Leatherface: La máscara del terror
2017 

4.6
2,903
Terror. Thriller
Precuela de la saga "La matanza de Texas", centrada en los años de adolescencia de Leatherface, su protagonista. El joven Leatherface escapa de un hospital psiquiátrico con otros tres reclusos y secuestra a una enfermera a la que llevará a un viaje por carretera de pesadilla mientras un policía trastornado le persigue.
15 de octubre de 2018
15 de octubre de 2018
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala e innecesaria, no aporta nada además de sangre. Es ridículamente gore, y la historia es demasiado forzada y estúpida. Lo peor es la cantidad de escenas robadas de otras películas como American history X, Natural Born Killers, Pulp Fiction, Inglorious Bastards y hasta Kill Bill. En resumen es un despropósito Hollywoodense, carente de sentido y originalidad.
29 de noviembre de 2017
29 de noviembre de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es sin duda Leatherface uno de los villanos más icónicos de la historia del cine de terror. Corría el año 1974 cuando el director Tobe Hooper filmó “La matanza de Texas” una película que marcaría un antes y un después en el cine de género; sentando y marcando las bases para futuras generaciones en lo que a horror se refería. Aquella cinta rodada con pocos medios, se caracterizaba por una ambientación sucia y enferma, donde se nos presentaba a un grupo de jóvenes que tenían la mala suerte de toparse con la familia Sawyer, un clan enfermo cuyos miembros eran sádicos caníbales, y donde entre todos ellos destacaba Leatherface; un hombre corpulento cuyo rostro era tapado por una máscara de piel de sus víctimas y al que le acompañaba su motosierra con el sonido inolvidable correspondiente.
Han pasado más de 40 años desde la mítica película original, y ahora nos llega “Leatherface”, film que cuenta el origen de Jed Sawyer y cómo se transformó en la máquina de matar que todos recordamos. Pasaremos por su infancia, y seremos testigos de un viaje iniciático a la locura que finalizará con su sabida transformación.
Los elegidos para dirigir ésta ardua tarea son los Franceses Alexandre Bustillo y Julien Maury, cineastas que sorprendieron al mundo con su brutal ópera prima:“Al Interieur”, pero que desde entonces su carrera ha ido de más a menos. Es de aplaudir que se atrevan con un proyecto complicado, ya que estamos hablando de una de las figuras más relevantes del terror.
Visualmente poco se puede reprochar a Bustillo y Maury, su estilo de filmar es elegante, y es en las escenas donde aparece la sangre donde alcanzan las mejores prestaciones posibles; planos en los que la brutalidad y el gore harán las delicias de los fans.
Es cierto que mucha gente se acercará a la película buscando similitudes con la original, pero no será así; la cinta funciona de forma individual y precisamente eso puede decepcionar a los seguidores de la original, ya que su espíritu dista mucho de la película de Hooper.
Personalmente yo la he disfrutado, y he pasado unos 90 minutos de diversión, sangre, violencia y sexo. Tal como está el panorama actual creo que no es poco.
Lo mejor: Lili Taylor, en el papel de la madre de los Sawyer. El casi olvidado Stephen Dorff haciendo de sheriff vengativo. Su elenco actoral cumple a la perfección. La sangre, las escenas violentas.
Lo peor: Algunos trucos de guión que puede que los fans de la original no perdonen. Una banda sonora simplista por parte de John Frizzell.
Han pasado más de 40 años desde la mítica película original, y ahora nos llega “Leatherface”, film que cuenta el origen de Jed Sawyer y cómo se transformó en la máquina de matar que todos recordamos. Pasaremos por su infancia, y seremos testigos de un viaje iniciático a la locura que finalizará con su sabida transformación.
Los elegidos para dirigir ésta ardua tarea son los Franceses Alexandre Bustillo y Julien Maury, cineastas que sorprendieron al mundo con su brutal ópera prima:“Al Interieur”, pero que desde entonces su carrera ha ido de más a menos. Es de aplaudir que se atrevan con un proyecto complicado, ya que estamos hablando de una de las figuras más relevantes del terror.
Visualmente poco se puede reprochar a Bustillo y Maury, su estilo de filmar es elegante, y es en las escenas donde aparece la sangre donde alcanzan las mejores prestaciones posibles; planos en los que la brutalidad y el gore harán las delicias de los fans.
Es cierto que mucha gente se acercará a la película buscando similitudes con la original, pero no será así; la cinta funciona de forma individual y precisamente eso puede decepcionar a los seguidores de la original, ya que su espíritu dista mucho de la película de Hooper.
Personalmente yo la he disfrutado, y he pasado unos 90 minutos de diversión, sangre, violencia y sexo. Tal como está el panorama actual creo que no es poco.
Lo mejor: Lili Taylor, en el papel de la madre de los Sawyer. El casi olvidado Stephen Dorff haciendo de sheriff vengativo. Su elenco actoral cumple a la perfección. La sangre, las escenas violentas.
Lo peor: Algunos trucos de guión que puede que los fans de la original no perdonen. Una banda sonora simplista por parte de John Frizzell.
25 de junio de 2018
25 de junio de 2018
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy cinéfilo y escritor de novelas, las cuales muestran una cierta influencia cinematográfica. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: INTERESANTE.
A estas alturas, uno tiene que ver con recelo una propuesta como esta. Los orígenes de Leatherface, nada menos. Claro, que la condición como productor ejecutivo de Tobe Hooper en la película, debería calmar nuestra normal desconfianza. Imaginamos que el creador de La matanza de Texas habrá realizado su pertinente control de calidad en este producto, ¿El resultado? Una historia bien contada dentro de un ambiente insano y enfermizo. Por supuesto que las escenas de gore no pueden faltar, y en este sentido hay que decir que están bien hechas. Las correctas interpretaciones nos ayudan a mantener el nivel de tensión, así como el desazonador paisaje procura una experiencia inmersiva de principio a fin. Leatherface es todo lo sucia, desagradable y espantosa que podemos esperar. Con esto está todo dicho.
A estas alturas, uno tiene que ver con recelo una propuesta como esta. Los orígenes de Leatherface, nada menos. Claro, que la condición como productor ejecutivo de Tobe Hooper en la película, debería calmar nuestra normal desconfianza. Imaginamos que el creador de La matanza de Texas habrá realizado su pertinente control de calidad en este producto, ¿El resultado? Una historia bien contada dentro de un ambiente insano y enfermizo. Por supuesto que las escenas de gore no pueden faltar, y en este sentido hay que decir que están bien hechas. Las correctas interpretaciones nos ayudan a mantener el nivel de tensión, así como el desazonador paisaje procura una experiencia inmersiva de principio a fin. Leatherface es todo lo sucia, desagradable y espantosa que podemos esperar. Con esto está todo dicho.
29 de marzo de 2018
29 de marzo de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor: la primera aproximación a la acentuada disfuncionalidad de una familia (“basura campesina” para algunos) que alienta al miembro más pequeño, en plena celebración de su cumpleaños, a participar en sus ancestrales (que la archiconocida granja Sawyer se fundara ciento diez años atrás del presente en el que se sitúa la trama invita a pensar que así es) y atroces (la apoteósica e indiscutible crueldad de ejecución no se puede tildar de otra manera) rituales sin miramientos ni concesiones de ningún tipo; la recuperación de multitud de elementos clásicos (graneros, cerdos, cepos, camionetas, máscaras y, sobre todo, motosierras) para reinventar o recrear situaciones ya conocidas (quién no recuerde la mítica persecución final a través de un frondoso bosque es que no ha visionado la original o padece serios problemas de memoria) en una canónica precuela centrada en la adolescencia del joven cuyo apodo justifica el título de una cinta que aporta una agradable brisa de algidez a una moribunda franquicia; la elección de planos, ya sea para plasmar al detalle los entornos o la locura de los personajes, funciona a las mil maravillas por parte de unos directores que ya no solamente presumirán, a partir de ahora, de las geniales Inside y Aux yeux des vivants (sentenciar que pudieran hacer lo mismo con Livid resulta algo más osado) sin llegarlas a igualar, por supuesto.
Lo peor: la despótica coartada de la demencia que la mente puede alcanzar si así se educa al sujeto (proceso al que aquí se designa el término “crianza paternal degenerada”) para explicar la tremenda contundencia visual (a la altura de las expectativas, por cierto) no se antoja apta, mas si las prácticas se circunscriben en el ámbito de la perversidad más absoluta introduciéndose escenas que apelan a la necrofilia (atracción sexual hacia los cadáveres tanto en humanos como en animales) y al parcialismo (atractivo amatorio por una parte específica del cuerpo que despierta por lo menos tanto interés erótico como los genitales), todavía menos; la frustración que genera recurrir directamente al triángulo dramático de Karpman (atribuyendo el rol de víctima al hijo, el de salvadora a la madre y el de tirano al resto de integrantes del clan) y comprobar que, en efecto, la película se resume plena y sencillamente, sin más matices, en el mismo; la intrahistoria del reformatorio mental podría haber dado mucho más de sí más allá de plasmarse como una institución correccional de dudosa recomendación, en especial la denominada “cámara de los horrores” del doctor residente (las electrocuciones a modo de experimental tratamiento no impacta nada), cuyo motín (poco menos que carcelario) deriva en un viaje que aúna reminiscencias a Abierto hasta el amanecer (un plan de huida policial en coche con rehenes en busca de dinero y libertad...), Pulp fiction (un atraco a mano armada en un mugriento bar mediante amenazas verbales y físicas...) y Jeeperes creepers (un desenlace en el que el villano se está fabricando un nuevo rostro valiéndose de sacrificados...), entre muchas otras producciones.
Daniel Espinosa
www.cementeriodenoticias.es.tl
Lo peor: la despótica coartada de la demencia que la mente puede alcanzar si así se educa al sujeto (proceso al que aquí se designa el término “crianza paternal degenerada”) para explicar la tremenda contundencia visual (a la altura de las expectativas, por cierto) no se antoja apta, mas si las prácticas se circunscriben en el ámbito de la perversidad más absoluta introduciéndose escenas que apelan a la necrofilia (atracción sexual hacia los cadáveres tanto en humanos como en animales) y al parcialismo (atractivo amatorio por una parte específica del cuerpo que despierta por lo menos tanto interés erótico como los genitales), todavía menos; la frustración que genera recurrir directamente al triángulo dramático de Karpman (atribuyendo el rol de víctima al hijo, el de salvadora a la madre y el de tirano al resto de integrantes del clan) y comprobar que, en efecto, la película se resume plena y sencillamente, sin más matices, en el mismo; la intrahistoria del reformatorio mental podría haber dado mucho más de sí más allá de plasmarse como una institución correccional de dudosa recomendación, en especial la denominada “cámara de los horrores” del doctor residente (las electrocuciones a modo de experimental tratamiento no impacta nada), cuyo motín (poco menos que carcelario) deriva en un viaje que aúna reminiscencias a Abierto hasta el amanecer (un plan de huida policial en coche con rehenes en busca de dinero y libertad...), Pulp fiction (un atraco a mano armada en un mugriento bar mediante amenazas verbales y físicas...) y Jeeperes creepers (un desenlace en el que el villano se está fabricando un nuevo rostro valiéndose de sacrificados...), entre muchas otras producciones.
Daniel Espinosa
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26 de noviembre de 2018
26 de noviembre de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a mentirles: La película me hizo levantar media ceja apenas vi el trailer. No encontraba forma en ningún momento alguna forma en la cual el trailer pudiera mostrar más de lo que mostró; podría haberme ahorrado ver toda la película y sería básicamente lo mismo (salvo por algunos detalles en la historia). Sobra decir que hicieron tantas versiones, secuelas, precuelas, reinicios, remakes, spin-offs, etc., de esta franquicia, que criticar este filme sería un equivalente a golpear un caballo muerto. A pesar de esto, seguía teniendo esperanza de que la película fuese decente; quizás en medio de un sesgo cognitivo.
Esta precuela de la película de 1974 nos presentó una apertura fuerte, pero demasiado lenta, que se desperdicia en el transcurso de un tiempo de ejecución... Digamos "acolchado", a falta de una palabra mejor. Una ejecución que, por otro lado, es bastante breve. La historia nos presenta personajes muy poco interesantes (algunos llegan incluso a ser contradictorios) dentro del contexto de una historia genérica. ¿Por qué? Bien, podemos revisar ambas partes; la historia y los personajes que se nos presentan.
Por un lado, el guión es, en el mejor de lo casos, pobre; se supone que el argumento nos quería presentar el origen de Leatherface; qué hizo que el Leatherface que todos conocemos y amamos sea lo que es desde la primera película de la franquicia. Lamentablemente la aplicación fue incorrecta, e hicieron una historia vacía, no pensaron lo suficiente y les terminó saliendo una historia adormecida, sosa y aburrida. Tampoco es un argumento horrible; la historia puede ser relativamente intrincada, pero es una historia que no es impulsada por los personajes. El guinista de este filme, Seth M. Sherwood, le dio la oportunidad a los co-directores para crear escenas resultantes pero indistintas de violencia y sufrimiento que, para el suplicio de los espectadores, no se aprovechó lo suficientemente bien.
Y es difícil explicar correctamente el problema con los personajes (sobre todo Leatherface) sin caer en Spoliers, con lo que podría redondearlo en lo siguiente: Los personajes tienden a cometer errores garrafales; hacen cosas que no harían teniendo en cuenta el contexto; son contradictorios en base a los acontecimientos, y ese es el mayor problema con todos. Especialmente con el señor Cara de Cuero.
Esta precuela de la película de 1974 nos presentó una apertura fuerte, pero demasiado lenta, que se desperdicia en el transcurso de un tiempo de ejecución... Digamos "acolchado", a falta de una palabra mejor. Una ejecución que, por otro lado, es bastante breve. La historia nos presenta personajes muy poco interesantes (algunos llegan incluso a ser contradictorios) dentro del contexto de una historia genérica. ¿Por qué? Bien, podemos revisar ambas partes; la historia y los personajes que se nos presentan.
Por un lado, el guión es, en el mejor de lo casos, pobre; se supone que el argumento nos quería presentar el origen de Leatherface; qué hizo que el Leatherface que todos conocemos y amamos sea lo que es desde la primera película de la franquicia. Lamentablemente la aplicación fue incorrecta, e hicieron una historia vacía, no pensaron lo suficiente y les terminó saliendo una historia adormecida, sosa y aburrida. Tampoco es un argumento horrible; la historia puede ser relativamente intrincada, pero es una historia que no es impulsada por los personajes. El guinista de este filme, Seth M. Sherwood, le dio la oportunidad a los co-directores para crear escenas resultantes pero indistintas de violencia y sufrimiento que, para el suplicio de los espectadores, no se aprovechó lo suficientemente bien.
Y es difícil explicar correctamente el problema con los personajes (sobre todo Leatherface) sin caer en Spoliers, con lo que podría redondearlo en lo siguiente: Los personajes tienden a cometer errores garrafales; hacen cosas que no harían teniendo en cuenta el contexto; son contradictorios en base a los acontecimientos, y ese es el mayor problema con todos. Especialmente con el señor Cara de Cuero.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pensemos de forma breve en lo siguiente: La película intenta meternos entre las líneas temporales ya existentes en la actualidad, con un giro de tuerca que nos intenta mostrar el origen del asesino, llevándonos de nuevo a sus inicios, alrededor de los años 50. Pasa un tiempo parcial en la cárcel, parte de la nueva precuela de terror, la carne de la historia proviene de un grupo de adolescentes delincuentes que escapan de un hospital psiquiátrico con una enfermera a modo de rehen. Atraviesan el desierto de Texas y son perseguidos por el alguacil Stephen Dorff... Y claro, uno de los cuatro se convierte en el malvado Leatherface, y la historia gira en torno a la pregunta: "¿cuál?". Es demasiado obvio que en la historia intenta meter un elemento de misterio, el cual es sorprendente al principio, e inclusive agrega un tinte muy necesario a los homicidios. Homicidios que, por otro lado, son bastante estándar; comparándolo al menos con otros filmes del género.
El personaje con el que más problemas tengo es, sin duda alguna, el mismo Leatherface. Y es porque no concuerda absolutamente nada lo que veo de él con lo que el verdadero concepto de Leatherface representa. ¿Por qué digo esto? Simple, porque no importa todo lo que le pasó durante toda la película, son "traumas menores", digamos; no justifican que se convierta en un loco asesino en serie que mató durante... Bueno, 7 películas: Es totalmente incoherente. Esto se debe a que el concepto original de Leatherface era el de un asesino sádico, retrasado, deficiente mental (todo esto en un sentido literal, no despectivo), muy fácilmente manipulable, al menos por sus familiares. El concepto es el siguiente: No importa cuanto te traume un suceso, deberías ser capaz aún de tomar decisiones propias. De hecho, hablando de ser manipulable por su familia... ¡¿Alguien puede explicarmelo?!
Se supone que Leatherface pasó gran parte de su vida en un manicomio, ¿cómo es posible entonces que sea tan dependiente de una familia que no ve hace más de 10 años? Porque uno no puede sentir empatía o cariño por una persona que no vio hace mucho tiempo, manteniendo nulo contacto.
De hecho, ¿saben cómo habría funcionado mejor no sólo la historia, sino el desarrollo de personajes? Haciendo que Leatherface se desarrolle plenamente con su familia. Me explico: El desarrollo de Leatherface en toda la película es cuasi nulo, puesto que lo que sería su "desarrollo" lo veríamos en su adolescencia y juventud, los cuales la historia pasa de largo hasta que todos los del manicomio se liberan. A su vez, los motivos por los cuales Leatherface es Leatherface en esta película son bastante pobres... ¿Cómo hubiese habido un mejor desarrollo? Sin manicomio. La mejor forma de ver el desarrollo de Leatherface sería una vida en su casa, siendo manipulado por sus familiares de forma constante, aprendiendo desde la juventud a ser un hijo de puta, siendo rechazado por el resto del mundo debido a sus limitaciones, imitando a sus mayores a la hora de atemorizar... Pero no, acá se trata de sorprender en lugar de ser coherentes.
El personaje con el que más problemas tengo es, sin duda alguna, el mismo Leatherface. Y es porque no concuerda absolutamente nada lo que veo de él con lo que el verdadero concepto de Leatherface representa. ¿Por qué digo esto? Simple, porque no importa todo lo que le pasó durante toda la película, son "traumas menores", digamos; no justifican que se convierta en un loco asesino en serie que mató durante... Bueno, 7 películas: Es totalmente incoherente. Esto se debe a que el concepto original de Leatherface era el de un asesino sádico, retrasado, deficiente mental (todo esto en un sentido literal, no despectivo), muy fácilmente manipulable, al menos por sus familiares. El concepto es el siguiente: No importa cuanto te traume un suceso, deberías ser capaz aún de tomar decisiones propias. De hecho, hablando de ser manipulable por su familia... ¡¿Alguien puede explicarmelo?!
Se supone que Leatherface pasó gran parte de su vida en un manicomio, ¿cómo es posible entonces que sea tan dependiente de una familia que no ve hace más de 10 años? Porque uno no puede sentir empatía o cariño por una persona que no vio hace mucho tiempo, manteniendo nulo contacto.
De hecho, ¿saben cómo habría funcionado mejor no sólo la historia, sino el desarrollo de personajes? Haciendo que Leatherface se desarrolle plenamente con su familia. Me explico: El desarrollo de Leatherface en toda la película es cuasi nulo, puesto que lo que sería su "desarrollo" lo veríamos en su adolescencia y juventud, los cuales la historia pasa de largo hasta que todos los del manicomio se liberan. A su vez, los motivos por los cuales Leatherface es Leatherface en esta película son bastante pobres... ¿Cómo hubiese habido un mejor desarrollo? Sin manicomio. La mejor forma de ver el desarrollo de Leatherface sería una vida en su casa, siendo manipulado por sus familiares de forma constante, aprendiendo desde la juventud a ser un hijo de puta, siendo rechazado por el resto del mundo debido a sus limitaciones, imitando a sus mayores a la hora de atemorizar... Pero no, acá se trata de sorprender en lugar de ser coherentes.
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