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Aquarius

Drama Clara, una ex-crítica musical de Recife de 65 años, vive retirada en un edificio particular, el Aquarius, construido en la década de 1940 sobre la chic Avenida Boa Viagem, que bordea el océano. Un importante promotor ha comprado todos los apartamentos, pero ella se niega a vender el suyo y emprende una guerra fría contra la empresa que la acosa. La estresante situación le perturba y le lleva a pensar en su vida, en su pasado, en sus seres queridos. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 48
Críticas ordenadas por utilidad
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7
31 de enero de 2017 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta Sonia Braga, y en esta película se la ve tan relajada y estupenda, que a pesar de pasarlo mal en una situación bastante desagradable te ayuda su interpretación a saber que esta Doña Clara va a conseguir su propósito antes o después.
Versión brasileña de la crítica social al inhumano desarrollo inmobiliario que se cuenta con todo lujo de detalles y sin ninguna compasión para sus personajes, pero eso sí, sin caer en los clichés, que muchas veces suele pasar en películas de este tipo.
Brasil es un país estupendo, sin ninguna duda, pero con actrices como Sonia se ve mucho más bonito todavía.

Bill de Caledonia
6
8 de enero de 2017 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Doña Clara ya lo dice cuando un equipo de televisión la pregunta sobre su aversión a "lo nuevo":
"Déjenme explicarles: nada de lo nuevo me repugna. Los mp3, los Ipods... si tiene música es bueno, está bien.
Sin embargo, por ejemplo, déjenme enseñarles este disco, de 1980.
Dentro de él encontré este artículo, del 81, sobre el futuro de John Lennon, dos años antes de su fallecimiento.
Entonces, no es solo un disco: es un mensaje en una botella."
Si alguien quiere saber de lo que habla esta película, solo tiene que prestar atención a ese relato.

'Aquarius' es justo eso: un mensaje en una botella.
Un fresco, maravillosamente cotidiano, de esas urbanizaciones a pie de playa donde cabía todo un universo que no se parecía en nada a cualquier otro, y la historia de la última persona que sigue queriendo conservarlo.
Nos llega desde el primer fotograma, con imágenes añejas que huelen a mar y sal, y continúa en la fiesta que se hace en honor a la Tía Lucía, pariente de Clara. En el apartamento libremente abierto al mar, después de escuchar a Queen en la playa, la familia rememora las hazañas de la Tía, mientras ella piensa en el sexo, en el momento de pasión, en lo que de verdad se queda grabado en la memoria... toda una declaración de intenciones sobre lo que de verdad se recuerda al llegar a cierta edad.
La invitación a la fiesta de vecinos y conocidos, tan solo porque ellos también disfruten, los muchos niños propagando su juventud en el ambiente... es difícil explicar por qué una urbanización de playa parece algo infinito, pero aquí se intenta.

Años después, no hay ninguna fiesta de gran familia. Tan solo Doña Clara, y su criada Ladjane.
Es una vida simple, pero reconfortante.
Parecería que viven en las ruinas de lo que está siendo un exclusivo sitio de playa con "runners" corriendo a ninguna parte y gente centrada en ejercicios de respiración (teniendo el mar al lado), tiranías de la vida moderna, pero dentro del Aquarius vemos que nunca es así: el sabor de lo cotidiano, de otros tiempos, sigue allí.
Entonces llega la constructora, haciendo una generosa oferta por la única inquilina del inmueble. Como si pudieran comprar toda una vida, todas las fiestas de la tía Lucía, poniéndole valor económico.
Y Clara, una gigantesca, preciosa, magnífica Sonia Braga, no va a pasar por ese aro.

Su orgullosa resistencia, y su progresiva toma de conciencia de los tiempos, se narra a través de tres capítulos.
Capítulos cuyos nombres no desvelaré, pero que aluden a cosas que Clara tenía en el pasado, y que, se da cuenta, van a tener que ser diferentes en este reino de "lo nuevo".
Sus conocidos y allegados la toman por loca, achacan el que no se haya querido ir a la testarudez de la edad... y Clara sencillamente libera su negra cabellera, símbolo de dónde ha llegado pese a todos los inconvenientes, pues hubo un momento en que no pudo dejárselo largo. Quizás, de la misma manera en que su pelo floreció, llegará el día que se cumpla otro imposible, que los de la constructora la dejen en paz.
En ese abandono de apoyos, también se toca el amor y el afecto: un plano busca engañarnos, haciéndonos creer que Doña Clara ha vuelto a sumirse en su época de pasión sexual, como hacía su Tía Lucía... pero la realidad es más solitaria y, lástima decirlo, indolente. El sexo ya no es un refugio, sino un abandono pasajero hasta que el apartamento se quede vacío de nuevo.

Creo sinceramente que la crudeza y el tono poco amable del último capítulo responde al verdadero ánimo de Doña Clara: ya no queda nada de aquel verano, solo luchas, miserables chantajes y gente supuestamente amable de sonrisa hueca.
Porque los constructores solo buscan poner sobre el edificio una placa que diga "el nuevo Aquarius".
Y no hay nada malo sobre "lo nuevo", ya lo ha dicho Doña Clara.

Pero a todo el mundo debería gustarle encontrarse un mensaje en una botella.
7
16 de marzo de 2017 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Doña Clara es una mujer madura, atractiva y viuda, vive sola en un edificio antiguo llamado Aquarius, donde vive desde hace muchos años. Fue una reconocida crítica musical.
Una constructora desea comprar su departamento, ya que ha comprado varios en ese edificio para realizar un proyecto inmobiliario. Ella rechaza rotundamente la oferta, a pesar de que el edificio está vacío, solo vive Doña Clara en él.
Clara es muy obstinada. Una mujer de carácter fuerte. No se deja persuadir por nadie. No le importa si creen que es una vieja loca por no querer vender su departamento. Sólo saldrá de ahí muerta, tal y como dijo.
Ella descubrirá algo que hizo la constructora en un departamento mientras ella estaba de viaje. Por esa acción, ella estará dispuesta a impedir ese proyecto inmobiliario.
Aquarius es una historia muy interesante, con un final sorprendente. Está muy bien dirigida por el cineasta brasileño. Contiene escenas sexuales explícitas, pero mostradas de una manera natural. Sonia Braga realiza una magnífica interpretación, nos sigue demostrando su vigencia como actriz.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La masectomía de Sonia Braga no es verdadera, es digital. Aunque parece bastante real.
9
28 de mayo de 2018 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En dos horas y veintiún minutos no se cuenta una historia, se vive una vida. No es lo mismo describir un paisaje que estar frente a él y disfrutarlo. Doña clara es el paisaje de una vida que interpreta Sonia Braga de manera magistral. Una parábola de la que algunos deberían aprender.

Buen cine y bien contado. Cine que enseña y del que se puede aprender. Reflejos de esta sociedad en la que habitamos.

Poco más se puede decir de una película que en si misma lo dice todo.

Añado una apreciación personal: (Me han encantado los meneos de pelo que lanza al universo el genio de Sonia Braga)
3
26 de octubre de 2020 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entiendo lo de la crónica sobre la historia del Brasil bajo la dictadura, la especulación y como se resiste valientemente la protagonista y todo eso, pero pienso que el problema de la película es como lo cuenta. En una palabra....aburrida, sin tensión dramática alguna. Pienso que con un guion mejor estructurado, una puesta en escena mas intensa, y con unos personajes secundarios mejor dibujados igual me importaba algo lo que le pasara a esta buena señora. Y el final... pues eso una tontada y hasta bienintencionado. En serio que no se podría hacer algo mejor sobre la evolución política y social de Brasil durante la dictadura? Me dice mucho mas una película carcelaria como Carandiru sobre la sociedad brasileña que este pestiño. Y esa forma de contar como que es algo trascendente e importante... Y lo peor es que de este director también vi otra muy apreciada por la critica Bacurau, también larga y sin sentido. Tiempo perdido y ya se sabe que es lo único que no tiene precio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pensar que una gran compañía se va a apiadar y va a revisar su forma de actuar por presentarle unos troncos carcomidos, es del género imbécil. Y que conste que incluso puedo intentar sacar la metáfora del asunto pero prefiero ir a vomitar.
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