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El acantilado rojo (versión internacional)

Bélico. Aventuras. Acción. Drama China, finales de la Dinastía Han (208 d.C.). Tras una larga guerra civil, el temible Primer Ministro Cao Cao consigue que el veleidoso Emperador Han le declare la guerra a los reinos de Xu y Wu con el fin de unificar China. Su ejército ataca y derrota al recién creado Reino de Xu, gobernado por el benevolente Liu Bei. Los ciudadanos de Xu huyen bajo la protección de las tropas de Liu Bei y de sus dos generales de mayor rango (y ... [+]
Críticas 73
Críticas ordenadas por utilidad
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7
21 de marzo de 2010
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Woo consigue transportarnos con eficacia a la China de hace más de veinte siglos, basándose en un romance de gran importancia dentro de la literatura oriental. Para ello combina una considerable verosimilitud con un tono épico que deviene en innegables buenos resultados.
El director conduce con mano firme aunque con algún que otro exceso una película espectacular y completa en muchos aspectos, que goza de una excelente ambientación, un alarde de medios técnicos y de preparación de vestuarios, armamento, decorados, maquillaje, etc...

Woo, al igual que Z.Snyder en la espléndida "300", consigue algo extremadamente difícil: hacer de la guerra algo bello. Cualquier persona sensata piensa que la guerra es algo cruel, estúpido y rechazable, sin embargo, en este filme, el conflicto bélico alcanza unas cotas de plasticidad visual realmente deslumbrantes. Algo así encuentra su belleza gracias a unas estudiadas y perfeccionadas coreografías y a una fotografía de factura irreprochable. Los poemas épicos antiguos ensalzan los valores militares y las virtudes guerreras, y esta película se aprovecha de ello para mostrarnos un mundo apasionante y lejano en el que la leyenda, lo heroico y la aventura ofrecen infinitas posibilidades al arte.

Las batallas están fantásticamente rodadas, son creíbles pero a la vez espectaculares. Quizás las luchas individuales de los caudillos sean excesivas, y he ahí uno de los vestigios de la obra literaria; por otra parte, los movimientos de cámara en zoom resultan irritantes; también se echa de menos una mayor perfección y credibilidad en los planos cenitales a ordenador que muestran tanto a las naves como a los soldados como si de un videojuego se tratara. Pero, afortunadamente, se agradece el buen hacer en cargas de caballería y otros detalles de las batallas que convierten a las magníficas escenas de acción en excusa para dar una lección de técnicas y tácticas militares.

Pero en esta producción no todo son combates: el guión ofrece momentos intimistas en los que el drama y la poesía están latentes y conceden un respiro al espectador, que seguramente en ningún momento mirará la hora. Es en esos momentos en los que se puede apreciar una música sublime, digna de ganar más de un premio a la mejor BSO.
La película supone una exaltación de la astucia, el honor, la inteligencia y el valor ante los que ambicionan siempre más poder aun a costa de la libertad de otros pueblos; sin embargo, no es una gran historia, al menos en esta versión internacional.

Supongo que la versión extendida que se ha proyectado en China puede ser incluso mejor, por no haber tenido que recortar de aquí y de allá y porque indudablemente se habrá captado con más precisión la esencia del "Romance de los tres reinos”.
No obstante, esta versión internacional posee más aciertos que defectos, y no tiene nada que envidiar en absoluto a otras producciones de corte épico-histórico como "Troya", "El último Samurai", "Alexander" o "Mongol".
7
3 de abril de 2010
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la Dinastia Han, 208 ac, el primer ministro Cao Cao (Fengyi Zhang), teme que el imperio se desmembre decretando por su cuenta una ofensiva contra los señores de los territorios del Sur, Liu Bei (Yong You) y Sun Quan (Chen Chang) armándose de un ejército victorioso que ya se ha adueñado de las provincias del Norte. Una victoria aplastante le permitiría ser el señor de todos los territorios, acorde a sus ambiciosos principios tiránicos. Liu Bei, después de una inútil refriega huye más al Sur, en el Acantilado Rojo, y pide ayuda al pacífico pero armado pueblo de Suan Quan, que acceden a aliarse y entrar en guerra contra las masivas fuerzas de Cao Cao.

John Woo sigue siendo por ahora el maestro chino del género de acción más reclamado por el mercado occidental. Sin olvidar que largometrajes manufacturados en su país, “Una Mañana Mejor” (1986) o “El Asesino” (1989), siguen considerados por sus fans como sus mejores obras maestras, antes de iniciar una fallera y explosiva etapa en Hollywood, que ayudaría a rellenar el caché de estrellas como Jean Claude Van Damme (Blanco Humano, 1993), John Travolta (Broken Arrow), y Nicolas Cage (Cara a Cara, 1996 (junto con Travolta)). En “Acantilado Rojo” se cuenta con la presencia de Tony Leung, actor que ya había trabajado con Woo en la admirable “Una Bala en la Cabeza” (1990).

“Acantilado Rojo” (2010) supone el regreso a China, por la puerta grande. Con todo lo que ha aprendido de Hollywood, Woo derrocha material en una colosal recreación épica de una série de batallas que se sucedieron en el antiguo imperio. Las escenas de lucha entre tropas que están tomadas en perspectiva aérea dan justicia a la sed de paciencia, sangre y sudor que miles de extras se han dejado allí. En interludios podemos apreciar el ademán estratégico de cada uno de los dos frentes; cuando luchar, como posicionarse en posición romana de la tortuga para evitar las flechas, cuando atacar o no con fuego según la dirección del viento… Convierten éste ambicioso proyecto en una devastadora partida de ajedrez a merced de la lógica y los movimientos del contrincante. Aunque tengamos que disfrutarlo en su “versión internacional”. En China, y es coherente porque narra una célebre episodio de su Historia, cuenta con una versión de cinco horas.

Lo Mejor: las batallas
Lo Peor: que no se tenga en cuenta la seriedad de su planteamiento
7
20 de marzo de 2010
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la superproducción Acantilado Rojo (Red Cliff), John Woo ha vuelto a abrazar sus raíces chinas con un compromiso brutal, de magnas proporciones. Estrenada en Asia con un metraje de casi 5 horas, servido en 2 partes, la película se basa en los acontecimientos históricos del año 208, durante la era de los Tres Reinos de la historia china.

Viendo Acantilado Rojo uno no puede dejar de preguntarse el valor de lo que se dejó atrás. Quien sabe. Lo cierto es que por las escasas escenas apacibles que circulan en el modo OCCIDENTAL, dan ganas de tomarse un te, pasearse apaciblemente entre rododendros y tumbarse a la bartola para disfrutar las melodías de la flauta.

Con esta película, el director llena de vergüenza a otras producciones recientes que han tratado de aplastar a su público con enormes batallas CGI y rápidos movimientos de cámara, plagados de escenas de acción, tipo cortar y pegar. Imponentes como pueden llegar a ser, eventualmente se vuelven pálidas y repetitivas: Grandes multitudes, un confuso torbellino de lanzas y espadas, un montón de flechas, un valeroso héroe con sus diversas variaciones, todo termina por ser una conocida secuencia del rompelotodo. Acantilado Rojo rompe con este vistoso pero hueco molde.

Fuera de la acción, pura y dura, el filme es una interesante lección de estrategia militar. No hay honor frente a la deshonra, las alianzas se forjan, las razones se cuestionan, prueban, y luego se afianzan. Pero el mayor triunfo de John Woo está en poner a sus personajes - en particular al consejero y estratega militar de Tony Leung, Takeshi Kaneshiro, en este cinético tablero de ajedrez, y darles la dimensión real.

Puede tomar un tiempo para averiguar quién es quién, qué es qué y donde las alianzas (y traiciones) que no son tales -¿o sí lo son?-, pero una vez que lo hace, las relaciones entre los actores clave añade resonancia emocional a este magnífico cuadro de conflictos bélicos.

En un momento dado, El Arte de la Guerra de Sun Tzu es mencionado por uno de los personajes... Acantilado Rojo ofrece, literalmente, una representación de ese ARTE DE LA GUERRA. Nos recuerda aquello de: La guerra es un infierno. Pero también que, en su mejor momento, las películas bélicas pueden ser frescas, estimulantes y hermosas.

Lo Mejor: El espíritu asiático, sereno pero grandioso, presente en una película histórica de guerra realmente espectacular. Las interpretaciones son correctas, contenidas y despojadas de la irrealidad esteticista de filmografías próximas, a lo Zhang Yimou (que también disfruto), en la coherencia interna del director.
Lo Peor: El filme adolece de una cierta frialdad y de una cierta ausencia de resonancia emocional en el desarrollo del perfil de los personajes, aunque puede intuírse como consecuencia de LOS RECORTES de esta versión.

Un filme bélico bello e inteligente y, para que negarlo, rara pieza cinematográfica en estas lides de la épica, tan fácilmente maltratada.
8
27 de marzo de 2010
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy un experto en historia china. Ni en literatura china. No soy un experto pero cuánto más conozco al respecto mejor me cae la gente de esta nación y peor el resto de orientales.
Estrenada casi a la par que la infinitamente superior "Ciudad de vida y muerte" con la que sólo comparte género, si bien no tienen nada que ver en cuanto al momento histórico que retratan, "Acantilado rojo", la película más taquillera en la historia del cine chino es un cuentecillo inspirado en uno de los pilares de la literatura oriental, y como en la mayoría de casos sucede, quiere contar tanto y detallar tanto que deja demasiado en el tintero.
Woo, uno de los mejores haciendo cine de acción da la talla como maestro de ceremonia de fuegos artificiales y despliega unos efectos visuales maravillosos, pero sin dar a la trama la consistencia que requiere, esforzado más en la forma que en el fondo, en el envoltorio-brillante y asombroso, desde luego-más que en lo que envuelve.
Narra un episodio de la historia de China en el que los clanes eran capaces de enfrentar un país enorme sólo por el amor de una mujer, y retrata personajes tópicos y estereotipados pero con una gracia inusual en este cine... El malo Cao Cao es tan malo que no puede sino despertar ternura cuando rie casi tan macabramente como un Fumanchú de tres al cuarto.
Épica, espectacular pero poco emotiva, se convierte en una alternativa perfecta para pasar una tarde entretenida en el cine. Que en el fondo es de lo que se trata...
Lo mejor: Su espectacularidad. Todos los apartados técnicos y artísticos son perfectos.
Lo peor: La grandilocuencia con la que oculta su simplismo excesivo.
Aún así, más que notable.
Me muero con el zoom digital retro... Fuerte, fuerte, fuerte...
Takeshi Kaneshiro es probablemente el tío más guapo del mundo.
5
17 de abril de 2010
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El argumento es más simple que comerse un plátano: el malo invade el territorio de los buenos con un ejército de 800.000 guerreros, pero gracias a su astucia los buenos le acaban venciendo con solo 30.000 valerosos soldados, como tiene que ser.

La cantidad de chinos es realmente exagerada, hay momentos en que al ser todos iguales no sabes quién está masacrando a quién, pero qué más da, todo queda en casa.

Los efectos especiales y las numerosas escenas de acción son bastante buenos, como la mayoría de las películas de John Woo, pero la cinta carece de sentimientos ni emociones, todo son chinos atravesados por flechas y lanzas una y otra vez, y más chinos, y más flechas, y más lanzas, y venga, y dale...

A pesar del alto presupuesto ( 80 millones de dólares ), la película solo ofrece un simple entretenimiento carente de ningún otro elemento destacable.
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