Revenant: El renacido
2015 

7.2
73,907
Aventuras. Western
Año 1823. En las profundidades de la América salvaje, el explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro de su equipo, John Fitzgerald (Tom Hardy). Con la fuerza de voluntad como su única arma, Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, ... [+]
19 de febrero de 2016
19 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez escuché decir a alguien que Iñárritu más que una filmografía tenía un prontuario.
Saquemos nuestro filtro cálido CSI Miami (el calorcito cruceño así lo requiere) y analicemos las evidencias:
–Amores Perros, una ópera prima que ha envejecido muy mal, aunque ya en esas épocas la parte del vagabundo era de terror.
-La lacrimógena 21 gramos donde seguían dándole manija al cine de varias historias con diferentes líneas argumentales que se unen por las maravillosas casualidades de la vida. Con este filme, Iñárritu empezó a construir ese nido rocambolesco de cine hecho para y por Hollywood.
–Babel, película que sirvió para que el director mexicano rompa relaciones diplomáticas/personales/artísticas con su guionista Guillermo Arriaga (gracias, virgencita del Socavón) y en la que lo más interesante fue la muda asiática y lo peor todo lo relacionado a la empleada mexicana. Recuerdo haber reflexionado a la luz de la luna sobre lo extraordinario que sería para él hacer una película que cuente solo UNA historia.
– Biutiful, espesa como taza de leche con 20 cucharadas de Toddy y de la que guardamos la ingrata imagen de Javier Bardem con pañal y el recuerdo de 25 chinos gasificados.
– Birdman, en la que se condensan todas las mañas y virtudes de este cineasta. Sus excesos, sus carencias. Eso sí, hay que reconocer que tuvo una propuesta estilística arriesgada y, por momentos, fascinante.
– El Renacido.
Y bueno, el cine de Iñárritu te puede gustar o no, pero no te deja indiferente.
Antes de Birdman, Iñárritu andaba deprimido porque su trabajo ya no lo llenaba y el desafío que supuso hacer ese filme le levantó la moral y lo subió a una ola “creativa” en la que decidió meter a la licuadora lo que se le antojara sin restricciones.
Ajá.
Parece que todavía no se bajó de esa ola.
El-renacido-poster
Con obvias referencias a Tarkovsky, El Renacido se basa en el libro homónimo de Michael Punke que, a su vez, agarra una historia de la vida real.
Efectivamente, cuando los americanos y los franceses estaban exterminando indios, existió un Hugh Glass. Este Hugh Glass fue atacado por un oso y dado por muerto y luego, movido por la venganza, emprendió un glorioso y anecdótico regreso a su fuerte buscando a los tipos que lo dejaron botado como una chancleta.
En la vida real, los dos tipos fueron un tal Fitzgerald y el joven Bridger, aunque los registros no indican porqué dejan al susodicho abandonado.
En el libro homónimo, Fitzgerald ve a los indios acercándose y corre a avisarle a Bridger, tomando la decisión de dejar a Glass por ese motivo.
Tanto en la vida real como en el libro, la venganza de Hugh Glass tiene un asidero personal y hasta algo desproporcionado. Por otra parte, el regreso al fuerte no fue tan accidentado, sí largo y agotador, pero no TAN duro de matar porque a pesar de lo inhóspito y de las fricciones imperantes, en el camino recibió ayuda de nativos amistosos.
El final de esa historia ocurre cuando llega al fuerte y Fitzgerald se ha marchado a enlistarse, Glass va a donde está enlistado y le dicen que el cojudo es propiedad del ejército y por lo tanto no accederá a él. O sea, Glass no puede “vengarse” nunca y el renacimiento va más allá de ser movido por la venganza, o de regresar de entre los muertos, también consiste en dejar ir.
Lo terrible, difícil, y a la vez liberador que es DEJAR IR.
Más en: http://aullidosdelacalle.net/oscar-2016-el-renacido-the-revenant/
Saquemos nuestro filtro cálido CSI Miami (el calorcito cruceño así lo requiere) y analicemos las evidencias:
–Amores Perros, una ópera prima que ha envejecido muy mal, aunque ya en esas épocas la parte del vagabundo era de terror.
-La lacrimógena 21 gramos donde seguían dándole manija al cine de varias historias con diferentes líneas argumentales que se unen por las maravillosas casualidades de la vida. Con este filme, Iñárritu empezó a construir ese nido rocambolesco de cine hecho para y por Hollywood.
–Babel, película que sirvió para que el director mexicano rompa relaciones diplomáticas/personales/artísticas con su guionista Guillermo Arriaga (gracias, virgencita del Socavón) y en la que lo más interesante fue la muda asiática y lo peor todo lo relacionado a la empleada mexicana. Recuerdo haber reflexionado a la luz de la luna sobre lo extraordinario que sería para él hacer una película que cuente solo UNA historia.
– Biutiful, espesa como taza de leche con 20 cucharadas de Toddy y de la que guardamos la ingrata imagen de Javier Bardem con pañal y el recuerdo de 25 chinos gasificados.
– Birdman, en la que se condensan todas las mañas y virtudes de este cineasta. Sus excesos, sus carencias. Eso sí, hay que reconocer que tuvo una propuesta estilística arriesgada y, por momentos, fascinante.
– El Renacido.
Y bueno, el cine de Iñárritu te puede gustar o no, pero no te deja indiferente.
Antes de Birdman, Iñárritu andaba deprimido porque su trabajo ya no lo llenaba y el desafío que supuso hacer ese filme le levantó la moral y lo subió a una ola “creativa” en la que decidió meter a la licuadora lo que se le antojara sin restricciones.
Ajá.
Parece que todavía no se bajó de esa ola.
El-renacido-poster
Con obvias referencias a Tarkovsky, El Renacido se basa en el libro homónimo de Michael Punke que, a su vez, agarra una historia de la vida real.
Efectivamente, cuando los americanos y los franceses estaban exterminando indios, existió un Hugh Glass. Este Hugh Glass fue atacado por un oso y dado por muerto y luego, movido por la venganza, emprendió un glorioso y anecdótico regreso a su fuerte buscando a los tipos que lo dejaron botado como una chancleta.
En la vida real, los dos tipos fueron un tal Fitzgerald y el joven Bridger, aunque los registros no indican porqué dejan al susodicho abandonado.
En el libro homónimo, Fitzgerald ve a los indios acercándose y corre a avisarle a Bridger, tomando la decisión de dejar a Glass por ese motivo.
Tanto en la vida real como en el libro, la venganza de Hugh Glass tiene un asidero personal y hasta algo desproporcionado. Por otra parte, el regreso al fuerte no fue tan accidentado, sí largo y agotador, pero no TAN duro de matar porque a pesar de lo inhóspito y de las fricciones imperantes, en el camino recibió ayuda de nativos amistosos.
El final de esa historia ocurre cuando llega al fuerte y Fitzgerald se ha marchado a enlistarse, Glass va a donde está enlistado y le dicen que el cojudo es propiedad del ejército y por lo tanto no accederá a él. O sea, Glass no puede “vengarse” nunca y el renacimiento va más allá de ser movido por la venganza, o de regresar de entre los muertos, también consiste en dejar ir.
Lo terrible, difícil, y a la vez liberador que es DEJAR IR.
Más en: http://aullidosdelacalle.net/oscar-2016-el-renacido-the-revenant/
19 de febrero de 2016
19 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El argumento muy poco original, se sabe lo que va a pasar desde practicamente el principio.El protagonista muy bien, pero tampoco excelente. Lo mejor de la película sus paisajes y esa sensación de frío. Muy bien ambientada. Es muy buena película pero no tanto, quizás esperaba mas de ella por las criticas
20 de febrero de 2016
20 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirán muchos que el western está de capa caída, que es cosa de épocas pasadas. Pues bien, afirmo que no, y como prueba irrefutable hay están las dos últimas películas que he visto, que lo son, y resulta que son de lo mejor que he visto en el último año. Además, de la película de Tarantino, “Los odiosos ocho” está ahora este film de Iñárritu, que cuenta la historia de la venganza de un padre por el asesinato de un hijo, su hijo mestizo, en un contexto de exploración y explotación de las tierras norteamericanas.
Diré casi para empezar que las películas donde los padres, entendiendo padre en sentido puramente masculino, manifiestan un amor incondicional por sus hijos siempre han tenido para mí un punto a favor. Sabemos que está el famoso y mundialmente reconocido amor maternal, pero parece que los padres estuviéramos relegados en ese sentido, y creo que no es justo, y me pongo por prueba, aunque nada tenga que demostrar.
En esta ocasión el director mejicano es menos imbricado en sus planteamientos que en sus anteriores entregas, por ejemplo, Birdman. Domina el film una muy buena la fotografía y un guion sencillo, aunque no simple, con unos diálogos contenidos y escasos. La historia que se cuenta es sencilla, pero eficaz, muy bien interpretada por Leonardo di Caprio. Te mantiene en tensión las dos horas y media que dura la película, y aunque no se llega a la contención de sentimientos que daría a la obra la calificación de maestra, salimos de la sala mucho más que satisfechos; una sala, para la ocasión, repleta, lo que ya es un indicador positivo.
Diré casi para empezar que las películas donde los padres, entendiendo padre en sentido puramente masculino, manifiestan un amor incondicional por sus hijos siempre han tenido para mí un punto a favor. Sabemos que está el famoso y mundialmente reconocido amor maternal, pero parece que los padres estuviéramos relegados en ese sentido, y creo que no es justo, y me pongo por prueba, aunque nada tenga que demostrar.
En esta ocasión el director mejicano es menos imbricado en sus planteamientos que en sus anteriores entregas, por ejemplo, Birdman. Domina el film una muy buena la fotografía y un guion sencillo, aunque no simple, con unos diálogos contenidos y escasos. La historia que se cuenta es sencilla, pero eficaz, muy bien interpretada por Leonardo di Caprio. Te mantiene en tensión las dos horas y media que dura la película, y aunque no se llega a la contención de sentimientos que daría a la obra la calificación de maestra, salimos de la sala mucho más que satisfechos; una sala, para la ocasión, repleta, lo que ya es un indicador positivo.
20 de febrero de 2016
20 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En cuanto empieza la película, te das cuenta de que te va gustar.
La cámara de Iñárritu vuelve a hacer virguerías para mostrarnos las imágenes más impactantes desde todos los puntos de vista posibles. La brutalidad de las batallas, la cual se recrea bella en la película, se vive en 3D, a pesar de no llevar las gafas. El frío sale de la pantalla para llegar hasta ti, y lo sientes tanto como el protagonista. El dolor, la furia y la ira que siente Glass durante toda la película, lo notas recorrer tu cuerpo, es impactante.
La fotografía tomada es otra "delicatesen" tanto de Iñárritu como de Emmanuel Lubezki, el encargado de la misma. Nos muestra un paisaje helado con el que más de una vez te quedas anonadado.
Creo que también será necesario resaltar las insuperables actuaciones de Leonardo DiCaprio, el cual lo pone todo, incluso su integridad física, para hacernos sentir como él, para notar su dolor y su rabia. Creo que esta vez el actor no se va a librar de ganar el Óscar...
Creo que solo puedo verle un par de defectos a esta película. La duración, por supuesto. El filme se podría haber reducido perfectamente a dos horas, en vez de una y media. Y otra cosa, que al fin y al cabo tiene que ver con la duración, es el sencillo argumento: un hombre que ha sido abandonado por sus compañeros, después de haber sido atacado por un oso, y el cual ha perdido a su hijo a mano de uno de sus acompañantes... creo que ese simple argumento no da para tanto...
La cámara de Iñárritu vuelve a hacer virguerías para mostrarnos las imágenes más impactantes desde todos los puntos de vista posibles. La brutalidad de las batallas, la cual se recrea bella en la película, se vive en 3D, a pesar de no llevar las gafas. El frío sale de la pantalla para llegar hasta ti, y lo sientes tanto como el protagonista. El dolor, la furia y la ira que siente Glass durante toda la película, lo notas recorrer tu cuerpo, es impactante.
La fotografía tomada es otra "delicatesen" tanto de Iñárritu como de Emmanuel Lubezki, el encargado de la misma. Nos muestra un paisaje helado con el que más de una vez te quedas anonadado.
Creo que también será necesario resaltar las insuperables actuaciones de Leonardo DiCaprio, el cual lo pone todo, incluso su integridad física, para hacernos sentir como él, para notar su dolor y su rabia. Creo que esta vez el actor no se va a librar de ganar el Óscar...
Creo que solo puedo verle un par de defectos a esta película. La duración, por supuesto. El filme se podría haber reducido perfectamente a dos horas, en vez de una y media. Y otra cosa, que al fin y al cabo tiene que ver con la duración, es el sencillo argumento: un hombre que ha sido abandonado por sus compañeros, después de haber sido atacado por un oso, y el cual ha perdido a su hijo a mano de uno de sus acompañantes... creo que ese simple argumento no da para tanto...
21 de febrero de 2016
21 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película claramente prescindible. Iñárritu ha demostrado ser un gran director, pero es una pena dedicar talento, esfuerzo humano y recursos a no decir nada.. Es como si Leonardo( el otro)hubiera colgado la Mona Lisa por detrás.…¿para qué?. Un enorme prodigio de técnica cinematográfica, con una ausencia irritante de técnica narrativa. Unos bellísimos paisajes destrozados por una historia exageradamente violenta y aburrida.
No le encuentro sentido a sentarse frente a una pantalla para escuchar a un señor jadeando de dolor durante dos horas y media (de las que me sobraron ciento cincuenta minutos). Más que renacido parece inmortal. No lo matan los tiros, ni las flechas, ni los osos, ni los despeñamientos, ni el río helado….Por favor, no me cuenten que esto es “real”, por muy conseguido que esté el sonido de las flecha atravesando cabezas.
Jamás he visto una película Gore, y he tirado de Wikipedia:”… es un tipo de película de terror y de cine de explotación que se centra en lo visceral y la violencia gráfica extrema. Estas películas, mediante el uso de efectos especiales y exceso de sangre artificial, intentan demostrar la vulnerabilidad, fragilidad y debilidad del cuerpo humano y teatralizar su mutilación…”.
De verdad que lo siento.
No le encuentro sentido a sentarse frente a una pantalla para escuchar a un señor jadeando de dolor durante dos horas y media (de las que me sobraron ciento cincuenta minutos). Más que renacido parece inmortal. No lo matan los tiros, ni las flechas, ni los osos, ni los despeñamientos, ni el río helado….Por favor, no me cuenten que esto es “real”, por muy conseguido que esté el sonido de las flecha atravesando cabezas.
Jamás he visto una película Gore, y he tirado de Wikipedia:”… es un tipo de película de terror y de cine de explotación que se centra en lo visceral y la violencia gráfica extrema. Estas películas, mediante el uso de efectos especiales y exceso de sangre artificial, intentan demostrar la vulnerabilidad, fragilidad y debilidad del cuerpo humano y teatralizar su mutilación…”.
De verdad que lo siento.
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