actores que los representan nos dan una "masterclass" de como recitar un guión al más puro estilo teleoperador. Y entretanto José Coronado se dedica al allanamiento de morada y a ser apuñalado. Abre puertas y puertas, para entrar en casas y más casas, no se sabe con exactitud de quién ni para qué hasta que en un momento dado aparece una banda de moros, y se ponen a comprar botes con el simbolito este de "cuidado, es radioactivo", para reventar un supermercado. Y aparecen un inglés, un francés, un español y Schwarzennegger... FUCKYEAH! De chiste.

Como decía Matías Prats: ¿Pero esto que es?. Esto es mi querido Matías el sello de identidad inexorablemente ligado a la marca Telecinco, de esencia y estética inconfundibles. Os lo digo en serio, no estoy mantenido discurso vehemente y poco riguroso para poder hacer la coña de turno, realmente, lo considero tan disparatado como lo expreso.

Para terminar hago especial mención a esa última escena, la cual no resulta coherente teniendo en cuenta la relación que han mantenido los protagonistas a lo largo del telefilme, está fuera de lugar. Me parece la muestra de que al igual que con lo de los terroristas islámicos, la cabra tira al monte, y "No Habrá Paz Para Los Malvados" no ha podido contenerse y ha necesitado meterse su chute de convencionalismos para caer en el mal vicio del ridículo.
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